558 casos

'Tú' en la Biblia

Levántate, oh Jehová; sálvame, oh Dios mío; porque heriste a todos mis enemigos en la quijada; los dientes de los malos quebrantaste.

«Al Músico principal: sobre Neginot: Salmo de David» Respóndeme cuando clamo, oh Dios de mi justicia; estando en angustia, me hiciste ensanchar; ten misericordia de mí, y oye mi oración.

Muchos dicen: ¿Quién nos mostrará el bien? Alza sobre nosotros, oh Jehová, la luz de tu rostro.

diste alegría a mi corazón, más que la de ellos en el tiempo que se multiplicó su grano y su mosto.

Porque no eres un Dios que se complace en la maldad; el malo no habitará junto a ti.

Pero alégrense todos los que en ti confían; para siempre den voces de júbilo, porque los defiendes: En ti se regocijen los que aman tu nombre.

«Al Músico principal: en Neginot sobre Seminit: Salmo de David» Oh Jehová, no me reprendas en tu furor, ni me castigues con tu ira.

Vuélvete, oh Jehová, libra mi alma; sálvame por tu misericordia.

Levántate, oh Jehová, en tu ira; levántate a causa de la furia de mis angustiadores, y despierta en favor mío el juicio que mandaste.

«Al Músico principal: sobre Gitit: Salmo de David» Oh Jehová, Señor nuestro, ¡cuán grande es tu nombre en toda la tierra, que has puesto tu gloria sobre los cielos!

Oh Jehová, Señor nuestro, ¡Cuán grande es tu nombre en toda la tierra!

Me alegraré y me regocijaré en ti; cantaré a tu nombre, oh Altísimo;

Ten misericordia de mí, oh Jehová; mira mi aflicción que padezco de los que me aborrecen, que me levantas de las puertas de la muerte;

Para que cuente yo todas tus alabanzas en las puertas de la hija de Sión, y me goce en tu salvación.

¿Por qué irrita el malo a Dios? En su corazón ha dicho: no lo inquirirás.

lo has visto; porque miras la maldad y la vejación, para cobrar venganza con tu mano: En ti se refugia el pobre, eres el amparo del huérfano.

Quiebra el brazo del impío y del maligno; persigue su maldad hasta que no halles ninguna.

, Jehová, las guardarás; las preservarás de esta generación para siempre.

«Salmo de David» Jehová, ¿quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién residirá en tu santo monte?

De delante de tu rostro salga mi juicio; vean tus ojos la rectitud.

has probado mi corazón, me has visitado de noche; me has puesto a prueba, y nada hallaste; me he propuesto que mi boca no ha de propasarse.

Muestra tus maravillosas misericordias, que con tu diestra salvas a los que en ti confían de los que se levantan contra ellos.

Levántate, oh Jehová; sal a su encuentro, póstrale; libra mi alma del malo con tu espada;

De los hombres con tu mano, oh Jehová, de los hombres del mundo, que tienen su porción en esta vida, y cuyo vientre llenas de tu tesoro; sacian a sus hijos, y dejan el resto a sus pequeños.

Entonces aparecieron los senderos de las aguas, y se descubrieron los cimientos del mundo, a tu reprensión, oh Jehová, por el soplo del aliento de tu nariz.

, pues, encenderás mi lámpara: Jehová mi Dios alumbrará mis tinieblas.

El que me libra de mis enemigos: me enalteciste sobre los que se levantan contra mí; me has librado del hombre violento.

Detén asimismo a tu siervo de pecados de soberbia; que no se enseñoreen de mí: Entonces seré íntegro, y estaré limpio de gran transgresión.

«Al Músico principal: Salmo de David» Se alegrará el rey en tu fortaleza, oh Jehová; y en tu salvación se gozará mucho.

Grande es su gloria en tu salvación; honra y majestad has puesto sobre él.

Los pondrás como horno de fuego en el tiempo de tu ira: Jehová los deshará en su furor, y fuego los consumirá.

Pues los pondrás en fuga, cuando aprestares en tus cuerdas las saetas contra sus rostros.

En ti esperaron nuestros padres: Esperaron, y los libraste.

Sobre ti fui echado desde la matriz; desde el vientre de mi madre, eres mi Dios.

Mas , oh Jehová, no te alejes; Fortaleza mía, apresúrate a socorrerme.

Sálvame de la boca del león, porque me has escuchado de los cuernos de los unicornios.

Tal es la generación de los que le buscan, de los que buscan tu rostro, oh Jacob. (Selah)

Porque tu misericordia está delante de mis ojos, y camino en tu verdad.

Lavaré en inocencia mis manos, y andaré alrededor de tu altar, oh Jehová:

Jehová, la habitación de tu casa he amado, y el lugar donde tu gloria habita.

No escondas tu rostro de mí, no apartes con ira a tu siervo: Mi ayuda has sido; no me dejes, no me desampares, Dios de mi salvación.

«Salmo de David» A ti clamaré, oh Jehová, Roca mía; no te desentiendas de mí; Para que no sea yo, dejándome , semejante a los que descienden a la fosa.

Oye la voz de mis ruegos cuando a ti clamo, cuando alzo mis manos hacia tu santo templo.

porque , Jehová, por tu benevolencia has asentado mi monte con fortaleza. Escondiste tu rostro, fui conturbado.

¿Qué provecho hay en mi muerte, cuando yo descienda al sepulcro? ¿Te alabará el polvo? ¿Anunciará tu verdad?

Oye, oh Jehová, y ten misericordia de mí: Jehová, sé mi ayudador.

«Al Músico principal: Salmo de David» En ti, oh Jehová, he confiado; no sea yo confundido jamás: Líbrame en tu justicia.

Inclina a mí tu oído, líbrame presto; sé mi Roca fuerte, mi fortaleza para salvarme.

Porque eres mi Roca y mi castillo; y por amor a tu nombre me guiarás, y me encaminarás.

Me gozaré y alegraré en tu misericordia; porque has visto mi aflicción; has conocido mi alma en las angustias:

¡Cuán grande es tu bondad, que has guardado para los que te temen, que has mostrado para los que en ti confían, delante de los hijos de los hombres!

Los esconderás en el secreto de tu rostro de las arrogancias del hombre; los pondrás en un tabernáculo a cubierto de contención de lenguas.

Reina Valera Gómez (© 2010)