3997 casos

'Sus' en la Biblia

porque su mercadería es mejor que la mercadería de la plata, y sus frutos más que el oro fino.

Como cierva de amores y graciosa gacela, sus pechos te satisfagan en todo tiempo; y en su amor andarás ciego de continuo, sin fijar tus ojos en nadie más .

Pues que los caminos del hombre están ante los ojos del SEÑOR, ¡y él pesa todas sus veredas!

¿Tomará el hombre fuego en su seno, sin que sus vestidos se quemen?

¿Andará el hombre sobre las brasas, sin que sus pies se quemen?

para que te guarden de la mujer ajena, y de la extraña que ablanda sus palabras.

La sabiduría edificó su casa, labró sus siete columnas;

Envió sus criadas; sobre lo más alto de la ciudad clamó:

para llamar a los que pasan por el camino; a los que enderecen sus caminos:

El que camina en integridad, anda confiado; mas el que pervierte sus caminos, será quebrantado.

El impío es enredado en la prevaricación de sus labios; mas el justo saldrá de la tribulación.

La redención de la vida del hombre es sus riquezas; pero el pobre no oye censuras.

El que camina en su rectitud teme al SEÑOR; mas el pervertido en sus caminos lo menosprecia.

cierra sus ojos para pensar perversidades; mueve sus labios, efectúa el mal.

Piedra preciosa es el cohecho en ojos de sus dueños; a donde quiera que se vuelve, da prosperidad.

Mejor es que se encuentre un hombre con una osa a la cual han robado sus cachorros, que con un loco en su locura.

Aun el loco cuando calla, es contado por sabio; el que cierra sus labios es entendido.

Del fruto de la boca del hombre se llenará su vientre; se saciará del producto de sus labios.

si dijeres: Ciertamente no lo supimos; ¿no lo entenderá el que pesa los corazones? El que mira por tu alma, él lo conocerá, y dará al hombre según sus obras.

El que odia disimula con sus labios; mas en su interior maquina engaño.

El príncipe falto de entendimiento multiplicará los agravios; mas el que aborrece la avaricia, prolongará sus días.

El hombre que lisonjea a su prójimo, red tiende delante de sus pasos.

Del señor que escucha la palabra mentirosa, todos sus ministros son impíos.

¿Quién subió al cielo, y descendió? ¿Quién encerró los vientos en sus puños? ¿Quién ató las aguas en un paño? ¿Quién afirmó todos los términos de la tierra? ¿Cuál es su nombre, y el nombre de su hijo, si sabes?

Hay generación cuyos dientes son espadas, y sus muelas cuchillos, para devorar de la tierra a los pobres, y de entre los hombres a los menesterosos.

El viento va al mediodía, y rodea al norte; va rodeando de continuo, y por sus rodeos vuelve el viento de nuevo hasta completar su ciclo .

El sabio tiene sus ojos en su cabeza, mas el loco anda en tinieblas. Y también entendí yo que un mismo suceso acaecerá al uno que al otro.

Porque todos sus días no son sino dolores, y sus ocupaciones molestias; aun de noche su corazón no reposa. Esto también es vanidad.

Me volví y vi todas las violencias que se hacen debajo del sol; y he aquí las lágrimas de los oprimidos, y que no tienen consolador; y que la fuerza estaba en la mano de sus opresores, y para ellos no había consolador.

El loco dobla sus manos y come su misma carne.

Es el hombre solo y sin sucesor; que ni tiene hijo ni hermano; mas nunca cesa de trabajar, ni aun sus ojos se sacian de sus riquezas, ni piensa : ¿Para quién trabajo yo, y defraudo mi alma del bien? También esto es vanidad, y duro trabajo.

Cuando los bienes se aumentan, también se aumentan los que los comen. ¿Qué bien, pues, tendrá su dueño, sino verlos con sus ojos?

Hay otra enfermedad maligna que he visto debajo del sol: las riquezas guardadas por sus dueños para su mal;

Todo lo he visto en los días de mi vanidad. Justo hay que perece por su justicia, y hay impío que por su maldad alarga sus días .

y he hallado más amarga que la muerte a la mujer cuyo corazón es redes y lazos; y sus manos ligaduras. El que agrada a Dios escapará de ella; mas el pecador quedará preso en ella.

Por lo cual yo di mi corazón a conocer sabiduría, y a ver la ocupación que se hace sobre la tierra (porque hay quien ni de noche ni de día ve sueño en sus ojos).

Ciertamente a todo esto di mi corazón, para declarar todo esto: que los justos y los sabios, y sus obras, están en la mano de Dios; y que no sabe el hombre ni el amor ni el odio por todo lo que pasa delante de él.

Entonces dije yo: Mejor es la sabiduría que la fortaleza; aunque la ciencia del pobre sea menospreciada, y no sean escuchadas sus palabras.

¡Bienaventurada, tú, tierra, cuando tu rey es hijo de nobles, y tus príncipes comen a su hora, para reponer sus fuerzas, y no por el beber!

El fin de todo el sermón es oído: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es toda la felicidad del hombre.

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