17107 casos en 6 traducciones

'Que' en la Biblia

Y Moisés demandó el macho cabrío del pecado, y se halló que era quemado; y se enojó contra Eleazar e Itamar, los hijos de Aarón que habían quedado, diciendo:

¿Por qué no comisteis de la expiación del pecado en el lugar santo? Porque es santísimo, y la dio él a vosotros para llevar la iniquidad de la congregación, para que sean reconciliados delante del SEÑOR.

Veis que su sangre no fue metida en el santuario de adentro; habíais de comerla en el lugar santo, como yo mandé.

Pero Aarón dijo a Moisés: Mira, hoy mismo han presentado ellos su ofrenda por el pecado y su holocausto delante del SEÑOR. Ya que esto me ha sucedido, si yo hubiera comido hoy de la ofrenda por el pecado, ¿hubiera sido grato a los ojos del SEÑOR?

Hablad a los hijos de Israel, diciendo: Estos son los animales que comeréis de todos los animales que están sobre la tierra.

Estos sin embargo, no comeréis de los que rumian y de los que tienen pezuña: el camello, porque rumia mas no tiene pezuña hendida, habéis de tenerlo por inmundo;

Esto comeréis de todas las cosas que están en las aguas: todas las cosas que tienen aletas y escamas en las aguas del mar, y en los ríos, aquellas comeréis;

mas todas las cosas que no tienen aletas ni escamas en el mar y en los ríos, así de todo reptil de agua como de toda cosa viviente que está en las aguas, las tendréis en abominación.

Pero esto comeréis de todo insecto alado que anda sobre cuatro patas, que tuviere zancas además de sus patas para saltar con ellas sobre la tierra;

Todo otro insecto alado que tenga cuatro patas, tendréis en abominación.

Y por estas cosas seréis inmundos: cualquiera que tocare sus cuerpos muertos, será inmundo hasta la tarde;

y cualquiera que llevare algo de sus cuerpos muertos, lavará sus vestidos, y será inmundo hasta la tarde.

Todo animal de pezuña, pero que no tiene pezuña hendida, ni rumia, tendréis por inmundo; cualquiera que tocare sus cuerpos muertos será inmundo.

Y de todos los animales que andan en cuatro patas, lo tendréis por inmundo cualquiera que ande sobre sus garras; cualquiera que tocare sus cuerpos muertos, será inmundo hasta la tarde.

Y el que llevare sus cuerpos muertos, lavará sus vestidos, y será inmundo hasta la tarde; habéis de tenerlos por inmundos.

Y éstos tendréis por inmundos de los animales que se van arrastrando sobre la tierra: la comadreja, y el ratón, y la rana según su especie,

Estos tendréis por inmundos de todos los animales; cualquiera que los tocare, cuando estuvieren muertos, será inmundo hasta la tarde.

Y todo aquello sobre lo que cayere alguno de ellos después de muertos, será inmundo; así vaso de madera, como vestido, o piel, o saco, cualquier instrumento con que se hace obra, será metido en agua, y será inmundo hasta la tarde, y así será limpio.

Y todo vaso de barro dentro del cual cayere alguno de ellos, todo lo que estuviere en él será inmundo, y quebraréis el vaso.

Toda vianda que se come, sobre la cual viniere el agua de tales vasos, será inmunda; y toda bebida que se bebiere, será en todos esos vasos inmunda.

Y todo aquello sobre lo que cayere algo del cuerpo muerto de ellos, será inmundo; el horno y la chimenea serán derribados; son inmundos, y por inmundos los tendréis.

Con todo, la fuente y la cisterna donde se recogen aguas, serán limpias; mas lo que hubiere tocado en sus cuerpos muertos será inmundo.

Y si cayere de sus cuerpos muertos sobre alguna simiente sembrada, que estuviere sembrada, será limpia.

y el que comiere de su cuerpo muerto, lavará sus vestidos, y será inmundo hasta la tarde; asimismo el que sacare su cuerpo muerto, lavará sus vestidos, y será inmundo hasta la tarde.

Todo lo que anda sobre el pecho, y todo lo que anda sobre cuatro o más patas, de todo reptil que anda arrastrándose sobre la tierra, no lo comeréis, porque es abominación.

No ensuciéis vuestras almas con ningún reptil que anda arrastrándose, ni os contaminéis con ellos, ni seáis inmundos con ellos.

Porque yo soy el SEÑOR vuestro Dios, vosotros por tanto os santificaréis, y seréis santos, porque yo soy santo; así que no ensuciéis vuestras almas con ningún reptil que anduviere arrastrándose sobre la tierra.

Porque yo soy el SEÑOR, que os hago subir de la tierra de Egipto para seros por Dios; seréis pues santos, porque yo soy santo.

Esta es la ley de los animales y de las aves, y de todo ser viviente que se mueve en las aguas, y de todo animal que se anda arrastrando sobre la tierra;

para hacer diferencia entre lo inmundo y lo limpio, y entre los animales que se pueden comer y los animales que no se pueden comer.

Habla a los hijos de Israel, diciendo: La mujer cuando concibiere y diere a luz varón, será inmunda siete días; conforme a los días que está separada por su menstruo, será inmunda.

Mas ella permanecerá treinta y tres días en la sangre de su purificación; ninguna cosa santa tocará, ni vendrá al santuario, hasta que sean cumplidos los días de su purificación.

y lo ofrecerá delante del SEÑOR, y la reconciliará, y será limpia del flujo de su sangre. Esta es la ley de la que diere a luz varón o hembra.

y el sacerdote mirará la llaga en la piel de la carne; si el pelo en la llaga se ha vuelto blanco, y pareciere la llaga más hundida que la tez de la carne, llaga de lepra es; y el sacerdote le reconocerá, y le dará por inmundo.

Y si en la piel de su carne hubiere mancha blanca, pero no pareciere más hundida que la tez, ni su pelo se hubiere vuelto blanco, entonces el sacerdote encerrará al llagado por siete días;

Después el sacerdote le reconocerá al séptimo día la segunda vez; y si parece haberse oscurecido la llaga, y que no se ha extendido en la piel, entonces el sacerdote lo dará por limpio: era postilla; y lavará sus vestidos, y será limpio.

Mas si hubiere ido creciendo la postilla en la piel, después que fue mostrado al sacerdote para ser limpio, será visto otra vez del sacerdote;

y si reconociéndolo el sacerdote, ve que la postilla ha crecido en la piel, el sacerdote lo dará por inmundo: es lepra.

Y si la lepra brota y se extiende en la piel, y la lepra cubre toda la piel {del que tenía} la infección, desde su cabeza hasta sus pies, hasta donde pueda ver el sacerdote,

entonces el sacerdote mirará, y he aquí, {si} la lepra ha cubierto todo su cuerpo, declarará limpio {al que tenía} la infección; se ha vuelto toda blanca {y} él es limpio.

Mas el día que apareciere en él la carne viva, será inmundo.

y el sacerdote mirará, y si la llaga se hubiere vuelto blanca, el sacerdote dará por limpio al que tenía la llaga, y él será limpio.

y el sacerdote mirará; y si pareciere estar más baja que su piel, y su pelo se hubiere vuelto blanco, lo dará el sacerdote por inmundo; es llaga de lepra que se originó en la postema.

Y si el sacerdote la considerare, y no pareciere en ella pelo blanco, ni estuviere más baja que la piel, sino oscura, entonces el sacerdote lo encerrará por siete días;

Pero si la mancha blanca estuviere en su lugar, que no haya cundido, es la costra de la postema; y el sacerdote lo dará por limpio.

el sacerdote la mirará; y si el pelo se hubiere vuelto blanco en la mancha, y pareciere estar más hundida que la piel, es lepra que salió en la quemadura; y el sacerdote lo dará por inmundo; llaga de lepra es.

Mas si el sacerdote la mirare, y no pareciere en la mancha pelo blanco, ni estuviere más baja que la tez, sino que está oscura, le encerrará el sacerdote por siete días;

Pero si la mancha estuviere en su lugar, y no se hubiere extendido en la piel, sino que está oscura, hinchazón es de la quemadura; lo dará el sacerdote por limpio; que costra de la quemadura es.

Y al hombre o mujer que le saliere llaga en la cabeza, o en la barba,

el sacerdote mirará la llaga; y si pareciere estar más profunda que la tez, y el pelo en ella fuera rubio y adelgazado, entonces el sacerdote lo dará por inmundo; es tiña, es lepra de la cabeza o de la barba.

Mas cuando el sacerdote hubiere mirado la llaga de la tiña, y no pareciere estar más profunda que la tez, ni fuere en ella pelo negro, el sacerdote encerrará al llagado de la tiña por siete días;

y al séptimo día el sacerdote mirará la llaga; y si la tiña no pareciere haberse extendido, ni hubiere en ella pelo rubio, ni pareciere la tiña más profunda que la tez,

entonces lo trasquilarán, mas no trasquilarán el lugar de la tiña; y encerrará el sacerdote al que tiene la tiña por siete días la segunda vez.

Y al séptimo día mirará el sacerdote la tiña; y si la tiña no hubiere cundido en la piel, ni pareciere estar más profunda que la tez, el sacerdote lo dará por limpio; y lavará sus vestidos, y será limpio.

el sacerdote {lo} examinará, y si la tiña se ha extendido en la piel, el sacerdote no tiene que buscar pelo amarillento; es inmundo.

Mas si le pareciere que la tiña está detenida, y que ha salido en ella el pelo negro, la tiña está sanada; él está limpio, y por limpio lo dará el sacerdote.

el sacerdote mirará: y si en la piel de su carne parecieren manchas blancas algo oscurecidas, es empeine que brotó en la piel, está limpia la persona.

Mas cuando en la calva o en la antecalva hubiere llaga blanca bermeja, lepra es que brota en su calva o en su antecalva.

En cuanto al leproso que tenga la infección, sus vestidos estarán rasgados, el cabello de su cabeza estará descubierto, se cubrirá el bozo y gritará: ¡Inmundo, inmundo!

Todo el tiempo que la llaga estuviere en él, será inmundo; estará impuro: habitará solo; fuera del campamento será su morada.

y que la plaga sea verde, o bermeja, en vestido o en piel, o en estambre, o en trama, o en cualquier obra de piel; plaga es de lepra, y se ha de mostrar al sacerdote.

Y al séptimo día mirará la plaga; y si hubiere cundido la plaga en el vestido, o estambre, o en la trama, o en piel, o en cualquier obra que se hace de pieles, lepra roedora es la plaga; inmunda será.

Será quemado el vestido, o estambre o trama, de lana o de lino, o cualquier obra de pieles en que hubiere tal plaga; porque lepra roedora es; al fuego será quemada.

Y si el sacerdote mirare, y no pareciere que la plaga se haya extendido en el vestido, o estambre, o en la trama, o en cualquier obra de pieles;

entonces el sacerdote mandará que laven donde está la plaga, y lo encerrará otra vez por siete días.

Y el sacerdote mirará después que la plaga fuere lavada; y si pareciere que la plaga no ha mudado su aspecto, bien que no haya cundido la plaga, inmunda es; la quemarás al fuego; corrosión es penetrante, esté lo raído en la faz o en el revés de aquella cosa.

Mas si el sacerdote la viere, y pareciere que la plaga se ha oscurecido después que fue lavada, la cortará del vestido, o de la piel, o del estambre, o de la trama.

Pero el vestido, o estambre, o trama, o cualquier cosa de piel que lavares, y que se le quitare la plaga, se lavará la segunda vez, y entonces será limpia.

Esta es la ley de la plaga de la lepra del vestido de lana o de lino, o del estambre, o de la trama, o de cualquier cosa de piel, para que sea dada por limpia o por inmunda.

Y el sacerdote saldrá fuera del campamento; y mirará el sacerdote, y viendo que está sana la llaga de la lepra del leproso,

el sacerdote mandará luego que se tomen para el que se purifica dos avecillas vivas, limpias, y palo de cedro, y grana, e hisopo;

y rociará siete veces sobre el que se purifica de la lepra, y le dará por limpio; y soltará la avecilla viva sobre la faz del campo.

Y el que se purifica lavará sus vestidos, y raerá todo su pelo, y se lavará con agua, y será limpio; y después entrará en el campamento, y morará fuera de su tienda siete días.

Y será, que al séptimo día raerá todo el pelo de su cabeza, y su barba, y las cejas de sus ojos; finalmente, raerá todo su pelo, y lavará sus vestidos, y lavará su carne en agua, y será limpio.

Y el sacerdote que le purifica presentará con aquellas cosas al que se ha de limpiar delante del SEÑOR, a la puerta del tabernáculo del testimonio;

Enseguida degollará el cordero en el lugar donde degüellan la ofrenda por el pecado y el holocausto, en el lugar del santuario, porque la ofrenda por la culpa, lo mismo que la ofrenda por el pecado, pertenece al sacerdote; es {cosa} santísima.

Y tomará el sacerdote de la sangre de la expiación por la culpa, y pondrá el sacerdote sobre el lóbulo de la oreja derecha del que se purifica, y sobre el pulgar de su mano derecha, y sobre el pulgar de su pie derecho.

y mojará su dedo derecho en el aceite que tiene en su mano izquierda, y esparcirá del aceite con su dedo siete veces delante del SEÑOR.

Y de lo que quedare del aceite que tiene en su mano, pondrá el sacerdote sobre el lóbulo de la oreja derecha del que se purifica, y sobre el pulgar de su mano derecha, y sobre el pulgar de su pie derecho, sobre la sangre de la expiación por la culpa;

y lo que quedare del aceite que tiene en su mano, pondrá sobre la cabeza del que se purifica; y así lo reconciliará el sacerdote delante del SEÑOR.

Y ofrecerá el sacerdote el pecado y reconciliará al que se ha de purificar de su inmundicia, y después degollará el holocausto.

Mas si fuere pobre, que no alcanzare su mano a tanto, entonces tomará un cordero para expiación por la culpa para la ofrenda mecida, para reconciliarse, y una décima de flor de harina amasada con aceite para presente, y un log de aceite;

y dos tórtolas, o dos palominos, lo que alcanzare su mano; y el uno será como el pecado, y el otro como holocausto.

luego degollará el cordero de la expiación por la culpa, y tomará el sacerdote de la sangre de la expiación por la culpa, y pondrá sobre el lóbulo de la oreja derecha del que se purifica, y sobre el pulgar de su mano derecha, y sobre el pulgar de su pie derecho.

y con su dedo derecho rociará el sacerdote del aceite que tiene en su mano izquierda, siete veces delante del SEÑOR.

También el sacerdote pondrá del aceite que tiene en su mano sobre el lóbulo de la oreja derecha del que se purifica, y sobre el pulgar de su mano derecha, y sobre el pulgar de su pie derecho, en el lugar de la sangre de la expiación por la culpa.

Y lo que sobrare del aceite que el sacerdote tiene en su mano, lo pondrá sobre la cabeza del que se purifica, para reconciliarlo delante del SEÑOR.

Asimismo ofrecerá una de las tórtolas, o de los palominos, lo que alcanzare su mano.

Uno de lo que alcanzare su mano como el pecado, y el otro como holocausto, además del presente; y así reconciliará el sacerdote al que se ha de purificar, delante del SEÑOR.

Esta es la ley del que hubiere tenido plaga de lepra, cuya mano no alcanzare lo prescrito para purificarse.

Cuando entréis en la tierra de Canaán, que os doy en posesión, y ponga yo una marca de lepra sobre una casa en la tierra de vuestra posesión,

Entonces mandará el sacerdote, y desocuparán la casa antes que el sacerdote entre a mirar la plaga, para que no sea contaminado todo lo que estuviere en la casa; y después el sacerdote entrará a reconocer la casa.

Y mirará la plaga; y si se ve la plaga en las paredes de la casa con manchas verdosas, profundas o bermejas, las cuales parecieren más hundidas que la pared,

entonces mandará el sacerdote, y arrancarán las piedras en que estuviere la plaga, y las echarán fuera de la ciudad, en un lugar inmundo;

y hará raspar todo el interior de la casa, y derramarán el polvo que raspen fuera de la ciudad en un lugar inmundo;

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