17107 casos en 6 traducciones

'Que' en la Biblia

Yo he visto al loco que echaba raíces, y en la misma hora maldije su habitación.

Y entenderás que tu simiente es mucha, y tus renuevos como la hierba de la tierra.

He aquí lo que hemos inquirido, lo cual es así: Oyelo, y juzga tú para contigo.

¡Oh, que pudiesen pesar justamente mi sufrimiento, y lo pusiesen en balanza junto con mi calamidad!

Porque mi tormento pesaría más que la arena del mar; y por tanto mis palabras son tragadas.

Las cosas que mi alma no quería tocar antes, ahora por los dolores son mi comida.

¡Quién me diera que viniera mi petición, y que Dios me diera lo que espero;

y que quisiera Dios quebrantarme; y que soltara su mano, y me despedazare!

Y en esto crecería aún consolación, si me asare con dolor sin haber misericordia; no que haya contradicho las palabras del que es Santo.

¿Es que mi ayuda no está dentro de mí, y está alejado de mí {todo} auxilio?

Para el abatido, {debe haber} compasión de parte de su amigo; no sea que abandone el temor del Todopoderoso.

Mis hermanos han obrado engañosamente como un torrente, como las corrientes de los arroyos que se desvanecen,

que están escondidas por la helada, y encubiertas con nieve.

Que al tiempo del calor son deshechas, y calentándose, desaparecen de su lugar;

Ahora ciertamente vosotros sois como ellas; que habéis visto el tormento, y teméis.

¡Cuán fuertes son las palabras de rectitud! Mas ¿qué reprende el argumento de vosotros?

¿Pensáis censurar palabras, Y los discursos de un desesperado, que son como el viento?

Desistid, por favor; que no haya injusticia; sí, desistid; en ello está aún mi justicia.

Como esclavo que suspira por la sombra, y como jornalero que espera con ansias su paga,

así he tenido que poseer meses de vanidad, y noches de congoja me fueron asignadas.

Acuérdate que mi vida es un viento, y que mis ojos no volverán para ver el bien.

Los ojos de los que ahora me ven, no me verán más; tus ojos serán sobre mí, y dejaré de ser.

Abominé la vida; no quiero vivir para siempre; déjame, pues, que mis días son vanidad.

para que lo examines cada mañana, y a cada momento lo pongas a prueba?

¿Hasta cuándo no me dejarás, ni me soltarás hasta que trague mi saliva?

Si he pecado, ¿qué te haré, oh Guarda de los hombres? ¿Por qué me has puesto contrario a ti, y que a mí mismo sea pesado?

¿Y por qué no quitas mi rebelión, y perdonas mi iniquidad? Porque ahora dormiré en el polvo, y si me buscares de mañana, ya no seré hallado.

¿Acaso tuerce Dios la justicia o tuerce el Todopoderoso lo que es justo?

Estando aún verde y sin cortar, con todo, se seca antes que cualquier {otra} planta.

Tales son los caminos de todos los que olvidan a Dios; y la esperanza del hipócrita perecerá.

Los que te aborrecen, serán vestidos de confusión; y la habitación de los impíos perecerá.

He aquí que él pasará delante de mí, y yo no lo veré; y pasará, y no lo entenderé.

Dios no tornará atrás su ira, y debajo de él se encorvan los que ayudan a la soberbia.

Que aunque yo sea justo, no responderé; antes habré de rogar a mi juez.

Que si yo le invocare, y él me respondiera, aún no creeré que haya escuchado mi voz.

Que aún no me ha concedido que tome mi aliento; mas me ha llenado de amarguras.

Bien que yo fuese íntegro, no conozco mi alma: Reprocharé mi vida.

Una cosa resta es a saber que yo diga: Al perfecto y al impío él los consume.

La tierra es entregada en manos de los impíos, y él cubre el rostro de sus jueces. Si no es él el que lo hace, ¿quién es? ¿Dónde está?

Pasaron con los navíos de Ebeh; o como el águila que se arroja a la presa.

Temo todos mis trabajos; sé que no me tendrás sin culpa.

No hay entre nosotros árbitro que ponga su mano sobre ambos.

¿Te parece bien que oprimas, y que deseches la obra de tus manos, y que resplandezcas sobre el consejo de los impíos?

para que inquieras mi iniquidad, y busques mi pecado,

sobre saber tú que no soy impío, y que no hay quien de tu mano me libre?

Y estas cosas tienes guardadas en tu corazón; yo sé que esto está cerca de ti.

¿No son mis días poca cosa? Cesa pues, y déjame, para que me esfuerce un poco.

Antes que vaya para no volver, a la tierra de tinieblas y de sombra de muerte;

tierra de oscuridad, y tenebrosa sombra de muerte, donde no hay orden, y que resplandece como la misma oscuridad.

¿Las muchas palabras no han de tener respuesta? ¿Y el hombre que habla mucho será justificado?

¿Harán tus jactancias callar a los hombres? ¿Harás escarnio sin que nadie {te} reprenda?

Mas ¡oh, quién diera que Dios hablara, y abriera sus labios contigo,

y que te declarara los secretos de la sabiduría! Porque mereces dos tantos según lo establecido; y sabe que Dios te ha olvidado por tu iniquidad.

Es más alto que los cielos; ¿qué harás? Es más profundo que el Seol; ¿cómo lo conocerás?

si alguna iniquidad hubiere en tu mano, y la echares de ti, y no consintieres que more maldad en tus habitaciones;

Tu vida será más radiante que el mediodía, {y hasta} la oscuridad será como la mañana.

Ciertamente que vosotros sois el pueblo; y con vosotros morirá la sabiduría.

También tengo corazón como vosotros; no soy yo menos que vosotros; ¿y quién habrá que no pueda decir otro tanto?

Aquel cuyos pies van á resbalar, Es como una lámpara despreciada de aquel que está á sus anchuras.

Las tiendas de los ladrones están en paz; y los que provocan a Dios, y los que traen dioses en sus manos viven seguros.

Y en efecto, pregunta ahora a las bestias, que ellas te enseñarán; y a las aves de los cielos, que ellas te lo mostrarán;

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