'Conmigo' en la Biblia
Y dijo Acab rey de Israel a Josafat rey de Judá: ¿Quieres venir conmigo a Ramot de Galaad? Y él respondió: Yo soy como tú, y mi pueblo como tu pueblo; iremos contigo a la guerra.
Y él le envió embajadores, diciendo: ¿Qué tengo yo contigo, rey de Judá? Yo no vengo contra ti hoy, sino contra la casa que me hace guerra; y Dios me ha dicho que me apresure. Deja de meterte con Dios, quien está conmigo, no sea que Él te destruya.
e inclinó hacia mí su misericordia delante del rey y de sus consejeros, y de todos los príncipes poderosos del rey. Y yo, fortalecido según la mano de mi Dios sobre mí, reuní a los principales de Israel para que subiesen conmigo.
Y éstos son los jefes de sus padres, y la genealogía de los que subieron conmigo de Babilonia, cuando reinaba el rey Artajerjes.
Y vine luego a los gobernadores del otro lado del río, y les di las cartas del rey. Y el rey envió conmigo capitanes del ejército y gente de a caballo.
me levanté de noche, yo y unos cuantos varones conmigo, y no declaré a hombre alguno lo que Dios había puesto en mi corazón que hiciese en Jerusalén; ni había bestia conmigo, excepto la cabalgadura en que cabalgaba.
Pararon luego los dos coros en la casa de Dios; y yo, y la mitad de los magistrados conmigo;
y que agradara a Dios destruirme; que desatara su mano, y acabara conmigo!
Entonces yo hablaría, y no le temería; mas no es así conmigo.
Diré a Dios: No me condenes; hazme entender por qué contiendes conmigo.
Renuevas contra mí tus pruebas, y aumentas conmigo tu furor como tropas de relevo.
¿Quién es el que contenderá conmigo? Porque si ahora yo callara, moriría.
A lo menos dos cosas no hagas conmigo; entonces no me esconderé de tu rostro.
No hay conmigo sino escarnecedores, en cuya amargura se detienen mis ojos.
Y si en verdad he errado, conmigo se quedará mi error.
¿Contendería conmigo con su gran fuerza? No; antes Él pondría fuerza en mí.
El abismo dice: No está en mí: Y el mar dijo: Ni conmigo.
Cuando el Omnipotente aún estaba conmigo, y mis hijos alrededor de mí;
Si tuve en poco el derecho de mi siervo y de mi sierva, cuando ellos contendían conmigo,
(Porque desde mi juventud creció conmigo como con un padre, y desde el vientre de mi madre fui guía de la viuda);
si di mal pago al que estaba en paz conmigo (Hasta he libertado al que sin causa era mi enemigo),
Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno; porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
Bendito Jehová, porque ha hecho maravillosa su misericordia para conmigo en ciudad fuerte.
Engrandeced a Jehová conmigo, y exaltemos a una su nombre.
De día mandará Jehová su misericordia, y de noche su canción será conmigo, y mi oración al Dios de mi vida.
Juntadme mis santos; los que hicieron conmigo pacto con sacrificio.
Porque tu misericordia es grande para conmigo; y has librado mi alma del más profundo infierno.
Haz conmigo señal para bien, y véanla los que me aborrecen, y sean avergonzados; porque tú, Jehová, me ayudaste, y me consolaste.
Mis ojos pondré en los fieles de la tierra, para que estén conmigo; el que anduviere en el camino de la perfección, éste me servirá.
Y tú, Señor Jehová, haz conmigo por amor de tu nombre; líbrame, porque tu misericordia es buena.
¿Qué pagaré a Jehová por todos sus beneficios para conmigo?
Me has hecho más sabio que mis enemigos con tus mandamientos; porque siempre están conmigo.
Conmigo está el consejo y la sana sabiduría; yo soy la inteligencia; mía es la fortaleza.
Las riquezas y la honra están conmigo; riquezas duraderas, y justicia.
Y fui engrandecido y aumentado más que todos los que fueron antes de mí en Jerusalén; también permaneció conmigo mi sabiduría.
Ven conmigo del Líbano, oh esposa mía, ven conmigo del Líbano: Mira desde la cumbre de Amana, desde la cumbre de Senir y de Hermón, desde las guaridas de los leones, desde los montes de los leopardos.
Yo soy de mi amado, y conmigo tiene su contentamiento.
Y tomé conmigo como testigos fieles para que confirmaran, al sacerdote Urías y a Zacarías hijo de Jeberequías.
¿O forzará alguien mi fortaleza? Haga conmigo paz, sí, haga paz conmigo.
Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón lejos está de mí, y su temor para conmigo fue enseñado por mandamiento de hombres.
No escuchéis a Ezequías; porque el rey de Asiria dice así: Haced conmigo paz, y salid a mí; y coma cada uno de su viña, y cada uno de su higuera, y beba cada cual las aguas de su pozo;
Cercano está el que me justifica; ¿quién contenderá conmigo? Juntémonos. ¿Quién es el adversario de mi causa? Acérquese a mí.
He pisado el lagar yo solo, y de los pueblos nadie fue conmigo; los pisé con mi ira, y los hollé con mi furor; y su sangre salpicó mis vestiduras, y manché todo mi ropaje.
Mira desde el cielo, y contempla desde la morada de tu santidad y de tu gloria: ¿Dónde está tu celo, y tu fortaleza, la conmoción de tus entrañas y de tus misericordias para conmigo? ¿Se han estrechado?
¿Por qué contendéis conmigo? Todos vosotros prevaricasteis contra mí, dice Jehová.
Oh Jehová, mira por mí, y oye la voz de los que contienden conmigo.
Mas Jehová está conmigo como poderoso gigante; por tanto los que me persiguen tropezarán, y no prevalecerán; serán avergonzados en gran manera, porque no prosperarán; tendrán perpetua confusión que jamás será olvidada.
Y ahora yo te he soltado hoy de las esposas que tenías en tus manos. Si te parece bien venir conmigo a Babilonia, ven, y yo miraré por ti; mas si no te parece bien venir conmigo a Babilonia, déjalo; mira, toda la tierra está delante de ti; ve a donde mejor y más cómodo te pareciere ir.
Venga delante de ti toda su maldad, y haz con ellos como hiciste conmigo por todas mis rebeliones; porque muchos son mis suspiros, y mi corazón desfallece.
Me ha parecido bien publicar las señales y milagros que el Dios Altísimo ha hecho conmigo.
Y mientras él hablaba conmigo, caí dormido en tierra sobre mi rostro; y él me tocó, y me hizo estar en pie.
Y me hizo entender, y habló conmigo, y dijo: Daniel, ahora he salido para darte sabiduría y entendimiento.
Y sólo yo, Daniel, vi aquella visión, y no la vieron los hombres que estaban conmigo; sino que cayó sobre ellos un gran temor y huyeron a esconderse.
Y me dijo: Daniel, varón muy amado, está atento a las palabras que te hablaré, y levántate sobre tus pies; porque a ti he sido enviado ahora. Y cuando él hablaba conmigo estas palabras, yo estaba temblando.
y cuando él habló conmigo estas palabras, puse mi rostro en tierra, y enmudecí.
y me dijo: Varón muy amado, no temas; paz a ti; ten buen ánimo, y esfuérzate. Y hablando él conmigo recobré las fuerzas, y dije: Hable mi señor, porque me has fortalecido.
Pero yo te declararé lo que está anotado en la Escritura de la verdad. Y ninguno hay que se esfuerce conmigo en estas cosas, sino Miguel vuestro príncipe.
Y te desposaré conmigo para siempre; te desposaré conmigo en justicia, y juicio, en compasión, y en misericordias.
Y te desposaré conmigo en fe, y conocerás a Jehová.
Entonces dije: ¿Qué son éstos, Señor mío? Y me dijo el Ángel que hablaba conmigo: Yo te enseñaré qué son éstos.
Y Jehová respondió buenas palabras, palabras consoladoras, al Ángel que hablaba conmigo.
Y me dijo el Ángel que hablaba conmigo: Clama, diciendo: Así dice Jehová de los ejércitos: Estoy celoso por Jerusalén y por Sión, con gran celo:
Y dije al Ángel que hablaba conmigo: ¿Qué son éstos? Y me respondió: Éstos son los cuernos que dispersaron a Judá, a Israel y a Jerusalén.
Y he aquí, salía aquel Ángel que hablaba conmigo, y otro ángel le salió al encuentro,
Y volvió el Ángel que hablaba conmigo, y me despertó como un hombre que es despertado de su sueño.
Proseguí, y hablé a aquel Ángel que hablaba conmigo, diciendo: ¿Qué es esto, mi Señor?
Y el Ángel que hablaba conmigo respondió, y me dijo: ¿No sabes qué es esto? Y dije: No, mi Señor.
Y salió aquel Ángel que hablaba conmigo, y me dijo: Alza ahora tus ojos, y mira qué es esto que sale.
Respondí entonces, y dije al Ángel que hablaba conmigo: Señor mío, ¿qué es esto?
La ley de verdad estuvo en su boca, e iniquidad no fue hallada en sus labios; en paz y en justicia anduvo conmigo, y a muchos hizo apartar de la iniquidad.
El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama.
Y llamando Jesús a sus discípulos, dijo: Tengo compasión de la multitud, porque hace ya tres días que están conmigo, y no tienen qué comer; y enviarlos en ayunas no quiero, no sea que desmayen en el camino.
Entonces aquel siervo, postrado le rogaba, diciendo: Señor, ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo.
Entonces su consiervo, postrándose a sus pies, le rogaba diciendo: Ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo.
Mas él respondiendo, dijo a uno de ellos: Amigo, no te hago agravio; ¿no acordaste conmigo por un denario?
Entonces Él respondiendo, dijo: El que mete la mano conmigo en el plato, ése me ha de entregar.
Entonces Él les dijo: Mi alma está muy triste hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo.
Y vino a sus discípulos y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así que, no habéis podido velar conmigo una hora?
Tengo compasión de la multitud, porque son ya tres días que están conmigo, y no tienen qué comer;
Y sentándose ellos a la mesa, mientras comían, Jesús dijo: De cierto os digo: Uno de vosotros, que come conmigo, me va a entregar.
Y respondiendo Él, les dijo: Es uno de los doce, que moja conmigo en el plato.
y él, desde adentro respondiendo, dijere: No me molestes; la puerta está ya cerrada, y mis niños están conmigo en cama; no puedo levantarme y dártelos?
El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama.
Y le dijo uno de la multitud: Maestro, di a mi hermano que parta conmigo la herencia.
y viniendo a casa, reúne a sus amigos y a sus vecinos, diciéndoles: Regocijaos conmigo, porque he hallado mi oveja que se había perdido.
Y cuando la halla, reúne a sus amigas y a sus vecinas, diciendo: Regocijaos conmigo, porque he hallado la dracma que había perdido.
Él entonces le dijo: Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo que tengo es tuyo.
Mas he aquí, conmigo en la mesa, la mano del que me entrega.
Mas vosotros sois los que habéis permanecido conmigo en mis pruebas.
Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo: Hoy estarás conmigo en el paraíso.
Si recibe el hombre la circuncisión en sábado, para que la ley de Moisés no sea quebrantada, ¿os enojáis conmigo porque en sábado sané completamente a un hombre?
Y el que me envió, está conmigo; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada.
Pedro le dijo: No me lavarás los pies jamás. Jesús le respondió: Si no te lavare, no tendrás parte conmigo.
No hablo de todos vosotros; yo conozco a los que he escogido; mas para que se cumpla la Escritura: El que come pan conmigo, levantó contra mí su calcañar.
Y vosotros también daréis testimonio, porque habéis estado conmigo desde el principio.
He aquí la hora viene, y ya ha venido, en que seréis dispersados cada uno a los suyos, y me dejaréis solo; mas no estoy solo, porque el Padre está conmigo.
Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo; para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo.
Antes vosotros sabéis que para lo que me ha sido necesario, y para los que están conmigo, estas manos me han servido.
Y los que estaban conmigo vieron a la verdad la luz, y se espantaron; mas no oyeron la voz del que hablaba conmigo.