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'La' en la Biblia

Y el diluvio estuvo cuarenta días sobre la tierra; y las aguas se multiplicaron, y alzaron el arca, y fue alzado de sobre la tierra.

Y prevalecieron las aguas, y se multiplicaron en gran manera sobre la tierra; y andaba el arca sobre la faz de las aguas.

Y las aguas prevalecieron mucho en gran manera sobre la tierra; y todos los montes altos que había debajo de todos los cielos, fueron cubiertos.

Y murió toda carne que anda arrastrándose sobre la tierra, en las aves, y en las bestias, y en los animales, y en toda criatura que anda arrastrándose sobre la tierra, y en todo hombre;

todo lo que tenía aliento de espíritu de vida en sus narices, de todo lo que había en la tierra, murió.

Así rayó toda la sustancia que había sobre la faz de la tierra, desde el hombre hasta la bestia, hasta el animal, y hasta el ave del cielo; y fueron raídos de la tierra; y quedó solamente Noé, y los que con él estaban en el arca.

Y se tornaron las aguas de sobre la tierra, yendo y volviendo; y decrecieron las aguas al cabo de ciento cincuenta días.

Y fue, que al cabo de cuarenta días, Noé abrió la ventana del arca que había hecho,

y no halló la paloma donde reposar la planta de su pie, y se volvió a él al arca, porque las aguas estaban aún sobre la faz de toda la tierra. Y él extendió su mano y la tomó, la metió consigo en el arca.

Y la paloma volvió a él a la hora de la tarde; y he aquí que traía una hoja de oliva tomada en su boca; y entendió Noé que las aguas se habían aliviado de sobre la tierra.

Y esperó aún otros siete días, y envió la paloma, la cual no tornó a volver a él más.

Y fue, que en el año seiscientos uno de Noé, en el mes primero, al primero del mes, las aguas se enjugaron de sobre la tierra y quitó Noé la cubierta del arca, y miró, y he aquí que la faz de la tierra estaba seca.

Y en el mes segundo, a los veintisiete días del mes, se secó la tierra.

Todos los animales que están contigo de toda carne, de aves y de bestias y de toda criatura que anda arrastrándose sobre la tierra, sacarás contigo; y vayan por la tierra, y fructifiquen, y multiplíquense sobre la tierra.

Todos los animales, y toda criatura, y toda ave, todo lo que se mueve sobre la tierra según sus especies, salieron del arca.

Porque ciertamente vuestra sangre que es vuestra alma, yo la demandaré; de mano de todo animal la demandaré, y de mano del hombre; de mano del varón su hermano demandaré el alma del hombre.

Mas vosotros fructificad, y multiplicaos; y andad en la tierra, y multiplicaos en ella.

y con toda alma viviente que está con vosotros, en aves, en animales, y en toda bestia de la tierra que está con vosotros; desde todos los que salieron del arca hasta todo animal de la tierra.

Que yo estableceré mi pacto con vosotros, que no será talada más toda carne con aguas de diluvio; y que no habrá más diluvio para destruir la tierra.

Y dijo Dios: Esta será la señal del pacto que yo pongo entre mí y vosotros y toda alma viviente que está con vosotros, por siglos perpetuos:

Y será, que cuando anublare sobre la tierra, entonces mi arco aparecerá en las nubes.

Y estará el arco en las nubes, y lo veré para acordarme del pacto perpetuo entre Dios y toda alma viviente, con toda carne que está sobre la tierra.

Dijo más Dios a Noé: Esta será la señal del pacto que he establecido entre mí y toda carne, que está sobre la tierra.

Entonces Sem y Jafet tomaron la ropa, y la pusieron sobre los hombros de ambos, y andando hacia atrás, cubrieron la desnudez de su padre teniendo vueltos los rostros, para que no vieran la desnudez de su padre.

Y fue la cabecera de su reino Babel, y Erec, y Acad, y Calne, en la tierra de Sinar.

De esta tierra salió Asur, y edificó a Nínive, y la ciudad de Rehobot, a Cala,

Y a Resén entre Nínive y Cala; la cual es la ciudad grande.

Y a Heber nacieron dos hijos: el nombre del uno fue Peleg, porque en sus días fue partida la tierra; y el nombre de su hermano, Joctán.

Y fué su habitación desde Mesa viniendo de Sephar, monte á la parte del oriente.

Estas son las familias de los hijos de Noé por su descendencia, en sus naciones; y de éstas, fueron divididos los gentiles en la tierra después del diluvio.

Era entonces toda la tierra una lengua y unas mismas palabras.

Y aconteció que, cuando partieron de oriente, hallaron una vega en la tierra de Sinar, y se asentaron allí.

Y descendió el SEÑOR para ver la ciudad y la torre, que edificaban los hijos del hombre.

Por esto fue llamado el nombre de ella Babel, porque allí mezcló el SEÑOR el lenguaje de toda la tierra, y de allí los esparció sobre la faz de toda la tierra.

Y murió Harán antes que su padre Taré en la tierra de su naturaleza, en Ur de los caldeos.

Y tomaron Abram y Nacor para sí mujeres: el nombre de la mujer de Abram fue Sarai, y el nombre de la mujer de Nacor, Milca, hija de Harán, padre de Milca y de Isca.

Y tomó Taré a Abram su hijo, y a Lot hijo de Harán, hijo de su hijo, y a Sarai su nuera, mujer de Abram su hijo; y salió con ellos de Ur de los caldeos, para ir a la tierra de Canaán; y vinieron hasta Harán, y se asentaron allí.

Y tomó Abram a Sarai su mujer, y a Lot su sobrino, y todas las posesiones que ellos habían acumulado, y las personas que habían adquirido en Harán, y salieron para ir a la tierra de Canaán; y a la tierra de Canaán llegaron.

Y pasó Abram por aquella tierra hasta el lugar de Siquem, hasta el alcornoque de More; y el cananeo estaba entonces en la tierra.

y será, que cuando te vean los egipcios, dirán: Su mujer es; y me matarán a mí, y a ti te darán la vida.

Y aconteció que, cuando entró Abram en Egipto, los egipcios vieron la mujer que era hermosa en gran manera.

También la vieron los príncipes del Faraón, y la alabaron delante del Faraón; y fue llevada la mujer a casa del Faraón,

¿Por qué dijiste: Es mi hermana? ¡Y yo la tome para mí por mujer! Ahora, pues, he aquí tu mujer, tómala y vete.

Y volvió por sus jornadas de la parte del mediodía hacia Betel, hasta el lugar donde había estado antes su tienda entre Betel y Hai;

De tal manera que la tierra no los sufría para morar juntos; porque su hacienda era mucha, y no pudieron habitar juntos.

Y hubo contienda entre los pastores del ganado de Abram y los pastores del ganado de Lot; y el cananeo y el ferezeo habitaban entonces en la tierra.

¿No está toda la tierra delante de ti? Yo te ruego que te apartes de mí. Si tú fueres a la mano izquierda, yo iré a la derecha; y si tú a la derecha, yo a la izquierda.

Y alzó Lot sus ojos, y vio toda la llanura del Jordán, que toda ella era de riego, antes que destruyera el SEÑOR a Sodoma, y a Gomorra, como un huerto del SEÑOR, como la tierra de Egipto entrando en Zoar.

Entonces Lot escogió para sí toda la llanura del Jordán; y se fue Lot al oriente, y se apartaron el uno del otro.

Abram se asentó en la tierra de Canaán, y Lot se asentó en las ciudades de la llanura, y puso sus tiendas hasta Sodoma.

Y pondré tu simiente como el polvo de la tierra; que si alguno podrá contar el polvo de la tierra, también tu simiente será contada.

Levántate, ve por la tierra a lo largo de ella y a su ancho; porque a ti la tengo de dar.

hicieron guerra contra Bera, rey de Sodoma, y contra Birsa, rey de Gomorra, y contra Sinab, rey de Adma, y contra Semeber, rey de Zeboim, y contra el rey de Bela, la cual es Zoar.

Y a los horeos en el monte de Seir, hasta la llanura de Parán, que está junto al desierto.

Y tomaron toda la hacienda de Sodoma y de Gomorra, y todas sus provisiones, y se fueron.

Y se derramó sobre ellos de noche él y sus siervos, y los hirió, y los siguió hasta Hoba, que está a la izquierda de Damasco.

Y recobró todos sus bienes, también a su pariente Lot con sus posesiones, y también a las mujeres y a la gente.

Y salió el rey de Sodoma á recibirlo, cuando volvía de la derrota de Chêdorlaomer y de los reyes que con él estaban, al valle de Shave, que es el valle del Rey.

Entonces el rey de Sodoma dijo a Abram: Dame las personas, y toma para ti la hacienda.

Y respondió Abram al rey de Sodoma: He alzado mi mano al SEÑOR Dios alto, poseedor de los cielos y de la tierra,

que desde un hilo hasta la correa de un zapato, nada tomaré de todo lo que es tuyo, para que no digas: Yo enriquecí a Abram.

Sacando solamente lo que comieron los jóvenes, y la parte de los varones que fueron conmigo, Aner, Escol, y Mamre; los cuales tomarán su parte.

Y luego la palabra del SEÑOR vino a él diciendo: No te heredará éste, sino el que saldrá de tus entrañas, aquél te heredará.

Y tomó él todas estas cosas, y las partió por la mitad, y puso cada mitad una enfrente de otra; mas no partió las aves.

Mas á la caída del sol sobrecogió el sueño á Abram, y he aquí que el pavor de una grande obscuridad cayó sobre él.

Mas también a la gente a quien servirán, juzgo yo; y después de esto saldrán con grande riqueza.

la tierra de los Quenitas, los Cenezeos, los Cadmoneos,

Entonces Sarai dijo a Abram: He aquí que el SEÑOR me ha impedido tener {hijos.} Llégate, te ruego, a mi sierva; quizá por medio de ella yo tenga hijos. Y Abram escuchó la voz de Sarai.

Y Sarai, la mujer de Abram, tomó a Agar su sierva egipcia, al cabo de diez años que había habitado Abram en la tierra de Canaán, y la dio a Abram su marido por mujer.

Y él entró a Agar, la cual concibió; y cuando vio que había concebido, miraba con desprecio a su señora.

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