558 casos

'Tú' en la Biblia

TAU. Llegue mi clamor delante de ti, oh Jehová; dame entendimiento conforme a tu palabra.

Llegue mi oración delante de ti; líbrame conforme a tu palabra.

Que tu mano me ayude; Porque tus mandamientos he escogido.

He deseado tu salvación, oh Jehová; y tu ley es mi delicia.

Por amor a la casa de Jehová nuestro Dios, procuraré tu bien.

Jehová te bendiga desde Sión, y veas el bien de Jerusalén todos los días de tu vida;

En verdad juró Jehová a David, no se retractará de ello: Del fruto de tus lomos pondré sobre tu trono.

Si tus hijos guardaren mi pacto, y mi testimonio que yo les enseñaré, sus hijos también se sentarán sobre tu trono para siempre.

Oh Jehová, eterno es tu nombre; tu memoria, oh Jehová, por todas las generaciones.

Hija de Babilonia, serás destruida, bienaventurado el que te diere el pago de lo que nos hiciste.

Me postraré hacia tu santo templo, y alabaré tu nombre por tu misericordia y tu verdad; porque has magnificado tu palabra por sobre todo tu nombre.

Te alabarán, oh Jehová, todos los reyes de la tierra, cuando escuchen los dichos de tu boca.

«Al Músico principal: Salmo de David» Oh Jehová, me has examinado y conocido.

Si subiere al cielo, allí estás ; y si en el infierno hiciere mi lecho, he aquí allí estás.

Porque blasfemias dicen ellos contra ti; tus enemigos toman en vano tu nombre.

He dicho a Jehová: Dios mío eres ; escucha, oh Jehová, la voz de mis ruegos.

Jehová Señor, la fortaleza de mi salvación, pusiste a cubierto mi cabeza en el día de la batalla.

Ciertamente los justos alabarán tu nombre; los rectos morarán en tu presencia.

Cuando mi espíritu se angustiaba dentro de mí, conociste mi senda. En el camino en que andaba, me escondieron lazo.

Clamé a ti, oh Jehová, dije: eres mi esperanza, y mi porción en la tierra de los vivientes.

Respóndeme pronto, oh Jehová porque mi espíritu desfallece; no escondas de mí tu rostro, no venga yo a ser semejante a los que descienden a la fosa.

Por tu nombre, oh Jehová, me vivificarás; por tu justicia, sacarás mi alma de angustia.

Y por tu misericordia disipa a mis enemigos, y destruye a todos los adversarios de mi alma; porque yo soy tu siervo.

Extiende tu mano desde lo alto; Rescátame, y líbrame de las muchas aguas, de la mano de los hijos de extraños;

, el que da salvación a los reyes, el que libra a David su siervo de maligna espada.

Hablaré de la gloriosa magnificencia de tu majestad, y de tus maravillosos hechos.

De tus portentos y temibles hechos hablarán los hombres; Y yo contaré tu grandeza.

Contarán de la gloria de tu reino, y hablarán de tu poder;

Reina Valera Gómez (© 2010)