'Rostro' en la Biblia
Díjome el rey: ¿Por qué está triste tu rostro, pues no estás enfermo? No es esto sino quebranto de corazón. Entonces temí en gran manera.
Y dije al rey: El rey viva para siempre. ¿Cómo no estará triste mi rostro, cuando la ciudad, casa de los sepulcros de mis padres, está desierta, y sus puertas consumidas del fuego?
Y no cubras su iniquidad, ni su pecado sea raído delante de tu rostro; porque se airaron contra los que edificaban.
Mas extiende ahora tu mano, y toca á todo lo que tiene, y verás si no te blasfema en tu rostro.
Mas extiende ahora tu mano, y toca á su hueso y á su carne, y verás si no te blasfema en tu rostro.
Paróse un fantasma delante de mis ojos, Cuyo rostro yo no conocí, Y quedo, oí que decía:
La tierra es entregada en manos de los impíos, Y él cubre el rostro de sus jueces. Si no es él, ¿quién es? ¿dónde está?
Entonces levantarás tu rostro limpio de mancha, Y serás fuerte y no temerás:
A lo menos dos cosas no hagas conmigo; Entonces no me esconderé de tu rostro:
¿Por qué escondes tu rostro, Y me cuentas por tu enemigo?
Para siempre serás más fuerte que él, y él se va; Demudarás su rostro, y enviaráslo.
Porque cubrió su rostro con su gordura, E hizo pliegues sobre los ijares;
Tú me has arrugado; testigo es mi flacura, Que se levanta contra mí para testificar en mi rostro.
Mi rostro está enlodado con lloro, Y mis párpados entenebrecidos:
Porque entonces te deleitarás en el Omnipotente, Y alzarás á Dios tu rostro.
¿Por qué no fuí yo cortado delante de las tinieblas, Y cubrió con oscuridad mi rostro?
El ojo del adúltero está aguardando la noche, Diciendo: No me verá nadie: Y esconde su rostro.
Si me reía con ellos, no lo creían: Y no abatían la luz de mi rostro.
Abomínanme, aléjanse de mí, Y aun de mi rostro no detuvieron su saliva.
Porque Dios desató mi cuerda, y me afligió, Por eso se desenfrenaron delante de mi rostro.
Y si él diere reposo, ¿quién inquietará? Si escondiere el rostro, ¿quién lo mirará? Esto sobre una nación, y lo mismo sobre un hombre;
Hace burla del espanto, y no teme, Ni vuelve el rostro delante de la espada.
¿Quién abrirá las puertas de su rostro? Los órdenes de sus dientes espantan.
Muchos dicen: ¿Quién nos mostrará el bien? Alza sobre nosotros, oh Jehová, la luz de tu rostro.
El malo, por la altivez de su rostro, no busca á Dios: No hay Dios en todos sus pensamientos.
Dice en su corazón: Dios está olvidado, Ha encubierto su rostro; nunca lo verá.
Porque el justo Jehová ama la justicia: Al recto mirará su rostro.
Al Músico principal: Salmo de David. ¿HASTA cuándo, Jehová? ¿me olvidarás para siempre? ¿Hasta cuándo esconderás tu rostro de mí?
Me mostrarás la senda de la vida: Hartura de alegrías hay con tu rostro; Deleites en tu diestra para siempre.
De delante de tu rostro salga mi juicio; Vean tus ojos la rectitud.
Yo en justicia veré tu rostro: Seré saciado cuando despertare á tu semejanza.
Porque lo has bendecido para siempre; Llenástelo de alegría con tu rostro.
Porque no menospreció ni abominó la aflicción del pobre, Ni de él escondió su rostro; Sino que cuando clamó á él, oyóle.
Tal es la generación de los que le buscan, De los que buscan tu rostro, oh Dios de Jacob. (Selah.)
Mi corazón ha dicho de ti: Buscad mi rostro. Tu rostro buscaré, oh Jehová.
No escondas tu rostro de mí, No apartes con ira á tu siervo: Mi ayuda has sido; No me dejes y no me desampares, Dios de mi salud.
Porque tú, Jehová, por tu benevolencia has asentado mi monte con fortaleza. Escondiste tu rostro, fuí conturbado.
Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo: Sálvame por tu misericordia.
Los esconderás en el secreto de tu rostro de las arrogancias del hombre: Los pondrás en un tabernáculo á cubierto de contención de lenguas.
Porque no se apoderaron de la tierra por su espada, Ni su brazo los libró; Sino tu diestra, y tu brazo, y la luz de tu rostro, Porque te complaciste en ellos.
Cada día mi vergüenza está delante de mí, Y cúbreme la confusión de mi rostro,
¿Por qué escondes tu rostro, Y te olvidas de nuestra aflicción, y de la opresión nuestra?
Esconde tu rostro de mis pecados, Y borra todas mis maldades.
Al Músico principal: en Neginoth: Salmo: Cántico. DIOS tenga misericordia de nosotros, y nos bendiga; Haga resplandecer su rostro sobre nosotros (Selah);
Porque por amor de ti he sufrido afrenta; Confusión ha cubierto mi rostro.
Y no escondas tu rostro de tu siervo; Porque estoy angustiado; apresúrate, óyeme.
Oh Dios, haznos tornar; Y haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos.
Oh Dios de los ejércitos, haznos tornar; Y haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos.
Quemada á fuego está, asolada: Perezcan por la reprensión de tu rostro.
Oh Jehová, Dios de los ejércitos, haznos tornar; Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos.
Mira, oh Dios, escudo nuestro, Y pon los ojos en el rostro de tu ungido.
¿Por qué, oh Jehová, desechas mi alma? ¿Por qué escondes de mí tu rostro?
Justicia y juicio son el asiento de tu trono: Misericordia y verdad van delante de tu rostro.
Bienaventurado el pueblo que sabe aclamarte: Andarán, oh Jehová, á la luz de tu rostro.
Pusiste nuestras maldades delante de ti, Nuestros yerros á la luz de tu rostro.
No escondas de mí tu rostro: en el día de mi angustia Inclina á mí tu oído; El día que te invocare, apresúrate á responderme.
Y el vino que alegra el corazón del hombre, Y el aceite que hace lucir el rostro, Y el pan que sustenta el corazón del hombre.
Escondes tu rostro, túrbanse: Les quitas el espíritu, dejan de ser, Y tórnanse en su polvo.
Buscad á Jehová, y su fortaleza: Buscad siempre su rostro.
Haz que tu rostro resplandezca sobre tu siervo; Y enséñame tus estatutos.
Por amor de David tu siervo No vuelvas de tu ungido el rostro.
Respóndeme presto, oh Jehová que desmaya mi espíritu: No escondas de mí tu rostro, Y venga yo á ser semejante á los que descienden á la sepultura.
Y traba de él, y bésalo; Desvergonzó su rostro, y díjole:
Por tanto he salido á encontrarte, Buscando diligentemente tu rostro, y te he hallado.
El corazón alegre hermosea el rostro: Mas por el dolor de corazón el espíritu se abate.
En la alegría del rostro del rey está la vida; Y su benevolencia es como nube de lluvia tardía.
En el rostro del entendido aparece la sabiduría: Mas los ojos del necio vagan hasta el cabo de la tierra.
El hombre impío afirma rostro: Mas el recto ordena sus caminos.
El viento del norte ahuyenta la lluvia, Y el rostro airado la lengua detractora.
Hierro con hierro se aguza; Y el hombre aguza el rostro de su amigo.
Mejor es el enojo que la risa: porque con la tristeza del rostro se enmendará el corazón.
¿Quién como el sabio? ¿y quién como el que sabe la declaración de las cosas? La sabiduría del hombre hará relucir su rostro, y mudaráse la tosquedad de su semblante.
Paloma mía, que estás en los agujeros de la peña, en lo escondido de escarpados parajes, Muéstrame tu rostro, hazme oir tu voz; Porque dulce es la voz tuya, y hermoso tu aspecto.
La apariencia del rostro de ellos los convence: que como Sodoma predican su pecado, no lo disimulan. Ay del alma de ellos! porque allegaron mal para sí.
Esperaré pues á Jehová, el cual escondió su rostro de la casa de Jacob, y á él aguardaré.
Y pasarán por él fatigados y hambrientos, y acontecerá que teniendo hambre, se enojarán y maldecirán á su rey y á su Dios, levantando el rostro en alto.
El viejo y venerable de rostro es la cabeza: el profeta que enseña mentira, este es cola.
He aquí que Jehová te trasportará en duro cautiverio, y de cierto te cubrirá el rostro.
Por tanto, Jehová que redimió á Abraham, dice así á la casa de Jacob: No será ahora confundido Jacob, ni su rostro se pondrá pálido;
He aquí que el nombre de Jehová viene de lejos: su rostro encendido, y grave de sufrir; sus labios llenos de ira, y su lengua como fuego que consume;
Y Jehová hará oir su voz potente, y hará ver el descender de su brazo, con furor de rostro, y llama de fuego consumidor; con dispersión, con avenida, y piedra de granizo.
¿Cómo pues harás volver el rostro de un capitán de los más pequeños siervos de mi señor, aunque estés confiado en Egipto por sus carros y hombres de á caballo?
Entonces volvió Ezechîas su rostro á la pared, é hizo oración á Jehová.
He aquí que el Señor Jehová vendrá con fortaleza, y su brazo se enseñoreará: he aquí que su salario viene con él, y su obra delante de su rostro.
Y reyes serán tus ayos, y sus reinas tus amas de leche; el rostro inclinado á tierra te adorarán, y lamerán el polvo de tus pies: y conocerás que yo soy Jehová, que no se avergonzarán los que me esperan.
Dí mi cuerpo á los heridores, y mis mejillas á los que me mesaban el cabello: no escondí mi rostro de las injurias y esputos.
Porque el Señor Jehová me ayudará; por tanto no me avergoncé: por eso puse mi rostro como un pedernal, y sé que no seré avergonzado.
Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto: y como que escondimos de él el rostro, fué menospreciado, y no lo estimamos.
Con un poco de ira escondí mi rostro de ti por un momento; mas con misericordia eterna tendré compasión de ti, dijo tu Redentor Jehová.
Por la iniquidad de su codicia me enojé y heríle, escondí mi rostro y ensañéme; y fué él rebelde por el camino de su corazón.
Mas vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar su rostro de vosotros, para no oir.
Y nadie hay que invoque tu nombre, que se despierte para tenerte; por lo cual escondiste de nosotros tu rostro, y nos dejaste marchitar en poder de nuestras maldades.
Que dicen al leño: Mi padre eres tú; y á la piedra: Tú me has engendrado: pues me volvieron la cerviz, y no el rostro; y en el tiempo de su trabajo dicen: Levántate, y líbranos.
Como viento solano los esparciré delante del enemigo; mostraréles las espaldas, y no el rostro, en el día de su perdición.
Mas tú, oh Jehová, conoces todo su consejo contra mí para muerte; no perdones su maldad, ni borres su pecado de delante de tu rostro: y tropiecen delante de ti; haz así con ellos en el tiempo de tu furor.
Porque mi rostro he puesto contra esta ciudad para mal, y no para bien, dice Jehová: en mano del rey de Babilonia será entregada, y quemarála á fuego.
Y volviéronme la cerviz, y no el rostro: y cuando los enseñaba, enseñaba, fbamadrugando y enseñando, no escucharon para recibir corrección:
(Porque vinieron para pelear con los Caldeos, para henchirlas de cuerpos de hombres muertos, á los cuales herí yo con mi furor y con mi ira, pues que escondí mi rostro de esta ciudad, a causa de toda su malicia:)
Por tanto, así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí que yo pongo mi rostro en vosotros para mal, y para destruir á todo Judá.
He aquí yo traigo sobre ti espanto, dice el Señor Jehová de los ejércitos, de todos tus alrededores; y seréis lanzados cada uno en derechura de su rostro, y no habrá quien recoja al errante.
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