169 casos

'Todos' en la Biblia

Besad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino, cuando se encendiere de aquí a poco su furor. Bienaventurados todos los que en él confían.

Levántate, SEÑOR; sálvame, Dios mío; porque tú heriste a todos mis enemigos en la quijada; los dientes de los malos quebraste.

No estarán los locos que se gobiernan por afecto o consejo de la carne delante de tus ojos; aborreces a todos los que obran iniquidad.

Y se alegrarán todos los que esperan en ti; para siempre jubilarán, y los cubrirás; y se alegrarán en ti los que aman tu nombre.

Mis ojos están carcomidos de descontento; se han envejecido a causa de todos mis angustiadores.

Apartaos de mí, todos los obradores de iniquidad; porque el SEÑOR ha oído la voz de mi lloro.

Se avergonzarán, y se turbarán mucho todos mis enemigos; se volverán y serán avergonzados de repente.

Sigaión de David, que cantó al SEÑOR sobre las palabras de Cus, hijo de Benjamín. SEÑOR Dios mío, en ti he confiado; sálvame de todos los que me persiguen, y líbrame;

Tale el SEÑOR todos los labios lisonjeros; la lengua que habla grandezas,

Ciertamente conocieron ésto todos los que obran iniquidad, que devoran a mi pueblo como si pan comiesen; al SEÑOR no invocaron.

Al Vencedor: Salmo del siervo del SEÑOR, de David, el cual habló al SEÑOR las palabras de este cántico el día que le libró el SEÑOR de mano de todos sus enemigos, y de mano de Saúl. Entonces dijo: Te amaré, oh SEÑOR, fortaleza mía.

Porque todos sus juicios estuvieron delante de mí, y no eché de mí sus estatutos.

Heme escurrido como aguas, y todos mis huesos se descoyuntaron; mi corazón fue como cera, desliéndose en medio de mis entrañas.

Comerán y adorarán todos los gruesos de la tierra; delante de él se arrodillarán todos los que descienden al polvo, y ninguno puede vivificar su propio alma.

Resh Mira mi aflicción y mi trabajo; y perdona todos mis pecados.

Voz del SEÑOR que hará estar de parto a las ciervas, y desnudará la breñas; y en su templo todos los suyos le dicen gloria.

De todos mis enemigos he sido oprobio, y de mis vecinos en gran manera, y horror a mis conocidos; los que me ven fuera, huyen de mí.

Alegraos en el SEÑOR, y gozaos, justos; y cantad todos vosotros los rectos de corazón.

Desde la morada de su asiento miró sobre todos los moradores de la tierra.

El formó el corazón de todos ellos; el considera todas sus obras.

Oye mi oración, oh SEÑOR, y escucha mi clamor; no calles ante mis lágrimas; porque peregrino soy contigo, y advenedizo, como todos mis padres.

Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan; y digan siempre los que aman tu salud: el SEÑOR sea ensalzado.

Congregados murmuraban contra mí todos los que me aborrecían; contra mí pensaban mal, diciendo de mí:

Al Vencedor: a los hijos de Coré: Salmo. Pueblos todos, batid las manos; aclamad a Dios con voz de júbilo.

Porque he aquí los reyes de la tierra fueron reunidos; pasaron todos.

Al Vencedor: a los hijos de Coré: Salmo. Oíd esto, pueblos todos; escuchad, habitadores todos del mundo:

Cada uno se había vuelto atrás; todos se habían dañado; no hay quien haga bien, no hay ni aun uno.

Y tú, SEÑOR Dios de los ejércitos, Dios de Israel, despierta para visitar todos los gentiles; no hayas misericordia de todos los que se rebelan con iniquidad. (Selah.)

¿Hasta cuándo maquinaréis contra un varón? ¿Mataréis todos vosotros como pared desplomada, como cerca derribada?

Solamente, vanidad son los hijos de Adán, mentira los hijos del varón; pesándolos a todos juntos en la balanza, serán menos que la vanidad.

Y el rey se alegrará en Dios; serán alabados todos los que juran por él; porque la boca de los que hablan mentira, será cerrada.

Y harán caer sobre sí sus mismos consejos y acuerdos; se espantarán todos los que los vieren.

Y temerán todos los hombres, y anunciarán la obra de Dios, y entenderán su obra.

El justo se alegrará en el SEÑOR, y se asegurará en él; y se alabarán en El todos los rectos de corazón.

Con tremendas cosas, nos oirás en justicia, oh Dios de nuestra salud, esperanza de todos los fines de la tierra, y las lejuras del mar.

Venid, oíd todos los que teméis a Dios, y contaré lo que ha hecho a mi alma.

Alábente los pueblos, oh Dios; Alábente todos los pueblos.

Alábente los pueblos, oh Dios: Alábente todos los pueblos.

Tú sabes mi afrenta, y mi confusión, y mi oprobio; delante de ti están todos mis enemigos.

Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan; y digan siempre los que aman tu salud: Engrandecido sea Dios.

Será su Nombre para siempre, delante del sol será propagado su Nombre; y bendecirán en él todos los gentiles; lo llamarán bienaventurado.

Dijeron en su corazón: Destruyámoslos de una vez; quemaron todos los lugares de ayuntamiento del pueblo de Dios en la tierra.

Que la copa está en la mano del SEÑOR, y el vino es bermejo, lleno de mistura; y él derrama del mismo; ciertamente sus heces chuparán y tragarán todos los impíos de la tierra.

Y quebraré todos los cuernos de los pecadores; los cuernos del justo serán ensalzados.

Los fuertes de corazón fueron despojados; durmieron su sueño, y nada hallaron en sus manos todos los varones fuertes.

Cuando te levantaste, oh Dios, al juicio, para salvar a todos los mansos de la tierra. (Selah.)

Prometed, y pagad al SEÑOR vuestro Dios todos los que estáis alrededor de él; traed presentes al que merece temor.

¿Por qué aportillaste sus vallados, y la vendimian todos los que pasan por el camino?

Levántate, oh Dios, juzga la tierra; porque tú heredarás todos los gentiles.

Pon a ellos y a sus capitanes como a Oreb y como a Zeeb; como a Zeba y como a Zalmuna, a todos sus príncipes;

Lo saquean todos los que pasaron por el camino; es oprobio a sus vecinos.

Has ensalzado la diestra de sus enemigos; has alegrado a todos sus adversarios.

Porque todos nuestros días declinan a causa de tu ira; acabamos nuestros años según la palabra.

Sácianos de mañana de tu misericordia; y cantaremos, y nos alegraremos todos nuestros días.

Porque he aquí tus enemigos, oh SEÑOR, porque he aquí tus enemigos perecerán; serán disipados todos los que obran maldad.

Sagradas Escrituras (1569)