'Esté' en la Biblia
- 1.Gé 1:11-Éx 32:33
- 2.Éx 32:34-Deuteronomio 30:10
- 3.Deuteronomio 30:11-1 Samuel 29:3
- 4.1 Samuel 29:4-1 Crónicas 17:26
- 5.1 Crónicas 21:7-Salmos 104:26
- 6.Salmos 109:6-Jeremías 19:12
- 7.Jeremías 21:8-Daniel 10:17
- 8.Oseas 7:4-Marcos 15:39
- 9.Lucas 1:32-Juan 6:58
- 10.Juan 6:71-Hechos 9:22
- 11.Hechos 10:3-2 Timoteo 2:19
- 12.2 Timoteo 4:10-Apocalipsis 22:19
Este vió en visión manifiestamente, como á la hora nona del día, que un ángel de Dios entraba á él, y le decía: Cornelio.
Este posa en casa de un Simón, curtidor, que tiene su casa junto á la mar: él te dirá lo que te conviene hacer.
Envía pues á Joppe, y haz venir á un Simón, que tiene por sobrenombre Pedro; éste posa en casa de Simón, curtidor, junto á la mar; el cual venido, te hablará.
Envió palabra Dios á los hijos de Israel, anunciando la paz por Jesucristo; éste es el Señor de todos.
A éste levantó Dios al tercer día, é hizo que apareciese manifiesto,
A éste dan testimonio todos los profetas, de que todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre.
El cual estaba con el procónsul Sergio Paulo, varón prudente. Este, llamando á Bernabé y á Saulo, deseaba oír la palabra de Dios.
De la simiente de éste, Dios, conforme á la promesa, levantó á Jesús por Salvador á Israel;
Porque los que habitaban en Jerusalem, y sus príncipes, no conociendo á éste, y las voces de los profetas que se leen todos los sábados, condenándo les, las cumplieron.
Séaos pues notorio, varones hermanos, que por éste os es anunciada remisión de pecados,
Y de todo lo que por la ley de Moisés no pudisteis ser justificados, en éste es justificado todo aquel que creyere.
Este oyó hablar á Pablo; el cual, como puso los ojos en él, y vió que tenía fe para ser sano,
Y se juntaron los apóstoles y los ancianos para conocer de este negocio.
De éste daban buen testimonio los hermanos que estaban en Listra y en Iconio.
Este quiso Pablo que fuese con él; y tomándole, le circuncidó por causa de los Judíos que estaban en aquellos lugares; porque todos sabían que su padre era Griego.
El cual, recibido este mandamiento, los metió en la cárcel de más adentro; y les apretó los pies en el cepo.
Declarando y proponiendo, que convenía que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos; y que Jesús, el cual yo os anuncio, decía él, éste era el Cristo.
Y algunos filósofos de los Epicúreos y de los Estóicos, disputaban con él; y unos decían: ¿Qué quiere decir este palabrero? Y otros: Parece que es predicador de nuevos dioses: porque les predicaba á Jesús y la resurrección.
Porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Aquél pues, que vosotros honráis sin conocerle, á éste os anuncio yo.
El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, éste, como sea Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos de manos,
Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como también algunos de vuestros poetas dijeron: Porque linaje de éste somos también.
Diciendo: Que éste persuade á los hombres á honrar á Dios contra la ley.
Este era instruído en el camino del Señor; y ferviente de espíritu, hablaba y enseñaba diligentemente las cosas que son del Señor, enseñando solamente en el bautismo de Juan.
A los cuales, reunidos con los oficiales de semejante oficio, dijo: Varones, sabéis que de este oficio tenemos ganancia;
Y veis y oís que este Pablo, no solamente en Efeso, sino á muchas gentes de casi toda el Asia, ha apartado con persuasión, diciendo, que no son dioses los que se hacen con las manos.
Y no solamente hay peligro de que este negocio se nos vuelva en reproche, sino también que el templo de la gran diosa Diana sea estimado en nada, y comience á ser destruída su majestad, la cual honra toda el Asia y el mundo.
Porque peligro hay de que seamos argüidos de sedición por hoy, no habiendo ninguna causa por la cual podamos dar razón de este concurso.
Y éste tenía cuatro hijas, doncellas, que profetizaban.
Y venido á nosotros, tomó el cinto de Pablo, y atándose los pies y las manos, dijo: Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán los Judíos en Jerusalem al varón cuyo es este cinto, y le entregarán en manos de los Gentiles.
Dando voces: Varones Israelitas, ayudad: Este es el hombre que por todas partes enseña á todos contra el pueblo, y la ley, y este lugar; y además de esto ha metido Gentiles en el templo, y ha contaminado este lugar Santo.
Que he perseguido este camino hasta la muerte, prendiendo y entregando en cárceles hombres y mujeres:
Y como el centurión oyó esto, fué y dió aviso al tribuno, diciendo ¿Qué vas á hacer? porque este hombre es Romano.
Y levantóse un gran clamor: y levantándose los escribas de la parte de los Fariseos, contendían diciendo: Ningún mal hallamos en este hombre; que si espíritu le ha hablado, ó ángel, no resistamos á Dios.
Y Pablo, llamando á uno de los centuriones, dice: Lleva á este mancebo al tribuno, porque tiene cierto aviso que darle.
El entonces tomándole, le llevó al tribuno, y dijo: El preso Pablo, llamándome, me rogó que trajese á ti este mancebo, que tiene algo que hablarte.
A este hombre, aprehendido de los Judíos, y que iban ellos á matar, libré yo acudiendo con la tropa, habiendo entendido que era Romano.
Porque hemos hallado que este hombre es pestilencial, y levantador de sediciones entre todos los Judíos por todo el mundo, y príncipe de la secta de los Nazarenos:
Los que de vosotros pueden, dijo desciendan juntamente; y si hay algún crimen en este varón, acúsenle.
Entonces Festo dijo: Rey Agripa, y todos los varones que estáis aquí juntos con nosotros: veis á éste, por el cual toda la multitud de los Judíos me ha demandado en Jerusalem y aquí, dando voces que no conviene que viva más;
Y como se retiraron aparte, hablaban los unos á los otros, diciendo: Ninguna cosa digna ni de muerte, ni de prisión, hace este hombre.
Y Agripa dijo á Festo: Podía este hombre ser suelto, si no hubiera apelado á César.
Entonces Pablo, habiendo ya mucho que no comíamos, puesto en pie en medio de ellos, dijo: Fuera de cierto conveniente, oh varones, haberme oído, y no partir de Creta, y evitar este inconveniente y daño.
Y como comenzó á ser de día, Pablo exhortaba á todos que comiesen, diciendo: Este es el décimocuarto día que esperáis y permanecéis ayunos, no comiendo nada.
Mas el centurión, queriendo salvar á Pablo, estorbó este acuerdo, y mandó que los que pudiesen nadar, se echasen los primeros, y saliesen á tierra;
Y como los bárbaros vieron la víbora colgando de su mano, decían los unos á los otros: Ciertamente este hombre es homicida, á quien, escapado de la mar, la justicia no deja vivir.
Diciendo: Ve á este pueblo, y di les: De oído oiréis, y no entenderéis; Y viendo veréis, y no percibiréis:
Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, Y de los oídos oyeron pesadamente, Y sus ojos taparon; Porque no vean con los ojos, Y oigan con los oídos, Y entiendan de corazón, Y se conviertan, Y yo los sane.
Con la mira de manifestar su justicia en este tiempo: para que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.
Porque no hago el bien que quiero; mas el mal que no quiero, éste hago.
Porque tengo por cierto que lo que en este tiempo se padece, no es de comparar con la gloria venidera que en nosotros ha de ser manifestada.
Porque la palabra de la promesa es esta: Como en este tiempo vendré, y tendrá Sara un hijo.
Así también, aun en este tiempo han quedado reliquias por la elección de gracia.
Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis acerca de vosotros mismos arrogantes: que el endurecimiento en parte ha acontecido en Israel, hasta que haya entrado la plenitud de los Gentiles;
Y este es mi pacto con ellos, Cuando quitare su pecados.
Y no os conforméis á este siglo; mas reformaos por la renovación de vuestro entendimiento, para que experimentéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté asegurado en su ánimo.
Así que, cuando hubiere concluído esto, y les hubiere consignado este fruto, pasaré por vosotros á España.
¿Qué es del sabio? ¿qué del escriba? ¿qué del escudriñador de este siglo? ¿no ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo?
Porque no me propuse saber algo entre vosotros, sino á Jesucristo, y á éste crucificado.
Para que vuestra fe no esté fundada en sabiduría de hombres, mas en poder de Dios.
Empero hablamos sabiduría de Dios entre perfectos; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que se deshacen:
La que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca hubieran crucificado al Señor de gloria:
Y si alguno edificare sobre este fundamento oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca;
Nadie se engañe á sí mismo: si alguno entre vosotros parece ser sabio en este siglo, hágase simple, para ser sabio.
No absolutamente con los fornicarios de este mundo, ó con los avaros, ó con los ladrones, ó con los idólatras; pues en tal caso os sería menester salir del mundo.
¿O no sabéis que hemos de juzgar á los angeles? ¿cuánto más las cosas de este siglo?
Por tanto, si hubiereis de tener juicios de cosas de este siglo, poned para juzgar á los que son de menor estima en la iglesia.
Y los que usan de este mundo, como los que no usan: porque la apariencia de este mundo se pasa.
Porque todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que venga.
De manera que, cualquiera que comiere este pan ó bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor.
Porque á la verdad, á éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; á otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu;
En la ley está escrito: En otras lenguas y en otros labios hablaré á este pueblo; y ni aun así me oirán, dice el Señor.
Y si llegare Timoteo, mirad que esté con vosotros seguramente; porque la obra del Señor hace también como yo.
Porque también por este fin os escribí, para tener experiencia de vosotros si sois obedientes en todo.
En los cuales el dios de este siglo cegó los entendimientos de los incrédulos, para que no les resplandezca la lumbre del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.
Tenemos empero este tesoro en vasos de barro, para que la alteza del poder sea de Dios, y no de nosotros:
Por tanto, no desmayamos: antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior empero se renueva de día en día.
Porque asimismo los que estamos en este tabernáculo, gemimos agravados; porque no quisiéramos ser desnudados; sino sobrevestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida.
Sino para que en este tiempo, con igualdad, vuestra abundancia supla la falta de ellos, para que también la abundancia de ellos supla vuestra falta, porque haya igualdad;
No sea que, si vinieren conmigo Macedonios, y os hallaren desapercibidos, nos avergoncemos nosotros, por no decir vosotros, de este firme gloriarnos.
Por tanto, tuve por cosa necesaria exhortar á los hermanos que fuesen primero á vosotros, y apresten primero vuestra bendición antes prometida para que esté aparejada como de bendición, y no como de mezquindad.
Porque la suministración de este servicio, no solamente suple lo que á los santos falta, sino también abunda en muchos hacimientos de gracias á Dios:
De este tal me gloriaré, mas de mí mismo nada me gloriaré, sino en mis flaquezas.
El cual se dió á sí mismo por nuestros pecados para librarnos de este presente siglo malo, conforme á la voluntad de Dios y Padre nuestro;
Mas lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por el cual el mundo me es crucificado á mí, y yo al mundo.
Sobre todo principado, y potestad, y potencia, y señorío, y todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, mas aun en el venidero:
En que en otro tiempo anduvisteis conforme á la condición de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora obra en los hijos de desobediencia:
Este misterio grande es: mas yo digo esto con respecto á Cristo y á la iglesia.
Solamente que converséis como es digno del evangelio de Cristo; para que, ó sea que vaya á veros, ó que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, unánimes combatiendo juntamente por la fe del evangelio,
Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús:
Mas espero en el Señor Jesús enviaros presto á Timoteo, para que yo también esté de buen ánimo, entendido vuestro estado.
Porque á ninguno tengo tan unánime, y que con sincera afición esté solícito por vosotros.
Así que á éste espero enviaros, luego que yo viere cómo van mis negocios;
Así que le envío más presto, para que viéndole os volváis á gozar, y yo esté con menos tristeza.
A los cuales quiso Dios hacer notorias las riquezas de la gloria de este misterio entre los Gentiles; que es Cristo en vosotros la esperanza de gloria:
Que no os mováis fácilmente de vuestro sentimiento, ni os conturbéis ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como nuestra, como que el día del Señor esté cerca.
Este mandamiento, hijo Timoteo, te encargo, para que, conforme á las profecías pasadas de ti, milites por ellas buena milicia;
Porque nada hemos traído á este mundo, y sin duda nada podremos sacar.
A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en la incertidumbre de las riquezas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia de que gocemos:
Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor á los que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo.
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