'No' en la Biblia
- 1.Mateo 1:19-Mateo 12:19
- 2.Mateo 12:20-Mateo 22:12
- 3.Mateo 22:16-Marcos 4:22
- 4.Marcos 4:25-Marcos 13:2
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- 10.Juan 9:30-Juan 16:12
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- 13.Hechos 21:21-Romanos 3:29
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- 17.1 Corintios 15:13-2 Corintios 10:14
- 18.2 Corintios 10:15-Efesios 4:30
- 19.Efesios 5:4-1 Timoteo 2:12
- 20.1 Timoteo 2:14-Hebreos 7:6
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- 22.Santiago 3:10-1 Juan 4:18
- 23.1 Juan 4:20-Apocalipsis 21:22
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Mas también si tomares mujer, no pecaste; y si la virgen se casare, no peca; pero aflicción de carne tendrán los tales; mas yo os dejo.
Pero esto digo, hermanos, que el tiempo es corto; para los demás es, que los que tienen mujer sean como los que no la tienen,
y los que lloran, como los que no lloran; y los que se regocijan, como los que no se regocijan; y los que compran, como los que no poseen;
y los que usan de este mundo, como los que no lo usan como si fuera propio; porque la apariencia de este mundo se pasa.
Hay diferencia entre la mujer casada y la virgen, La mujer no casada tiene cuidado de las cosas del Señor, para ser santa así en el cuerpo como en el espíritu; mas la casada tiene cuidado de las cosas que son del mundo, cómo ha de agradar a su marido.
Esto, sin embargo, digo para vuestro provecho; no para echaros lazo, sino para lo honorable, y para que sin impedimento os sirváis al Señor.
Mas, si a alguno parece cosa fea en su hija, que pase ya de edad, y que así conviene que se haga, haga lo que quisiere, no peca; cásese.
Pero el que está firme en su corazón, y no tiene necesidad, sino que tiene libertad de su voluntad, y determinó en su corazón esto, el guardar su hija, bien hace.
Así que, el que la da en casamiento, bien hace; y el que no la da en casamiento, hace mejor.
Y si alguno piensa que sabe algo, aún no sabe nada como le conviene saber.
Acerca, pues, de las viandas que son sacrificadas a los ídolos, sabemos que el ídolo nada es en el mundo, y que no hay más que un solo Dios.
nosotros, sin embargo, no tenemos más que un Dios, el Padre, del cual son todas las cosas, y nosotros en él; y un Señor, Jesús, el Cristo, por el cual son todas las cosas, y nosotros por él.
Mas no en todos hay esta ciencia, porque algunos con conciencia del ídolo hasta ahora, las comen como sacrificado a ídolos; y su conciencia, siendo flaca, es contaminada.
La vianda no nos hace más aceptos a Dios; ni porque comamos, seremos más ricos; ni porque no comamos, seremos más pobres.
Pero mirad que esta libertad vuestra no sea tropezadero a los que son débiles.
Porque si te ve alguno, a ti que tienes esta ciencia, sentado a la mesa en el lugar de los ídolos, ¿la conciencia de aquel que es débil, no será llevada a comer de lo sacrificado a los ídolos?
Por lo cual, si la comida es á mi hermano ocasión de caer, jamás comeré carne por no escandalizar á mi hermano.
¿No soy apóstol? ¿No soy libre? ¿No he visto a Jesús el Cristo el Señor nuestro? ¿No sois vosotros mi obra en el Señor?
Si a los otros no soy apóstol, a vosotros ciertamente lo soy; porque el sello de mi apostolado sois vosotros en el Señor.
Qué, ¿no tenemos potestad de comer y de beber?
¿No tenemos potestad de traer con nosotros una hermana por mujer también como los otros apóstoles, y los hermanos del Señor, y Cefas?
¿O sólo yo y Bernabé no tenemos potestad de no trabajar?
¿Quién jamás peleó a sus expensas? ¿Quién planta viña, y no come de su fruto? ¿O quién apacienta el ganado, y no come de la leche del ganado?
¿Digo esto solamente según los hombres? ¿No dice esto también la ley?
Porque en la ley de Moisés está escrito: No pondrás bozal al buey que trilla. ¿Tiene Dios cuidado de los bueyes?
Si otros tienen en vosotros esta potestad, ¿por qué no nosotros? Mas no usamos de esta potestad; antes lo sufrimos todo, para no dar alguna interrupción al curso del Evangelio del Cristo.
¿No sabéis que los que obran en lo sagrado, comen del santuario; y que los que sirven al altar, del altar participan?
Mas yo de nada de esto me he aprovechado. Y no escribo esto para que así se haga conmigo; porque mejor me fuera morir, que permitir que alguno me prive de esta gloria.
Pues bien que anuncio el Evangelio, no tengo por qué gloriarme porque me es impuesta obligación; porque ¡ay de mí si no anunciare el Evangelio!
¿Qué premio, pues, tendré? Que predicando el Evangelio, ponga el Evangelio del Cristo de balde, por no hacer mal uso de mi potestad en el Evangelio.
Heme hecho á los Judíos como Judío, por ganar á los Judíos; á los que están sujetos á la ley (aunque yo no sea sujeto á la ley) como sujeto á la ley, por ganar á los que están sujetos á la ley;
a los que son sin ley, como si yo fuera sin ley, (no estando yo sin ley de Dios, sino en la ley de Cristo,) por ganar a los que estaban sin ley.
¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, mas uno lleva el premio? Corred pues de tal manera que lo toméis.
Así que, yo de esta manera corro, no como a cosa incierta; de esta manera peleo, no como quien hiere el aire;
antes sujeto mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre; para que predicando a los otros, no me haga yo reprobado.
Mas no quiero, hermanos, que ignoréis que nuestros padres todos estuvieron bajo la nube, y todos pasaron el mar;
Mas de muchos de ellos no se agradó Dios; por lo cual quedaron postrados en el desierto.
Pero estas cosas fueron hechas en figura de nosotros, para que no codiciemos cosas malas, como ellos codiciaron.
No seáis, {pues,} idólatras, como {fueron} algunos de ellos, según está escrito: EL PUEBLO SE SENTO A COMER Y A BEBER, Y SE LEVANTO A JUGAR.
Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga.
No os ha tomado tentación, sino la humana; mas fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis llevar; antes dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis aguantar.
La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la confraternidad de la sangre del Cristo? El pan que partimos, ¿no es la confraternidad del cuerpo del Cristo?
Mirad a Israel según la carne; los que comen de los sacrificios ¿no son partícipes del altar?
Antes digo que lo que los gentiles sacrifican, a los demonios lo sacrifican, y no a Dios; y no querría que vosotros fuerais partícipes de los demonios.
No podéis beber la copa del Señor, y la copa de los demonios; no podéis ser partícipes de la mesa del Señor, y de la mesa de los demonios.
Todo me es lícito, mas no todo conviene; todo me es lícito, mas no todo edifica.
Si algún no creyente os convida, y queréis ir, de todo lo que se os ponga delante comed, sin preguntar nada por causa de la conciencia.
Mas si alguien os dijere: Esto fue sacrificado a los ídolos, no lo comáis, por causa de aquel que lo declaró, y por causa de la conciencia; porque del Señor es la tierra y su plenitud.
La conciencia, digo, no la tuya, sino la del otro. Pues ¿por qué ha de ser juzgada mi libertad por otra conciencia?
No seáis motivo de tropiezo ni a judíos, ni a griegos, ni a la iglesia de Dios;
como también yo en todas las cosas complazco a todos, no procurando mi propio beneficio, sino el de muchos, para que sean salvos.
Mas toda mujer que ora o profetiza no cubierta su cabeza, afrenta su cabeza; porque lo mismo es que si se hubiera rapado.
Porque si la mujer no se cubre, trasquílese también; y si es vergonzoso a la mujer trasquilarse o raerse, cúbrase (la cabeza).
Porque el varón no ha de cubrir la cabeza, porque es imagen y gloria de Dios; mas la mujer es gloria del varón.
Porque el varón no es sacado de la mujer, sino la mujer del varón.
pues en verdad el hombre no fue creado a causa de la mujer, sino la mujer a causa del hombre.
Juzgad vosotros mismos: ¿es honesto la mujer orar a Dios no cubierta?
La misma naturaleza ¿no os enseña que al hombre sea deshonesto criar cabello?
Con todo eso, si alguno parece ser contencioso, nosotros no tenemos tal costumbre, ni la Iglesia de Dios.
Pero esto os denuncio, que no os alabo, que no para mejor sino para peor os juntáis.
De manera que cuando os juntáis en uno, esto no es comer la Cena del Señor.
A la verdad, ¿no tenéis casas en que comáis y bebáis? ¿O menospreciáis la Iglesia de Dios, y avergonzáis a los que no tienen? ¿Qué os diré? ¿Os alabaré? En esto no os alabo.
Porque el que come y bebe indignamente, juicio come y bebe para sí, no discerniendo el cuerpo del Señor.
Pero si nos examináramos a nosotros mismos, cierto no seríamos juzgados.
Mas siendo juzgados, somos castigados del Señor, para que no seamos condenados con el mundo.
Y si alguno tuviere hambre, coma en su casa, para que no os juntéis para juicio. Las demás cosas ordenaré cuando llegue.
Y acerca de las cosas espirituales, no quiero, hermanos, que las ignoréis.
Porque el cuerpo no es un miembro, sino muchos.
Si dijere el pie: Porque no soy mano, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo?
Y si dijere la oreja: Porque no soy ojo, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo?
Ni el ojo puede decir a la mano: No te necesito; ni asimismo la cabeza a los pies: No tengo necesidad de vosotros.
Porque los que en nosotros son más honestos, no tienen necesidad de nada; mas Dios ordenó el cuerpo (todo), dando más abundante honor al que le faltaba;
para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se interesen los unos por los otros.
Si yo hablara lenguas humanas y angélicas, y no tengo caridad, soy como metal que resuena, o címbalo que retiñe.
Y si tuviera profecía, y entendiera todos los misterios y toda ciencia; y si tuviera toda la fe, de tal manera que traspasara los montes, y no tengo caridad, nada soy.
Y si repartiera toda mi hacienda para dar de comer a los pobres, y si entregara mi cuerpo para ser quemado, y no tengo caridad, de nada me sirve.
La caridad es sufrida, es benigna; la caridad no tiene envidia, la caridad no hace sin razón, no se envanece;
no es injuriosa, no busca lo suyo, no se irrita, no piensa mal;
no se recrea de la injusticia, mas se recrea de la verdad;
Porque el que habla en lenguas, no habla a los hombres, sino a Dios; porque nadie le entiende, aunque por el Espíritu hable misterios.
Así que, quisiera que todos vosotros hablaseis lenguas, pero quisiera más que profetizaceis, porque mayor es el que profetiza que el que habla lenguas, a no ser que interpretare, para que la Iglesia tome edificación.
Ahora pues, hermanos, si yo fuere a vosotros hablando lenguas, ¿qué os aprovechará, si no os hablare, o con revelación, o con ciencia, o con profecía, o con doctrina?
Ciertamente las cosas inanimadas que hacen sonidos, como la flauta o la vihuela, si no dieren distinción de voces, ¿cómo se sabrá lo que se tañe con la flauta, o con la vihuela?
Así también vosotros, si por la lengua no diereis palabra bien significativa, ¿cómo se entenderá lo que se dice? Porque hablaréis al aire.
Pues si yo no sé el significado de las palabras, seré para el que habla un extranjero, y el que habla será un extranjero para mí.
Porque si bendijeres con el espíritu, el que ocupa lugar de ignorante ¿cómo dirá amén a tu acción de gracias? Pues no sabe lo que has dicho.
Porque tú, a la verdad, bien haces acción de gracias; mas el otro no es edificado.
Hermanos, no seáis niños en el sentido, sino sed niños en la malicia; pero perfectos en el sentido.
Así que, las lenguas son por señal, no a los fieles, sino a los incrédulos; mas la profecía, no se da a los incrédulos, sino a los fieles.
De manera que, si toda la Iglesia se juntare en uno, y todos hablan lenguas, y entran indoctos o incrédulos, ¿no dirán que estáis locos?
Y si no hubiere intérprete, calle en la Iglesia, y hable a sí mismo y a Dios.
(porque Dios no es Dios de desorden, sino de paz) como en todas las iglesias de los santos.
(Vuestras) mujeres callen en las congregaciones; porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas, como también la ley lo dice.
Y si quieren aprender algo, que pregunten a sus propios maridos en casa; porque no es correcto que la mujer hable en la iglesia.
Pero si alguno no reconoce {esto,} él no es reconocido.
Así que, hermanos, procurad profetizar; y no impidáis el hablar lenguas.
por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, estáis siendo salvos, si no creisteis en vano.
Porque yo soy el más pequeño de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol, porque perseguí la Iglesia de Dios.
Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia hacía mí no ha sido en vano para conmigo; antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios que fue conmigo.
Y si el Cristo es predicado que resucitó de los muertos, ¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos?
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