'La' en la Biblia
- 1.Gé 1:1-Gé 7:16
- 2.Gé 7:17-Gé 16:4
- 3.Gé 16:6-Gé 24:5
- 4.Gé 24:7-Gé 30:11
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- 14.Éx 38:29-Levítico 4:13
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- 17.Levítico 13:22-Levítico 15:18
- 18.Levítico 15:19-Levítico 21:10
- 19.Levítico 21:12-Levítico 27:8
- 20.Levítico 27:11-Números 4:7
- 21.Números 4:8-Números 8:17
- 22.Números 8:19-Números 13:28
- 23.Números 13:29-Números 18:15
- 24.Números 18:17-Números 24:17
- 25.Números 24:19-Números 30:15
- 26.Números 31:2-Números 35:26
- 27.Números 35:27-Deuteronomio 5:9
- 28.Deuteronomio 5:15-Deuteronomio 13:7
- 29.Deuteronomio 13:9-Deuteronomio 21:12
- 30.Deuteronomio 21:14-Deuteronomio 28:20
- 31.Deuteronomio 28:21-Deuteronomio 32:50
- 32.Deuteronomio 32:51-Josué 6:25
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- 34.Josué 11:17-Josué 18:8
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- 36.Josué 23:14-Jueces 6:23
- 37.Jueces 6:24-Jueces 11:21
- 38.Jueces 11:33-Jueces 19:7
- 39.Jueces 19:8-Rut 4:6
- 40.Rut 4:7-1 Samuel 7:14
- 41.1 Samuel 8:3-1 Samuel 16:4
- 42.1 Samuel 16:7-1 Samuel 23:8
- 43.1 Samuel 23:10-2 Samuel 1:4
- 44.2 Samuel 1:9-2 Samuel 10:3
- 45.2 Samuel 10:4-2 Samuel 15:27
- 46.2 Samuel 15:30-2 Samuel 22:43
- 47.2 Samuel 22:47-1 Reyes 4:24
- 48.1 Reyes 4:27-1 Reyes 8:23
- 49.1 Reyes 8:27-1 Reyes 13:5
- 50.1 Reyes 13:6-1 Reyes 19:7
- 51.1 Reyes 19:8-2 Reyes 4:12
- 52.2 Reyes 4:15-2 Reyes 9:33
- 53.2 Reyes 9:35-2 Reyes 16:20
- 54.2 Reyes 17:4-2 Reyes 23:21
- 55.2 Reyes 23:24-1 Crónicas 6:78
- 56.1 Crónicas 6:80-1 Crónicas 16:40
- 57.1 Crónicas 16:42-1 Crónicas 25:15
- 58.1 Crónicas 25:16-2 Crónicas 3:12
- 59.2 Crónicas 3:13-2 Crónicas 12:7
- 60.2 Crónicas 12:8-2 Crónicas 22:12
- 61.2 Crónicas 23:3-2 Crónicas 30:4
- 62.2 Crónicas 30:5-2 Crónicas 36:18
- 63.2 Crónicas 36:19-Esdras 8:28
- 64.Esdras 8:29-Nehemías 6:3
- 65.Nehemías 6:4-Nehemías 13:7
- 66.Nehemías 13:8-Ester 8:4
- 67.Ester 8:5-Job 8:5
- 68.Job 8:6-Job 19:29
- 69.Job 20:3-Job 29:17
- 70.Job 29:18-Job 37:15
- 71.Job 37:16-Salmos 7:8
- 72.Salmos 7:9-Salmos 28:2
- 73.Salmos 28:3-Salmos 42:11
- 74.Salmos 43:2-Salmos 60:2
- 75.Salmos 60:4-Salmos 73:18
- 76.Salmos 73:21-Salmos 86:7
- 77.Salmos 86:15-Salmos 102:11
- 78.Salmos 102:13-Salmos 111:1
- 79.Salmos 111:6-Salmos 133:2
- 80.Salmos 133:3-Proverbios 2:6
- 81.Proverbios 2:7-Proverbios 9:13
- 82.Proverbios 9:14-Proverbios 14:35
- 83.Proverbios 15:1-Proverbios 20:28
- 84.Proverbios 20:29-Proverbios 27:16
- 85.Proverbios 27:18-Eclesiastés 5:8
- 86.Eclesiastés 5:9-Cantares 3:3
- 87.Cantares 3:4-Isaías 6:12
- 88.Isaías 6:13-Isaías 14:23
- 89.Isaías 14:24-Isaías 24:4
- 90.Isaías 24:5-Isaías 30:17
- 91.Isaías 30:19-Isaías 38:17
- 92.Isaías 38:18-Isaías 47:13
- 93.Isaías 47:14-Isaías 60:1
- 94.Isaías 60:2-Jeremías 3:23
- 95.Jeremías 3:25-Jeremías 9:25
- 96.Jeremías 9:26-Jeremías 18:5
- 97.Jeremías 18:6-Jeremías 25:38
- 98.Jeremías 26:2-Jeremías 32:33
- 99.Jeremías 32:34-Jeremías 39:11
- 100.Jeremías 39:13-Jeremías 48:18
- 101.Jeremías 48:19-Jeremías 52:15
- 102.Jeremías 52:16-Ezequiel 2:8
- 103.Ezequiel 3:1-Ezequiel 11:17
- 104.Ezequiel 11:22-Ezequiel 17:23
- 105.Ezequiel 18:1-Ezequiel 22:29
- 106.Ezequiel 22:30-Ezequiel 29:7
- 107.Ezequiel 29:8-Ezequiel 34:26
- 108.Ezequiel 34:27-Ezequiel 40:41
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- 113.Oseas 4:12-Joel 2:23
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- 115.Amós 9:13-Miqueas 6:15
- 116.Miqueas 6:16-Sofonías 3:3
- 117.Sofonías 3:4-Zacarías 8:19
- 118.Zacarías 8:21-Mateo 2:9
- 119.Mateo 2:10-Mateo 9:23
- 120.Mateo 9:24-Mateo 15:2
- 121.Mateo 15:4-Mateo 21:40
- 122.Mateo 21:41-Mateo 26:71
- 123.Mateo 27:1-Marcos 4:36
- 124.Marcos 4:37-Marcos 9:33
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- 129.Lucas 14:17-Lucas 22:10
- 130.Lucas 22:11-Juan 4:11
- 131.Juan 4:15-Juan 9:4
- 132.Juan 9:5-Juan 17:12
- 133.Juan 17:17-Hechos 4:3
- 134.Hechos 4:4-Hechos 10:1
- 135.Hechos 10:3-Hechos 14:25
- 136.Hechos 14:26-Hechos 20:26
- 137.Hechos 20:28-Hechos 27:17
- 138.Hechos 27:18-Romanos 4:20
- 139.Romanos 5:1-Romanos 10:15
- 140.Romanos 10:17-1 Corintios 2:7
- 141.1 Corintios 2:8-1 Corintios 11:18
- 142.1 Corintios 11:20-2 Corintios 3:10
- 143.2 Corintios 3:14-Gálatas 1:17
- 144.Gálatas 1:23-Efesios 2:15
- 145.Efesios 2:16-Filipenses 3:19
- 146.Filipenses 3:21-2 Tesalonicenses 1:1
- 147.2 Tesalonicenses 1:3-2 Timoteo 1:9
- 148.2 Timoteo 1:10-Hebreos 5:5
- 149.Hebreos 5:7-Hebreos 11:21
- 150.Hebreos 11:22-Santiago 3:18
- 151.Santiago 4:4-2 Pedro 1:21
- 152.2 Pedro 2:2-Judas 1:16
- 153.Judas 1:21-Apocalipsis 9:20
- 154.Apocalipsis 10:2-Apocalipsis 18:18
- 155.Apocalipsis 18:19-Apocalipsis 22:21
Y tenía en su mano un librito abierto; y puso su pie derecho sobre el mar, y el izquierdo sobre la tierra;
Y el ángel que vi estar sobre el mar y sobre la tierra, levantó su mano al cielo,
y juró por el que vive para siempre jamás, que ha creado el cielo y las cosas que están en él, y la tierra y las cosas que están en ella, y el mar y las cosas que están en él, que el tiempo no será más;
pero en el día de la voz del séptimo ángel, cuando él comenzare a tocar la trompeta, el misterio de Dios será consumado, como él lo evangelizó a sus siervos los profetas.
Y oí una voz del cielo que hablaba otra vez conmigo, y me decía: Anda ve, y toma el libro abierto en la mano del ángel que está sobre el mar y sobre la tierra.
Y fui al ángel, diciéndole que me diera el librito; y él me dijo: Toma, y trágalo; y él te hará amargar tu vientre, pero en tu boca será dulce como la miel.
Y tomé el librito de la mano del ángel, y lo devoré; y era dulce en mi boca como la miel; y cuando lo hube devorado, fue amargo mi vientre.
Y echa fuera el patio que está dentro del templo, y no lo midas, porque es dado a los gentiles; y hollarán la ciudad santa cuarenta y dos meses.
Estas son las dos olivas, y los dos candeleros que están delante del Dios de la tierra.
Y si alguno les quisiere dañar, sale fuego de la boca de ellos, y devora a sus enemigos; y si alguno les quisiere hacer daño, es necesario que él sea así muerto.
Estos tienen potestad de cerrar el cielo, que no llueva en los días de su profecía, y tienen poder sobre las aguas para convertirlas en sangre, y para herir la tierra con toda plaga cuantas veces quisieren.
Y cuando ellos hubieren acabado su testimonio, la bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos, y los vencerá, y los matará.
Y sus cuerpos serán echados en las plazas de la gran ciudad, que espiritualmente es llamada Sodoma, y Egipto; donde también nuestro Señor fue colgado en el madero.
Y los moradores de la tierra se gozarán sobre ellos, y se alegrarán, y se enviarán dones los unos a los otros; porque estos dos profetas han atormentado a los que moran sobre la tierra.
Entonces oyeron una gran voz del cielo que les decía: Subid acá. Y subieron al cielo en la nube, y sus enemigos los vieron.
Y en aquella hora fue hecho gran temblor de tierra, y la décima parte de la ciudad cayó, y fueron muertos en el temblor de tierra los nombres de siete mil hombres; y los demás fueron espantados, y dieron gloria al Dios del cielo.
Y el séptimo ángel tocó la trompeta. Y fueron hechas grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos de este mundo son reducidos a nuestro Señor y a su Cristo; y reinará para siempre jamás.
Y los gentiles se han airado, y tu ira es venida, y el tiempo de los muertos para que sean juzgados, y para que des el galardón a tus siervos los profetas, y a los santos, y a los que temen tu Nombre, a los pequeñitos y a los grandes, y para que destruyas los que destruyen la tierra.
Y una gran señal apareció en el cielo: una mujer vestida del sol, y la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas.
Y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las echó en tierra. Y el dragón se paró delante de la mujer que estaba de parto, a fin de devorar a su hijo cuando hubiera nacido.
Y la mujer huyó al desierto, donde tiene lugar aparejado de Dios, para que allí la mantengan mil doscientos sesenta días.
Y fue lanzado fuera aquel gran dragón, que es la serpiente antigua, que es llamado diablo y el Satanás, el cual engaña al mundo entero; y fue arrojado en tierra, y sus ángeles fueron derribados con él.
Y oí una grande voz en el cielo que decía: Ahora ha venido la salvación, y la virtud, y el reino de nuestro Dios, y el poder de su Cristo; porque el acusador de nuestros hermanos ha sido arrojado, el cual los acusaba delante de nuestro Dios día y noche.
Y ellos le han vencido por la sangre del Cordero, y por la Palabra de su testimonio; y no han amado sus vidas hasta la muerte.
Por lo cual alegraos, cielos, y los que moráis en ellos. ¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! Porque el diablo ha descendido a vosotros, teniendo gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo.
Y cuando vio el dragón que él había sido derribado en tierra, persiguió a la mujer que había dado a luz el hijo varón.
Y fueron dadas a la mujer dos alas del gran águila, para que de la presencia de la serpiente volara al desierto a su lugar, donde es mantenida por un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo.
Y la serpiente echó de su boca tras la mujer agua como un río, a fin de hacer que fuera arrebatada del río.
Y la tierra ayudó a la mujer; y la tierra abrió su boca, y sorbió el río que había echado el dragón de su boca.
Entonces el dragón fue airado contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra los otros de la simiente de ella, los cuales guardan los mandamientos de Dios, y tienen el testimonio de Jesucristo.
Y yo me paré sobre la arena del mar, y vi una bestia subir del mar, que tenía siete cabezas y diez cuernos; y sobre sus cuernos diez diademas; y sobre las cabezas de ella nombre de blasfemia.
Y la bestia que vi, era semejante a un leopardo, y sus pies como pies de oso, y su boca como boca de león. Y el dragón le dio su poder, y su trono, y gran potestad.
Y vi una de sus cabezas como herida de muerte, y la llaga de su muerte fue curada; y toda la tierra maravillada, siguió a la bestia.
Y adoraron al dragón que había dado la potestad a la bestia, y adoraron a la bestia, diciendo: ¿Quién es semejante a la bestia, y quién podrá lidiar con él?
A la bestia se le dio una boca que hablaba palabras arrogantes y blasfemias, y se le dio autoridad para actuar durante cuarenta y dos meses.
Y todos los que moran en la tierra le adoraron, cuyos nombres no están escritos en el libro de la vida del Cordero, el cual fue muerto desde el principio del mundo.
El que lleva en cautividad, va en cautividad; el que a espada matare, es necesario que a espada sea muerto. Aquí está la paciencia y la fe de los santos.
Después vi otra bestia que subía de la tierra; y tenía dos cuernos semejantes a los del Cordero, mas hablaba como el dragón.
Y ejerce todo el poder de la primera bestia en presencia de él; y hace a la tierra y a los moradores de ella adorar la primera bestia, cuya llaga de muerte fue curada.
Y hace grandes señales, de tal manera que aun hace descender fuego del cielo a la tierra delante de los hombres.
Y engaña a los moradores de la tierra por las señales que le ha sido dado hacer en presencia de la bestia, mandando a los moradores de la tierra que hagan una imagen de la bestia que tiene la herida de espada, y vivió.
Y le fue dado que diera espíritu a la imagen de la bestia, para que la imagen de la bestia hable; y hará que los que no adoren la imagen de la bestia sean muertos.
Y hacía a todos, a los pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y siervos, tomar la marca en su mano derecha, o en sus frentes;
y que ninguno pueda comprar o vender, sino el que tiene la marca, o el nombre de la bestia, o el número de su nombre.
Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia; porque el número es de hombre, y el número de él es seiscientos sesenta y seis.
Miré, y he aquí que el Cordero {estaba} de pie sobre el Monte Sion, y con El ciento cuarenta y cuatro mil que tenían el nombre de El y el nombre de su Padre escrito en la frente.
Y oí una voz del cielo, como el estruendo de muchas aguas y como el sonido de un gran trueno; y la voz que oí {era} como {el sonido} de arpistas tocando sus arpas.
Y cantaban como un cántico nuevo delante del trono, y delante de los cuatro animales, y de los ancianos; y ninguno podía aprender el cántico sino aquellos ciento cuarenta y cuatro mil, los cuales son comprados de la tierra.
Y vi otro ángel volar por en medio del cielo, que tenía el Evangelio eterno para que evangelizara a los que moran en la tierra, y a toda nación y tribu y lengua y pueblo,
diciendo en alta voz: Temed a Dios, y dadle gloria; porque la hora de su juicio es venida; y adorad a aquel que ha hecho el cielo y la tierra y el mar y las fuentes de las aguas.
Y otro ángel le siguió, diciendo: Ya es caída, ya es caída Babilonia, aquella gran ciudad, porque ella ha dado a beber a todos los gentiles del vino de la ira de su fornicación.
Y el tercer ángel los siguió, diciendo en alta voz: Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y toma la marca en su frente, o en su mano,
éste también beberá del vino de la ira de Dios, el cual está echado puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles, y delante del Cordero;
y el humo del tormento de ellos sube para siempre jamás. Y los que adoran a la bestia y a su imagen, no tienen reposo día ni noche, ni cualquiera que tomare la marca de su nombre.
Aquí está la paciencia de los santos; aquí están los que guardan los mandamientos de Dios, y la fe de Jesús.
Y miré, y he aquí una nube blanca; y sobre la nube uno sentado semejante al Hijo del hombre, que tenía en su cabeza una corona de oro, y en su mano una hoz aguda.
Y otro ángel salió del templo, clamando con alta voz al que estaba sentado sobre la nube: Mete tu hoz, y siega; porque la hora de segar te es venida, porque la mies de la tierra está seca.
Y el que estaba sentado sobre la nube echó su hoz sobre la tierra, y la tierra fue segada.
Y otro ángel salió del altar, el cual tenía poder sobre el fuego, y clamó con gran voz al que tenía la hoz aguda, diciendo: Mete tu hoz aguda, y vendimia los racimos de la tierra; porque están maduras sus uvas.
Y el ángel echó su hoz aguda en la tierra, y vendimió la viña de la tierra, y la envió al grande lagar de la ira de Dios.
Y el lagar fue pisado fuera de la ciudad, y del lagar salió sangre hasta los frenos de los caballos por mil seiscientos estadios.
Y vi otra señal en el cielo, grande y admirable, que era siete ángeles que tenían las siete plagas postreras, porque en ellas es consumada la ira de Dios.
Y vi así como un mar de vidrio mezclado con fuego; y vi los que habían alcanzado la victoria de la bestia, y de su imagen, y de su marca, y del número de su nombre, estar sobre el mar semejante al vidrio, teniendo las arpas de Dios.
Y uno de los cuatro animales dio a los siete ángeles siete copas de oro, llenas de la ira de Dios, que vive para siempre jamás.
Y fue el templo lleno de humo por la majestad de Dios, y por su potencia; y ninguno podía entrar en el templo, hasta que fueran consumadas las siete plagas de los siete ángeles.
Y oí una gran voz del templo, que decía a los siete ángeles: Id, derramad las copas de la ira de Dios sobre la tierra.
Y el primero fue, y derramó su copa en la tierra; y fue hecha una plaga mala y dañosa sobre los hombres que tenían la marca de la bestia, y sobre los que adoraban su imagen.
porque ellos derramaron la sangre de los santos y de los profetas, tú les has dado también a beber sangre, pues lo merecen.
Y el quinto ángel derramó su copa sobre el trono de la bestia; y su reino fue hecho tenebroso, y se mordían sus lenguas de dolor;
Y vi salir de la boca del dragón, y de la boca de la bestia, y de la boca del falso profeta, tres espíritus inmundos a manera de ranas.
Porque son espíritus de demonios, que hacen milagros, para ir a los reyes de la tierra y de todo el mundo, para congregarlos para la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso.
Entonces fueron hechos relámpagos y voces y truenos; y hubo un gran temblor de tierra, un terremoto tan grande, cual no fue jamás desde que los hombres han estado sobre la tierra.
Y la gran ciudad fue partida en tres partes, y las ciudades de los gentiles se cayeron; y Babilonia la grande vino en memoria delante de Dios, para darle el cáliz del vino de la indignación de su ira.
Y descendió del cielo sobre los hombres un gran granizo cada piedra como del peso de un talento; y los hombres blasfemaron de Dios por la plaga del granizo, porque su plaga fue hecha muy grande.
Y vino uno de los siete ángeles que tenían las siete copas, y habló conmigo, diciéndome: Ven, y te mostraré la condenación de la gran ramera, la cual está sentada sobre muchas aguas;
con la cual han fornicado los reyes de la tierra, y los que moran en la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación.
Y la mujer estaba vestida de púrpura y de grana, y dorada con oro, y adornada de piedras preciosas y de perlas, teniendo un cáliz de oro en su mano lleno de abominaciones y de la suciedad de su fornicación;
y en su frente un nombre escrito: MISTERIO, BABILONIA LA GRANDE, MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA.
Y vi la mujer embriagada de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús; y cuando la vi, quedé maravillado de gran asombro.
Y el ángel me dijo: ¿Por qué te maravillas? Yo te diré el misterio de la mujer, y de la bestia que la trae, la cual tiene siete cabezas y diez cuernos.
La bestia que has visto, fue, y ya no es; y ha de subir del abismo, y ha de ir a perdición; y los moradores de la tierra, (cuyos nombres no están escritos en el libro de la vida desde la fundación del mundo,) se maravillarán viendo la bestia que era, y no es, aunque es.
Y aquí hay sentido que tiene sabiduría. Las siete cabezas son siete montes, sobre los cuales se asienta la mujer.
Y la bestia que era, y no es, es también el octavo rey, y es de los siete, y va a perdición.
Y los diez cuernos que has visto, son diez reyes, que aun no han tomado reino; mas tomarán potencia por una hora como reyes con la bestia.
Estos tienen un consejo, y darán su potencia y autoridad a la bestia.
Y él me dice: Las aguas que has visto donde la ramera se sienta, son pueblos y muchedumbres y naciones y lenguas.
Y los diez cuernos que viste en la bestia, éstos aborrecerán a la ramera, y la harán desolada y desnuda; y comerán sus carnes, y la quemarán con fuego,
porque Dios ha puesto en sus corazones ejecutar lo que a él place, que hagan una voluntad y que den su reino a la bestia, hasta que sean cumplidas las palabras de Dios.
Y la mujer que has visto, es la gran ciudad que tiene reino sobre los reyes de la tierra.
Y después de estas cosas vi otro ángel descender del cielo teniendo grande potencia, y la tierra fue alumbrada de su gloria;
y clamó con fortaleza a alta voz, diciendo: Caída es, caída es Babilonia la grande, y es hecha habitación de demonios, y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave sucia y aborrecible.
Porque todos los gentiles han bebido del vino del furor de su fornicación; y los reyes de la tierra han fornicado con ella; y los mercaderes de la tierra se han enriquecido de la potencia de sus deleites.
Pagadle tal como ella ha pagado, y devolved{le} doble según sus obras; en la copa que ella ha preparado, preparad el doble para ella.
Por lo cual en un día vendrán sus plagas, muerte, llanto y hambre, y será quemada con fuego; porque el Señor Dios es fuerte, que la juzgará.
Y la llorarán y se lamentarán sobre ella los reyes de la tierra, los cuales han fornicado con ella y han vivido en deleites, cuando ellos vieren el humo de su incendio,
{mirando} de pie desde lejos por causa del temor de su tormento, {y} diciendo: `` ¿Ay, ay, la gran ciudad, Babilonia, la ciudad fuerte!, porque en una hora ha llegado tu juicio."
Y los mercaderes de la tierra lloran y se lamentan sobre ella; porque ninguno compra más sus mercaderías:
La mercadería de oro, y de plata, y de piedras preciosas, y de margaritas, y de lino finísimo, y de escarlata, y de seda, y de grana, y de toda madera olorosa, y de todo vaso de marfil, y de todo vaso de madera preciosa, y de bronce, y de hierro, y de mármol;
diciendo: `` ¿Ay, ay, la gran ciudad, que estaba vestida de lino fino, púrpura y escarlata, y adornada de oro, piedras preciosas y perlas!,
y al ver el humo de su incendio gritaban, diciendo: `` ¿Qué {ciudad} es semejante a la gran ciudad?"
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- Devolver el favor
- Disfrutar la vida
- El Evangelio de la salvación
- El abuso
- El acoso
- El adulterio
- El aliento
- El amor de Dios
- El amor de Dios por nosotros
- El amor de los hermanos
- El amor de los padres
- El amor de una madre por sus hijos
- El amor del matrimonio
- El amor familiar
- El amor fraternal
- El amor verdadero
- El amor y la familia
- El amor y las relaciones
- El arcoíris
- El arcoíris
- El cambio de las estaciones
- El cambio y el crecimiento
- El castigo
- El ciervo
- El clima
- El clima en los días finales
- El color
- El compañerismo
- El comportamiento
- El conflicto
- El control que ejerce Dios
- El cuerpo
- El cumplimiento
- El cumplimiento de las Escrituras Bsagradas
- El cumplimiento de las órdenes de Cristo
- El cáncer
- El daño y la traición
- El descanso
- El desempeño
- El destino
- El diablo
- El discernimiento
- El dominio
- El eclipse solar
- El ejercicio
- El empoderamiento
- El enojo y el perdón
- El equilibrio
- El esfuerzo
- El esfuerzo
- El espacio
- El estrés y los tiempos difíciles
- El evangelismo
- El favor
- El fin de la obra del hombre
- El fin del mundo
- El futuro
- El habla
- El hijo de Dios
- El hombre
- El hombre devoto
- El hombre y la mujer
- El honor
- El humo
- El juicio
- El libre albedrío
- El logro
- El mar
- El marido y la mujer
- El matrimonio
- El matrimonio entre un hombre y una mujer
- El matrimonio homosexual
- El matrimonio homosexual
- El medioambiente
- El miedo a Dios
- El ministerio
- El mundo
- El nacimiento de Jesús
- El océano
- El odio
- El orden
- El orgullo
- El pacto
- El padre
- El pan
- El pasado
- El pasado
- El peso
- El plan de Dios
- El plan de Dios para nosotros
- El poder
- El poder de las palabras
- El polvo
- El primer templo
- El propósito de la vida
- El pueblo de Judá
- El purgatorio
- El rechazo
- El rechazo
- El renacimiento
- El rencor
- El respeto
- El respeto por el cuerpo de uno
- El respeto por la autoridad
- El riesgo
- El sacrificio
- El sacrificio del ganado
- El sacrificio del ganado, las ovejas y las cabras
- El sexo
- El sexo antes del matrimonio
- El significado de Jerusalén y las tierras
- El sol
- El sufrimiento
- El tiempo de paz
- El trabajo duro
- El trabajo duro y la perseverancia
- El trabajo voluntario
- El traspaso de esposas
- El valor
- El éxito y el trabajo arduo
- Encontrar el amor
- Esconderse
- Esperar hasta el matrimonio
- Estar perdido
- Estudiar
- Extrañar a alguien
- Hacer ofrendas de cereal y libaciones
- Intentarlo
- Invertir
- Ir a la iglesia
- Ir al cielo
- Jurar
- La Biblia
- La Tierra
- La Tierra
- La aceptación
- La adoración
- La adversidad
- La agonía
- La agricultura
- La alabanza eterna
- La ambición
- La ansiedad y el estrés
- La ansiedad y el miedo
- La arena y la gravilla
- La arrogancia
- La atención
- La audacia
- La autoestima
- La autoimagen
- La belleza de la naturaleza
- La belleza de la naturaleza
- La belleza de las mujeres
- La belleza y el autoestima
- La bondad
- La carne de cerdo
- La ceguera
- La celebración
- La codicia
- La competencia
- La comunión
- La conciencia
- La conexión
- La confesión
- La confesión del pecado
- La confianza en las relaciones
- La confianza en uno mismo y el autoestima
- La construcción
- La creación
- La creación de Dios
- La credibilidad
- La crianza de los hijos
- La crianza de niños
- La crucifixión
- La cruz
- La crítica
- La culpa
- La cultura
- La cárcel
- La depresión
- La desesperación
- La deslealtad
- La desobediencia
- La devoción
- La dirección
- La dirección
- La diversión
- La divulgación del Evangelio
- La doctrina
- La edad
- La educación
- La empatía
- La energía
- La esclavitud
- La escuela
- La espada de Dios
- La esperanza del Evangelio
- La esperanza y el amor
- La esperanza y la fe
- La estructura
- La eternidad
- La evangelización
- La excelencia
- La expiación de los sacerdotes
- La exploración
- La falta de paz
- La familia primero
- La fe en Dios
- La fe en tiempos difíciles
- La fe y la fortaleza
- La fe y la sanación
- La fe, la esperanza y el amor
- La feminidad
- La fertilidad
- La forma de tratar a los demás
- La fortaleza de las mujeres
- La fortaleza familiar
- La fortaleza y el amor
- La fortaleza y la fe
- La generosidad
- La gloria de Cristo
- La gracia
- La gracia dada a los hombres
- La gracia de Dios
- La grandeza
- La gratitud hacia los demás
- La guerra
- La guerra espiritual
- La herencia
- La hipocresía
- La hombría
- La humanidad
- La humildad y el orgullo
- La identidad
- La imagen
- La imaginación
- La incertidumbre
- La infidelidad
- La inmoralidad sexual
- La instrucción
- La ira
- La jactancia
- La lealtad de Dios
- La lengua
- La ley
- La ley de Moisés
- La liberación
- La liberación
- La libertad
- La lista de los reyes de Israel
- La lucha
- La luna
- La luz
- La luz solar
- La madurez
- La maldad
- La maternidad
- La maternidad
- La mejora
- La memoria
- La mente
- La mentira
- La mentira y el engaño
- La misericordia y la gracia
- La moral
- La motivación
- La muerte
- La muerte de Jesús
- La muerte de un familiar
- La muerte de un familiar
- La muerte de un niño
- La muerte de un padre
- La muerte de un ser querido
- La muerte de una madre
- La muerte que provoca el pecado
- La mujer devota
- La navegación
- La nube de la gloria
- La obediencia
- La obstaculización de la obra de Dios
- La ocultación de las cosas de Dios
- La opresión
- La oración durante tiempos difíciles
- La orientación y la fortaleza
- La oscuridad
- La paciencia en las relaciones
- La palabra de Dios
- La pasión
- La paternidad
- La paz
- La paz y el consuelo
- La paz y la fortaleza
- La pereza
- La persecución
- La perseverancia
- La persistencia
- La perspectiva
- La plantación de semillas
- La preocupación y el estrés
- La presencia de Dios
- La preservación
- La presión
- La primavera
- La profecía del fin de los tiempos
- La protección de la familia propia
- La protección del peligro
- La protección y la seguridad
- La práctica
- La pureza
- La pureza sexual
- La purificación
- La pérdida de un ser querido
- La raza
- La realeza
- La realidad
- La rebelión
- La reconciliación
- La reconstrucción
- La recuperación
- La redención
- La relación entre padre e hijo
- La rendición
- La renovación
- La reprensión
- La resiliencia
- La resolución de un conflicto
- La responsabilidad
- La respuesta de Dios a las oraciones
- La resurrección
- La revelación de la salvación de Dios
- La revelación de las cosas de Dios
- La reverencia
- La riqueza y la prosperidad
- La sabiduría
- La sabiduría
- La sabiduría y la dirección
- La sanación del cáncer
- La sangre
- La sangre de Jesús
- La santificación
- La segunda venida
- La siembra
- La siembra de semillas
- La superación de tiempos difíciles
- La superación de tiempos difíciles
- La toma de decisiones
- La tragedia
- La trinidad
- La venganza
- La verdad de Dios
- La vergüenza de la mala conducta
- La vida después de la muerte
- La vida eterna
- La vida natural
- La vindicación
- La virginidad
- La vocación
- La voluntad de Dios
- La ética
- La ética de trabajo
- Las abuelas
- Las aflicciones
- Las armaduras
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- Las bendiciones de Dios
- Las bendiciones del dinero
- Las bendiciones y la prosperidad
- Las brujas
- Las cascadas
- Las cicatrices
- Las consecuencias
- Las coronas
- Las cosas inmundas
- Las crusadas
- Las deudas
- Las distracciones
- Las emociones
- Las esposas
- Las exclamaciones de los salmos
- Las finanzas
- Las fronteras
- Las hierbas
- Las inundaciones
- Las luchas
- Las luchas de la vida
- Las madres y los hijos
- Las maldiciones
- Las marcas de hierro
- Las mascotas
- Las matemáticas
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- Las mujeres
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- Las promesas de Dios
- Las pruebas
- Las pruebas
- Las rameras
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- Las relaciones y las citas
- Las responsabilidades de un padre
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- Las señales de los tiempos finales
- Las tierras
- Leer la Biblia
- Los abuelos
- Los ancianos
- Los azotes
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- Los conflictos familiares
- Los cónyuges
- Los deberes sociales
- Los desastres naturales
- Los diezmos y las ofrendas
- Los dones espirituales
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- Los eclipses
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- Los esclavos de Dios
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- Los insectos
- Los justos por la fe
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- Los objetos de bronce del tabernáculo
- Los objetos de oro del tabernáculo
- Los olivos
- Los pacientes
- Los padres
- Los padres y las hijas
- Los peces
- Los primeros frutos
- Los principados
- Los problemas en las relaciones
- Los problemas familiares
- Los querubines
- Los roles de las mujeres
- Los ríos
- Los sacerdotes
- Los senderos
- Los senos
- Los siete días para efectos legales
- Los tiempos de Dios
- Los tiempos de Dios
- Los tiempos finales
- Manifestar hipocresía
- Mantener la fe
- Mantenerse firme
- Mantenerse fuerte
- Mantenerse fuerte durante tiempos difíciles
- Mantenerse fuerte y no rendirse
- Mantenerse positivo
- Matar sacrificios
- Mentir
- Mudarse a un nuevo lugar
- No ayudar a los pobres
- No estar solo
- No rendirse nunca
- Obedecer
- Obedecer a Dios
- Orar
- Orar por los demás
- Otras partes derechas
- Otras referencias a las bocas
- Perder a alguien
- Perder a un amigo
- Perder a un ser querido
- Perder amigos
- Perder el honor
- Perseverar
- Pertenecer
- Prosperar
- Que la palabra de Dios brinda sabiduría
- Que la palabra de Dios es justa
- Que todas las cosas le pertenecen a Dios
- Que todo pasa por algo
- Quejarse
- Relajarse
- Renacer
- Reunirse
- Romper las cadenas
- Sacar gente de la vida de uno
- Sentirse perdido
- Ser amado
- Ser bello
- Ser diferente
- Ser feliz y disfrutar la vida
- Ser humilde
- Ser ministro
- Ser paciente
- Ser paciente
- Ser salvado
- Ser soltero
- Ser una mujer de Dios
- Ser único
- Servir a la Iglesia
- Tener fe
- Tener un bebé
- Tener un buen día
- Terminar
- Terminar fuerte
- Tomar decisiones
- Trabajar arduamente y no ser perezoso
- Trabajar de manera conjunta
- Trabajar por el Señor
- Un buen esposo
- Un buen hombre
- Un lugar para el nombre de Dios
- Un nuevo comienzo
- Un nuevo día
- Una buena mujer
- Una mentalidad positiva
- Volar
- Volverse humilde
- ¿Cuál será el cielo
- Ángeles haciendo el trabajo de Dios
- Árboles metafórica
- Últimas cosas
- Últimos días
- Útero