'Los' en la Biblia
- 1.Gé 1:9-Gé 14:10
- 2.Gé 14:13-Gé 29:1
- 3.Gé 29:2-Gé 39:14
- 4.Gé 39:20-Gé 49:12
- 5.Gé 49:17-Éx 9:6
- 6.Éx 9:7-Éx 16:10
- 7.Éx 16:12-Éx 28:29
- 8.Éx 28:30-Éx 39:18
- 9.Éx 39:19-Levítico 11:27
- 10.Levítico 11:29-Levítico 25:50
- 11.Levítico 25:55-Números 3:15
- 12.Números 3:16-Números 7:85
- 13.Números 7:87-Números 15:18
- 14.Números 15:25-Números 23:22
- 15.Números 23:24-Números 29:37
- 16.Números 29:40-Números 36:4
- 17.Números 36:5-Deuteronomio 11:1
- 18.Deuteronomio 11:4-Deuteronomio 28:29
- 19.Deuteronomio 28:33-Josué 4:8
- 20.Josué 4:9-Josué 10:25
- 21.Josué 10:26-Josué 19:40
- 22.Josué 19:47-Jueces 3:4
- 23.Jueces 3:5-Jueces 8:24
- 24.Jueces 8:25-Jueces 14:19
- 25.Jueces 15:3-Jueces 21:12
- 26.Jueces 21:13-1 Samuel 8:14
- 27.1 Samuel 8:22-1 Samuel 17:26
- 28.1 Samuel 17:30-1 Samuel 29:2
- 29.1 Samuel 29:3-2 Samuel 7:26
- 30.2 Samuel 7:27-2 Samuel 18:32
- 31.2 Samuel 19:6-1 Reyes 1:47
- 32.1 Reyes 1:49-1 Reyes 10:5
- 33.1 Reyes 10:12-1 Reyes 19:1
- 34.1 Reyes 19:2-2 Reyes 6:16
- 35.2 Reyes 6:17-2 Reyes 14:5
- 36.2 Reyes 14:6-2 Reyes 21:2
- 37.2 Reyes 21:3-1 Crónicas 2:1
- 38.1 Crónicas 2:3-1 Crónicas 6:71
- 39.1 Crónicas 6:77-1 Crónicas 12:23
- 40.1 Crónicas 12:24-1 Crónicas 20:5
- 41.1 Crónicas 20:8-1 Crónicas 27:32
- 42.1 Crónicas 28:1-2 Crónicas 9:10
- 43.2 Crónicas 9:11-2 Crónicas 20:19
- 44.2 Crónicas 20:22-2 Crónicas 28:5
- 45.2 Crónicas 28:8-2 Crónicas 33:25
- 46.2 Crónicas 34:2-Esdras 2:41
- 47.Esdras 2:42-Esdras 8:14
- 48.Esdras 8:15-Nehemías 5:17
- 49.Nehemías 6:6-Nehemías 10:31
- 50.Nehemías 10:33-Ester 3:14
- 51.Ester 3:15-Job 9:22
- 52.Job 9:23-Job 29:2
- 53.Job 29:4-Salmos 2:12
- 54.Salmos 3:7-Salmos 25:10
- 55.Salmos 25:14-Salmos 45:17
- 56.Salmos 46:1-Salmos 68:14
- 57.Salmos 68:17-Salmos 81:6
- 58.Salmos 81:12-Salmos 102:19
- 59.Salmos 102:20-Salmos 115:13
- 60.Salmos 115:16-Salmos 137:2
- 61.Salmos 137:3-Proverbios 5:21
- 62.Proverbios 6:17-Proverbios 15:2
- 63.Proverbios 15:3-Proverbios 27:12
- 64.Proverbios 27:20-Eclesiastés 11:9
- 65.Eclesiastés 12:1-Isaías 6:6
- 66.Isaías 6:12-Isaías 19:1
- 67.Isaías 19:3-Isaías 31:1
- 68.Isaías 31:2-Isaías 44:13
- 69.Isaías 44:14-Isaías 59:20
- 70.Isaías 59:21-Jeremías 7:18
- 71.Jeremías 7:20-Jeremías 17:20
- 72.Jeremías 17:25-Jeremías 28:1
- 73.Jeremías 28:2-Jeremías 35:16
- 74.Jeremías 35:17-Jeremías 46:15
- 75.Jeremías 46:16-Jeremías 52:18
- 76.Jeremías 52:24-Ezequiel 9:1
- 77.Ezequiel 9:4-Ezequiel 20:23
- 78.Ezequiel 20:24-Ezequiel 30:16
- 79.Ezequiel 30:17-Ezequiel 39:17
- 80.Ezequiel 39:20-Daniel 2:14
- 81.Daniel 2:18-Daniel 11:4
- 82.Daniel 11:5-Joel 1:18
- 83.Joel 1:19-Miqueas 1:5
- 84.Miqueas 1:7-Hageo 2:6
- 85.Hageo 2:7-Zacarías 13:4
- 86.Zacarías 13:7-Mateo 7:14
- 87.Mateo 7:15-Mateo 14:20
- 88.Mateo 14:21-Mateo 22:8
- 89.Mateo 22:9-Marcos 1:5
- 90.Marcos 1:10-Marcos 9:1
- 91.Marcos 9:2-Lucas 1:2
- 92.Lucas 1:5-Lucas 7:44
- 93.Lucas 7:49-Lucas 14:3
- 94.Lucas 14:7-Lucas 22:63
- 95.Lucas 22:64-Juan 7:11
- 96.Juan 7:13-Juan 17:12
- 97.Juan 17:14-Hechos 4:4
- 98.Hechos 4:5-Hechos 9:41
- 99.Hechos 10:7-Hechos 16:23
- 100.Hechos 16:24-Hechos 22:15
- 101.Hechos 22:19-Romanos 1:30
- 102.Romanos 1:32-Romanos 15:8
- 103.Romanos 15:9-1 Corintios 12:12
- 104.1 Corintios 12:18-Gálatas 2:15
- 105.Gálatas 3:7-Colosenses 2:15
- 106.Colosenses 2:18-2 Timoteo 3:12
- 107.2 Timoteo 3:13-Hebreos 10:3
- 108.Hebreos 10:4-2 Pedro 2:11
- 109.2 Pedro 2:14-Apocalipsis 9:3
- 110.Apocalipsis 9:4-Apocalipsis 20:13
- 111.Apocalipsis 21:3-Apocalipsis 22:15
Y oró Eliseo, y dijo: Te ruego, oh Jehová, que abras sus ojos para que vea. Entonces Jehová abrió los ojos del criado, y miró: y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor de Eliseo.
Y luego que los sirios descendieron a él, oró Eliseo a Jehová, y dijo: Te ruego que hieras con ceguera a esta gente. Y los hirió con ceguera, conforme a la palabra de Eliseo.
Después les dijo Eliseo: Éste no es el camino, ni es ésta la ciudad; seguidme, que yo os guiaré al hombre que buscáis. Y los guió a Samaria.
Y sucedió que cuando llegaron a Samaria, dijo Eliseo: Jehová, abre los ojos de éstos, para que vean. Y Jehová abrió sus ojos, y miraron, y se hallaban en medio de Samaria.
Y cuando los vio el rey de Israel, dijo a Eliseo: ¿Los mataré, padre mío?
Y él le respondió: No los mates; ¿matarías tú a los que tomaste cautivos con tu espada y con tu arco? Pon delante de ellos pan y agua, para que coman y beban, y se vuelvan a su señor.
Entonces él les preparó una gran comida; y cuando hubieron comido y bebido, los envió, y ellos se volvieron a su señor. Y nunca más vinieron cuadrillas de Siria a la tierra de Israel.
Y Eliseo estaba sentado en su casa, y los ancianos estaban sentados con él. Y el rey le envió un hombre; pero antes que el mensajero llegase a él, dijo él a los ancianos: ¿No habéis visto como este hijo del homicida me envía a quitar la cabeza? Mirad pues, y cuando viniere el mensajero, cerrad la puerta, e impedidle la entrada: ¿No se oye tras él el ruido de los pies de su amo?
Y había cuatro hombres leprosos a la entrada de la puerta, los cuales dijeron el uno al otro: ¿Para qué nos estamos aquí hasta que muramos?
Si tratáremos de entrar en la ciudad, por el hambre que hay en la ciudad moriremos en ella; y si nos quedamos aquí, también moriremos. Vamos pues ahora, y pasémonos al ejército de los sirios; si ellos nos dieren la vida, viviremos; y si nos dieren la muerte, moriremos.
Se levantaron, pues, en el principio de la noche, para irse al campamento de los sirios; y al llegar a la entrada del campamento de los sirios, no había allí hombre.
Porque el Señor había hecho que en el campamento de los sirios se oyese estruendo de carros, ruido de caballos y estrépito de grande ejército; y se dijeron unos a otros: He aquí el rey de Israel ha pagado contra nosotros a los reyes de los heteos, y a los reyes de los egipcios, para que vengan contra nosotros.
Y cuando los leprosos llegaron a la entrada del campamento, entraron en una tienda y comieron y bebieron, y tomaron de allí plata y oro y vestiduras, y fueron y lo escondieron; y volvieron y entraron en otra tienda, y de allí también tomaron, y fueron y lo escondieron.
Y vinieron, y dieron voces a los guardas de la puerta de la ciudad, y les declararon, diciendo: Nosotros fuimos al campo de los sirios, y he aquí que no había allí hombre, ni voz de hombre, sino caballos atados, asnos también atados, y el campo como estaba.
Y los porteros dieron voces, y lo declararon dentro, en el palacio del rey.
Y se levantó el rey de noche, y dijo a sus siervos: Yo os declararé lo que nos han hecho los sirios. Ellos saben que tenemos hambre, y han salido de las tiendas y se han escondido en el campo, diciendo: Cuando salgan de la ciudad, los tomaremos vivos, y entraremos en la ciudad.
Entonces respondió uno de sus siervos, y dijo: Tomen ahora cinco de los caballos que han quedado en la ciudad, (he aquí, ellos son como toda la multitud de Israel que ha quedado en ella; he aquí, os digo que ellos son como toda la multitud de Israel que ha perecido); enviemos, y veamos qué hay.
Tomaron, pues, dos caballos de un carro, y envió el rey al campamento de los sirios, diciendo: Id, y ved.
Y ellos fueron, y los siguieron hasta el Jordán; y he aquí, todo el camino estaba lleno de vestiduras y enseres que los sirios habían arrojado con la premura. Y volvieron los mensajeros, y lo hicieron saber al rey.
Entonces el pueblo salió, y saquearon el campamento de los sirios. Y fue vendida una medida de flor de harina por un siclo, y dos medidas de cebada por un siclo, conforme a la palabra de Jehová.
Entonces la mujer se levantó, e hizo como el varón de Dios le dijo: y se fue ella con su familia, y vivió en tierra de los filisteos siete años.
Y aconteció que cuando habían pasado los siete años, la mujer volvió de la tierra de los filisteos y fue a clamar al rey por su casa y por sus tierras.
Tomó pues Hazael en su mano un presente de todos los bienes de Damasco, cuarenta camellos cargados, y lo salió a recibir: y llegó, y se puso delante de él, y dijo: Tu hijo Benadad, rey de Siria, me ha enviado a ti, diciendo: ¿He de sanar de esta enfermedad?
Entonces le dijo Hazael: ¿Por qué llora mi señor? Y él respondió: Porque sé el mal que has de hacer a los hijos de Israel: a sus fortalezas prenderás fuego, y a sus jóvenes matarás a espada, y estrellarás a sus niños, y abrirás el vientre a sus mujeres encinta.
Y anduvo en el camino de los reyes de Israel, como hizo la casa de Acab, porque una hija de Acab fue su esposa; e hizo lo malo en ojos de Jehová.
Joram por tanto pasó a Seir, y todos sus carros con él: y levantándose de noche hirió a los edomitas, los cuales le habían cercado, y a los capitanes de los carros: y el pueblo huyó a sus tiendas.
Lo demás de los hechos de Joram, y todas las cosas que hizo, ¿no está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá?
Y fue a la guerra con Joram hijo de Acab a Ramot de Galaad, contra Hazael rey de Siria; y los sirios hirieron a Joram.
Y el rey Joram se volvió a Jezreel, para curarse de las heridas que los sirios le hicieron en Ramá, cuando peleó contra Hazael rey de Siria. Y descendió Ocozías hijo de Joram rey de Judá, a visitar a Joram hijo de Acab en Jezreel, porque estaba enfermo.
Entonces el profeta Eliseo llamó a uno de los hijos de los profetas, y le dijo: Ciñe tus lomos, y toma este frasco de aceite en tu mano, y ve a Ramot de Galaad.
Y como él entró, he aquí los príncipes del ejército que estaban sentados. Y él dijo: Príncipe, una palabra tengo que decirte. Y Jehú dijo: ¿A cuál de todos nosotros? Y él dijo: A ti, príncipe.
Y herirás la casa de Acab tu señor, para que yo vengue la sangre de mis siervos los profetas, y la sangre de todos los siervos de Jehová, de la mano de Jezabel.
Y a Jezabel la comerán los perros en el campo de Jezreel, y no habrá quien la sepulte. En seguida abrió la puerta, y huyó.
Después salió Jehú a los siervos de su señor, y le dijeron: ¿Todo está bien? ¿Para qué entró a ti aquel loco? Y él les dijo: Vosotros conocéis al hombre y sus palabras.
Pero se había vuelto el rey Joram a Jezreel, para curarse de las heridas que los sirios le habían hecho, peleando contra Hazael rey de Siria.) Y Jehú dijo: Si es vuestra voluntad, ninguno escape de la ciudad, para ir a dar las nuevas en Jezreel.
Y él les dijo: Echadla abajo. Y ellos la echaron: y parte de su sangre fue salpicada en la pared, y en los caballos; y él la atropelló.
Y cuando fueron para sepultarla, no hallaron de ella más que la calavera, y los pies, y las palmas de las manos.
Y volvieron, y se lo dijeron. Y él dijo: Ésta es la palabra de Jehová, la cual Él habló por medio de su siervo Elías tisbita, diciendo: En la heredad de Jezreel comerán los perros las carnes de Jezabel.
Y tenía Acab en Samaria setenta hijos; y escribió cartas Jehú, y las envió a Samaria a los principales de Jezreel, a los ancianos y a los ayos de los hijos de Acab, diciendo:
Presto que lleguen estas cartas a vosotros, siendo que tenéis los hijos de vuestro señor, y que tenéis carros y gente de a caballo, la ciudad fortificada, y las armas,
mirad cuál es el mejor y el más recto de los hijos de vuestro señor, y ponedlo en el trono de su padre, y pelead por la casa de vuestro señor.
Y el mayordomo, y el presidente de la ciudad, y los ancianos, y los ayos de los hijos, enviaron a decir a Jehú: Siervos tuyos somos, y haremos todo lo que nos mandares; no elegiremos por rey a ninguno; tú harás lo que bien te pareciere.
Él entonces les escribió la segunda vez diciendo: Si sois míos, y queréis obedecerme, tomad las cabezas de los varones hijos de vuestro señor, y venid mañana a estas horas a mí a Jezreel. Y los hijos del rey, setenta varones, estaban con los principales de la ciudad, que los criaban.
Y sucedió que cuando la carta llegó a ellos, tomaron a los hijos del rey, y degollaron a los setenta varones, y pusieron sus cabezas en canastas, y se las enviaron a Jezreel.
Y vino un mensajero que le dio las nuevas, diciendo: Han traído las cabezas de los hijos del rey. Y él le dijo: Ponedlas en dos montones a la entrada de la puerta hasta la mañana.
Mató entonces Jehú a todos los que habían quedado de la casa de Acab en Jezreel, y a todos sus príncipes, y a todos sus familiares, y a sus sacerdotes, que no le quedó ninguno.
halló allí a los hermanos de Ocozías rey de Judá, y les dijo: ¿Quién sois vosotros? Y ellos dijeron: Somos hermanos de Ocozías, y hemos venido a saludar a los hijos del rey, y a los hijos de la reina.
Entonces él dijo: Prendedlos vivos. Y después que los tomaron vivos, los degollaron junto al pozo de la casa de esquileo, cuarenta y dos varones, sin dejar ninguno de ellos.
Y luego que hubo Jehú llegado a Samaria, mató a todos los que habían quedado de Acab en Samaria, hasta extirparlos, conforme a la palabra de Jehová, que había hablado por Elías.
Llamadme, pues, luego, a todos los profetas de Baal, a todos sus siervos, y a todos sus sacerdotes; que no falte uno, porque tengo un gran sacrificio para Baal; cualquiera que faltare, no vivirá. Esto hacía Jehú con astucia, para destruir a los que honraban a Baal.
Y envió Jehú por todo Israel, y vinieron todos los siervos de Baal, que no faltó ninguno que no viniese. Y entraron en el templo de Baal, y el templo de Baal se llenó de cabo a cabo.
Entonces dijo al que tenía el cargo de las vestiduras: Saca vestiduras para todos los siervos de Baal. Y él les sacó vestiduras.
Y entró Jehú con Jonadab hijo de Recab en el templo de Baal, y dijo a los siervos de Baal: Mirad y ved que por dicha no haya aquí entre vosotros alguno de los siervos de Jehová, sino sólo los siervos de Baal.
Y aconteció que cuando acabó de hacer el holocausto, Jehú dijo a los de su guardia y a los capitanes: Entrad, y matadlos; que no escape ninguno. Y los hirieron a espada: y los dejaron tendidos los de la guardia y los capitanes, y fueron hasta la ciudad del templo de Baal.
Con todo eso Jehú no se apartó de los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, que hizo pecar a Israel; es decir, de ir en pos de los becerros de oro que estaban en Betel y en Dan.
Mas Jehú no cuidó de andar en la ley de Jehová Dios de Israel con todo su corazón, ni se apartó de los pecados de Jeroboam, el que había hecho pecar a Israel.
En aquellos días comenzó Jehová a talar en Israel: y los hirió Hazael en todos los términos de Israel,
Lo demás de los hechos de Jehú, y todas las cosas que hizo, y toda su valentía, ¿no está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Israel?
Pero tomando Josaba hija del rey Joram, hermana de Ocozías, a Joás hijo de Ocozías, lo sacó a escondidas de entre los hijos del rey, a quienes estaban dando muerte, y lo ocultó de delante de Atalía, a él y a su ama, en la cámara de las camas, y así no lo mataron.
Mas al séptimo año envió Joiada, y tomó centuriones, capitanes, y gente de la guardia, y los metió consigo en la casa de Jehová: e hizo con ellos pacto, y les hizo tomar juramento en la casa de Jehová; y les mostró al hijo del rey.
Y les mandó, diciendo: Esto es lo que habéis de hacer: la tercera parte de vosotros, los que entrarán el sábado, tendrán la guardia de la casa del rey;
Y las dos partes de todos vosotros los que salen en el sábado, tendréis la guardia de la casa de Jehová junto al rey.
Los centuriones pues, hicieron todo como el sacerdote Joiada les mandó; y cada uno de ellos tomó sus hombres, esto es, los que habían de entrar el sábado y los que habían de salir el sábado, y vinieron al sacerdote Joiada.
Y el sacerdote dio a los centuriones las lanzas y los escudos que habían sido del rey David, que estaban en la casa de Jehová.
Y los de la guardia se pusieron en orden, teniendo cada uno sus armas en sus manos, desde el lado derecho de la casa hasta el lado izquierdo, junto al altar y el templo, en derredor del rey.
Y cuando miró, he aquí que el rey estaba junto a la columna, conforme era la costumbre, y los príncipes y los trompeteros junto al rey; y todo el pueblo del país se regocijaba, y tocaban las trompetas. Entonces Atalía, rasgando sus vestidos, gritó: ¡Traición, traición!
Mas el sacerdote Joiada mandó a los centuriones que gobernaban el ejército, y les dijo: Sacadla fuera del recinto del templo, y al que la siguiere, matadle a espada. (Porque el sacerdote dijo que no la matasen en el templo de Jehová.)
Entonces le echaron mano, cuando iba en el camino por donde entran los de a caballo a la casa del rey, allí la mataron.
Y todo el pueblo de la tierra entró en el templo de Baal, y lo derribaron: asimismo despedazaron enteramente sus altares y sus imágenes, y mataron a Matán sacerdote de Baal delante de los altares. Y el sacerdote puso guarnición sobre la casa de Jehová.
Después tomó los centuriones, los capitanes, la guardia y a todo el pueblo de la tierra, e hicieron descender al rey de la casa de Jehová, y vinieron por el camino de la puerta de la guardia a la casa del rey; y se sentó el rey sobre el trono de los reyes.
Con todo eso los lugares altos no se quitaron; pues el pueblo aún sacrificaba y quemaba incienso en los lugares altos.
Y Joás dijo a los sacerdotes: Todo el dinero de las santificaciones que se suele traer a la casa de Jehová, el dinero de los que pasan en cuenta, el dinero por las personas, cada cual según su tasa, y todo el dinero que cada uno de su propia voluntad mete en la casa de Jehová,
recíbanlo los sacerdotes, cada uno de sus familiares, y reparen las grietas del templo dondequiera que éstas se hallen.
Pero en el año veintitrés del rey Joás, los sacerdotes aún no habían reparado las grietas del templo.
Llamando entonces el rey Joás al sacerdote Joiada y a los demás sacerdotes, les dijo: ¿Por qué no reparáis las grietas del templo? Ahora, pues, no toméis más dinero de vuestros familiares, sino dadlo para reparar las grietas del templo.
Y los sacerdotes consintieron en no tomar más dinero del pueblo, ni tener cargo de reparar las grietas del templo.
Mas el sacerdote Joiada tomó un arca, y le hizo en la tapa un agujero, y la puso junto al altar, a la mano derecha conforme se entra en el templo de Jehová; y los sacerdotes que guardaban la puerta, ponían allí todo el dinero que se traía a la casa de Jehová.
Y daban el dinero suficiente en mano de los que hacían la obra, y de los que tenían el cargo de la casa de Jehová; y ellos lo gastaban en pagar a los carpinteros y maestros que reparaban la casa de Jehová,
y a los albañiles y canteros; y en comprar la madera y piedra de cantería para reparar las aberturas de la casa de Jehová; y en todo lo que se gastaba en la casa para repararla.
porque lo daban a los que hacían la obra, y con él reparaban la casa de Jehová.
Y no se pedían cuentas a los hombres en cuyas manos el dinero era entregado, para que ellos lo diesen a los que hacían la obra; porque ellos procedían con fidelidad.
El dinero por el delito, y el dinero por los pecados, no se metía en la casa de Jehová; porque era de los sacerdotes.
Por lo que tomó Joás rey de Judá todas las ofrendas que había dedicado Josafat, y Joram y Ocozías sus padres, reyes de Judá, y las que él había dedicado, y todo el oro que se halló en los tesoros de la casa de Jehová, y en la casa del rey, y lo envió a Hazael rey de Siria; y él se retiró de Jerusalén.
Lo demás de los hechos de Joás, y todas las cosas que hizo, ¿no está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá?
E hizo lo malo en ojos de Jehová, y siguió los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, el que hizo pecar a Israel; y no se apartó de ellos.
Y se encendió el furor de Jehová contra Israel, y los entregó en mano de Hazael rey de Siria, y en mano de Benadad hijo de Hazael, por largo tiempo.
Mas Joacaz oró a la faz de Jehová, y Jehová lo oyó: porque miró la aflicción de Israel, pues el rey de Siria los afligía.
(Y dio Jehová salvador a Israel, y salieron de bajo la mano de los sirios; y habitaron los hijos de Israel en sus tiendas, como antes.
Con todo eso no se apartaron de los pecados de la casa de Jeroboam, el que hizo pecar a Israel; en ellos anduvieron; y también la imagen de Asera permaneció en Samaria.)
Porque no le había quedado gente a Joacaz, sino cincuenta hombres de a caballo, y diez carros, y diez mil hombres de a pie; pues el rey de Siria los había destruido, y los había puesto como polvo para hollar.
Lo demás de los hechos de Joacaz, y todo lo que hizo, y sus valentías, ¿no está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Israel?
E hizo lo malo ante los ojos de Jehová: no se apartó de todos los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, el cual hizo pecar a Israel, sino que en ellos anduvo.
Lo demás de los hechos de Joás, y todas las cosas que hizo, y su esfuerzo con que guerreó contra Amasías rey de Judá, ¿no está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Israel?
Y durmió Joás con sus padres, y Jeroboam se sentó en su trono: Y Joás fue sepultado en Samaria con los reyes de Israel.
y dijo: Abre la ventana de hacia el oriente. Y como él la abrió dijo Eliseo: Tira. Y tirando él, dijo Eliseo: Saeta de salvación de Jehová, saeta de salvación contra Siria; porque herirás a los sirios en Afec, hasta consumirlos.
Y aconteció que cuando estaban sepultando a un hombre, súbitamente vieron una banda de hombres, y arrojaron al hombre en el sepulcro de Eliseo: y cuando llegó a tocar el muerto los huesos de Eliseo, revivió, y se levantó sobre sus pies.
Mas Jehová tuvo misericordia de ellos, y tuvo compasión de ellos, y los miró, por amor de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob; y no quiso destruirlos ni echarlos de delante de sí hasta ahora.
Y él hizo lo recto ante los ojos de Jehová, aunque no como David su padre; hizo conforme a todas las cosas que había hecho Joás su padre.
Con todo eso los lugares altos no fueron quitados; pues el pueblo aún sacrificaba y quemaba incienso en los lugares altos.
Y aconteció que luego que el reino fue confirmado en su mano, mató a sus siervos, los que habían dado muerte al rey su padre.
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- 1.Gé 1:9-Gé 14:10
- 2.Gé 14:13-Gé 29:1
- 3.Gé 29:2-Gé 39:14
- 4.Gé 39:20-Gé 49:12
- 5.Gé 49:17-Éx 9:6
- 6.Éx 9:7-Éx 16:10
- 7.Éx 16:12-Éx 28:29
- 8.Éx 28:30-Éx 39:18
- 9.Éx 39:19-Levítico 11:27
- 10.Levítico 11:29-Levítico 25:50
- 11.Levítico 25:55-Números 3:15
- 12.Números 3:16-Números 7:85
- 13.Números 7:87-Números 15:18
- 14.Números 15:25-Números 23:22
- 15.Números 23:24-Números 29:37
- 16.Números 29:40-Números 36:4
- 17.Números 36:5-Deuteronomio 11:1
- 18.Deuteronomio 11:4-Deuteronomio 28:29
- 19.Deuteronomio 28:33-Josué 4:8
- 20.Josué 4:9-Josué 10:25
- 21.Josué 10:26-Josué 19:40
- 22.Josué 19:47-Jueces 3:4
- 23.Jueces 3:5-Jueces 8:24
- 24.Jueces 8:25-Jueces 14:19
- 25.Jueces 15:3-Jueces 21:12
- 26.Jueces 21:13-1 Samuel 8:14
- 27.1 Samuel 8:22-1 Samuel 17:26
- 28.1 Samuel 17:30-1 Samuel 29:2
- 29.1 Samuel 29:3-2 Samuel 7:26
- 30.2 Samuel 7:27-2 Samuel 18:32
- 31.2 Samuel 19:6-1 Reyes 1:47
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- 36.2 Reyes 14:6-2 Reyes 21:2
- 37.2 Reyes 21:3-1 Crónicas 2:1
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- 44.2 Crónicas 20:22-2 Crónicas 28:5
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- 47.Esdras 2:42-Esdras 8:14
- 48.Esdras 8:15-Nehemías 5:17
- 49.Nehemías 6:6-Nehemías 10:31
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- 54.Salmos 3:7-Salmos 25:10
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- 57.Salmos 68:17-Salmos 81:6
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- 70.Isaías 59:21-Jeremías 7:18
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