'Te' en la Biblia

Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará; No dejará para siempre caído al justo.

Sobre mí, oh Dios, están tus votos: Te tributaré alabanzas.

Mas tú, Jehová, te reirás de ellos, Te burlarás de todas las gentes.

Al Músico principal: sobre Susan-Heduth: Michtam de David, para enseñar, cuando tuvo guerra contra Aram-Naharaim y contra Aram de Soba, y volvió Joab, é hirió de Edom en el valle de las Salina doce mil. OH Dios, tú nos has desechado, nos disipaste; Te has

Has dado á los que te temen bandera Que alcen por la verdad. (Selah.)

Salmo de David, estando en el desierto de Judá. DIOS, Dios mío eres tú: levantaréme á ti de mañana: Mi alma tiene sed de ti, mi carne te desea, En tierra de sequedad y transida sin aguas;

Para ver tu fortaleza y tu gloria, Así como te he mirado en el santuario.

Porque mejor es tu misericordia que la vida: Mis labios te alabarán.

Así te bendeciré en mi vida: En tu nombre alzaré mis manos.

Como de meollo y de grosura será saciada mi alma; Y con labios de júbilo te alabará mi boca,

Decid á Dios: ­Cuán terribles tus obras! Por lo grande de tu fortaleza te mentirán tus enemigos.

Toda la tierra te adorará, Y cantará á ti; Cantarán á tu nombre. (Selah.)

Entraré en tu casa con holocaustos: Te pagaré mis votos,

Holocaustos de cebados te ofreceré, Con perfume de carneros: Sacrificaré bueyes y machos cabríos. (Selah.)

Alábente los pueblos, oh Dios: Todos los pueblos te alaben.

El Señor dijo: De Basán haré volver, Te haré volver de los profundos de la mar:

Por razón de tu templo en Jerusalem Los reyes te ofrecerán dones.

Dios, tú sabes mi locura; Y mis delitos no te son ocultos.

No sean avergonzados por mi causa los que te esperan, oh Señor Jehová de los ejércitos; No sean confusos por mí los que te buscan, oh Dios de Israel.

Porque me consumió el celo de tu casa; Y los denuestos de los que te vituperaban, cayeron sobre mí.

Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan; Y digan siempre los que aman tu salud: Engrandecido sea Dios.

Yo estoy afligido y menesteroso; Apresúrate á mí, oh Dios: Ayuda mía y mi libertador eres tú; Oh Jehová, no te detengas.

Oh Dios, no te alejes de mí: Dios mío, acude presto á mi socorro.

Asimismo yo te alabaré con instrumento de salterio, Oh Dios mío: tu verdad cantaré yo á ti en el arpa, Oh Santo de Israel.

Levántate, oh Dios, aboga tu causa: Acuérdate de cómo el insensato te injuria cada día.

Cuando te levantaste, oh Dios, al juicio, Para salvar á todos los mansos de la tierra. (Selah.)

Ciertamente la ira del hombre te acarreará alabanza: Tú reprimirás el resto de las iras.

Derrama tu ira sobre las gentes que no te conocen, Y sobre los reinos que no invocan tu nombre.

Y torna á nuestros vecinos en su seno siete tantos De su infamia, con que te han deshonrado, oh Jehová.

Y nosotros, pueblo tuyo, y ovejas de tu dehesa, Te alabaremos para siempre: Por generación y generación cantaremos tus alabanzas.

En la calamidad clamaste, y yo te libré: Te respondí en el secreto del trueno; Te probé sobre las aguas de Meriba. (Selah.)

Oye, pueblo mío y te protestaré. Israel, si me oyeres,

No habrá en ti dios ajeno, Ni te encorvarás á dios extraño.

Yo soy Jehová tu Dios, Que te hice subir de la tierra de Egipto: Ensancha tu boca, y henchirla he.

Y Dios lo hubiera mantenido de grosura de trigo: Y de miel de la piedra te hubiera saciado.

Canción: Salmo de Asaph. OH Dios no tengas silencio: No calles, oh Dios, ni te estés quieto.

Bienaventurados los que habitan en tu casa: Perpetuamente te alabarán (Selah.)

Dejaste toda tu saña: Te volviste de la ira de tu furor.

Porque tú, Señor, eres bueno y perdonador, Y grande en misericordia para con todos los que te invocan.

En el día de mi angustia te llamaré: Porque tú me respondes.

Te alabaré, oh Jehová Dios mío, con todo mi corazón; Y glorificaré tu nombre para siempre.

Oh Dios, soberbios se levantaron contra mí, Y conspiración de fuertes ha buscado mi alma, Y no te pusieron delante de sí.

Libre entre los muertos, Como los matados que yacen en el sepulcro, Que no te acuerdas más de ellos, Y que son cortados de tu mano.

Mas yo á ti he clamado, oh Jehová; Y de mañana mi oración te previno.

Mas tú desechaste y menospreciaste á tu ungido; Y te has airado con él.

¿Hasta cuándo, oh Jehová? ¿te esconderás para siempre? ¿Arderá tu ira como el fuego?

Y él te librará del lazo del cazador: De la peste destruidora.

Con sus plumas te cubrirá, Y debajo de sus alas estarás seguro: Escudo y adarga es su verdad.

No te sobrevendrá mal, Ni plaga tocará tu morada.

Pues que á sus ángeles mandará acerca de ti, Que te guarden en todos tus caminos.

En las manos te llevarán, Porque tu pie no tropiece en piedra.

No escondas de mí tu rostro: en el día de mi angustia Inclina á mí tu oído; El día que te invocare, apresúrate á responderme.

El que rescata del hoyo tu vida, El que te corona de favores y misericordias;

El que sacia de bien tu boca De modo que te rejuvenezcas como el águila.

BENDICE, alma mía, á Jehová. Jehová, Dios mío, mucho te has engrandecido; Haste vestido de gloria y de magnificencia.

Te alabaré, oh Jehová, entre los pueblos; A ti cantaré salmos entre las naciones.

¿Qué tuviste, oh mar, que huiste? ¿Y tú, oh Jordán, que te volviste atrás?

Vuelve, oh alma mía, á tu reposo; Porque Jehová te ha hecho bien.

Te ofreceré sacrificio de alabanza, E invocaré el nombre de Jehová.

Te alabaré porque me has oído, Y me fuiste por salud.

Oh Jehová, salva ahora, te ruego: Oh Jehová, ruégote hagas prosperar ahora.

Te alabaré con rectitud de corazón, Cuando aprendiere los juicios de tu justicia.

Con todo mi corazón te he buscado: No me dejes divagar de tus mandamientos.

Mis caminos te conté, y me has respondido: Enséñame tus estatutos.

Confirma tu palabra á tu siervo, Que te teme.

Compañero soy yo de todos los que te temieren Y guardaren tus mandamientos.

Los que te temen, me verán, y se alegrarán; Porque en tu palabra he esperado.

Tórnense á mí los que te temen Y conocen tus testimonios.

Por tu ordenación perseveran hasta hoy las cosas criadas; Porque todas ellas te sirven.

Ruégote, oh Jehová, te sean agradables los sacrificios voluntarios de mi boca; Y enséñame tus juicios.

Siete veces al día te alabo Sobre los juicios de tu justicia.

¿Qué te dará, ó qué te aprovechará, Oh lengua engañosa?

No dará tu pie al resbaladero; Ni se dormirá el que te guarda.

El sol no te fatigará de día, Ni la luna de noche.

Jehová te guardará de todo mal: El guardará tu alma.

Pedid la paz de Jerusalem: Sean prosperados los que te aman.

Hija de Babilonia destruída, Bienaventurado el que te diere el pago De lo que tú nos hiciste.

Salmo de David. ALABARTE he con todo mi corazón: Delante de los dioses te cantaré salmos.

Aun las tinieblas no encubren de ti, Y la noche resplandece como el día: Lo mismo te son las tinieblas que la luz.

Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras: Estoy maravillado, Y mi alma lo conoce mucho.

¿No tengo en odio, oh Jehová, á los que te aborrecen, Y me conmuevo contra tus enemigos?

Salmo de David. JEHOVA, á ti he clamado; apresúrate á mí; Escucha mi voz, cuando te invocare.

Cada día te bendeciré, Y alabaré tu nombre por siglo y para siempre.

Alábente, oh Jehová, todas tus obras; Y tus santos te bendigan.

El pone en tu término la paz; Te hará saciar de grosura de trigo.

Hijo mío, si los pecadores te quisieren engañar, No consientas.

El consejo te guardará, Te preservará la inteligencia:

HIJO mío, no te olvides de mi ley; Y tu corazón guarde mis mandamientos:

Porque largura de días, y años de vida Y paz te aumentarán.

Misericordia y verdad no te desamparen; Atalas á tu cuello, Escríbelas en la tabla de tu corazón:

No deseches, hijo mío, el castigo de Jehová; Ni te fatigues de su corrección:

Cuando te acostares, no tendrás temor; Antes te acostarás, y tu sueño será suave.

No digas á tu prójimo: Ve, y vuelve, Y mañana te daré; Cuando tienes contigo qué darle.

No pleitees con alguno sin razón, Si él no te ha hecho agravio.

Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia; No te olvides ni te apartes de las razones de mi boca;

No la dejes, y ella te guardará; Amala, y te conservará.

Engrandécela, y ella te engrandecerá: Ella te honrará, cuando tú la hubieres abrazado.

Adorno de gracia dará á tu cabeza: Corona de hermosura te entregará.

Oye, hijo mío, y recibe mis razones; Y se te multiplicarán años de vida.

Por el camino de la sabiduría te he encaminado, Y por veredas derechas te he hecho andar.