'Te' en la Biblia
Yo publicaré el decreto: Jehová me ha dicho: Mi Hijo eres tú; yo te engendré hoy.
Pídeme, y te daré por heredad las naciones, y por posesión tuya los confines de la tierra.
Porque en la muerte no hay memoria de ti; en el sepulcro, ¿quién te alabará?
Y te rodeará congregación de pueblos; por amor a ellos vuelve a levantarte en alto.
«Al Músico principal: sobre Mutlaben: Salmo de David» Te alabaré, oh Jehová, con todo mi corazón; contaré todas tus maravillas.
Porque has sostenido mi juicio y mi causa; te sentaste en el trono juzgando con justicia.
En ti confiarán los que conocen tu nombre; por cuanto tú, oh Jehová, no desamparaste a los que te buscaron.
¿Por qué estás lejos, oh Jehová, y te escondes en el tiempo de la tribulación?
Levántate, oh Jehová Dios, alza tu mano, no te olvides de los pobres.
Yo te he invocado, porque tú me oirás, oh Dios: Inclina a mí tu oído, escucha mi palabra.
«Al Músico principal: Salmo de David, siervo de Jehová, el cual dijo a Jehová las palabras de este cántico el día que le libró Jehová de mano de todos sus enemigos, y de mano de Saúl. Entonces dijo:» Te amaré, oh Jehová, fortaleza mía.
Con el misericordioso te mostrarás misericordioso, y recto para con el hombre íntegro.
Limpio te mostrarás para con el limpio, y severo serás para con el perverso.
Por tanto yo te confesaré entre las gentes, oh Jehová, y cantaré salmos a tu nombre.
«Al Músico principal: Salmo de David» Jehová te oiga en el día de la angustia; El nombre del Dios de Jacob te defienda.
Te envíe ayuda desde el santuario, y desde Sión te sostenga.
Te dé conforme al deseo de tu corazón, y cumpla todo tu consejo.
Vida te demandó, y le diste largura de días eternamente y para siempre.
Alcanzará tu mano a todos tus enemigos; tu diestra alcanzará a los que te aborrecen.
No te alejes de mí, porque la angustia está cerca; porque no hay quien ayude.
Mas tú, oh Jehová, no te alejes; Fortaleza mía, apresúrate a socorrerme.
Anunciaré tu nombre a mis hermanos; en medio de la congregación te alabaré.
De los pecados de mi juventud, y de mis rebeliones, no te acuerdes; conforme a tu misericordia acuérdate de mí, por tu bondad, oh Jehová.
«Salmo de David» A ti clamaré, oh Jehová, Roca mía; no te desentiendas de mí; Para que no sea yo, dejándome tú, semejante a los que descienden a la fosa.
«Salmo cantado en la dedicación de la casa de David» Te glorificaré, oh Jehová; porque me has levantado, y no hiciste a mis enemigos alegrarse de mí.
¿Qué provecho hay en mi muerte, cuando yo descienda al sepulcro? ¿Te alabará el polvo? ¿Anunciará tu verdad?
Por tanto a ti cantaré, gloria mía, y no estaré callado. Jehová Dios mío, te alabaré para siempre.
No sea yo avergonzado, oh Jehová, ya que te he invocado; sean avergonzados los impíos, estén mudos en el sepulcro.
¡Cuán grande es tu bondad, que has guardado para los que te temen, que has mostrado para los que en ti confían, delante de los hijos de los hombres!
Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová; y tú perdonaste la maldad de mi pecado. (Selah)
Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar: Sobre ti fijaré mis ojos.
Te confesaré en grande congregación; te alabaré entre numeroso pueblo.
Tú lo has visto, oh Jehová; no calles: Señor, no te alejes de mí.
Extiende tu bondad a los que te conocen, y tu justicia a los rectos de corazón.
«Salmo de David» No te impacientes a causa de los malignos, ni tengas envidia de los que hacen iniquidad.
Deléitate asimismo en Jehová, y Él te concederá las peticiones de tu corazón.
Guarda silencio ante Jehová, y espera en Él: No te alteres con motivo del que prospera en su camino, por causa del hombre que hace maldades.
Deja la ira, y depón el enojo; no te excites en manera alguna a hacer lo malo.
Espera en Jehová, y guarda su camino, y Él te exaltará para heredar la tierra: Cuando sean talados los pecadores, lo verás.
Señor, delante de ti están todos mis deseos; y mi suspiro no te es oculto.
No me desampares, oh Jehová: Dios mío, no te alejes de mí.
Has aumentado, oh Jehová Dios mío, tus maravillas; y tus pensamientos para con nosotros, no te los podremos contar; si yo anunciare y hablare de ellos, no pueden ser enumerados.
Sacrificio y ofrenda no te agradan; has abierto mis oídos; holocausto y expiación no has demandado.
Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan; y digan siempre los que aman tu salvación: Jehová sea engrandecido.
Aunque afligido yo y necesitado, Jehová pensará en mí. Mi ayuda y mi Libertador eres tú; Dios mío, no te tardes.
En esto conozco que te he agradado; en que mi enemigo no triunfa sobre mí.
¿Por qué te abates, oh alma mía, y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle por la ayuda de su presencia.
Diré a Dios: Roca mía, ¿por qué te has olvidado de mí? ¿Por qué andaré yo enlutado por la opresión del enemigo,
¿Por qué te abates, oh alma mía, y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle; Él es la salud de mi semblante, y mi Dios.
Y entraré al altar de Dios, a Dios mi alegría, mi gozo; y te alabaré con arpa, oh Dios, Dios mío.
¿Por qué te abates, oh alma mía, y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle; Él es la salud de mi semblante, y mi Dios.
Porque no se apoderaron de la tierra por su espada, ni su brazo los libró; sino tu diestra, y tu brazo, y la luz de tu rostro, porque te complaciste en ellos.
¿Por qué escondes tu rostro, y te olvidas de nuestra aflicción y de nuestra opresión?
Te has hermoseado más que los hijos de los hombres; la gracia se derramó en tus labios; por tanto Dios te ha bendecido para siempre.
Y en tu gloria sé prosperado: Cabalga sobre palabra de verdad, de humildad y de justicia; y tu diestra te enseñará cosas terribles.
Amaste la justicia y aborreciste la maldad; por tanto Dios, el Dios tuyo, te ha ungido con óleo de alegría más que a tus compañeros.
Mirra, áloe y casia exhalan todas tus vestiduras; desde palacios de marfil te han alegrado.
Haré que tu nombre sea recordado en todas las generaciones; por lo cual te alabarán los pueblos eternamente y para siempre.
Aunque mientras viva, bendiga a su alma: y tú serás loado cuando te hicieres bien.
No te reprenderé sobre tus sacrificios, ni por tus holocaustos, que delante de mí están siempre.
Si yo tuviese hambre, no te lo diría a ti; porque mío es el mundo y su plenitud.
E invócame en el día de la angustia: Te libraré, y tú me honrarás.
Estas cosas hiciste, y yo he callado; pensabas que de cierto sería yo como tú; pero yo te reprenderé, y las pondré delante de tus ojos.
Entonces te agradarán los sacrificios de justicia, el holocausto u ofrenda del todo quemada: Entonces ofrecerán becerros sobre tu altar.
«Al Músico principal: Masquil de David, cuando vino Doeg idumeo y dio cuenta a Saúl, diciéndole: David ha venido a casa de Ahimelec» ¿Por qué te glorías de maldad, oh poderoso? La misericordia de Dios es continua.
Por tanto Dios te derribará para siempre; te asolará y te arrancará de tu morada, y te desarraigará de la tierra de los vivientes. (Selah)
Te alabaré para siempre por lo que has hecho; y esperaré en tu nombre, porque es bueno, delante de tus santos.
«Al Músico principal: en Neginot: Masquil de David» Escucha, oh Dios, mi oración, y no te escondas de mi súplica.
Echa sobre Jehová tu carga, y Él te sustentará; no dejará para siempre caído al justo.
Sobre mí, oh Dios, están tus votos; te tributaré alabanzas.
Te alabaré entre los pueblos, oh Señor; cantaré de ti entre las naciones.
Mas tú, oh Jehová, te reirás de ellos, te burlarás de todas las gentes.
«Al Músico principal; sobre Susan-edut: Mictam de David, para enseñar, cuando tuvo guerra contra Aram-naharaim y contra Aram de Soba, y volvió Joab, e hirió de Edom en el valle de la Sal a doce mil» Oh Dios, tú nos has desechado, nos disipaste; te has airado; ¡vuélvete a nosotros!
Has dado bandera a los que te temen, que desplieguen por causa de la verdad. (Selah)
«Salmo de David, estando en el desierto de Judá» Dios, Dios mío eres tú; de madrugada te buscaré; mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, en tierra seca y árida donde agua no hay;
para ver tu poder y tu gloria, así como te he mirado en el santuario.
Porque mejor es tu misericordia que la vida; mis labios te alabarán.
Así te bendeciré en mi vida; en tu nombre alzaré mis manos.
Como de meollo y de grosura será saciada mi alma; y con labios de júbilo te alabará mi boca,
Toda la tierra te adorará, y cantará a ti; cantarán a tu nombre. (Selah)
Entraré en tu casa con holocaustos; te pagaré mis votos
Te ofreceré holocaustos de animales engordados, con perfume de carneros: Sacrificaré bueyes y machos cabríos. (Selah)
Te alaben los pueblos, oh Dios; todos los pueblos te alaben.
Te alaben los pueblos, oh Dios; todos los pueblos te alaben.
Por razón de tu templo en Jerusalén, los reyes te ofrecerán dones.
Dios, tú sabes mi locura; y mis pecados no te son ocultos.
No sean avergonzados por mi causa los que esperan en ti, oh Señor Jehová de los ejércitos; no sean confundidos por causa mía los que te buscan, oh Dios de Israel.
Porque me consumió el celo de tu casa; y las afrentas de los que te injuriaban, han caído sobre mí.
Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan; y digan siempre los que aman tu salvación: Engrandecido sea Dios.
Yo estoy afligido y menesteroso; apresúrate a mí, oh Dios; mi ayuda y mi Libertador eres tú; oh Jehová, no te detengas.
Mas yo esperaré siempre, y aún te alabaré más y más.
Asimismo yo te alabaré con instrumento de salterio, oh Dios mío: tu verdad cantaré a ti con el arpa, oh Santo de Israel.
Te temerán mientras duren el sol y la luna, de generación en generación.
Levántate, oh Dios, aboga tu causa; acuérdate de cómo el insensato te injuria cada día.
«Al Músico principal: sobre No destruyas: Salmo de Asaf: Cántico» Te damos gracias, oh Dios, gracias te damos; porque cercano está tu nombre: Tus maravillas declaramos.
cuando te levantaste, oh Dios, al juicio, para salvar a todos los mansos de la tierra. (Selah)
Ciertamente la ira del hombre te alabará; tú reprimirás el resto de las iras.
Te vieron las aguas, oh Dios; te vieron las aguas, y temieron; y temblaron los abismos.
Derrama tu ira sobre las gentes que no te conocen, y sobre los reinos que no invocan tu nombre.
Y da a nuestros vecinos en su seno siete tantos de su infamia, con que te han deshonrado, oh Jehová.