'De' en la Biblia
Porque más fácil cosa es entrar un camello por el ojo de una aguja, que un rico entrar en el reino de Dios.
Y él les dijo: De cierto os digo, que nadie hay que haya dejado casa, padres, ó hermanos, ó mujer, ó hijos, por el reino de Dios,
Que no haya de recibir mucho más en este tiempo, y en el siglo venidero la vida eterna.
Pero ellos nada de estas cosas entendían, y esta palabra les era encubierta, y no entendían lo que se decía.
Entonces dió voces, diciendo: Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí.
Y los que iban delante, le reñían que callase; mas él clamaba mucho más: Hijo de David, ten misericordia de mí.
Y he aquí un varón llamado Zaqueo, el cual era el principal de los publicanos, y era rico;
Y procuraba ver á Jesús quién fuese; mas no podía á causa de la multitud, porque era pequeño de estatura.
Y corriendo delante, subióse á un árbol sicómoro para verle; porque había de pasar por allí.
Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy á los pobres; y si en algo he defraudado á alguno, lo vuelvo con el cuatro tanto.
Y Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación á esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham.
Y oyendo ellos estas cosas, prosiguió Jesús y dijo una parábola, por cuanto estaba cerca de Jerusalem, y porque pensaban que luego había de ser manifestado el reino de Dios.
Empero sus ciudadanos le aborrecían, y enviaron tras de él una embajada, diciendo: No queremos que éste reine sobre nosotros.
Porque tuve miedo de ti, que eres hombre recio; tomas lo que no pusiste, y siegas lo que no sembraste.
Entonces él le dijo: Mal siervo, de tu boca te juzgo. Sabías que yo era hombre recio, que tomo lo que no puse, y que siego lo que no sembré;
Y también á aquellos mis enemigos que no querían que yo reinase sobre ellos, traedlos acá, y degolladlos delante de mí.
Y aconteció, que llegando cerca de Bethfagé, y de Bethania, al monte que se llama de las Olivas, envió dos de sus discípulos,
Diciendo: Id á la aldea de enfrente; en la cual como entrareis, hallaréis un pollino atado, en el que ningún hombre se ha sentado jamás; desatadlo, y traedlo.
Y como llegasen ya cerca de la bajada del monte de las Olivas, toda la multitud de los discípulos, gozándose, comenzaron á alabar á Dios á gran voz por todas las maravillas que habían visto,
Entonces algunos de los Fariseos de la compañía, le dijeron: Maestro, reprende á tus discípulos.
Diciendo: Oh si también tú conocieses, á lo menos en este tu día, lo que toca á tu paz! mas ahora está encubierto de tus ojos.
Porque vendrán días sobre ti, que tus enemigos te cercarán con baluarte, y te pondrán cerco, y de todas partes te pondrán en estrecho,
Y te derribarán á tierra, y á tus hijos dentro de ti; y no dejarán sobre ti piedra sobre piedra; por cuanto no conociste el tiempo de tu visitación.
Diciéndoles: Escrito está: Mi casa, casa de oración es; mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.
Y enseñaba cada día en el templo; mas los príncipes de los sacerdotes, y los escribas, y los principales del pueblo procuraban matarle.
Y ACONTECIO un día, que enseñando él al pueblo en el templo, y anunciando el evangelio, llegáronse los príncipes de los sacerdotes y los escribas, con los ancianos;
El bautismo de Juan, ¿era del cielo, ó de los hombres?
Mas ellos pensaban dentro de sí, diciendo: Si dijéremos, del cielo, dirá: ¿Por qué, pues, no le creísteis?
Y si dijéremos, de los hombres, todo el pueblo nos apedreará: porque están ciertos que Juan era profeta.
Y respondieron que no sabían de dónde.
Y al tiempo, envió un siervo á los labradores, para que le diesen del fruto de la viña; mas los labradores le hirieron, y enviaron vacío.
Entonces el señor de la viña dijo: ¿Qué haré? Enviaré mi hijo amado: quizás cuando á éste vieren, tendrán respeto.
Y echáronle fuera de la viña, y le mataron. ¿Qué pues, les hará el señor de la viña?
Mas él mirándolos, dice: ¿Qué pues es lo que está escrito: La piedra que condenaron los edificadores, Esta fué por cabeza de esquina?
Y procuraban los príncipes de los sacerdotes y los escribas echarle mano en aquella hora, porque entendieron que contra ellos había dicho esta parábola: mas temieron al pueblo.
Los cuales le preguntaron, diciendo: Maestro, sabemos que dices y enseñas bien, y que no tienes respeto á persona; antes enseñas el camino de Dios con verdad.
Mas él, entendiendo la astucia de ellos, les dijo: ¿Por qué me tentáis?
Mostradme la moneda. ¿De quién tiene la imagen y la inscripción? Y respondiendo dijeron: De César.
Entonces les dijo: Pues dad á César lo que es de César; y lo que es de Dios, á Dios.
Y no pudieron reprender sus palabras delante del pueblo: antes maravillados de su respuesta, callaron.
Y llegándose unos de los Saduceos, los cuales niegan haber resurrección, le preguntaron,
Diciendo: Maestro, Moisés nos escribió: Si el hermano de alguno muriere teniendo mujer, y muriere sin hijos, que su hermano tome la mujer, y levante simiente á su hermano.
Y á la postre de todos murió también la mujer.
En la resurrección, pues, ¿mujer de cuál de ellos será? porque los siete la tuvieron por mujer.
Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Los hijos de este siglo se casan, y son dados en casamiento:
Mas los que fueren tenidos por dignos de aquel siglo y de la resurrección de los muertos, ni se casan, ni son dados en casamiento:
Porque no pueden ya más morir: porque son iguales á los ángeles, y son hijos de Dios, cuando son hijos de la resurrección.
Y que los muertos hayan de resucitar, aun Moisés lo enseñó en el pasaje de la zarza, cuando llama al Señor: Dios de Abraham, y Dios de Isaac, y Dios de Jacob.
Porque Dios no es Dios de muertos, mas de vivos: porque todos viven á él.
Y respondiéndole unos de los escribas, dijeron: Maestro, bien has dicho.
Y él les dijo: ¿Cómo dicen que el Cristo es hijo de David?
Y el mismo David dice en el libro de los Salmos: Dijo el Señor á mi Señor: Siéntate á mi diestra,
Entre tanto que pongo tus enemigos por estrado de tus pies.
Guardaos de los escribas, que quieren andar con ropas largas, y aman las salutaciones en las plazas, y las primeras sillas en las sinagogas, y los primeros asientos en las cenas;
Que devoran las casas de las viudas, poniendo por pretexto la larga oración: éstos recibirán mayor condenación.
Y dijo: De verdad os digo, que esta pobre viuda echó más que todos:
Porque todos estos, de lo que les sobra echaron para las ofrendas de Dios; mas ésta de su pobreza echó todo el sustento que tenía.
Y á unos que decían del templo, que estaba adornado de hermosas piedras y dones, dijo:
Y le preguntaron, diciendo: Maestro, ¿cuándo será esto? ¿y qué señal habrá cuando estas cosas hayan de comenzar á ser hechas?
El entonces dijo: Mirad, no seáis engañados; porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy; y, el tiempo está cerca: por tanto, no vayáis en pos de ellos.
Mas antes de todas estas cosas os echarán mano, y perseguirán, entregándoos á las sinagogas y á las cárceles, siendo llevados á los reyes y á los gobernadores por causa de mi nombre.
Poned pues en vuestros corazones no pensar antes cómo habéis de responder:
Mas seréis entregados aun de vuestros padres, y hermanos, y parientes, y amigos; y matarán á algunos de vosotros.
Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre.
Mas un pelo de vuestra cabeza no perecerá.
Y cuando viereis á Jerusalem cercada de ejércitos, sabed entonces que su destrucción ha llegado.
Entonces los que estuvieren en Judea, huyan á los montes; y los que en medio de ella, váyanse; y los que estén en los campos, no entren en ella.
Porque estos son días de venganza: para que se cumplan todas las cosas que están escritas.
Mas ay de las preñadas, y de las que crían en aquellos días! porque habrá apuro grande sobre la tierra é ira en este pueblo.
Y caerán á filo de espada, y serán llevados cautivos á todas las naciones: y Jerusalem será hollada de las gentes, hasta que los tiempos de las gentes sean cumplidos.
Entonces habrá señales en el sol, y en la luna, y en las estrellas; y en la tierra angustia de gentes por la confusión del sonido de la mar y de las ondas:
Secándose los hombres á causa del temor y expectación de las cosas que sobrevendrán á la redondez de la tierra: porque las virtudes de los cielos serán conmovidas.
Cuando ya brotan, viéndolo, de vosotros mismos entendéis que el verano está ya cerca.
Así también vosotros, cuando viereis hacerse estas cosas, entended que está cerca el reino de Dios.
De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo sea hecho.
Y mirad por vosotros, que vuestros corazones no sean cargados de glotonería y embriaguez, y de los cuidados de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día.
Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra.
Velad pues, orando en todo tiempo, que seáis tenidos por dignos de evitar todas estas cosas que han de venir, y de estar en pie delante del Hijo del hombre.
Y enseñaba de día en el templo; y de noche saliendo, estábase en el monte que se llama de las Olivas.
Y ESTABA cerca el día de la fiesta de los ázimos, que se llama la Pascua.
Y los príncipes de los sacerdotes y los escribas buscaban cómo le matarían; mas tenían miedo del pueblo.
Y entró Satanás en Judas, por sobrenombre Iscariote, el cual era uno del número de los doce;
Y fué, y habló con los príncipes de los sacerdotes, y con los magistrados, de cómo se lo entregaría.
Los cuales se holgaron, y concertaron de darle dinero.
Y vino el día de los ázimos, en el cual era necesario matar la pascua.
Y él les dijo: He aquí cuando entrareis en la ciudad, os encontrará un hombre que lleva un cántaro de agua: seguidle hasta la casa donde entrare,
Y decid al padre de la familia de la casa: El Maestro te dice: ¿Dónde está el aposento donde tengo de comer la pascua con mis discípulos?
Porque os digo que no comeré más de ella, hasta que se cumpla en el reino de Dios.
Porque os digo, que no beberé más del fruto de la vid, hasta que el reino de Dios venga.
Y tomando el pan, habiendo dado gracias, partió, y les dió, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado: haced esto en memoria de mí.
Y á la verdad el Hijo del hombre va, según lo que está determinado; empero ay de aquél hombre por el cual es entregado!
Ellos entonces comenzaron á preguntar entre sí, cuál de ellos sería el que había de hacer esto.
Y hubo entre ellos una contienda, quién de ellos parecía ser el mayor.
Entonces él les dijo: Los reyes de las gentes se enseñorean de ellas; y los que sobre ellas tienen potestad, son llamados bienhechores:
Para que comáis y bebáis en mi mesa en mi reino, y os sentéis sobre tronos juzgando á las doce tribus de Israel.
Porque os digo, que es necesario que se cumpla todavía en mí aquello que está escrito: Y con los malos fué contado: porque lo que está escrito de mí, cumplimiento tiene.
Y saliendo, se fué, como solía, al monte de las Olivas; y sus discípulos también le siguieron.
Y él se apartó de ellos como un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró,
Diciendo: Padre, si quieres, pasa este vaso de mí; empero no se haga mi voluntad, sino la tuya.
Y estando en agonía, oraba más intensamente: y fué su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra.
Resutados de la Búsqueda continuados...
Resultados de Búsqueda por Versiones
- J2000 (680)
- LBDA (654)
- NBLH (666)
- RV (651)
- SEV (680)
- RV1909 (679)
Resultados de Búsqueda por Libro
- Génesis (1047)
- Éxodo (880)
- Levítico (602)
- Números (1024)
- Deuteronomio (677)
- Josué (497)
- Jueces (521)
- Rut (56)
- 1 Samuel (607)
- 2 Samuel (535)
- 1 Reyes (659)
- 2 Reyes (617)
- 1 Crónicas (698)
- 2 Crónicas (711)
- Esdras (249)
- Nehemías (316)
- Ester (122)
- Job (551)
- Salmos (1421)
- Proverbios (478)
- Eclesiastés (141)
- Cantares (88)
- Isaías (950)
- Jeremías (1095)
- Lamentaciones (92)
- Ezequiel (1012)
- Daniel (266)
- Oseas (122)
- Joel (56)
- Amós (120)
- Abdías (20)
- Jonás (30)
- Miqueas (88)
- Nahúm (34)
- Habacuc (37)
- Sofonías (44)
- Hageo (35)
- Zacarías (164)
- Malaquías (49)
- Mateo (560)
- Marcos (382)
- Lucas (679)
- Juan (439)
- Hechos (654)
- Romanos (274)
- 1 Corintios (235)
- 2 Corintios (155)
- Gálatas (99)
- Efesios (99)
- Filipenses (64)
- Colosenses (64)
- 1 Tesalonicenses (55)
- 2 Tesalonicenses (32)
- 1 Timoteo (73)
- 2 Timoteo (54)
- Tito (25)
- Filemón (16)
- Hebreos (213)
- Santiago (62)
- 1 Pedro (69)
- 2 Pedro (52)
- 1 Juan (54)
- 2 Juan (5)
- 3 Juan (6)
- Judas (17)
- Apocalipsis (305)