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'Que' en la Biblia

Y Agar dio a luz un hijo a Abram, y llamó Abram el nombre de su hijo que le dio Agar, Ismael.

y no se llamará más tu nombre Abram, sino que será tu nombre Abraham, porque te he puesto por padre de muchedumbre de gentiles.

Este será mi pacto, que guardaréis entre mí y vosotros y tu simiente después de ti: Será circuncidado en vosotros todo macho.

Y de edad de ocho días será circuncidado en vosotros todo macho por vuestras generaciones: el nacido en casa, y el comprado a dinero de cualquier extranjero, que no fuere de tu simiente.

Y el macho incircunciso que no hubiere circuncidado la carne de su prepucio, aquella persona será cortada de su pueblo; mi pacto anuló.

Pero Dios dijo: No, sino que Sara, tu mujer, te dará un hijo, y le pondrás el nombre de Isaac; y estableceré mi pacto con él, pacto perpetuo para su descendencia después de él.

Y por Ismael, también te he oído: he aquí que le bendeciré, y le haré fructificar y multiplicar mucho en gran manera: doce príncipes engendrará, y le pondré por gran gente.

Pero mi pacto lo estableceré con Isaac, el cual Sara te dará a luz por este tiempo el año que viene.

Entonces Abraham tomó a su hijo Ismael y a todos {los siervos} nacidos en su casa y a todos los que habían sido comprados con su dinero, a todo varón de entre las personas de la casa de Abraham, y aquel mismo día les circuncidó la carne de su prepucio, tal como Dios le había dicho.

Y todos los varones de su casa, que habían nacido en la casa o que habían sido comprados a un extranjero por dinero, fueron circuncidados con él.

Y alzó sus ojos, y miró, y he aquí tres varones que estaban junto a él; y cuando los vio, salió corriendo de la puerta de su tienda a recibirlos, y se inclinó hacia la tierra,

Y dijo: Señor, si ahora he hallado gracia en tus ojos, te ruego que no pases de tu siervo.

y yo traeré un pedazo de pan para que os alimentéis, y después sigáis adelante, puesto que habéis visitado a vuestro siervo. Y ellos dijeron: Haz así como has dicho.

Corrió también Abraham a la vacada y tomó un becerro tierno y bueno, y se {lo} dio al criado, que se apresuró a prepararlo.

Tomó también manteca y leche, y el becerro que había aderezado, y lo puso delante de ellos; y él estaba junto a ellos debajo del árbol; y comieron.

Entonces dijo: De cierto volveré a ti según el tiempo de la vida, y he aquí, que Sara tu mujer tendrá un hijo. Y Sara escuchaba a la puerta de la tienda que estaba detrás de él.

Se rió, pues, Sara entre sí, diciendo: ¿Después que he envejecido tendré deleite? Así mismo mi señor es ya viejo.

Entonces el SEÑOR dijo a Abraham: ¿Por qué se ha reído Sara diciendo: Será cierto que he de dar a luz siendo ya vieja?

Entonces Sara negó diciendo: No me reí; porque tuve miedo. Y él dijo: No es así, sino que te has reído.

descenderé ahora, y veré si han consumado su obra según el clamor que ha venido hasta mí; y si no, lo sabré.

Por ventura hay cincuenta justos dentro de la ciudad, ¿destruirás también y no perdonarás al lugar por cincuenta justos que estén dentro de él?

Y dijo: He aquí ahora que he comenzado a hablar a mi Señor: Por ventura se hallarán allí veinte. Respondió, no la destruiré, por veinte.

Y se fue el SEÑOR, luego que acabó de hablar a Abraham; y Abraham se volvió a su lugar.

Y dijo: Ahora, pues, mis señores, os ruego que vengáis a casa de vuestro siervo y os hospedéis, y lavaréis vuestros pies: y por la mañana os levantaréis, y seguiréis vuestro camino. Y ellos respondieron: No, que en la plaza dormiremos.

Y antes que se acostaran, cercaron la casa los hombres de la ciudad, los varones de Sodoma, todo el pueblo junto, desde el más joven hasta el más viejo;

y llamaron a Lot, y le dijeron: ¿Dónde están los varones que vinieron a ti esta noche? Sácanolos, para que los conozcamos.

y dijo: Hermanos míos, os ruego que no hagáis mal.

He aquí ahora yo tengo dos hijas que no han conocido varón; os las sacaré afuera, y haced de ellas como bien os pareciere; solamente a estos varones no hagáis nada, pues que vinieron a la sombra de mi tejado.

Y ellos respondieron: Quita allá; y añadieron: Vino éste aquí para habitar como un extraño, ¿y habrá de erigirse en juez? Ahora te haremos más mal que a ellos. Y hacían gran violencia al varón, a Lot, y se acercaron para romper las puertas.

Y a los varones que estaban a la puerta de la casa desde el menor hasta el mayor, hirieron con ceguera; mas ellos se fatigaban por hallar la puerta.

Y dijeron los varones a Lot: ¿Tienes aquí alguno más? Yernos, y tus hijos y tus hijas, y todo lo que tienes en la ciudad, sácalo de este lugar:

porque vamos a destruir este lugar, pues su clamor ha llegado a ser tan grande delante del SEÑOR, que el SEÑOR nos ha enviado a destruirlo.

Entonces salió Lot, y habló a sus yernos, los que habían de tomar sus hijas, y les dijo: Levantaos, salid de este lugar; porque el SEÑOR va a destruir esta ciudad. Mas fue tenido como burlador en ojos de sus yernos.

Y cuando el alba subía, los ángeles daban prisa a Lot, diciendo: Levántate, toma tu mujer, y tus dos hijas que se hallan aquí, para que no perezcas en la iniquidad de la ciudad.

Y deteniéndose él, los varones asieron de su mano, y de la mano de su mujer, y de las manos de sus dos hijas en la misericordia del SEÑOR que era sobre él; y le sacaron, y le pusieron fuera de la ciudad.

Y fue que sacándolos fuera, dijo: Escápate; sobre tu alma; no mires tras ti, ni pares en toda esta llanura; escapa al monte, para que no perezcas.

he aquí ahora ha hallado tu siervo gracia en tus ojos, y has engrandecido tu misericordia que has hecho conmigo dándome la vida; mas yo no podré escapar al monte, que por ventura no se me pegue el mal, y muera.

Ahora he aquí, esta ciudad está {bastante} cerca para huir a ella, y es pequeña. Te ruego que me dejes huir allá ( ¿no es pequeña?) para salvar mi vida.

Y le respondió: He aquí he recibido también tu súplica sobre esto, para no destruir la ciudad de que has hablado.

Date prisa, escápate allá; porque no podré hacer nada hasta que hayas llegado allá. Por esto fue llamado el nombre de la ciudad, Zoar.

y destruyó aquellas ciudades y todo el valle y todos los habitantes de las ciudades y {todo} lo que crecía en la tierra.

Y miró hacia Sodoma y Gomorra, y hacia toda la tierra de aquella llanura miró; y he aquí que el humo subía de la tierra como el humo de un horno.

Y fue que, destruyendo Dios las ciudades de la llanura, Dios se acordó de Abraham, y envió fuera a Lot de en medio de la destrucción, al asolar las ciudades donde Lot estaba.

Entonces la mayor dijo a la menor: Nuestro padre es viejo, y no queda varón en la tierra que entre a nosotras conforme a la costumbre de toda la tierra.

Ven, hagamos que beba vino nuestro padre, y acostémonos con él para preservar nuestra familia por medio de nuestro padre.

Aquella noche hicieron que bebiera vino su padre, y la mayor entró y se acostó con su padre, y él no supo cuando ella se acostó ni cuando se levantó.

El día siguiente dijo la mayor á la menor: He aquí yo dormí la noche pasada con mi padre; démosle á beber vino también esta noche, y entra y duerme con él, para que conservemos de nuestro padre generación.

De manera que también aquella noche hicieron que bebiera vino su padre, y la menor se levantó y se acostó con él, y él no supo cuando ella se acostó ni cuando se levantó.

Pero Dios vino a Abimelec en sueños de noche, y le dijo: He aquí muerto eres por la mujer que has tomado, la cual es casada con marido.

Y le dijo Dios en sueños: Yo también sé que con integridad de tu corazón has hecho esto; y yo también te detuve de pecar contra mí, y así no te permití que la tocaras.

Ahora, pues, vuelve la mujer a su marido; porque es profeta, y orará por ti, y vivirás. Y si tú no la volvieres, sabe que de cierto morirás, con todo lo que fuere tuyo.

Después llamó Abimelec a Abraham y le dijo: ¿Qué nos has hecho? ¿Y en qué pequé yo contra ti, que has atraído sobre mí y sobre mi reino tan gran pecado? Lo que no debiste hacer has hecho conmigo.

Y dijo más Abimelec a Abraham: ¿Qué viste para que hicieras esto?

Y fue que, cuando Dios me hizo salir errante de la casa de mi padre, yo le dije: Esta es la misericordia que tú me harás, que en todos los lugares donde llegáremos, digas de mí: Mi hermano es.

Y a Sara dijo: He aquí he dado mil monedas de plata a tu hermano; mira que él te es por velo de ojos para todos los que estuvieron contigo, y para con todos; así fue reprendida.

Y llamó Abraham el nombre de su hijo que le nació, que le dio a luz Sara, Isaac.

Entonces dijo Sara: Dios me ha hecho reír, y cualquiera que lo oyere, se reirá conmigo.

Y añadió: ¿Quién dijera a Abraham que Sara había de dar leche a hijos? Que le he dado a luz un hijo en su vejez.

Y creció el niño, y fue destetado; e hizo Abraham gran banquete el día que fue destetado Isaac.

Y vio Sara al hijo de Agar la egipcia, el cual ésta le había dado a luz a Abraham, que se burlaba.

Por tanto dijo a Abraham: Echa a esta sierva y a su hijo; que el hijo de esta sierva no ha de heredar con mi hijo, con Isaac.

Entonces dijo Dios a Abraham: No te parezca grave a causa del muchacho y de tu sierva; en todo lo que te dijere Sara, oye su voz, porque en Isaac te será llamada descendencia.

Y oyó Dios la voz del muchacho; y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo, y le dijo: ¿Qué tienes, Agar? No temas; porque Dios ha oído la voz del muchacho en donde está.

Ahora pues, júrame aquí por Dios, que no faltarás a mí, ni a mi hijo, ni a mi nieto; sino que conforme a la misericordia que yo hice contigo, harás tú conmigo y con la tierra donde has peregrinado.

Y Abraham reprendió a Abimelec a causa de un pozo de agua, que los siervos de Abimelec le habían quitado.

Y dijo Abimelec a Abraham: ¿Qué significan esas siete corderas que has puesto aparte?

Y él respondió: Que estas siete corderas tomarás de mi mano, para que me sean en testimonio de que yo cavé este pozo.

Y aconteció después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí.

Y Abraham madrugó muy de mañana, y enalbardó su asno, y tomó consigo dos criados suyos, y a Isaac su hijo; y cortó leña para el holocausto, y se levantó, y fue al lugar que Dios le dijo.

Y cuando llegaron al lugar que Dios le había dicho, edificó allí Abraham un altar, y compuso la leña, y ató a Isaac su hijo, y le puso en el altar sobre la leña.

Y aconteció después de estas cosas, que fue dada nueva a Abraham, diciendo: He aquí que también Milca ha dado a luz hijos a Nacor tu hermano:

Y su concubina, que se llamaba Reúma, dio a luz también a Teba, y a Gaham, y a Tahas, y a Maaca.

Y murió Sara en Quiriat-arba, que es Hebrón, en la tierra de Canaán; y vino Abraham a endechar a Sara, y a llorarla.

Extranjero y peregrino soy entre vosotros; dadme en propiedad una sepultura entre vosotros, para que pueda sepultar a mi difunta de delante de mí.

Oyenos, señor mío, eres un príncipe de Dios entre nosotros; en lo mejor de nuestras sepulturas sepulta a tu muerta; ninguno de nosotros te impedirá su sepultura, para que entierres tu muerta.

y habló con ellos, diciendo: Si tenéis voluntad que yo sepulte mi muerta de delante de mí, oídme, e interceded por mí con Efrón, hijo de Zohar,

para que me dé la cueva de Macpela, que tiene al cabo de su heredad; que por su justo precio me la dé, para heredad de sepultura en medio de vosotros.

Este Efrón habitaba entre los hijos de Het; y respondió Efrón heteo a Abraham, en oídos de los hijos de Het, de todos los que entraban por la puerta de su ciudad, diciendo:

No, señor mío, óyeme: te doy la heredad, y te doy también la cueva que está en ella; delante de los hijos de mi pueblo te la doy; sepulta tu muerta.

Y respondió a Efrón en oídos del pueblo de la tierra, diciendo: Antes, si te place, te ruego que me oigas; yo daré el precio de la heredad, tómalo de mí, y sepultaré en ella mi muerta.

Señor mío, escúchame: la tierra vale cuatrocientos siclos de plata; ¿qué es esto entre mí y ti? Entierra pues tu muerta.

Entonces Abraham se convino con Efrón, y pesó Abraham a Efrón el dinero que dijo, oyéndolo los hijos de Het, cuatrocientos siclos de plata, corrientes por los mercaderes.

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