'Pan' en la Biblia
Y hallaron en el campo a un hombre egipcio, el cual trajeron a David, y le dieron pan, y comió, y le dieron a beber agua;
Le dieron también un pedazo de masa de higos secos, y dos tortas de pasas. Y luego que comió, volvió en él su espíritu; porque no había comido pan ni bebido agua en tres días y tres noches.
Caiga sobre la cabeza de Joab, y sobre toda la casa de su padre; que nunca falte de la casa de Joab quien padezca flujo, ni leproso, ni quien ande con báculo, ni quien muera a espada, ni quien tenga falta de pan.
Y como todo el pueblo viniese a dar de comer pan a David siendo aún de día, David juró, diciendo: Así me haga Dios y así me añada, si antes que se ponga el sol gustare yo pan, u otra cualquier cosa.
Y repartió a todo el pueblo, y a toda la multitud de Israel, así a hombres como a mujeres, a cada uno una torta de pan, y un pedazo de carne, y un frasco de vino. Y se fue todo el pueblo, cada uno a su casa.
Y le dijo David: No tengas temor, porque yo a la verdad haré contigo misericordia por amor de Jonatán tu padre, y te devolveré todas las tierras de Saúl tu padre; y tú comerás pan a mi mesa, siempre.
Tú, pues, le labrarás las tierras, tú con tus hijos y tus siervos, y tú almacenarás los frutos, para que el hijo de tu señor tenga pan para comer, y Mefiboset el hijo de tu señor comerá siempre pan a mi mesa. Y Siba tenía quince hijos y veinte siervos.
Y levantándose los ancianos de su casa fueron a él para hacerlo levantar de tierra; mas él no quiso, ni comió con ellos pan.
Entonces David se levantó de tierra, y se lavó y se ungió, y cambió sus ropas, y entró a la casa de Jehová, y adoró. Y después vino a su casa, y pidió, y le pusieron pan, y comió.
Y le dijeron sus siervos: ¿Qué es esto que has hecho? Viviendo aún el niño, ayunabas y llorabas por él; y muerto el niño, te levantaste y comiste pan.
Pero el varón de Dios dijo al rey: Aunque me dieses la mitad de tu casa, no iría contigo, ni comería pan ni bebería agua en este lugar;
porque así me está ordenado por palabra de Jehová, diciendo: No comas pan, ni bebas agua, ni vuelvas por el mismo camino que viniste.
Mas él respondió: No podré volver contigo, ni iré contigo; ni tampoco comeré pan ni beberé agua contigo en este lugar.
Porque por palabra de Dios me ha sido dicho: No comas pan ni bebas agua allí, ni vuelvas por el camino que viniste.
Y el otro le dijo: Yo también soy profeta como tú, y un ángel me ha hablado por palabra de Jehová, diciendo: Vuélvele contigo a tu casa, para que coma pan y beba agua. Pero le mintió.
Entonces volvió con él, y comió del pan en su casa, y bebió del agua.
sino que volviste, y comiste del pan y bebiste del agua en el lugar donde Jehová te había dicho que no comieses pan ni bebieses agua, no entrará tu cuerpo en el sepulcro de tus padres.
Y sucedió que cuando hubo comido pan y bebido, el profeta que le había hecho volver le enalbardó un asno.
Y los cuervos le traían pan y carne por la mañana, y pan y carne a la tarde; y bebía del arroyo.
Y yendo ella para traérsela, él la volvió a llamar, y le dijo: Te ruego que me traigas también un bocado de pan en tu mano.
Y ella respondió: Vive Jehová Dios tuyo, que no tengo pan cocido; que solamente un puñado de harina tengo en la tinaja, y un poco de aceite en una botija: y ahora recogía dos leños, para entrar y aderezarlo para mí y para mi hijo, para que lo comamos, y muramos.
Porque cuando Jezabel destruía a los profetas de Jehová, Abdías tomó cien profetas, los cuales escondió de cincuenta en cincuenta en una cueva, y los sustentó con pan y agua.
¿No ha sido dicho a mi señor lo que hice, cuando Jezabel mataba a los profetas de Jehová; de cómo escondí en una cueva a cien varones de los profetas de Jehová: de cincuenta en cincuenta, y los sustenté con pan y agua?
Y vino Acab a su casa, triste y enojado por la palabra que Nabot de Jezreel le había respondido, diciendo: No te daré la heredad de mis padres. Y se acostó en su cama, y volvió su rostro, y no comió pan.
Y vino a él su esposa Jezabel, y le dijo: ¿Por qué está tan triste tu espíritu, y no comes pan?
Y su esposa Jezabel le dijo: ¿Reinas tú ahora sobre Israel? Levántate, y come pan, y alégrate; yo te daré la viña de Nabot de Jezreel.
y dirás: Así ha dicho el rey: Echad a éste en la cárcel, y mantenedle con pan de angustia y con agua de aflicción, hasta que yo vuelva en paz.
Y aconteció también que un día pasaba Eliseo por Sunem; y había allí una gran mujer, la cual le constriñó a que comiese del pan; y cuando por allí pasaba, se venía a su casa a comer del pan.
Y él le respondió: No los mates; ¿matarías tú a los que tomaste cautivos con tu espada y con tu arco? Pon delante de ellos pan y agua, para que coman y beban, y se vuelvan a su señor.
Hasta que yo venga, y os lleve a una tierra como la vuestra, tierra de grano y de vino, tierra de pan y de viñas, tierra de olivas, de aceite, y de miel; y viviréis, y no moriréis. No oigáis a Ezequías, porque os engaña cuando dice: Jehová nos librará.
A los nueve días del cuarto mes prevaleció el hambre en la ciudad, hasta que no hubo pan para el pueblo de la tierra.
Y también los que les eran vecinos, hasta Isacar y Zabulón y Neftalí, trajeron pan en asnos, camellos, mulos y bueyes; y provisión de harina, masas de higos, y pasas, vino y aceite, bueyes y ovejas en abundancia, porque en Israel había alegría.
Y repartió a todo Israel, así a hombres como a mujeres, a cada uno una torta de pan, y una pieza de carne, y un frasco de vino.
Y diréis: El rey ha dicho así: Poned a éste en la cárcel, y sustentadle con pan de aflicción y agua de angustia, hasta que yo vuelva en paz.
Se levantó luego Esdras de delante de la casa de Dios, y fue a la cámara de Johanán hijo de Eliasib; y llegado allí, no comió pan ni bebió agua, porque se entristeció a causa de la prevaricación de los de la cautividad.
También desde el día que me mandó el rey que fuese gobernador de ellos en la tierra de Judá, desde el año veinte del rey Artajerjes hasta el año treinta y dos, doce años, ni yo ni mis hermanos comimos el pan del gobernador.
Mas los primeros gobernadores que fueron antes de mí, cargaron al pueblo, y tomaron de ellos por el pan y por el vino sobre cuarenta siclos de plata; a más de esto, sus criados se enseñoreaban sobre el pueblo; pero yo no hice así, a causa del temor de Dios.
Y lo que se aderezaba para cada día era un buey, seis ovejas escogidas, y aves también se aparejaban para mí, y cada diez días vino en toda abundancia: y con todo esto nunca requerí el pan del gobernador, porque la servidumbre de este pueblo era grave.
Y les diste pan del cielo en su hambre; y en su sed les sacaste aguas de la roca; y les prometiste que entrarían a poseer la tierra, por la cual alzaste tu mano y juraste que se la darías.
Para el pan de la proposición, y para la ofrenda continua, y para el holocausto continuo, de los sábados, y de las nuevas lunas, y de las festividades, y para las santificaciones y sacrificios por el pecado para expiar a Israel, y para toda la obra de la casa de nuestro Dios.
por cuanto no salieron a recibir a los hijos de Israel con pan y agua, antes alquilaron a Balaam contra ellos, para que los maldijese; mas nuestro Dios volvió la maldición en bendición.
Pues antes que mi pan viene mi suspiro; y mis gemidos corren como aguas.
Vaga alrededor tras del pan, diciendo: ¿Dónde está? Sabe que le está preparado día de tinieblas, a la mano.
No diste de beber agua al cansado, y detuviste el pan al hambriento.
Si sus hijos fueren multiplicados, lo serán para la espada, y sus pequeños no se saciarán de pan;
De la tierra nace el pan, y debajo de ella está como convertida en fuego.
que le hace que su vida aborrezca el pan, y su alma la comida suave.
Y vinieron a él todos sus hermanos, y todas sus hermanas, y todos los que antes le habían conocido, y comieron con él pan en su casa, y se condolieron de él, y le consolaron de todo aquel mal que Jehová había traído sobre él; y cada uno de ellos le dio una pieza de dinero, y un zarcillo de oro.
¿No tendrán conocimiento todos los obradores de iniquidad, que devoran a mi pueblo como si comiesen pan, y a Jehová no invocan?
Joven fui, y he envejecido, y no he visto justo desamparado, ni a su simiente mendigando pan.
Aun mi íntimo amigo, en quien yo confiaba, el que de mi pan comía, levantó contra mí su calcañar.
Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche, mientras me dicen todos los días: ¿Dónde está tu Dios?
¿No tienen conocimiento todos esos que hacen iniquidad? Que devoran a mi pueblo como si comiesen pan; a Dios no han invocado.
He aquí ha herido la peña, y brotaron aguas, y arroyos salieron ondeando: ¿Podrá también dar pan? ¿Podrá proveer carne para su pueblo?
Pan de nobles comió el hombre; les envió comida hasta saciarles.
Les diste a comer pan de lágrimas, y les diste a beber lágrimas en gran abundancia.
Mi corazón está herido, y secó como la hierba; por lo cual me olvido de comer mi pan.
Por lo cual he comido ceniza a manera de pan, y mi bebida mezclo con lágrimas,
El que hace producir el pasto para las bestias, y la hierba para el servicio del hombre; para que saque el pan de la tierra.
Y el vino que alegra el corazón del hombre, y el aceite que hace lucir el rostro, y el pan que sustenta el corazón del hombre.
Y llamó al hambre sobre la tierra, y quebrantó todo sustento de pan.
Pidieron, e hizo venir codornices; y los sació de pan del cielo.
Y anden sus hijos vagabundos, y mendiguen; y procuren su pan lejos de sus desolados hogares.
Por demás es que os levantéis de madrugada, y vayáis tarde a reposar, y que comáis pan de dolores; pues que a su amado dará Dios el sueño.
Bendeciré en gran manera su provisión; a sus pobres saciaré de pan.
que hace justicia a los agraviados; que da pan a los hambrientos: Jehová liberta a los prisioneros;
Porque comen pan de maldad, y beben vino de violencia.
porque a causa de la mujer ramera el hombre es reducido a un bocado de pan; y la mujer adúltera caza la preciosa alma del varón.
Las aguas hurtadas son dulces, y el pan comido en oculto es sabroso.
Mejor es el que es menospreciado y tiene servidores, que el que se jacta, y carece de pan.
El que labra su tierra, se saciará de pan; mas el que sigue a los vagabundos es falto de entendimiento.
En el barbecho de los pobres hay mucho pan; mas se pierde por falta de juicio.
Sin bueyes el granero está limpio; mas por la fuerza del buey hay abundancia de pan.
No ames el sueño, para que no te empobrezcas; abre tus ojos, y te saciarás de pan.
Sabroso es al hombre el pan de mentira; mas después su boca será llena de cascajo.
El ojo misericordioso será bendito, porque da de su pan al necesitado.
No codicies sus manjares delicados, porque es pan engañoso.
No comas pan de hombre de mal ojo, ni codicies sus manjares;
Si el que te aborrece tuviere hambre, dale de comer pan; y si tuviere sed, dale de beber agua:
El hombre pobre que oprime al pobre, es como lluvia torrencial que no deja pan.
El que labra su tierra, se saciará de pan; mas el que sigue a los ociosos, se hartará de pobreza.
Hacer acepción de personas, no es bueno. Hasta por un bocado de pan prevaricará el hombre.
Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí. No me des pobreza ni riquezas; mantenme del pan necesario;
Por el siervo cuando reina; y por el necio cuando se harta de pan;
Es como navío de mercader; trae su pan de lejos.
Considera los caminos de su casa, y no come el pan de balde.
Anda, y come tu pan con gozo, y bebe tu vino con alegre corazón; porque tus obras ya son agradables a Dios.
Me volví, y vi debajo del sol, que ni es de los ligeros la carrera, ni la guerra de los fuertes, ni aun de los sabios el pan, ni de los prudentes las riquezas, ni de los elocuentes el favor; sino que tiempo y ocasión acontece a todos.
Echa tu pan sobre las aguas; que después de muchos días lo hallarás.
Porque he aquí que el Señor Jehová de los ejércitos quita de Jerusalén y de Judá la provisión y el apoyo; toda provisión de pan y todo sustento de agua;
él jurará aquel día, diciendo: Yo no seré el sanador; porque en mi casa ni hay pan, ni qué vestir; no me hagáis príncipe del pueblo.
En aquel tiempo siete mujeres echarán mano de un hombre, diciendo: Nosotras comeremos de nuestro pan, y nos vestiremos de nuestras ropas; solamente permítenos ser llamadas por tu nombre, y así quitar nuestro oprobio.
Los moradores de la tierra de Tema trajeron agua al que estaba sediento, salieron con su pan a encontrar al que huía.
El pan se trilla; mas no siempre lo trillará, ni lo comprime con la rueda de su carreta, ni lo quebranta con los dientes de su trillo.
Bien que os dará el Señor pan de congoja y agua de angustia, con todo, tus enseñadores nunca más te serán quitados, sino que tus ojos verán tus enseñadores.
Entonces Él te dará lluvia para tu semilla que habrás sembrado en la tierra; y pan del fruto de la tierra; y será abundante y copioso; tus ganados en aquel tiempo serán apacentados en amplios pastos.
Éste habitará en las alturas; fortaleza de rocas será su lugar de refugio; se le dará su pan, y sus aguas serán seguras.
hasta que yo venga y os lleve a una tierra como la vuestra, tierra de grano y de vino, tierra de pan y de viñas.
Resutados de la Búsqueda continuados...
Resultados de Búsqueda por Versiones
Resultados de Búsqueda por Libro
Artículos Relacionados
- Alimentos repulsiva
- Benevolencia
- Comer, uso metafórico
- Cristo va hacia abajo
- Cristo y el cielo
- Dios alimenta toda la tierra
- El agua
- El alcohol
- El pan, como alimento
- El vino
- En busca de alimentos
- Fracción del Pan
- Gente comiendo
- Jesús como alimento
- La Cena del Señor.
- La pobreza, causas de
- Los Panes
- Los Sacramentos
- Los alimentos
- Ningún alimento
- Pan, figurativas de
- Pasteles
- Presente, el
- Solicitar comida
- Tablas
- Agradecerle a Dios por el alimento
- Alimentar a los pobres
- Cocinar
- Compartir
- El alimento sustancioso
- El hambre
- El pan
- La cena del Señor
- La comunión
- La vida en Cristo
- Las personas que brindan comida
- Los peces
- Proveer
- Que se aproxima la hambruna