'He' en la Biblia
- 1.Gé 1:29-Gé 31:38
- 2.Gé 31:41-Éx 19:4
- 3.Éx 19:9-Deuteronomio 2:31
- 4.Deuteronomio 3:2-1 Samuel 1:16
- 5.1 Samuel 2:31-2 Samuel 9:4
- 6.2 Samuel 9:6-1 Reyes 21:21
- 7.1 Reyes 22:13-2 Crónicas 7:12
- 8.2 Crónicas 7:16-Job 31:19
- 9.Job 31:26-Salmos 88:9
- 10.Salmos 88:13-Eclesiastés 7:28
- 11.Eclesiastés 7:29-Isaías 51:23
- 12.Isaías 52:6-Jeremías 20:12
- 13.Jeremías 21:4-Jeremías 50:31
- 14.Jeremías 50:41-Ezequiel 25:16
- 15.Ezequiel 26:3-Oseas 11:8
- 16.Oseas 12:8-Mateo 9:18
- 17.Mateo 9:20-Lucas 11:31
- 18.Lucas 11:32-Juan 15:20
- 19.Juan 16:1-1 Corintios 9:19
- 20.1 Corintios 9:22-Apocalipsis 14:14
- 21.Apocalipsis 15:5-Apocalipsis 22:16
Y dijo Ephraim: Ciertamente yo he enriquecido, hallado he riquezas para mí: nadie hallará en mí iniquidad, ni pecado en todos mis trabajos.
Y hablado he á los profetas, y yo aumenté la profecía, y por mano de los profetas puse semejanzas.
Y responderá Jehová, y dirá á su pueblo: He aquí yo os envío pan, y mosto, y aceite, y seréis saciados de ellos: y nunca más os pondré en oprobio entre las gentes.
PORQUE he aquí que en aquellos días, y en aquel tiempo en que haré tornar la cautividad de Judá y de Jerusalem,
He aquí los levantaré yo del lugar donde los vendisteis, y volveré vuestra paga sobre vuestra cabeza.
Pues he aquí, yo os apretaré en vuestro lugar, como se aprieta el carro lleno de haces;
A vosotros solamente he conocido de todas las familias de la tierra; por tanto visitaré contra vosotros todas vuestras maldades.
El Señor Jehová juró por su santidad: He aquí, vienen días sobre vosotros en que os llevará en anzuelos, y á vuestros descendientes en barquillos de pescador.
Por tanto, de esta manera haré á ti, oh Israel: y porque te he de hacer esto, aparéjate para venir al encuentro á tu Dios, oh Israel.
Porque he aquí, el que forma los montes, y cría el viento, y denuncia al hombre su pensamiento; el que hace á las tinieblas mañana, y pasa sobre las alturas de la tierra; Jehová, Dios de los ejércitos, es su nombre.
Porque sabido he vuestras muchas rebeliones, y vuestros grandes pecados: que afligen al justo, y reciben cohecho, y á los pobres en la puerta hacen perder su causa.
Porque he aquí, Jehová mandará, y herirá con hendiduras la casa mayor, y la casa menor con aberturas.
Pues he aquí, levantaré yo sobre vosotros, oh casa de Israel, dice Jehová Dios de los ejércitos, gente que os oprimirá desde la entrada de Hamath hasta el arroyo del desierto.
ASI me ha mostrado el Señor Jehová: y he aquí, él criaba langostas al principio que comenzaba á crecer el heno tardío; y he aquí, era el heno tardío después de las siegas del rey.
El Señor Jehová me mostró así: y he aquí, llamaba para juzgar por fuego el Señor Jehová; y consumió un gran abismo, y consumió una parte de la tierra.
Enseñóme así: he aquí, el Señor estaba sobre un muro hecho á plomo, y en su mano una plomada de albañil.
Jehová entonces me dijo: ¿Qué ves, Amós? Y dije: Una plomada de albañil. Y el Señor dijo: He aquí, Yo pongo plomada de albañil en medio de mi pueblo Israel: No le pasaré más:
ASI me ha mostrado Jehová: y he aquí un canastillo de fruta de verano.
He aquí vienen días, dice el Señor Jehová, en los cuales enviaré hambre á la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oir palabra de Jehová.
He aquí los ojos del Señor Jehová están contra el reino pecador, y yo lo asolaré de la haz de la tierra: mas no destruiré del todo la casa de Jacob, dice Jehová.
Porque he aquí yo mandaré, y haré que la casa de Israel sea zarandeada entre todas las gentes, como se zarandea el grano en un harnero, y no cae un granito en la tierra.
He aquí vienen días, dice Jehová en que el que ara alcanzará al segador, y el pisador de las uvas al que lleva la simiente; y los montes destilarán mosto, y todos los collados se derretirán.
He aquí, pequeño te he hecho entre las gentes; abatido eres tú en gran manera.
Porque he aquí, Jehová sale de su lugar, y descenderá, y hollará sobre las alturas de la tierra.
Por tanto, así ha dicho Jehová: He aquí, yo pienso sobre esta familia un mal, del cual no sacaréis vuestros cuellos, ni andaréis erguidos; porque el tiempo será malo.
Pueblo mío, ¿qué te he hecho, ó en qué te he molestado? Responde contra mí.
AY de mí! que he venido á ser como cuando han cogido los frutos del verano, como cuando han rebuscado después de la vendimia, que no queda racimo para comer; mi alma deseó primeros frutos.
Tú, enemiga mía, no te huelgues de mí: porque aunque caí, he de levantarme; aunque more en tinieblas, Jehová será mi luz.
Así ha dicho Jehová: Aunque reposo tengan, y sean tantos, así serán talados, y él pasará. Bien que te he afligido, no más te afligiré.
He aquí sobre los montes los pies del que trae buenas nuevas, del que pregona la paz. Celebra, oh Judá, tus fiestas, cumple tus votos: porque nunca más pasará por ti el malvado; pereció del todo.
He aquí, tu pueblo será como mujeres en medio de ti: las puertas de tu tierra se abrirán de par en par á tus enemigos: fuego consumirá tus barras.
Porque he aquí, yo levanto los Caldeos, gente amarga y presurosa, que camina por la anchura de la tierra para poseer las habitaciones ajenas.
He aquí se enorgullece aquel cuya alma no es derecha en él: mas el justo en su fe vivirá.
Ay del que dice al palo; Despiértate; y á la piedra muda: Levántate! ¿Podrá él enseñar? He aquí él está cubierto de oro y plata, y no hay dentro de él espíritu.
Oh Jehová, oído he tu palabra, y temí: Oh Jehová, aviva tu obra en medio de los tiempos, En medio de los tiempos hazla conocer; En la ira acuérdate de la misericordia.
He visto las tiendas de Cushán en aflicción; Las tiendas de la tierra de Madián temblaron.
Yo he oído las afrentas de Moab, y los denuestos de los hijos de Ammón con que deshonraron á mi pueblo, y se engrandecieron sobre su término.
He aquí, en aquel tiempo yo apremiaré á todos tus opresores; y salvaré la coja, y recogeré la descarriada; y pondrélos por alabanza y por renombre en todo país de confusión.
En aquel día, dice Jehová de los ejércitos, te tomaré, oh Zorobabel, hijo de Sealtiel, siervo mío, dice Jehová, y ponerte he como anillo de sellar: porque yo te escogí, dice Jehová de los ejércitos.
Vi de noche, y he aquí un varón que cabalgaba sobre un caballo bermejo, el cual estaba entre los mirtos que había en la hondura; y detrás de él había caballos bermejos, overos, y blancos.
Y ellos hablaron á aquel ángel de Jehová que estaba entre los mirtos, y dijeron: Hemos recorrido la tierra, y he aquí toda la tierra está reposada y quieta.
Por tanto, así ha dicho Jehová: Yo me he tornado á Jerusalem con miseraciones; en ella será edificada mi casa, dice Jehová de los ejércitos, y la plomada será tendida sobre Jerusalem.
Después alcé mis ojos, y miré, y he aquí cuatro cuernos.
ALCÉ después mis ojos, y miré y he aquí un varón que tenía en su mano un cordel de medir.
Y he aquí, salía aquel ángel que hablaba conmigo, y otro ángel le salió al encuentro,
Porque he aquí yo alzo mi mano sobre ellos, y serán despojo á sus siervos, y sabréis que Jehová de los ejércitos me envió.
Canta y alégrate, hija de Sión: porque he aquí vengo, y moraré en medio de ti, ha dicho Jehová.
Y habló el ángel, é intimó á los que estaban delante de sí, diciendo: Quitadle esas vestimentas viles. Y á él dijo: Mira que he hecho pasar tu pecado de ti, y te he hecho vestir de ropas de gala.
Escucha pues ahora, Josué gran sacerdote, tú, y tus amigos que se sientan delante de ti; porque son varones simbólicos: He aquí, yo traigo á mi siervo, el Pimpollo.
Porque he aquí aquella piedra que puse delante de Josué; sobre esta única piedra hay siete ojos: he aquí, yo grabaré su escultura, dice Jehová de los ejércitos, y quitaré el pecado de la tierra en un día.
Y díjome: ¿Qué ves? Y respondí: He mirado, y he aquí un candelero todo de oro, con su vaso sobre su cabeza, y sus siete lámparas encima del candelero; y siete canales para las lámparas que están encima de él;
Y TORNÉME, y alcé mis ojos, y miré, y he aquí un rollo que volaba.
Y he aquí, traían un talento de plomo, y una mujer estaba asentada en medio de aquel epha.
Alcé luego mis ojos, y miré, y he aquí dos mujeres que salían, y traían viento en sus alas, y tenían alas como de cigüeña, y alzaron el epha entre la tierra y los cielos.
Y TORNÉME, y alcé mis ojos y miré, y he aquí cuatro carros que salían de entre dos montes; y aquellos montes eran de metal.
Y le hablarás, diciendo: Así ha hablado Jehová de los ejércitos, diciendo: He aquí el varón cuyo nombre es Pimpollo, el cual germinará de su lugar, y edificará el templo de Jehová:
Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo he celado á Sión con grande celo, y con grande ira la celé.
Así dice Jehová: Yo he restituído á Sión, y moraré en medio de Jerusalem: y Jerusalem se llamará Ciudad de Verdad, y el monte de Jehová de los ejércitos, Monte de Santidad.
Asi ha dicho Jehová de los ejércitos: He aquí, yo salvo mi pueblo de la tierra del oriente, y de la tierra donde se pone el sol;
Así tornando he pensado de hacer bien á Jerusalem y á la casa de Judá en estos días: no temáis.
He aquí, el Señor la empobrecerá, y herirá en la mar su fortaleza, y ella será consumida de fuego.
Alégrate mucho, hija de Sión; da voces de júbilo, hija de Jerusalem: he aquí, tu rey vendrá á ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, así sobre un pollino hijo de asna.
Y tú también por la sangre de tu pacto serás salva; yo he sacado tus presos del aljibe en que no hay agua.
Porque entesado he para mí á Judá como arco, henchí á Ephraim; y despertaré tus hijos, oh Sión, contra tus hijos, oh Grecia, y te pondré como espada de valiente.
Yo les silbaré y los juntaré, porque los he redimido; y serán multiplicados como fueron multiplicados.
A las cuales mataban sus compradores, y no se tenían por culpables; y el que las vendía, decía: Bendito sea Jehová, que he enriquecido; ni sus pastores tenían piedad de ellas.
Por tanto, no más tendré piedad de los moradores de la tierra, dice Jehová: porque he aquí, yo entregaré los hombres, cada cual en mano de su compañero, y en mano de su rey; y quebrantarán la tierra, y yo no libraré de sus manos.
porque he aquí, yo levanto pastor en la tierra, que no visitará las perdidas, no buscará la pequeña, no curará la perniquebrada, ni llevará la cansada á cuestas; sino que se comerá la carne de la gruesa, y romperá sus uñas.
He aquí, yo pongo á Jerusalem por vaso de temblor á todos los pueblos de alrededor cuando estén en el sitio contra Judá y contra Jerusalem.
HE aquí, el día de Jehová viene, y tus despojos serán repartidos en medio de ti.
Yo os he amado, dice Jehová: y dijisteis: ¿En qué nos amaste? ¿No era Esaú hermano de Jacob, dice Jehová, y amé á Jacob,
Si no oyereis, y si no acordareis dar gloria á mi nombre, ha dicho Jehová de los ejércitos, enviaré maldición sobre vosotros, y maldeciré vuestras bendiciones; y aun las he maldecido, porque no lo ponéis en vuestro corazón.
He aquí, yo os daño la sementera, y esparciré el estiércol sobre vuestros rostros, el estiércol de vuestras solemnidades, y con él seréis removidos.
HE aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí: y luego vendrá á su templo el Señor á quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, á quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos.
Y llegarme he á vosotros á juicio; y seré pronto testigo contra los hechiceros y adúlteros; y contra los que juran mentira, y los que detienen el salario del jornalero, de la viuda, y del huérfano, y los que hacen agravio al extranjero, no teniendo temor
PORQUE he aquí, viene el día ardiente como un horno; y todos los soberbios, y todos los que hacen maldad, serán estopa; y aquel día que vendrá, los abrasará, ha dicho Jehová de los ejércitos, el cual no les dejará ni raíz ni rama.
He aquí, yo os envío á Elías el profeta, antes que venga el día de Jehová grande y terrible.
Y pensando él en esto, he aquí el ángel del Señor le aparece en sueños, diciendo: José, hijo de David, no temas de recibir á María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es.
He aquí la virgen concebirá y parirá un hijo, Y llamarás su nombre Emmanuel, que declarado, es: Con nosotros Dios.
Y COMO fué nacido Jesús en Bethlehem de Judea en días del rey Herodes, he aquí unos magos vinieron del oriente á Jerusalem,
Y ellos, habiendo oído al rey, se fueron: y he aquí la estrella que habían visto en el oriente, iba delante de ellos, hasta que llegando, se puso sobre donde estaba el niño.
Y partidos ellos, he aquí el ángel del Señor aparece en sueños á José, diciendo: Levántate, y toma al niño y á su madre, y huye á Egipto, y estáte allá hasta que yo te lo diga; porque ha de acontecer, que Herodes buscará al niño para matarlo.
Mas muerto Herodes, he aquí el ángel del Señor aparece en sueños á José en Egipto,
Mas Juan lo resistía mucho, diciendo: Yo he menester ser bautizado de ti, ¿y tú vienes á mí?
Y Jesús, después que fué bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vió al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él.
Y he aquí una voz de los cielos que decía: Este es mi Hijo amado, en el cual tengo contentamiento.
El diablo entonces le dejó: y he aquí los ángeles llegaron y le servían.
No penséis que he venido para abrogar la ley ó los profetas: no he venido para abrogar, sino á cumplir.
O ¿cómo dirás á tu hermano: Espera, echaré de tu ojo la mota, y he aquí la viga en tu ojo?
Y he aquí un leproso vino, y le adoraba, diciendo: Señor, si quisieres, puedes limpiarme.
Y oyendo Jesús, se maravilló, y dijo á los que le seguían: De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado fe tanta.
Y he aquí, fué hecho en la mar un gran movimiento, que el barco se cubría de las ondas; mas él dormía.
Y he aquí clamaron, diciendo: ¿Qué tenemos contigo, Jesús, Hijo de Dios? ¿has venido acá á molestarnos antes de tiempo?
Y les dijo: Id. Y ellos salieron, y se fueron á aquel hato de puercos: y he aquí, todo el hato de los puercos se precipitó de un despeñadero en la mar, y murieron en las aguas.
Y he aquí, toda la ciudad salió á encontrar á Jesús: Y cuando le vieron, le rogaban que saliese de sus términos.
Y he aquí le trajeron un paralítico, echado en una cama: y viendo Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Confía, hijo; tus pecados te son perdonados.
Y he aquí, algunos de los escribas decían dentro de sí: Este blasfema.
Y aconteció que estando él sentado á la mesa en casa, he aquí que muchos publicanos y pecadores, que habían venido, se sentaron juntamente á la mesa con Jesús y sus discípulos.
Andad pues, y aprended qué cosa es: Misericordia quiero, y no sacrificio: porque no he venido á llamar justos, sino pecadores á arrepentimiento.
Hablando él estas cosas á ellos, he aquí vino un principal, y le adoraba, diciendo: Mi hija es muerta poco ha: mas ven y pon tu mano sobre ella, y vivirá.
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