11244 casos

'Los' en la Biblia

También quitó los dioses extranjeros y el ídolo de la casa del SEÑOR, así como todos los altares que había edificado en el monte de la casa del SEÑOR y en Jerusalén, y {los} arrojó fuera de la ciudad.

Sin embargo, el pueblo aún sacrificaba en los lugares altos, {aunque} sólo al SEÑOR su Dios.

Los demás hechos de Manasés, y su oración a su Dios, y las palabras de los videntes que le hablaron en el nombre del SEÑOR, Dios de Israel, he aquí, están en los registros de los reyes de Israel.

También su oración y {cómo} fue oído, todo su pecado y su infidelidad, y los sitios donde edificó lugares altos y levantó las Aseras y las imágenes talladas antes de humillarse, he aquí, están escritos en los registros de los Hozai.

E hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR, como había hecho su padre Manasés; y Amón ofreció sacrificios a todas las imágenes talladas que su padre Manasés había hecho, y las sirvió.

Pero el pueblo de la tierra mató a todos los que habían conspirado contra el rey Amón; y en su lugar el pueblo de la tierra hizo rey a su hijo Josías.

E hizo lo recto ante los ojos del SEÑOR y anduvo en los caminos de su padre David; no se apartó ni a la derecha ni a la izquierda.

Porque en el octavo año de su reinado, siendo aún joven, comenzó a buscar al Dios de su padre David; y en el año doce empezó a purificar a Judá y a Jerusalén de los lugares altos, de las Aseras, de las imágenes talladas y de las imágenes fundidas.

Y derribaron en su presencia los altares de los baales; destrozó los altares del incienso que {estaban} puestos en alto, encima de ellos; despedazó también las Aseras, las imágenes talladas y las imágenes fundidas y las redujo a polvo, y {lo} esparció sobre las sepulturas de los que les habían ofrecido sacrificios.

Entonces quemó los huesos de los sacerdotes sobre sus altares y purificó a Judá y a Jerusalén.

derribó también los altares y redujo a polvo las Aseras y las imágenes talladas, y destrozó todos los altares de incienso por todas las tierras de Israel. Y regresó a Jerusalén.

Y vinieron ellos al sumo sacerdote Hilcías y le entregaron el dinero que había sido traído a la casa de Dios, y que los levitas guardianes del umbral habían recogido de Manasés y de Efraín y de todo el remanente de Israel, y de todo Judá y Benjamín y de los habitantes de Jerusalén.

Y {lo} entregaron en manos de los obreros que estaban encargados de la casa del SEÑOR; y los obreros que trabajaban en la casa del SEÑOR lo usaron para restaurar y reparar la casa.

Ellos a su vez {lo} dieron a los carpinteros y a los constructores para comprar piedra de cantería y maderas para trabazones, y hacer vigas para los edificios que los reyes de Judá habían dejado que se arruinaran.

Y los hombres hicieron el trabajo fielmente con {estos} capataces sobre ellos para dirigir{los:} Jahat y Abdías, levitas de los hijos de Merari, y Zacarías y Mesulam, de los hijos de Coat, y de los levitas, todos los que eran hábiles con instrumentos musicales.

También {estaban} sobre los cargadores y dirigían a todos los obreros de trabajo en trabajo; y {algunos} de los levitas {eran} escribas, oficiales y porteros.

También han tomado el dinero que se encontraba en la casa del SEÑOR, y lo han entregado en manos de los encargados y de los obreros.

Id, consultad al SEÑOR por mí y por los que quedan en Israel y en Judá, acerca de las palabras del libro que se ha encontrado; porque grande es el furor del SEÑOR que se derrama sobre nosotros, por cuanto nuestros padres no han guardado la palabra del SEÑOR, haciendo conforme a todo lo que está escrito en este libro.

Entonces fue Hilcías con los que el rey había dicho a la profetisa Hulda, mujer de Salum, hijo de Ticva, hijo de Harhas, encargado del vestuario; y ella habitaba en Jerusalén en el segundo sector, y hablaron con ella acerca de esto.

Entonces el rey mandó reunir a todos los ancianos de Judá y de Jerusalén.

Y subió el rey a la casa del SEÑOR con todos los hombres de Judá, los habitantes de Jerusalén, los sacerdotes, los levitas y todo el pueblo, desde el mayor hasta el menor, y leyó en su presencia todas las palabras del libro del pacto que había sido hallado en la casa del SEÑOR.

Además, hizo suscribir {el pacto} a todos los que se encontraban en Jerusalén y en Benjamín. Y los habitantes de Jerusalén hicieron conforme al pacto de Dios, el Dios de sus padres.

Y Josías quitó todas las abominaciones de todas las tierras que pertenecían a los hijos de Israel, e hizo que todos los que se encontraban en Israel sirvieran al SEÑOR su Dios. Mientras él vivió no se apartaron de seguir al SEÑOR, Dios de sus padres.

Entonces Josías celebró la Pascua al SEÑOR en Jerusalén, y mataron los {animales de} la Pascua el {día} catorce del mes primero.

Y puso a los sacerdotes en sus oficios y los animó al servicio de la casa del SEÑOR.

También dijo a los levitas que enseñaban a todo Israel {y} que estaban consagrados al SEÑOR: Poned el arca santa en la casa que edificó Salomón, hijo de David, rey de Israel; no será más una carga sobre {vuestros} hombros. Ahora servid al SEÑOR vuestro Dios y a su pueblo Israel.

Además, estad en el lugar santo conforme a las secciones de las casas paternas de vuestros hermanos, los hijos del pueblo, y conforme a los levitas, según la división de una casa paterna.

Ahora pues, matad los {animales de} la Pascua, santificaos y haced las preparaciones para que vuestros hermanos hagan conforme a la palabra del SEÑOR {dada} por Moisés.

Y Josías contribuyó para los hijos del pueblo, para todos los que estaban presentes, rebaños de corderos y cabritos en número de treinta mil, más tres mil bueyes, todo para las ofrendas de la Pascua; todo ello de las posesiones del rey.

También sus jefes contribuyeron con una ofrenda voluntaria al pueblo, a los sacerdotes y a los levitas. Hilcías, Zacarías y Jehiel, oficiales de la casa de Dios, dieron a los sacerdotes dos mil seiscientas {ovejas} y trescientos bueyes para las ofrendas de la Pascua.

Asimismo Conanías, y Semaías y Natanael sus hermanos, y Hasabías, Jeiel y Josabad, jefes de los levitas, contribuyeron para los levitas cinco mil {ovejas} y quinientos bueyes para las ofrendas de la Pascua.

Así fue preparado el servicio; los sacerdotes se colocaron en sus puestos y los levitas según sus clases, conforme al mandato del rey.

Y {los levitas} mataron {los animales de} la Pascua, y mientras los sacerdotes rociaban la sangre {recibida} de la mano de ellos, los levitas {los} desollaban.

Entonces quitaron los holocaustos para dárselos a las secciones de las casas paternas de los hijos del pueblo, para que {los} presentaran al SEÑOR, como está escrito en el libro de Moisés. Hicieron esto también con los bueyes.

Y asaron {los animales de} la Pascua sobre el fuego conforme a la ordenanza, y cocieron las cosas consagradas en calderos, ollas y sartenes, y {las} llevaron rápidamente a todos los hijos del pueblo.

Después hicieron las preparaciones, para sí y para los sacerdotes, porque los sacerdotes, hijos de Aarón, {estuvieron} ofreciendo los holocaustos y la grosura hasta la noche; por eso los levitas prepararon para sí y para los sacerdotes, hijos de Aarón.

También los cantores, los hijos de Asaf, {estaban} en sus puestos conforme a lo ordenado por David, Asaf, Hemán, y Jedutún, vidente del rey; y los porteros en cada puerta no tenían que apartarse de su servicio, porque sus hermanos los levitas preparaban para ellos.

Y los hijos de Israel que estaban presentes celebraron la Pascua en ese tiempo, y la fiesta de los panes sin levadura {por} siete días.

No se había celebrado una Pascua como ésta en Israel desde los días del profeta Samuel; tampoco ninguno de los reyes de Israel había celebrado una Pascua como la que celebró Josías con los sacerdotes, los levitas y todos los de Judá e Israel que estaban presentes, y los habitantes de Jerusalén.

Y los arqueros hirieron al rey Josías, y el rey dijo a sus siervos: Llevadme, porque estoy gravemente herido.

Sus siervos lo sacaron del carro y lo llevaron en el segundo carro que él tenía, y lo trajeron a Jerusalén donde murió, y fue sepultado en los sepulcros de sus padres. Y todo Judá y Jerusalén hicieron duelo por Josías.

Entonces Jeremías entonó una elegía por Josías. Y todos los cantores y cantoras en sus lamentaciones hablan de Josías hasta hoy. Y las establecieron como ordenanza en Israel; he aquí, también están escritas en las Lamentaciones.

Los demás hechos de Josías y sus obras piadosas conforme a lo escrito en la ley del SEÑOR,

y sus hechos, primeros y postreros, he aquí, están escritos en el libro de los reyes de Israel y de Judá.

Joacim {tenía} veinticinco años cuando comenzó a reinar, y reinó once años en Jerusalén; e hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR su Dios.

Nabucodonosor también llevó {algunos} de los objetos de la casa del SEÑOR a Babilonia, y los puso en su templo en Babilonia.

Los demás hechos de Joacim, las abominaciones que hizo y lo que fue hallado contra él, he aquí, están escritos en el libro de los reyes de Israel y de Judá. Su hijo Joaquín reinó en su lugar.

Joaquín {tenía} ocho años cuando comenzó a reinar, y reinó tres meses y diez días en Jerusalén, e hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR.

Y a la vuelta del año el rey Nabucodonosor mandó que lo trajeran a Babilonia con los objetos preciosos de la casa del SEÑOR, e hizo a su pariente Sedequías rey sobre Judá y Jerusalén.

E hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR su Dios; y no se humilló delante del profeta Jeremías que le hablaba por boca del SEÑOR.

Asimismo todos los jefes de los sacerdotes y el pueblo fueron infieles en gran manera, {y siguieron} todas las abominaciones de las naciones, y profanaron la casa del SEÑOR que El había consagrado en Jerusalén.

Entonces El hizo subir contra ellos al rey de los caldeos, que mató a espada a sus jóvenes en la casa de su santuario, y no tuvo compasión del joven ni de la virgen, del viejo ni del débil; a todos ellos {los} entregó en su mano.

Y todos los objetos de la casa de Dios, grandes y pequeños, los tesoros de la casa del SEÑOR y los tesoros del rey y de sus oficiales, todo {lo} llevó a Babilonia.

Y a los que habían escapado de la espada los llevó a Babilonia; y fueron siervos de él y de sus hijos hasta el dominio del reino de Persia,

para que se cumpliera la palabra del SEÑOR por boca de Jeremías, hasta que la tierra hubiera gozado de sus días de reposo. Todos los días de su desolación reposó hasta que se cumplieron los setenta años.

Así dice Ciro, rey de Persia: ``El SEÑOR, el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra, y me ha designado para que yo le edifique una casa en Jerusalén, que está en Judá. Quien de entre vosotros sea de su pueblo, el SEÑOR su Dios sea con él, y suba."

Así dice Ciro, rey de Persia: ``El SEÑOR, el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra, y El me ha designado para que le edifique una casa en Jerusalén, que está en Judá.

``Y a todo sobreviviente, en cualquier lugar que habite, que los hombres de aquel lugar lo ayuden con plata y oro, con bienes y ganado, junto con una ofrenda voluntaria para la casa de Dios que está en Jerusalén."

Entonces se levantaron los jefes de las {casas} paternas de Judá y de Benjamín, y los sacerdotes y los levitas, y todos aquellos cuyo espíritu Dios había movido a subir para edificar la casa del SEÑOR que está en Jerusalén.

Y todos los que {habitaban} alrededor de ellos les ayudaron con objetos de plata, con oro, con bienes, con ganado y con objetos preciosos, además de todo lo que fue dado como ofrenda voluntaria.

También el rey Ciro sacó los objetos de la casa del SEÑOR que Nabucodonosor se había llevado de Jerusalén y había puesto en la casa de sus dioses;

Ciro, rey de Persia, los hizo sacar por mano del tesorero Mitrídates, que los dio contados a Sesbasar, príncipe de Judá.

Todos los objetos de oro y de plata {fueron} cinco mil cuatrocientos. Sesbasar los trajo todos con los desterrados que subieron de Babilonia a Jerusalén.

Estos son los hijos de la provincia que subieron de la cautividad, de los desterrados que Nabucodonosor, rey de Babilonia, había llevado cautivos a Babilonia y que volvieron a Jerusalén y a Judá, cada uno a su ciudad,

los cuales vinieron con Zorobabel, Jesúa, Nehemías, Seraías, Reelaías, Mardoqueo, Bilsán, Mispar, Bigvai, Rehum {y} Baana. El número de hombres del pueblo de Israel:

los hijos de Paros, dos mil ciento setenta y dos;

los hijos de Ara, setecientos setenta y cinco;

los hijos de Pahat-moab, de los hijos de Jesúa {y} de Joab, dos mil ochocientos doce;

los hijos de Elam, mil doscientos cincuenta y cuatro;

los hijos de Zatu, novecientos cuarenta y cinco;

los hijos de Azgad, mil doscientos veintidós;

los hijos de Bigvai, dos mil cincuenta y seis;

los hijos de Ater, de Ezequías, noventa y ocho;

los hombres de Netofa, cincuenta y seis;

los hijos de Azmavet, cuarenta y dos;

los hijos de Quiriat-jearim, Cafira y Beerot, setecientos cuarenta y tres;

los hijos de Magbis, ciento cincuenta y seis;

los hijos del otro Elam, mil doscientos cincuenta y cuatro;

los hijos de Lod, Hadid y Ono, setecientos veinticinco;

los hijos de Senaa, tres mil seiscientos treinta.

Los sacerdotes: los hijos de Jedaías, de la casa de Jesúa, novecientos setenta y tres;

Resultados de Búsqueda por Versiones

Resultados de Búsqueda por Libro

Todos los Libros

Las citas Bíblicas son tomadas de La Biblia de las Américas © 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation, La Habra, Calif, http://www.lockman.org. Usadas con permiso