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'La' en la Biblia

Y el árbol del campo dará su fruto, y la tierra dará su fruto, y estarán sobre su tierra seguramente; y sabrán que yo soy el SEÑOR, cuando yo quebrare las coyundas de su yugo, y las librare de mano de los que se sirven de ellas.

Y no serán más presa de los gentiles, y las bestias de la tierra nunca más las devorarán; sino que habitarán seguramente, y no habrá quien espante;

Y les despertaré una Planta por nombre, y no más serán consumidas de hambre en la tierra, ni serán más avergonzadas de los gentiles.

Y sabrán que yo el SEÑOR su Dios soy con ellas, y ellas son mi pueblo, la Casa de Israel, dijo el Señor DIOS.

Y vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo:

Por cuanto tuviste enemistades perpetuas, y esparciste los hijos de Israel al poder de la espada en el tiempo de su aflicción, en el tiempo que su iniquidad tuvo fin;

por tanto, vivo yo, dijo el Señor DIOS, que a sangre te disputaré, y sangre te perseguirá; y si no aborrecieres la sangre, sangre te perseguirá.

Así dijo el Señor DIOS: Así se alegrará toda la tierra, cuando yo te haré soledad.

Como te alegraste tú sobre la heredad de la Casa de Israel, porque fue asolada, así te haré a ti: asolado será el Monte de Seir, y toda Idumea, toda ella; y sabrán que yo soy el SEÑOR.

Y tú, hijo de hombre, profetiza a los montes de Israel, y di: ``Montes de Israel, oíd la palabra del SEÑOR.

por tanto, profetiza y di: ``Así dice el Señor DIOS: `Porque os han asolado y aplastado por todos lados, para que fuerais posesión de las demás naciones, os han hecho el blanco de la habladuría y de la calumnia del pueblo.'"'

``Por tanto, montes de Israel, oíd la palabra del Señor DIOS. Así dice el Señor DIOS a los montes y a los collados, a las barrancas y a los valles, a las ruinas desoladas y a las ciudades abandonadas, que han venido a ser presa y escarnio de las demás naciones alrededor;

Por tanto, profetiza sobre la tierra de Israel, y di a los montes y a los collados, y a los arroyos y a los valles: Así dijo el Señor DIOS: He aquí, en mi celo y en mi furor he hablado, por cuanto habéis llevado la injuria de los gentiles.

Y haré multiplicar sobre vosotros hombres, a toda la Casa de Israel, toda ella; y las ciudades han de ser habitadas, y serán edificadas las ruinas.

Entonces vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo:

Hijo de hombre, la Casa de Israel que mora en su tierra, la han contaminado con sus caminos y con sus obras; como inmundicia de menstruosa fue su camino delante de mí.

Y derramé mi ira sobre ellos por la sangre que ellos derramaron sobre la tierra; y por sus ídolos con que la contaminaron.

Y entrados a los gentiles adonde fueron, profanaron mi santo Nombre, diciéndose de ellos: Estos son pueblo del SEÑOR, y de la tierra de él han salido.

Y he tenido dolor al ver mi santo Nombre profanado por la Casa de Israel entre los gentiles adonde fueron.

Por tanto, di a la Casa de Israel: Así dijo el Señor DIOS: No lo hago por vosotros, oh Casa de Israel, sino por causa de mi santo Nombre, el cual profanasteis vosotros entre los gentiles adonde habéis llegado.

`Vindicaré la santidad de mi gran nombre profanado entre las naciones, el cual vosotros habéis profanado en medio de ellas. Entonces las naciones sabrán que yo soy el SEÑOR' --declara el Señor DIOS-- `cuando demuestre mi santidad entre vosotros a la vista de ellas.

Y habitaréis en la tierra que di a vuestros padres; y vosotros me seréis por pueblo, y yo seré a vosotros por Dios.

Y la tierra asolada será labrada, en lugar de haber sido asolada en ojos de todos los que pasaron;

Así dijo el Señor DIOS: Aún seré solicitado de la Casa de Israel, para hacerles esto; los multiplicaré de hombres a modo de rebaños.

Y la mano del SEÑOR fue sobre mí, y me sacó en el Espíritu del SEÑOR, y me puso en medio de un campo que estaba lleno de huesos.

Y me hizo pasar cerca de ellos por todo alrededor; y he aquí que eran muchísimos sobre la faz del campo, y por cierto secos en gran manera.

Entonces me dijo: Profetiza sobre estos huesos, y diles: ``Huesos secos, oíd la palabra del SEÑOR.

Y miré, y he aquí nervios sobre ellos, y la carne subió, y la piel cubrió por encima de ellos; mas no había en ellos espíritu.

Por tanto, profetiza, y diles: Así dijo el Señor DIOS: He aquí, yo abro vuestros sepulcros, y os haré subir de vuestras sepulturas, pueblo mío, y os traeré a la tierra de Israel.

Y vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo:

Tú, hijo de hombre, tómate ahora un palo, y escribe en él: A Judá, y a los hijos de Israel sus compañeros. Toma después otro palo, y escribe en él: A José, palo de Efraín, y a toda la Casa de Israel sus compañeros.

Júntalas la una con la otra en una sola vara para que sean una sola en tu mano.

Diles: Así dijo el Señor DIOS: He aquí, yo tomo el palo de José que está en la mano de Efraín, y a las tribus de Israel sus compañeros, y yo los pondré con él, con el palo de Judá, y los haré un palo, y serán uno en mi mano.

Y las varas en que escribas estarán en tu mano a la vista de ellos,

y los haré una nación en la tierra, en los montes de Israel; y un rey será a todos ellos por rey; y nunca más serán dos naciones, ni nunca más serán divididos en dos reinos;

Y habitarán en la tierra que di a mi siervo Jacob, en la cual habitaron vuestros padres, en ella habitarán ellos, y sus hijos, y los hijos de sus hijos para siempre; y mi siervo David les será príncipe para siempre.

Y vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo:

Hijo de hombre, pon tu rostro contra Gog en tierra de Magog, príncipe de la cabecera de Mesec y Tubal, y profetiza sobre él.

Y di: Así dijo el Señor DIOS: He aquí, yo voy a ti, oh Gog, príncipe de la cabecera de Mesec y Tubal.

Gomer, y todas sus compañías; la casa de Togarma, que habitan a los lados del norte, y todas sus compañías; muchos pueblos contigo.

`Disponte y prepárate, tú y toda la multitud que se ha reunido alrededor tuyo, y sé para ellos guarda.

De aquí a muchos días tú serás visitado; al cabo de años vendrás a la tierra quebrantada por espada, recogida de muchos pueblos, a los montes de Israel, que siempre fueron para asolamiento; y ella de pueblos fue sacada, y todos ellos morarán confiadamente.

Y tú subirás, vendrás como tempestad; como nublado para cubrir la tierra serás tú, y todas tus compañías, y muchos pueblos contigo.

y dirás: Subiré contra la tierra de aldeas sin muros, iré contra los reposados, y que habitan confiadamente; todos ellos habitan sin muro, no tienen cerrojos ni puertas;

para arrebatar despojos y para tomar presa; para tornar tu mano sobre las tierras desiertas ya pobladas, y sobre el pueblo recogido de los gentiles, que ya hace ganados y posesiones, que moran en el ombligo de la tierra.

y subirás contra mi pueblo Israel como nublado para cubrir la tierra; será al cabo de los días; y yo te traeré sobre mi tierra, para que los gentiles me conozcan, cuando fuere santificado en ti, oh Gog, delante de sus ojos.

Y será en aquel tiempo, cuando vendrá Gog contra la tierra de Israel, dijo el Señor DIOS, que mi ira subirá por mi enojo.

Porque he hablado en mi celo, y en el fuego de mi ira: Que en aquel día habrá gran temblor sobre la tierra de Israel;

que los peces del mar, y las aves del cielo, y las bestias del campo, y toda serpiente que se anda arrastrando sobre la tierra, y todos los hombres que están sobre la faz de la tierra, temblarán delante de mi presencia; y se arruinarán los montes, y las gradas caerán, y todo muro caerá a tierra.

Y en todos mis montes llamaré espada contra él, dijo el Señor DIOS: la espada de cada cual será contra su hermano.

Tú pues, hijo de hombre, profetiza contra Gog, y di: Así dijo el Señor DIOS: He aquí yo estoy contra ti, oh Gog, príncipe de la cabecera de Mesec y Tubal;

Y te quebrantaré, y dejaré de ti sólo la sexta parte, y te haré subir de las partes del norte, y te traeré sobre los montes de Israel;

Sobre la faz del campo caerás; porque yo he hablado, dijo el Señor DIOS.

`No tomarán leña del campo ni la recogerán de los bosques, porque harán hogueras con las armas; despojarán a sus despojadores y saquearán a sus saqueadores' --declara el Señor DIOS.

Y será en aquel tiempo, que yo daré á Gog lugar para sepultura allí en Israel, el valle de los que pasan al oriente de la mar, y obstruirá el paso á los transeuntes, pues allí enterrarán á Gog y á toda su multitud: y lo llamarán, El valle de Hamón-gog.

Y la Casa de Israel los estará enterrando por siete meses, para limpiar la tierra;

los enterrará todo el pueblo de la tierra; y será para ellos célebre el día que yo sea glorificado, dijo el Señor DIOS.

Y tomarán hombres de jornal, los cuales irán por el país con los que viajaren, para enterrar a los que quedaron sobre la faz de la tierra, a fin de limpiarla; al cabo de siete meses harán el reconocimiento.

Y pasarán los que irán por la tierra, y el que viere los huesos de algún hombre, edificará junto a ellos una señal, hasta que los entierren los sepultureros en el valle de Hamón-gog.

Y también el nombre de la ciudad será Hamona; y limpiarán la tierra.

Comeréis carne de fuertes, y beberéis sangre de príncipes de la tierra; de carneros, de corderos, de machos cabríos, de bueyes, y de toros, engordados todos en Basán.

Y de aquel día en adelante sabrá la Casa de Israel que yo soy el SEÑOR su Dios.

Y sabrán los gentiles que la Casa de Israel fue llevada cautiva por su iniquidad; por cuanto se rebelaron contra mí, y yo escondí de ellos mi rostro, y los entregué en mano de sus enemigos, y cayeron todos a espada.

Por tanto, así dijo el Señor DIOS: Ahora volveré la cautividad de Jacob, y tendré misericordia de toda la Casa de Israel, y celaré por mi santo Nombre.

En el año veinticinco de nuestro cautiverio, al principio del año, a los diez del mes, a los catorce años después que la ciudad fue herida, en aquel mismo día fue sobre mí la mano del SEÑOR, y me llevó allá.

En visiones de Dios me llevó a la tierra de Israel, y me puso sobre un monte muy alto, sobre el cual había como edificio de una ciudad al mediodía.

Y me llevó allí, y he aquí un varón, cuyo aspecto era como aspecto de bronce, y tenía un cordel de lino en su mano, y una caña de medir; y él estaba a la puerta.

Y me habló aquel varón, diciendo: Hijo de hombre, mira con tus ojos, y oye con tus oídos, y pon tu corazón a todas las cosas que te muestro; porque para que yo te las mostrara eres traído aquí. Cuenta todo lo que ves a la Casa de Israel.

Y he aquí, un muro fuera de la Casa; y la caña de medir que aquel varón tenía en la mano, era de seis codos, de a codo y palmo; y midió la anchura del edificio de una caña, y la altura, de otra caña.

Después vino a la puerta que daba cara hacia el oriente, y subió por sus gradas, y midió él un poste de la puerta, de una caña en anchura, y el otro poste, de otra caña en ancho.

Y cada cámara tenía una caña de largo, y una caña de ancho; y entre las cámaras dejó cinco codos en ancho; y cada poste de la puerta junto a la entrada de la puerta por dentro, una caña.

Midió luego la entrada del portal, de ocho codos, y sus postes de dos codos; y la entrada del portal por dentro.

Y la puerta hacia el oriente tenía tres cámaras de cada lado, todas tres de una medida; también de una medida los portales de cada lado.

Y midió la anchura de la entrada de la puerta, de diez codos; la longitud del portal de trece codos.

Y el espacio de delante de las cámaras, de un codo de una parte, y de otro codo la otra; y cada cámara tenía seis codos de una parte, y seis codos de otra.

Y midió la puerta desde el techo de una cámara hasta el techo de la otra, veinticinco codos de anchura, puerta contra puerta.

Midió también los pilares, {y tenía} sesenta codos {de altura.} El atrio alrededor de la puerta {se extendía} hasta el pilar lateral.

Y desde la delantera de la puerta de la entrada hasta la delantera de la entrada de la puerta de dentro, cincuenta codos.

Y había ventanas estrechas en las cámaras, y en sus portales por dentro de la puerta alrededor, y asimismo en los arcos; y las ventanas estaban alrededor por dentro; y en cada poste había palmas.

Y estaba enlosado al lado de las puertas, en proporción a la longitud de los portales, era el enlosado más bajo.

Y midió la anchura desde la delantera de la puerta de abajo hasta la delantera del atrio interior por fuera, de cien codos hacia el oriente y el norte.

Y de la puerta que estaba hacia el norte en el atrio exterior, midió su longitud y su anchura.

Y sus cámaras eran tres de una parte, y tres de otra, y sus postes y sus arcos eran como la medida de la puerta primera; cincuenta codos su longitud, y veinticinco su anchura.

Y sus ventanas, y sus arcos, y sus palmas, eran conforme a la medida de la puerta que estaba hacia el oriente; y subían a ella por siete gradas; y delante de ellas estaban sus arcos.

Y la puerta del atrio interior estaba enfrente de la otra puerta al norte, y al oriente; y midió de puerta a puerta cien codos.

Y tenía sus ventanas y sus arcos alrededor, como las ventanas ya dichas; la longitud era de cincuenta codos, y la anchura de veinticinco codos.

Y sus gradas eran de siete peldaños, con sus arcos delante de ellas; y tenía palmas, una de una parte, y otra de la otra, en sus postes.

Y tal era la puerta hacia el mediodía del atrio interior; y midió de puerta a puerta hacia el mediodía cien codos.

Me metió después en el atrio de más adentro a la puerta del mediodía, y midió la puerta del mediodía conforme a estas medidas dichas.

Y sus cámaras, y sus postes y sus arcos, eran conforme a estas medidas dichas; y tenía sus ventanas y sus arcos alrededor; la longitud era de cincuenta codos, y de veinticinco codos la anchura.

Y me llevó al atrio interior hacia el oriente, y midió la puerta conforme a estas medidas dichas.

Y eran sus cámaras, y sus postes, y sus arcos, conforme a estas medidas dichas; y tenía sus ventanas y sus arcos alrededor; la longitud era de cincuenta codos, y la anchura de veinticinco codos.

Me llevó luego a la puerta del norte, y midió conforme a estas medidas dichas;

sus cámaras, y sus postes, y sus arcos, y sus ventanas alrededor; la longitud era de cincuenta codos, y de veinticinco codos el ancho.

Y en la entrada de la puerta había dos mesas de una parte, y otras dos de la otra, para degollar sobre ellas el holocausto, y el pecado, y la culpa.

Y al lado por fuera de las gradas, a la entrada de la puerta del norte, había dos mesas; y al otro lado que estaba a la entrada de la puerta, otras dos mesas.

Cuatro mesas de una parte, y otras cuatro mesas de la otra parte había a cada lado de esta puerta; ocho mesas, sobre las cuales degollarán.

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