8436 casos en 6 traducciones

'Se' en la Biblia

Todo valle se rellenará, y se bajará todo monte y collado; y los caminos torcidos serán enderezados, y los caminos ásperos allanados;

Como el pueblo estaba a la expectativa, y todos se preguntaban en sus corazones acerca de Juan, si no sería él el Cristo,

Y el mismo Jesús comenzaba a ser como de treinta años, hijo de José, como se creía; que fue hijo de Elí,

Entonces el diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se haga pan.

Y el diablo le dijo: Todo este dominio y su gloria te daré; pues a mí me ha sido entregado, y a quien quiero se lo doy.

Y enrollando el libro, lo dio al ministro y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él.

Y todos hablaban bien de El y se maravillaban de las palabras llenas de gracia que salían de su boca, y decían: ¿No es éste el hijo de José?

Entonces El les dijo: Sin duda me citaréis este refrán: ``Médico, cúrate a ti mismo"; {esto es,} todo lo que oímos que se ha hecho en Capernaúm, hazlo también aquí en tu tierra.

Déja{nos} ¿Qué tenemos que ver contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo sé quién eres: el Santo de Dios.

Y todos se quedaron asombrados, y discutían entre sí, diciendo: ¿Qué mensaje es éste? Porque con autoridad y poder manda a los espíritus inmundos y salen.

Y la fama de él se divulgaba en todas partes por todos los lugares de la comarca.

Y levantándose, {salió} de la sinagoga y entró en casa de Simón. Y la suegra de Simón se hallaba sufriendo con una fiebre muy alta, y le rogaron por ella.

E inclinándose sobre ella, reprendió la fiebre, {y la fiebre} la dejó; y al instante ella se levantó y les servía.

Y siendo ya de día salió, y se fue a un lugar desierto; y el pueblo le buscaba, y vinieron hasta él; y le detenían para que no se apartara de ellos.

Subiendo a una de las barcas, que era de Simón, pidió que se separara de tierra un poco; y sentándose, enseñaba a las multitudes desde la barca.

Y habiéndolo hecho, encerraron gran multitud de pescado, que su red se rompía.

E hicieron señas a los compañeros que estaban en el otro barco, que vinieran a ayudarles; y vinieron, y llenaron ambos barcos, de tal manera que se anegaban.

Porque el asombro se había apoderado de él y de todos sus compañeros, por la redada de peces que habían hecho;

Y aconteció que estando en una ciudad, he aquí un hombre lleno de lepra, el cual viendo a Jesús, se postró sobre su rostro, y le rogó, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme.

Entonces, extendiendo la mano, le tocó diciendo: Quiero; sé limpio. Y luego la lepra se fue de él.

Y El le mandó que no se lo dijera a nadie. Pero anda --{le dijo}--, muéstrate al sacerdote y da una ofrenda por tu purificación según lo ordenó Moisés, para que les sirva de testimonio.

Y no hallando por donde meterle a causa de la multitud, se subieron encima de la casa, y por el tejado le bajaron con el lecho, en medio, delante de Jesús;

Y luego, levantándose en presencia de ellos, y tomando el lecho en que estaba echado, se fue a su casa, glorificando a Dios.

Después de esto, {Jesús} salió y se fijó en un recaudador de impuestos llamado Leví, sentado en la oficina de los tributos, y le dijo: Sígueme.

Y los fariseos y sus escribas se quejaban a los discípulos de Jesús, diciendo: ¿Por qué coméis y bebéis con los recaudadores de impuestos y con los pecadores?

Y nadie echa vino nuevo en odres viejos; de otra manera el vino nuevo romperá los odres, y el vino se derramará, y los odres se perderán.

Mas el vino nuevo en odres nuevos se ha de echar; y lo uno y lo otro se conserva.

Mas él sabía los pensamientos de ellos; y dijo al hombre que tenía la mano seca: Levántate, y ponte en medio. Y él levantándose, se puso en pie.

Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos y escogió doce de ellos, a los que también dio el nombre de apóstoles:

Y descendió con ellos, y se paró en un lugar llano, en compañía de sus discípulos, y una grande multitud de pueblo de toda Judea y de Jerusalén, y de la costa de Tiro y de Sidón, que habían venido a oírle, y para ser sanados de sus enfermedades;

" ¡Ay de ustedes, los que ahora están saciados! Porque tendrán hambre. ¡Ay {de ustedes,} los que ahora ríen! Porque se lamentarán y llorarán.

Un discípulo no está por encima de su maestro; mas todo {discípulo,} después de que se ha preparado bien, será como su maestro.

Pues cada árbol por su fruto se conoce. Porque {los hombres} no recogen higos de los espinos, ni vendimian uvas de una zarza.

Pero el que ha oído y no ha hecho {nada,} es semejante a un hombre que edificó una casa sobre tierra, sin {echar} cimiento; y el torrente dio con fuerza contra ella y al instante se desplomó, y fue grande la ruina de aquella casa.

Cuando {Jesús} terminó todas sus palabras al pueblo que le oía, se fue a Capernaúm.

Lo cual oyendo Jesús, se maravilló de él, y vuelto, dijo a las personas que le seguían: Os digo que ni aun en Israel he hallado tanta fe.

Y aconteció el día después, que él iba a la ciudad que se llama Naín, e iban con él muchos de sus discípulos, y gran multitud.

Y cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, he aquí, sacaban fuera a un muerto, hijo único de su madre, y ella era viuda; y un grupo numeroso de la ciudad estaba con ella.

Y acercándose, tocó el féretro; y los que lo llevaban se detuvieron. Y {Jesús} dijo: Joven, a ti te digo: ¡Levántate!

Entonces se incorporó el que había muerto, y comenzó a hablar. Y lo dio a su madre.

Y todos tuvieron miedo, y glorificaban a Dios, diciendo: Que un gran profeta se ha levantado entre nosotros; y que Dios ha visitado a su pueblo.

Y este dicho que se decía de El, se divulgó por toda Judea y por toda la región circunvecina.

Y respondiendo El, les dijo: Id y contad a Juan lo que habéis visto y oído: los CIEGOS RECIBEN LA VISTA, los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos son resucitados {y a} los POBRES SE LES ANUNCIA EL EVANGELIO.

Y bienaventurado es el que no se escandaliza de mí.

Cuando se fueron los mensajeros de Juan, comenzó a hablar de Juan a la multitud: ¿Qué salisteis a ver al desierto? ¿Una caña que es agitada por el viento?

Son semejantes a los muchachos que se sientan en la plaza y se llaman unos a otros, y dicen: ``Os tocamos la flauta, y no bailasteis; entonamos endechas, y no llorasteis."

Y he aquí, había en la ciudad una mujer que era pecadora, y cuando se enteró de que {Jesús} estaba sentado {a la mesa} en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con perfume;

y algunas mujeres que habían sido curadas por él de malos espíritus y de enfermedades: María, que se llamaba Magdalena, de la cual habían salido siete demonios,

Y como se juntó una grande compañía, y los que estaban en cada ciudad vinieron a él, dijo por una parábola:

El sembrador salió a sembrar su semilla; y al sembrarla, una parte cayó junto al camino, y fue pisoteada y las aves del cielo se la comieron.

Por tanto, tened cuidado de cómo oís; porque al que tiene, {más} le será dado; y al que no tiene, aun lo que cree que tiene se le quitará.

Y uno de {aquellos} días, entró en una barca con sus discípulos, y les dijo: Pasemos al otro lado del lago. Y se hicieron a la mar.

Pero mientras ellos navegaban, él se durmió. Y sobrevino una tempestad de viento en el lago; y se anegaban de agua, y peligraban.

Y les dijo: ¿Qué es de vuestra fe? Y atemorizados, se maravillaban, diciendo los unos a los otros: ¿Quién es éste, que aun a los vientos y al agua manda, y le obedecen?

y cuando El bajó a tierra, le salió al encuentro un hombre de la ciudad poseído por demonios, y que por mucho tiempo no se había puesto ropa alguna, ni vivía en una casa, sino en los sepulcros.

El cual, cuando vio a Jesús, exclamó y se postró delante de él, y dijo a gran voz: ¿Qué tengo yo contigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te ruego que no me atormentes.

Porque El mandaba al espíritu inmundo que saliera del hombre, pues muchas veces se había apoderado de él, y estaba atado con cadenas y grillos y bajo guardia; {a pesar de todo} rompía las ataduras y era impelido por el demonio a los desiertos.

Y salidos los demonios del hombre, entraron en los puercos; y el hato de ellos se arrojó por un despeñadero en el lago, y se ahogó.

Salió entonces {la gente} a ver qué había sucedido; y vinieron a Jesús, y encontraron al hombre de quien habían salido los demonios, sentado a los pies de Jesús, vestido y en su cabal juicio, y se llenaron de temor.

Entonces toda la multitud de la tierra de los gadarenos alrededor, le rogaron que se fuera de ellos; porque tenían gran temor. Y él, subiendo en el barco, se devolvió.

acercándose por las espaldas, tocó el borde de su vestido; y luego se estancó el flujo de su sangre.

Y Jesús dijo: Alguien me ha tocado; porque sé que ha salido poder de mí.

Entonces, cuando la mujer vio que no se podía esconder, vino temblando, y postrándose delante de él le declaró delante de todo el pueblo la causa por qué le había tocado, y cómo luego había sido sana.

Todos la lloraban y se lamentaban; pero El dijo: No lloréis, porque no ha muerto, sino que duerme.

Herodes el tetrarca se enteró de todo lo que estaba pasando, y estaba muy perplejo, porque algunos decían que Juan había resucitado de entre los muertos,

Y vueltos los apóstoles, le contaron todas las cosas que habían hecho. Y tomándolos, se retiró aparte a un lugar desierto de la ciudad que se llama Betsaida.

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