1699 casos

'Entonces' en la Biblia

y viniendo el que te llamó a ti y a él, te diga: Da lugar a éste; y entonces comiences con vergüenza a tener el lugar último.

Mas cuando fueres llamado, ve, y siéntate en el postrer lugar; porque cuando viniere el que te llamó, te diga: Amigo, ven arriba; entonces tendrás gloria delante de los que juntamente se sientan a la mesa.

Y vuelto el siervo, hizo saber estas cosas a su señor. Entonces enojado el padre de familia, dijo a su siervo: Ve presto por las plazas y por las calles de la ciudad, y mete acá los pobres, los mancos, y cojos, y ciegos.

Entonces se enojó, y no quería entrar. Salió por tanto su padre, y le rogaba que entrara.

El entonces le dijo: Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas.

Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque soy atormentado en esta llama.

El entonces dijo: No, padre Abraham; mas si alguno fuere a ellos de los muertos, se enmendarán.

Entonces el Señor dijo: Si tuvierais fe como un grano de mostaza, diréis a este sicómoro: Desarráigate, y plántate en el mar; y os obedecerá.

Entonces Pedro dijo: He aquí, nosotros hemos dejado todas las cosas, y te hemos seguido.

Entonces dio voces, diciendo: Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí.

Jesús entonces parándose, mandó traerle a sí; y cuando él llegó, le preguntó,

Entonces él le dijo: Mal siervo, de tu boca te juzgo. Sabías que yo era hombre recio, que quito lo que no puse, y que siego lo que no sembré;

Respondiendo entonces Jesús, les dijo: Os preguntaré yo también una palabra; respondedme:

Entonces Jesús les dijo: Ni yo os digo con qué potestad hago estas cosas.

Entonces el señor de la viña dijo: ¿Qué haré? Enviaré mi hijo amado; quizás cuando a éste vieren, tendrán respeto.

Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Los hijos de este siglo se casan, y son dados en casamiento;

Entonces les dijo: Se levantarán gentiles contra gentiles, y reino contra reino;

Entonces los que estuvieren en Judea, huyan a los montes; y los que estuvieren en medio de ella, váyanse; y los que en las otras regiones, no entren en ella.

Ellos entonces comenzaron a preguntar entre sí, cuál de ellos sería el que había de hacer esto.

Entonces él les dijo: Los reyes de los gentiles se enseñorean de ellos; y los que sobre ellos tienen potestad, son llamados bienhechores;

Entonces ellos dijeron: Señor, aquí hay dos espadas. Y él les dijo: Basta.

Entonces, vuelto el Señor, miró a Pedro; y Pedro se acordó de la palabra del Señor como le había dicho: Antes que el gallo cante, me negarás tres veces.

Entonces ellos dijeron: ¿Qué más testimonio deseamos? Porque nosotros lo hemos oído de su boca.

Levantándose entonces toda la multitud de ellos, le llevaron a Pilato.

Entonces Pilato, oyendo de Galilea, preguntó si el hombre era galileo.

Entonces Pilato, convocando los príncipes de los sacerdotes, y los magistrados, y el pueblo,

Entonces Pilato juzgó que se hiciera lo que ellos pedían;

Entonces comenzarán a decir a los montes: Caed sobre nosotros; y a los collados: Cubridnos.

Entonces ellas se acordaron de sus palabras,

Entonces él les dijo: ¿Qué cosas? Y ellos le dijeron: De Jesús Nazareno, el cual fue varón profeta, poderoso en obra y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo;

Entonces ellos contaban las cosas que les habían acontecido en el camino, y cómo había sido conocido de ellos en el partir el pan.

Entonces ellos espantados y asombrados, pensaban que veían algún espíritu.

Y le dice: Todo hombre pone primero el buen vino, y cuando ya están satisfechos, entonces lo que es peor; mas tú has guardado el buen vino hasta ahora.

Entonces la mujer dejó su cántaro, y fue a la ciudad, y dijo a aquellos hombres:

Entonces salieron de la ciudad, y vinieron a él.

Entonces los discípulos decían el uno al otro: ¿Si le habrá traído alguien de comer?

Entonces él les preguntó a qué hora comenzó a estar mejor. Y le dijeron: Ayer a la séptima le dejó la fiebre.

Entonces los judíos decían a aquel que había sido sanado: Sábado es; no te es lícito llevar tu lecho.

Y le preguntaron entonces: ¿Quién es el hombre que te dijo: Toma tu lecho y anda?

Entonces, por tanto, más procuraban los judíos matarle, porque no sólo quebrantaba el sábado, sino que también a su Padre llamaba Dios, haciéndose igual a Dios.

Respondió entonces Jesús, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada de sí mismo, sino lo que viere hacer al Padre; porque todo lo que él hace, esto también hace el Hijo juntamente.

Entonces Jesús dijo: Haced recostar los hombres. Y había mucha hierba en aquel lugar; y se recostaron como número de cinco mil varones.

Aquellos hombres entonces, como vieron la señal que Jesús había hecho, decían: Este verdaderamente es el profeta que había de venir al mundo.

Murmuraban entonces de él los Judíos, porque había dicho: YO SOY el pan que descendí del cielo.

Entonces los judíos contendían entre sí, diciendo: ¿Cómo puede éste darnos su carne a comer?

Les dice entonces Jesús: Mi tiempo aún no es venido; mas vuestro tiempo siempre es presto.

Mas como sus hermanos hubieron subido, entonces él también subió al día de la Fiesta, no manifiestamente, sino como en cubierto.

Decía entonces uno de los de Jerusalén: ¿No es éste al que buscan para matarle?

Entonces clamaba Jesús en el Templo, enseñando y diciendo: Y a mí me conocéis, y sabéis de dónde soy; pero no he venido de mí mismo; mas el que me envió es verdadero, al cual vosotros no ignoráis.

Entonces procuraban prenderle; mas ninguno puso en él mano, porque aún no había venido su hora.

Entonces los judíos dijeron entre sí: ¿A dónde se ha de ir éste que no le hallemos? ¿Se ha de ir a los esparcidos entre los griegos, y a enseñar a los griegos?

Entonces muchos del pueblo, oyendo este dicho, decían: Verdaderamente éste es el profeta.

Entonces los fariseos les respondieron: ¿Habéis sido también vosotros engañados?

Y ella dijo: Señor, ninguno. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.

Decían entonces los judíos: ¿Se ha de matar a sí mismo, que dice: A donde yo voy, vosotros no podéis venir?

Y le decían: ¿Tú quién eres? Entonces Jesús les dijo: El que al principio también os he dicho.

Vosotros hacéis las obras de vuestro padre. Le dijeron entonces: Nosotros no somos nacidos de fornicación; un padre tenemos, que es Dios.

Respondieron entonces los judíos, y le dijeron: ¿No decimos bien nosotros, que tú eres samaritano, y tienes demonio?

Entonces los judíos le dijeron: Ahora conocemos que tienes demonio. Abraham murió, y los profetas, ¿y tú dices: El que guardare mi palabra, no gustará muerte para siempre?

Le dijeron entonces los judíos: Aún no tienes cincuenta años, ¿y has visto a Abraham?

Tomaron entonces piedras para tirarle; mas Jesús se encubrió, y salió del Templo; y atravesando por en medio de ellos, se fue.

y le dijo: Ve, lávate en el estanque de Siloé (que significa, si lo declaras, Enviado). Y fue entonces, y se lavó, y volvió viendo.

Entonces los vecinos, y los que antes le habían visto que era ciego, decían: ¿no es éste el que se sentaba y mendigaba?

Entonces le decían: ¿Cómo te fueron abiertos los ojos?

Entonces le dijeron: ¿Dónde está aquel? El dijo: No sé.

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