4643 casos

'Para' en la Biblia

Ahora pues, no os burléis, para que no se aprieten más vuestras ataduras; porque he oído del Señor Jehová de los ejércitos que consumación ha sido determinada sobre toda la tierra.

Porque el violento será acabado, y el escarnecedor será consumido; serán talados todos los que se desvelan para la iniquidad.

Los que hacen pecar al hombre en palabra; los que arman lazo para el que reprende en la puerta de la ciudad, y hacen que se desvíe el justo con vanidad.

Caminan para descender a Egipto, y no han preguntado de mi boca; para fortalecerse con la fuerza de Faraón, y poner su esperanza en la sombra de Egipto.

todos se avergonzaron del pueblo que no les aprovecha, ni los socorre, ni les trae provecho; antes les es para vergüenza, y aun para oprobio.

Ve, pues, ahora, y escribe esta visión en una tabla delante de ellos, y anótala en un libro, para que quede hasta el día postrero, para siempre por todos los siglos.

Y lo quebrará como se quiebra un vaso de alfarero, que sin misericordia lo hacen pedazos; tanto, que entre los pedazos no se halla tiesto para traer fuego del hogar, o para sacar agua del pozo.

Por tanto, Jehová esperará para tener piedad de vosotros, por eso Él será exaltado para tener misericordia de vosotros; porque Jehová es Dios de justicia; bienaventurados todos los que esperan en Él.

Entonces Él te dará lluvia para tu semilla que habrás sembrado en la tierra; y pan del fruto de la tierra; y será abundante y copioso; tus ganados en aquel tiempo serán apacentados en amplios pastos.

y su aliento, cual torrente que inunda: llegará hasta el cuello, para zarandear a las naciones con criba de destrucción; y el freno estará en las quijadas de los pueblos, haciéndoles errar.

Vosotros tendréis canción, como en noche en que se celebra pascua; y alegría de corazón, como el que va con flauta para venir al monte de Jehová, al Fuerte de Israel.

Porque Tofet ya de tiempo está dispuesta y preparada para el rey, Él la hizo profunda y ancha; cuya pira es de fuego, y mucha leña; el soplo de Jehová, como torrente de azufre, la enciende.

Porque en aquel día arrojará el hombre sus ídolos de plata, y sus ídolos de oro, que para vosotros han hecho vuestras manos pecadoras.

Y el corazón de los necios entenderá para saber, y la lengua de los tartamudos hablará con fluidez y claridad.

Porque el mezquino hablará mezquindades, y su corazón fabricará iniquidad, para hacer la impiedad y para hablar escarnio contra Jehová, dejando vacía el alma hambrienta, y quitando la bebida al sediento.

Las armas del tramposo son malignas; maquina intrigas perversas para enredar a los simples con palabras mentirosas, aun cuando el pobre hable con derecho.

Porque los palacios serán abandonados, la multitud de la ciudad cesará; las torres y fortalezas se tornarán cuevas para siempre, donde retocen asnos monteses, y ganados hagan majada;

El que camina en justicia, y habla lo recto; el que aborrece la ganancia de violencias, el que sacude sus manos por no recibir cohecho, el que tapa su oído para no oír propuestas sanguinarias, el que cierra sus ojos para no ver cosa mala:

Porque ciertamente allí Jehová será fuerte para con nosotros, lugar de ríos, de arroyos muy anchos, por el cual no andará galeón, ni por él pasará grande navío.

Naciones, acercaos para oír; y escuchad, pueblos. Oiga la tierra y cuanto hay en ella, el mundo y todo lo que produce.

Porque mi espada se embriagará en el cielo; he aquí que descenderá sobre Edom, y sobre el pueblo de mi anatema, para juicio.

Llamarán a sus nobles para el reino, pero no habrá nadie allí, y todos sus príncipes serán nada.

En sus palacios crecerán espinos, y ortigas y cardos en sus fortalezas; y serán guarida de dragones y patio para los búhos.

Las fieras del desierto se encontrarán con las hienas, y la cabra del monte gritará a su compañero; la lechuza también tendrá allí morada, y hallará para sí lugar de reposo.

Y Él les echó las suertes, y su mano les repartió con cordel; para siempre la tendrán por heredad; de generación en generación morarán allí.

No habrá allí león, ni fiera voraz subirá por él, ni allí se hallará, para que caminen los redimidos.

Digo, alegas tú, (pero son palabras vanas) que tengo consejo y fortaleza para la guerra. Ahora bien, ¿en quién confías que te rebelas contra mí?

He aquí que confías en este bordón de caña frágil, en Egipto, sobre el cual si alguien se apoyare, se le entrará por la mano, y se la atravesará. Tal es Faraón rey de Egipto para con todos los que en él confían.

¿Acaso vine yo ahora a esta tierra para destruirla sin Jehová? Jehová me dijo: Sube a esta tierra y destrúyela.

Y dijo el Rabsaces: ¿Acaso me envió mi señor a ti y a tu señor, a que dijese estas palabras, y no a los hombres que están sobre el muro, para que coman su estiércol y beban su orina con vosotros?

¿Qué dios hay entre los dioses de estas tierras, que haya librado su tierra de mi mano, para que Jehová libre de mi mano a Jerusalén?

Los cuales le dijeron: Ezequías dice así: Día de angustia, de reprensión y de blasfemia, es este día; porque los hijos han llegado hasta el punto de nacer, y no hay fuerzas para dar a luz.

Quizá oirá Jehová tu Dios las palabras del Rabsaces, a quien su señor el rey de Asiria ha enviado para blasfemar al Dios vivo, y vituperará las palabras que oyó Jehová tu Dios; eleva, pues, oración por el remanente que aún ha quedado.

Mas oyendo decir de Tirhaca rey de Etiopía: He aquí que él ha salido para hacerte guerra; al oírlo, envió mensajeros a Ezequías, diciendo:

Ahora pues, Jehová Dios nuestro, líbranos de su mano, para que todos los reinos de la tierra sepan que sólo tú eres Jehová.

¿Acaso no has oído decir que desde hace mucho tiempo yo lo hice, que desde los días de la antigüedad lo he formado? Lo he hecho venir ahora, y tú serás para que tornes ciudades fortificadas en montones de ruinas.

Pues yo ampararé a esta ciudad para salvarla por amor de mí mismo, y por amor de David mi siervo.

Jehová estaba listo para salvarme; por tanto cantaremos mis cantos en la casa de Jehová todos los días de nuestra vida.

¿A quién pidió consejo para ser instruido? ¿Quién le enseñó el camino del juicio, o le enseñó conocimiento, o le mostró la senda del entendimiento?

Ni el Líbano bastará para el fuego, ni todos sus animales para el sacrificio.

El pobre escoge, para ofrecerle, madera que no se apolille; se busca un maestro sabio, que le haga una imagen de talla que no se mueva.

¿Quién despertó del oriente al justo, lo llamó para que le siguiese, entregó delante de él naciones, y lo hizo señorear sobre reyes; los entregó a su espada como polvo, y a su arco como paja arrebatada?

El carpintero animó al platero, y el que alisa con martillo al que batía en el yunque, diciendo: Buena está la soldadura, y lo afirmó con clavos, para que no se moviese.

para que vean y conozcan, y adviertan y entiendan todos, que la mano de Jehová hace esto, y que el Santo de Israel lo creó.

Dadnos nuevas de lo que ha de ser después, para que sepamos que vosotros sois dioses; o a lo menos haced bien, o mal, para que tengamos qué contar, y juntamente nos maravillemos.

¿Quién lo anunció desde el principio, para que sepamos; o de tiempo atrás, y diremos: Es justo? Cierto, no hay quien anuncie, sí, no hay quien enseñe, ciertamente no hay quien oiga vuestras palabras.

para que abras los ojos de los ciegos, para que saques de la cárcel a los presos, y de casas de prisión a los que moran en tinieblas.

Mas éste es pueblo saqueado y pisoteado, todos ellos atrapados en cavernas y escondidos en cárceles; son puestos para presa, y no hay quien libre; despojados, y no hay quien diga: Restituid.

Vosotros sois mis testigos, dice Jehová, y mi siervo que yo escogí; para que me conozcáis y creáis, y entendáis que yo mismo soy; antes de mí no fue formado Dios, ni lo será después de mí.

el que saca carro y caballo, ejército y fuerza; caen juntamente para no levantarse; quedan extinguidos, como pábilo quedan apagados.

La bestia del campo me honrará, los dragones y los búhos; porque daré aguas en el desierto, ríos en la soledad, para que beba mi pueblo, mi escogido.

No compraste para mí caña aromática por dinero, ni me saciaste con la grosura de tus sacrificios; antes me abrumaste con tus pecados, me fatigaste con tus maldades.

Los formadores de imágenes de talla, todos ellos son vanidad, y lo más precioso de ellos para nada es útil; y ellos mismos para su confusión son testigos, que ellos ni ven ni entienden.

¿Quién formó un dios, o quién fundió una imagen que para nada es de provecho?

El carpintero tiende la regla, lo señala con almagre, lo labra con los cepillos, le da figura con el compás, lo hace en forma de varón, a semejanza de hombre hermoso, para tenerlo en la casa.

Corta cedros para sí, y toma ciprés y encina, que crecen entre los árboles del bosque; planta pino, que se críe con la lluvia.

De él se sirve luego el hombre para quemar, y toma de ellos para calentarse; enciende también el horno, y cuece panes; hace además un dios, y lo adora; fabrica un ídolo, y se arrodilla delante de él.

Ninguno reflexiona en su corazón, ni tiene conocimiento o entendimiento para decir: Parte de esto quemé en el fuego, y sobre sus brasas cocí pan, asé carne, y la comí; ¿haré del restante de ello una abominación? ¿Me postraré delante de un tronco de árbol?

y te daré los tesoros escondidos, y las riquezas de los lugares secretos; para que sepas que yo soy Jehová, el Dios de Israel, el que te llama por tu nombre.

para que se sepa desde el nacimiento del sol, y desde donde se pone, que no hay más que yo; yo Jehová, y ninguno más que yo,

Se postró Bel, se doblegó Nebo. Sus ídolos fueron puestos sobre bestias, sobre animales de carga; vuestros acarreos fueron muy pesados, muy gravosos para las bestias cansadas.

¿A quién me asemejáis, y me igualáis, y me comparáis, para que seamos semejantes?

Y dijiste: Para siempre seré señora; y no has pensado en esto, ni te acordaste de tu postrimería.

Te has fatigado en la multitud de tus consejos. Comparezcan ahora y te defiendan los astrólogos, los contempladores de las estrellas, los que cuentan los meses, para pronosticar lo que vendrá sobre ti.

He aquí que serán como tamo; fuego los quemará, no salvarán sus vidas del poder de la llama; no quedará brasa para calentarse, ni lumbre a la cual se sienten.

te lo dije desde el principio; antes que sucediese te lo mostré, para que no dijeses: Mi ídolo lo hizo, mis imágenes de escultura y de fundición mandaron estas cosas.

Ahora han sido creadas, no en días pasados; ni antes de este día las habías oído, para que no digas: He aquí que yo lo sabía.

Por mí, por amor de mí mismo lo haré, para que no sea amancillado mi nombre, y mi honra no la daré a otro.

Ahora pues, dice Jehová, el que me formó desde el vientre para ser su siervo, para hacer volver a Él a Jacob. Bien que Israel no se juntará, con todo, estimado seré en los ojos de Jehová, y el Dios mío será mi fortaleza.

para que digas a los presos: Salid; y a los que están en tinieblas: Manifestaos. En los caminos serán apacentados, y en todas las cumbres tendrán sus pastos.

Aun los hijos de tu orfandad dirán a tus oídos: Angosto es para mí este lugar; apártate por amor de mí, para que yo more.

¿Por qué cuando vine, no había nadie, y cuando llamé, nadie respondió? ¿Acaso se ha acortado mi mano, para no redimir? ¿No hay en mí poder para librar? He aquí que con mi reprensión hago secar el mar; torno los ríos en desierto, sus peces hieden, y mueren de sed por falta de agua.

Estad atentos a mí, pueblo mío, y oídme, nación mía; porque de mí saldrá la ley, y mi juicio descubriré para luz de pueblos.

Alzad a los cielos vuestros ojos, y mirad abajo a la tierra; porque los cielos serán deshechos como humo, y la tierra se envejecerá como ropa de vestir, y de la misma manera perecerán sus moradores; pero mi salvación será para siempre, mi justicia no perecerá.

Porque como a vestidura los comerá la polilla, como a lana los comerá el gusano; mas mi justicia permanecerá para siempre, y mi salvación de generación en generación.

¿No eres tú el que secó el mar, las aguas del gran abismo; el que transformó en camino las profundidades del mar para que pasasen los redimidos?

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