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'Los' en la Biblia

Es a saber, dos columnas, y los vasos redondos de los capiteles que estaban en lo alto de las dos columnas; y dos redes que cubrían los dos vasos redondos de los capiteles que estaban sobre la cabeza de las columnas;

y cuatrocientas granadas para las dos redes, es a saber, dos órdenes de granadas en cada red, para cubrir los dos vasos redondos que estaban sobre las cabezas de las columnas;

calderos, tenazas, cuencos; y todos los otros vasos que Hiram hizo al rey Salomón, para la Casa del SEÑOR de bronce bruñido.

El rey los fundió en la llanura del Jordán, en la tierra arcillosa entre Sucot y Saretán.

Y dejó Salomón sin inquirir el peso del bronce de todos los vasos, por la gran multitud de ellos.

E hizo Salomón todos los vasos que pertenecían a la Casa del SEÑOR; un altar de oro, y una mesa sobre la cual estaban los panes de la proposición, también de oro;

y los candeleros de oro purísimo, cinco a la mano derecha, y otros cinco a la izquierda, delante del oráculo; con las flores, y las lámparas, y despabiladeras de oro;

asimismo los cántaros, vasos, cuencos, cucharros, e incensarios, de oro purísimo; también de oro los quiciales de las puertas de la Casa de adentro, es a saber del lugar santísimo, y los de las puertas de la casa del templo.

Así fue terminada toda la obra que el rey Salomón hizo {en} la casa del SEÑOR. Y Salomón trajo las cosas consagradas por su padre David, es decir, la plata, el oro y los utensilios, {y los} puso en los tesoros de la casa del SEÑOR.

Entonces juntó Salomón los ancianos de Israel, y a todas las cabezas de las tribus, los príncipes de las familias de los hijos de Israel, al rey Salomón en Jerusalén para traer el arca del pacto del SEÑOR de la ciudad de David, que es Sion.

Y se juntaron al rey Salomón todos los varones de Israel en el mes de Etanim, que es el mes séptimo, en el día solemne.

Y llevaron el arca del SEÑOR, y el tabernáculo del testimonio, y todos los vasos sagrados que estaban en el tabernáculo; los cuales llevaban los sacerdotes y levitas.

Y los sacerdotes metieron el arca del pacto del SEÑOR en su lugar, en el oráculo de la Casa, en el lugar santísimo, debajo de las alas de los querubines.

Porque los querubines tenían extendidas las alas sobre el lugar del arca, y así cubrían los querubines el arca y sus varas por encima.

Pero las barras eran tan largas que los extremos de las barras se podían ver desde el lugar santo, {que estaba} delante del santuario interior, mas no se podían ver {desde} afuera; y allí están hasta hoy.

En el arca ninguna cosa había además de las dos tablas de piedra que había allí puesto Moisés en Horeb, cuando el SEÑOR cortó un pacto con los hijos de Israel, cuando salieron de la tierra de Egipto.

Y cuando los sacerdotes salieron del lugar santo, la nube llenó la Casa del SEÑOR.

Y los sacerdotes no pudieron estar para ministrar por causa de la nube; porque la gloria del SEÑOR había llenado la Casa del SEÑOR.

Y he puesto en ella lugar para el arca, en la cual está el pacto del SEÑOR, que él hizo con nuestros padres cuando los sacó de la tierra de Egipto.

dijo: SEÑOR Dios de Israel, no hay Dios como tú, ni arriba en los cielos ni abajo en la tierra, que guardas el pacto y la misericordia a tus siervos, los que andan delante de ti de todo su corazón;

¿Es verdad que Dios haya de morar sobre la tierra? He aquí que los cielos, los cielos de los cielos, no te pueden contener; ¿cuánto menos esta Casa que yo he edificado?

Oirás pues la oración de tu siervo, y de tu pueblo Israel; cuando oraren en este lugar, también tú lo oirás en el lugar de tu habitación, desde los cielos; que oigas y perdones.

escucha tú {desde} los cielos y obra y juzga a tus siervos, condenando al impío haciendo recaer su conducta sobre su cabeza, y justificando al justo dándole conforme a su justicia.

los oirás desde los cielos, y perdonarás el pecado de tu pueblo Israel, y los volverás a la tierra que diste a sus padres.

Cuando el cielo se cerrare, y no haya lluvias, por haber pecado contra ti, y te rogaren en este lugar, y confesaren tu nombre, y se volvieren del pecado, cuando los hubieres afligido;

tú oirás en los cielos, y perdonarás el pecado de tus siervos y de tu pueblo Israel, enseñándoles el buen camino en que anden; y darás lluvias sobre tu tierra, la cual diste a tu pueblo por heredad.

Cuando en la tierra hubiere hambre, o pestilencia; o hubiere tizoncillo, o niebla; o hubiere langosta, o pulgón; si sus enemigos los tuvieren cercados en la tierra de sus puertas; cualquier plaga o enfermedad que sea;

tú oirás en los cielos, en la habitación de tu morada, y perdonarás, y obrarás, y darás a cada uno conforme a todos sus caminos, cuyo corazón tú conoces (porque sólo tú conoces el corazón de todos los hijos de los hombres);

para que te teman todos los días que vivieren sobre la faz de la tierra que tú diste a nuestros padres.

tú oirás desde los cielos, en la habitación de tu morada, y harás conforme a todo aquello por lo cual el extranjero hubiere clamado a ti; para que todos los pueblos de la tierra conozcan tu nombre, y te teman, como tu pueblo Israel, y sepan que tu nombre es invocado sobre esta Casa que yo edifiqué.

Si tu pueblo saliere en batalla contra sus enemigos por el camino que tú los enviares, y oraren al SEÑOR hacia la ciudad que tú elegiste, y hacia la Casa que yo edifiqué para tu nombre,

Si hubieren pecado contra ti (porque no hay hombre que no peque) y tú estuvieres airado contra ellos, y los entregares delante del enemigo, para que los cautiven y lleven a tierra enemiga, sea lejos o cerca,

y ellos volvieren a su corazón en la tierra donde fueren cautivos; si volvieren, y oraren a ti en la tierra de los que los cautivaron, y dijeren: Pecamos, hemos hecho iniquidad, hemos cometido impiedad;

y si se convirtieren a ti de todo su corazón y de toda su alma, en la tierra de sus enemigos que los hubieren llevado cautivos, y oraren a ti hacia su tierra, que tú diste a sus padres, hacia la ciudad que tú elegiste y la Casa que yo he edificado a tu nombre;

tú oirás en los cielos, en la habitación de tu morada, su oración y su súplica, y les harás derecho;

y perdonarás a tu pueblo que había pecado contra ti, y todas sus rebeliones con que se habrán rebelado contra ti; y harás que hagan con ellos misericordia los que los hubieren llevado cautivos;

pues que tú los apartaste para ti por tu heredad de todos los pueblos de la tierra, como lo dijiste por mano de Moisés tu siervo, cuando sacaste a nuestros padres de Egipto, oh Señor DIOS.

incline nuestro corazón hacia él, para que andemos en todos sus caminos, y guardemos sus mandamientos y sus estatutos y sus derechos, los cuales mandó a nuestros padres.

"Estén, pues, los corazones de ustedes enteramente dedicados al SEÑOR nuestro Dios, para que andemos en Sus estatutos y guardemos Sus mandamientos, como en este día."

Y ofreció Salomón sacrificios pacíficos, los cuales sacrificó al SEÑOR, que fueron veintidós mil bueyes, y ciento veinte mil ovejas. Así dedicaron el rey y todos los hijos de Israel la Casa del SEÑOR.

Aquel mismo día santificó el rey el medio del atrio que estaba delante de la Casa del SEÑOR: porque ofreció allí los holocaustos, y los presentes, y los sebos de los pacíficos; por cuanto el altar de bronce que estaba delante del SEÑOR era pequeño, y no cabían en él los holocaustos, y los presentes, y los sebos de los pacíficos.

Y el octavo día despidió al pueblo: y ellos bendiciendo al rey, se fueron á sus estancias alegres y gozosos de corazón por todos los beneficios que Jehová había hecho á David su siervo, y á su pueblo Israel.

Y le dijo el SEÑOR: Yo he oído tu oración y tu ruego, que has hecho en mi presencia. Yo he santificado esta Casa que tú has edificado, para poner mi nombre en ella para siempre; y en ella estarán mis ojos y mi corazón todos los días.

Mas si obstinadamente os apartareis de mí vosotros y vuestros hijos, y no guardareis mis mandamientos y mis estatutos que yo he dado delante de vosotros, sino que fuéreis y sirviéreis a dioses ajenos, y los adoráreis;

yo cortaré a Israel de sobre la faz de la tierra que les he entregado; y esta Casa que he santificado a mi nombre, yo la echaré de delante de mí, e Israel será por proverbio y fábula a todos los pueblos;

Y dirán: Por cuanto dejaron al SEÑOR su Dios, que había sacado a sus padres de tierra de Egipto, y echaron mano a los dioses ajenos, y los adoraron, y los sirvieron; por eso ha traído el SEÑOR sobre ellos todo este mal.

Y aconteció al cabo de los veinte años, que Salomón había edificado las dos casas, la Casa del SEÑOR y la casa real

Y estos son los datos de la leva (trabajo forzado) que el rey Salomón impuso para edificar la casa del SEÑOR, su propia casa, el Milo (la fortaleza), el muro de Jerusalén, y {las ciudades de} Hazor, Meguido y Gezer.

Faraón el rey de Egipto había subido y tomado a Gezer, y la quemó, y mató a los cananeos que habitaban la ciudad, y la había dado en don a su hija la mujer de Salomón.

asimismo todas las ciudades donde Salomón tenía municiones, y las ciudades de los carros, y las ciudades de la gente de a caballo, y todo lo que Salomón deseó edificar en Jerusalén, en el Líbano, y en toda la tierra de su señorío.

A todos los pueblos que quedaron de los amorreos, heteos, ferezeos, heveos, jebuseos, que no fueron de los hijos de Israel;

a sus hijos que quedaron en la tierra después de ellos, que los hijos de Israel no pudieron acabar, hizo Salomón que sirvieran con tributo hasta hoy.

Mas a ninguno de los hijos de Israel impuso Salomón servicio, sino que eran hombres de guerra, o sus criados, o sus príncipes, o sus capitanes, o príncipes de sus carros, o su gente de a caballo.

Y los que Salomón había hecho príncipes y prepósitos sobre las obras de Salomón, eran quinientos cincuenta, los cuales estaban sobre el pueblo que trabajaba en aquella obra.

Y envió Hiram en ellos a sus siervos, marineros y diestros en el mar, con los siervos de Salomón;

los cuales fueron a Ofir, y tomaron de allí oro, cuatrocientos veinte talentos, y lo trajeron al rey Salomón.

asimismo la comida de su mesa, el asiento de sus siervos, el estado y los vestidos de los que le servían, sus maestresalas, y sus holocaustos que sacrificaba en la Casa del SEÑOR, no hubo más espíritu en ella.

Y de la madera de brasil hizo el rey balaustres para la Casa del SEÑOR, y para las casas reales, y arpas y salterios para los cantores; nunca vino tanta madera de brasil, ni se ha visto hasta hoy.

sin lo de los mercaderes, y de la contratación de especias, y de todos los reyes de Arabia, y de los príncipes de la tierra.

Asimismo trescientos escudos de oro extendido, en cada uno de los cuales gastó tres libras de oro; y los puso el rey en la casa del bosque del Líbano.

Seis gradas tenía el trono, y lo alto de él era redondo por el respaldo; y por un lado y por la otra tenía apoyos cerca del asiento, junto a los cuales estaban colocados dos leones.

Y todos los vasos de beber del rey Salomón eran de oro, y asimismo toda la vajilla de la casa del bosque del Líbano era de oro fino; no había plata; porque en tiempo de Salomón no era de estima.

Y excedía el rey Salomón a todos los reyes de la tierra así en riquezas como en sabiduría.

Y juntó Salomón carros y gente de a caballo; y tenía mil cuatrocientos carros, y doce mil jinetes, los cuales puso en las ciudades de los carros, y con el rey en Jerusalén.

Y el rey hizo que en Jerusalén la plata llegara a ser como piedras, y cedros como los cabrahigos que están por los valles en abundancia.

Y sacaban caballos y lienzos a Salomón de Egipto; porque la compañía de los mercaderes del rey compraban caballos y lienzos.

Y venía y salía de Egipto, el carro por seiscientas piezas de plata, y el caballo por ciento cincuenta; y así los suministraban por mano de ellos a todos los reyes de los heteos, y de Siria.

de los gentiles de las cuales el SEÑOR había dicho a los hijos de Israel: No entraréis a ellas, ni ellas entrarán a vosotros; porque ciertamente ellas harán inclinar vuestros corazones tras sus dioses. A éstas pues se juntó Salomón con amor.

Porque Salomón siguió a Astoret, diosa de los sidonios, y a Milcom, abominación de los amonitas.

E hizo Salomón lo malo ante los ojos del SEÑOR, y no siguió cumplidamente tras el SEÑOR como David su padre.

Entonces edificó Salomón un lugar alto a Quemos, abominación de Moab, en el monte que está enfrente de Jerusalén; y a Moloc, abominación de los hijos de Amón.

Porque cuando David estaba en Edom, y subió Joab el general del ejército a enterrar los muertos, y mató a todos los varones de Edom

(pues Joab y todo Israel permanecieron allí seis meses hasta que dieron muerte a todos los varones en Edom),

entonces huyó Adad, y con él algunos varones idumeos de los siervos de su padre, y se fue a Egipto; era entonces Adad muchacho pequeño.

Y halló Hadad gran favor ante los ojos de Faraón, que le dio por mujer a la hermana de su esposa, la hermana de la reina Tahpenes.

Y la hermana de Tahpenes le dio a luz a su hijo Genubat, al cual destetó Tahpenes dentro de la casa del Faraón; y estaba Genubat en la casa del Faraón entre los hijos de Faraón.

Y había juntado gente contra él, y se había hecho capitán de una compañía, cuando David deshizo a los de Soba. Después se fueron a Damasco, y habitaron allí y le hicieron rey en Damasco.

Y fue adversario a Israel todos los días de Salomón; y fue otro mal con el de Adad, porque aborreció a Israel, y reinó sobre Siria.

Y sucedió en aquel tiempo que cuando Jeroboam salió de Jerusalén, el profeta Ahías silonita lo encontró en el camino. Ahías se había puesto un manto nuevo y los dos estaban solos en el campo.

y dijo a Jeroboam: Toma para ti los diez pedazos; porque así dijo el SEÑOR Dios de Israel: He aquí que yo rompo el reino de la mano de Salomón, y a ti daré diez tribus;

por cuanto me han dejado, y han adorado a Astoret diosa de los sidonios, y a Quemos dios de Moab, y a Moloc dios de los hijos de Amón; y no han andado en mis caminos, para hacer lo que es recto delante de mis ojos, y mis estatutos, y mis derechos, como hizo David su padre.

Pero no quitaré nada de su reino de sus manos, sino que lo pondré por príncipe todos los días de su vida, por amor de David mi siervo, al cual yo elegí, y él guardó mis mandamientos y mis estatutos.

y a su hijo daré una tribu, para que mi siervo David tenga lámpara todos los días delante de mi faz en Jerusalén, ciudad que yo me elegí para poner en ella mi nombre.

Los demás hechos de Salomón, y todas las cosas que hizo, y su sabiduría, ¿no están escritas en el libro de los hechos de Salomón?

Y los días que Salomón reinó en Jerusalén sobre todo Israel, fueron cuarenta años.

Entonces el rey Roboam tomó consejo con los ancianos que habían estado delante de Salomón su padre cuando vivía, y dijo: ¿Cómo aconsejáis vosotros que responda a este pueblo?

Mas él, desecho el consejo de los viejos que ellos le habían dado, tomó consejo con los jóvenes que se habían criado con él, y estaban delante de él.

Entonces los jóvenes que se habían criado con él, le respondieron, diciendo: Así hablarás a este pueblo que te ha dicho estas palabras: Tu padre agravó nuestro yugo; mas tú disminúyenos algo; así les hablarás: El menor dedo de los míos es más grueso que los lomos de mi padre.

~`Por cuanto mi padre los cargó con un pesado yugo, yo añadiré al yugo de ustedes; mi padre los castigó con látigos, pero yo los castigaré con escorpiones.'"

Y el rey respondió al pueblo duramente, desechando el consejo de los ancianos que ellos le habían dado;

y les habló conforme al consejo de los jóvenes, diciendo: Mi padre agravó vuestro yugo, pero yo añadiré a vuestro yugo; mi padre os castigó con azotes, mas yo os castigaré con escorpiones.

Mas reinó Roboam sobre los hijos de Israel que moraban en las ciudades de Judá.

Y el rey Roboam envió a Adoram, que estaba sobre los tributos; pero le apedreó todo Israel, y murió. Entonces el rey Roboam se esforzó a subir en un carro, y huir a Jerusalén.

Habla a Roboam hijo de Salomón, rey de Judá, y a toda la casa de Judá y de Benjamín, y a los demás del pueblo, diciendo:

Así dijo el SEÑOR: No vayáis, ni peleéis contra vuestros hermanos los hijos de Israel; volveos cada uno a su casa; porque este negocio yo lo he hecho. Y ellos oyeron la palabra de Dios, y volvieron, y se fueron, conforme a la palabra del SEÑOR.

Y el rey tomó consejo, hizo dos becerros de oro, y dijo al pueblo: Es mucho para vosotros subir a Jerusalén; he aquí vuestros dioses, oh Israel, los cuales te hicieron subir de la tierra de Egipto.

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