'Yo' en la Biblia
Pero yo he puesto a mi Rey sobre Sión, mi santo monte.
Yo publicaré el decreto: Jehová me ha dicho: Mi Hijo eres tú; yo te engendré hoy.
Yo me acosté y dormí, y desperté; porque Jehová me sostuvo.
Sabed, pues, que Jehová hizo apartar al piadoso para sí; Jehová oirá cuando yo a Él clamare.
Y yo por la multitud de tu misericordia entraré en tu casa; y adoraré hacia tu santo templo en tu temor.
Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque yo estoy debilitado; sáname, oh Jehová, porque mis huesos están conmovidos.
Jehová Dios mío, si yo he hecho esto, si hay en mis manos iniquidad;
Para que cuente yo todas tus alabanzas en las puertas de la hija de Sión, y me goce en tu salvación.
para que no diga mi enemigo: Lo he vencido: Mis enemigos se alegrarán, si yo resbalare;
mas yo en tu misericordia he confiado; se alegrará mi corazón en tu salvación.
Se multiplicarán los dolores de aquellos que sirven diligentes a otro dios. No ofreceré yo sus libaciones de sangre, ni en mis labios tomaré sus nombres.
En cuanto a las obras de los hombres, por la palabra de tus labios yo me he guardado de las sendas de los violentos.
Yo te he invocado, porque tú me oirás, oh Dios: Inclina a mí tu oído, escucha mi palabra.
En cuanto a mí, yo en justicia veré tu rostro; quedaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza.
Me libró de mi poderoso enemigo, y de los que me aborrecían, pues ellos eran más fuertes que yo.
Porque yo he guardado los caminos de Jehová, y no me aparté impíamente de mi Dios.
Y me has dado la cerviz de mis enemigos, para que yo destruya a los que me aborrecen.
Me libraste de las contiendas del pueblo; me pusiste por cabeza de gentes; pueblo que yo no conocía, me servirá.
Por tanto yo te confesaré entre las gentes, oh Jehová, y cantaré salmos a tu nombre.
Mas yo soy gusano, y no hombre; oprobio de los hombres, y despreciado del pueblo.
Dios mío, en ti confío; no sea yo avergonzado, no se alegren de mí mis enemigos.
Guarda mi alma, y líbrame; no sea yo avergonzado, porque en ti confié.
«Salmo de David» Júzgame, oh Jehová, porque yo en mi integridad he andado; he confiado asimismo en Jehová, no vacilaré.
Mas yo andaré en mi integridad: Redímeme, y ten misericordia de mí.
Aunque un ejército acampe contra mí, no temerá mi corazón: Aunque contra mí se levante guerra, yo estaré confiado.
Una cosa he demandado de Jehová, ésta buscaré: Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.
Luego levantará mi cabeza sobre mis enemigos que me rodean; y yo ofreceré en su tabernáculo sacrificios de júbilo: Cantaré y entonaré salmos a Jehová.
Hubiera yo desmayado, si no creyese que he de ver la bondad de Jehová en la tierra de los vivientes.
«Salmo de David» A ti clamaré, oh Jehová, Roca mía; no te desentiendas de mí; Para que no sea yo, dejándome tú, semejante a los que descienden a la fosa.
Y dije yo en mi prosperidad: No seré movido jamás;
¿Qué provecho hay en mi muerte, cuando yo descienda al sepulcro? ¿Te alabará el polvo? ¿Anunciará tu verdad?
«Al Músico principal: Salmo de David» En ti, oh Jehová, he confiado; no sea yo confundido jamás: Líbrame en tu justicia.
Aborrecí a los que esperan en vanidades ilusorias; mas yo en Jehová he esperado.
Mas yo en ti confié, oh Jehová; yo dije: Tú eres mi Dios.
No sea yo avergonzado, oh Jehová, ya que te he invocado; sean avergonzados los impíos, estén mudos en el sepulcro.
Y decía yo en mi premura: Cortado soy de delante de tus ojos; mas tú oíste la voz de mis súplicas, cuando a ti clamé.
Y saca la lanza, cierra contra mis perseguidores; di a mi alma: Yo soy tu salvación.
Mas yo, cuando ellos enfermaron, me vestí de cilicio; afligí con ayuno mi alma, y mi oración se volvía en mi seno.
Pero ellos se alegraron en mi adversidad, y se juntaron; se juntó contra mí gente despreciable, y yo no lo entendía; me despedazaban, y no cesaban;
Vi yo al impío sumamente enaltecido, y que se extendía como un laurel verde;
Mas yo, como si fuera sordo no oía; y estaba como un mudo, que no abre su boca.
Porque en ti, oh Jehová, esperé yo: Tú responderás, Jehová Dios mío.
Pero yo estoy a punto de claudicar, y mi dolor está delante de mí continuamente.
Y pagando mal por bien me son contrarios, por seguir yo lo bueno.
«Al Músico principal, a Jedutún: Salmo de David» Yo dije: Atenderé a mis caminos, para no pecar con mi lengua: Guardaré mi boca con freno, en tanto que el impío esté delante de mí.
Hazme saber, Jehová, mi fin, y cuál sea la medida de mis días; sepa yo cuán frágil soy.
Has aumentado, oh Jehová Dios mío, tus maravillas; y tus pensamientos para con nosotros, no te los podremos contar; si yo anunciare y hablare de ellos, no pueden ser enumerados.
Aunque afligido yo y necesitado, Jehová pensará en mí. Mi ayuda y mi Libertador eres tú; Dios mío, no te tardes.
Yo dije: Jehová, ten misericordia de mí; sana mi alma, porque contra ti he pecado.
Aun mi íntimo amigo, en quien yo confiaba, el que de mi pan comía, levantó contra mí su calcañar.
Me acuerdo de estas cosas, y derramo mi alma dentro de mí: Porque yo fui con la multitud, fui con ellos a la casa de Dios, con voz de alegría y de alabanza, haciendo fiesta la multitud.
Diré a Dios: Roca mía, ¿por qué te has olvidado de mí? ¿Por qué andaré yo enlutado por la opresión del enemigo,
«Al Músico principal: sobre Sosanim: para los hijos de Coré: Masquil: Canción de amores» Rebosa mi corazón palabra buena: Refiero yo al Rey mis obras: Mi lengua es pluma de escribiente muy ligero.
Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; enaltecido seré entre las naciones, exaltado seré en la tierra.
Oye, pueblo mío, y hablaré: Escucha, Israel, y testificaré contra ti: Yo soy Dios, el Dios tuyo.
Si yo tuviese hambre, no te lo diría a ti; porque mío es el mundo y su plenitud.
¿He de comer yo carne de toros, o he de beber sangre de machos cabríos?
Estas cosas hiciste, y yo he callado; pensabas que de cierto sería yo como tú; pero yo te reprenderé, y las pondré delante de tus ojos.
Porque yo reconozco mis rebeliones; y mi pecado está siempre delante de mí.
Porque no quieres tú sacrificio, que yo lo daría; no quieres holocausto.
Mas yo estoy como olivo verde en la casa de Dios: En la misericordia de Dios confío eternamente y para siempre.
Y dije: ¡Quién me diese alas como de paloma! Volaría yo, y descansaría.
Mas tú, oh Dios, los harás descender al pozo de la destrucción: Los hombres sanguinarios y engañadores no llegarán a la mitad de sus días: Pero yo confiaré en ti.
Serán luego vueltos atrás mis enemigos el día que yo clamare; en esto conozco que Dios es por mí.
A causa de su fuerza, esperaré yo en ti; porque Dios es mi defensa.
El Dios de mi misericordia irá delante de mí: Dios perimitirá que yo vea en mis enemigos mi deseo.
Pero yo cantaré de tu poder, y alabaré de mañana tu misericordia: Porque has sido mi amparo y refugio en el día de mi angustia.
Dios ha hablado en su santuario: Yo me alegraré; repartiré a Siquem, y mediré el valle de Sucot.
Desde el cabo de la tierra clamaré a ti, cuando mi corazón desmayare: Llévame a la peña más alta que yo.
Yo habitaré en tu tabernáculo para siempre; estaré seguro bajo el abrigo de tus alas. (Selah)
Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, el Señor no me habría escuchado.
Mas yo a ti elevo mi oración, oh Jehová, en tiempo aceptable; oh Dios, por la multitud de tu misericordia, por la verdad de tu salvación, escúchame.
Sácame del lodo, y no sea yo sumergido; sea yo libertado de los que me aborrecen, y de lo profundo de las aguas.
Pero yo estoy afligido y quebrantado, tu salvación, oh Dios, me ponga en alto.
Alabaré yo el nombre de Dios con cántico, con acciones de gracias lo exaltaré.
Yo estoy afligido y menesteroso; apresúrate a mí, oh Dios; mi ayuda y mi Libertador eres tú; oh Jehová, no te detengas.
Sé tú mi roca de refugio, adonde recurra yo continuamente; has dado mandamiento para salvarme; porque tú eres mi Roca, y mi fortaleza.
Mas yo esperaré siempre, y aún te alabaré más y más.
Asimismo yo te alabaré con instrumento de salterio, oh Dios mío: tu verdad cantaré a ti con el arpa, oh Santo de Israel.
Si yo hubiera dicho: Así hablaré; he aquí, habría traicionado la generación de tus hijos:
Tan torpe era yo, y no entendía; era como una bestia delante de ti.
Con todo, yo siempre estuve contigo; Me tomaste de mi mano derecha.
¿A quién tengo yo en los cielos, sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra.
Cuando reciba la congregación, yo juzgaré rectamente.
Arruinada está la tierra y sus moradores; yo sostengo sus columnas. (Selah)
Mas yo siempre anunciaré y cantaré alabanzas al Dios de Jacob.
Detenías los párpados de mis ojos: Estaba yo quebrantado, y no hablaba.
Me acordaré de las obras de Jehová; sí, haré yo memoria de tus maravillas antiguas.
En la calamidad clamaste, y yo te libré; te respondí en el secreto del trueno; te probé sobre las aguas de Meriba. (Selah)
Yo soy Jehová tu Dios, que te hice subir de la tierra de Egipto: Abre bien tu boca, y la llenaré.
En un instante habría yo derribado a sus enemigos, y vuelto mi mano sobre sus adversarios.
Yo dije: Vosotros sois dioses; y todos vosotros sois hijos del Altísimo.
Enséñame, oh Jehová, tu camino; caminaré yo en tu verdad; consolida mi corazón para que tema tu nombre.
Mas yo a ti he clamado, oh Jehová; y de mañana mi oración sale a tu encuentro.
Yo estoy afligido y a punto de morir; desde mi juventud he sufrido tus terrores, estoy perplejo.
Mas yo quebrantaré delante de él a sus enemigos, y heriré a los que le aborrecen.
Yo también lo haré mi primogénito, alto sobre los reyes de la tierra.
Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; mi Dios; en Él confiaré.