'Yo' en la Biblia
- 1.Gé 3:11-Gé 39:9
- 2.Gé 39:14-Éx 11:4
- 3.Éx 11:8-Levítico 19:37
- 4.Levítico 20:3-Números 22:35
- 5.Números 22:37-Deuteronomio 31:18
- 6.Deuteronomio 31:20-Jueces 17:2
- 7.Jueces 17:3-1 Samuel 22:9
- 8.1 Samuel 22:15-2 Samuel 18:13
- 9.2 Samuel 18:14-1 Reyes 18:23
- 10.1 Reyes 18:24-1 Crónicas 19:12
- 11.1 Crónicas 21:2-Job 4:16
- 12.Job 5:3-Job 38:4
- 13.Job 38:9-Salmos 77:4
- 14.Salmos 77:11-Eclesiastés 4:7
- 15.Eclesiastés 4:8-Isaías 45:2
- 16.Isaías 45:3-Jeremías 9:16
- 17.Jeremías 9:24-Jeremías 31:37
- 18.Jeremías 32:3-Ezequiel 8:18
- 19.Ezequiel 9:8-Ezequiel 23:49
- 20.Ezequiel 24:8-Ezequiel 37:6
- 21.Ezequiel 37:7-Oseas 8:4
- 22.Oseas 8:14-Malaquías 2:3
- 23.Malaquías 2:4-Lucas 11:20
- 24.Lucas 15:17-Juan 11:25
- 25.Juan 11:27-Hechos 17:23
- 26.Hechos 18:6-2 Corintios 1:23
- 27.2 Corintios 2:2-Apocalipsis 2:25
- 28.Apocalipsis 2:26-Apocalipsis 22:18
Mas contradiciendo y blasfemando ellos, les dijo: sacudiendo sus vestidos: Vuestra sangre sea sobre vuestra cabeza; yo, limpio; desde ahora me iré á los Gentiles.
Porque yo estoy contigo, y ninguno te podrá hacer mal; porque yo tengo mucho pueblo en esta ciudad.
Y comenzando Pablo á abrir la boca, Galión dijo á los Judíos: Si fuera algún agravio ó algún crimen enorme, oh Judíos, conforme á derecho yo os tolerara:
Mas si son cuestiones de palabras, y de nombres, y de vuestra ley, vedlo vosotros; porque yo no quiero ser juez de estas cosas.
Y ahora, he aquí, ligado yo en espíritu, voy á Jerusalem, sin saber lo que allá me ha de acontecer:
Y ahora, he aquí, yo sé que ninguno de todos vosotros, por quien he pasado predicando el reino de Dios, verá más mi rostro.
Por tanto, yo os protesto el día de hoy, que yo soy limpio de la sangre de todos:
Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al ganado;
Entonces Pablo respondió: ¿Qué hacéis llorando y afligiéndome el corazón? porque yo no sólo estoy presto á ser atado, mas aun á morir en Jerusalem por el nombre del Señor Jesús.
Entonces dijo Pablo: Yo de cierto soy hombre Judío, ciudadano de Tarso, ciudad no obscura de Cilicia: empero ruégote que me permitas que hable al pueblo.
Yo de cierto soy Judío, nacido en Tarso de Cilicia, mas criado en esta ciudad á los pies de Gamaliel, enseñado conforme á la verdad de la ley de la patria, celoso de Dios, como todos vosotros sois hoy.
Mas aconteció que yendo yo, y llegando cerca de Damasco, como á medio día, de repente me rodeó mucha luz del cielo:
Yo entonces respondí: ¿Quién eres, Señor? Y me dijo: Yo soy Jesús de Nazaret, á quién tú persigues.
Y como yo no viese por causa de la claridad de la luz, llevado de la mano por los que estaban conmigo, vine á Damasco.
Viniendo á mí, y acercándose, me dijo: Hermano Saulo, recibe la vista. Y yo en aquella hora le miré.
Y yo dije: Señor, ellos saben que yo encerraba en cárcel, y hería por las sinagogas á los que creían en ti;
Y cuando se derramaba la sangre de Esteban tu testigo, yo también estaba presente, y consentía á su muerte, y guardaba las ropas de los que le mataban.
Y me dijo: Ve, porque yo te tengo que enviar lejos á los Gentiles.
Y respondió el tribuno: Yo con grande suma alcancé esta ciudadanía. Entonces Pablo dijo: Pero yo lo soy de nacimiento.
ENTONCES Pablo, poniendo los ojos en el concilio, dice: Varones hermanos, yo con toda buena conciencia he conversado delante de Dios hasta el día de hoy.
Entonces Pablo, sabiendo que la una parte era de Saduceos, y la otra de Fariseos, clamó en el concilio: Varones hermanos, yo soy Fariseo, hijo de Fariseo: de la esperanza y de la resurrección de los muertos soy yo juzgado.
A este hombre, aprehendido de los Judíos, y que iban ellos á matar, libré yo acudiendo con la tropa, habiendo entendido que era Romano.
Y por esto, procuro yo tener siempre conciencia sin remordimiento acerca de Dios y acerca de los hombres.
O digan estos mismos si hallaron en mí alguna cosa mal hecha, cuando yo estuve en el concilio,
Y estando presentes los acusadores, ningún cargo produjeron de los que yo sospechaba:
Y yo, dudando en cuestión semejante, dije, si quería ir á Jerusalem, y allá ser juzgado de estas cosas.
Entonces Agripa dijo á Festo: Yo también quisiera oir á ese hombre. Y él dijo: Mañana le oirás.
Mas yo, hallando que ninguna cosa digna de muerte ha hecho, y él mismo apelando á Augusto, he determinado enviarle:
Del cual no tengo cosa cierta que escriba al señor; por lo que le he sacado á vosotros, y mayormente á tí, oh rey Agripa, para que hecha información, tenga yo qué escribir.
Los cuales tienen ya conocido que yo desde el principio, si quieren testificarlo, conforme á la más rigurosa secta de nuestra religión he vivido Fariseo.
Yo ciertamente había pensando deber hacer muchas cosas contra el nombre de Jesús de Nazaret:
Lo cual también hice en Jerusalem, y yo encerré en cárcel es á muchos de los santos, recibida potestad de los príncipes de los sacerdotes; y cuando eran matados, yo dí mi voto.
Yo entonces dije: ¿Quién eres, Señor? Y el Señor dijo: Yo soy Jesús, á quien tú persigues.
¿Crees, rey Agripa, á los profetas? Yo sé que crees.
Y Pablo dijo: Pluguiese á Dios que por poco ó por mucho, no solamente tú, mas también todos los que hoy me oyen, fueseis hechos tales cual yo soy, excepto estas prisiones!
Porque esta noche ha estado conmigo el ángel del Dios del cual yo soy, y al cual sirvo,
Por tanto, oh varones, tened buen ánimo; porque yo confío en Dios que será así como me ha dicho;
Y aconteció que tres días después, Pablo convocó á los principales de los Judíos; á los cuales, luego que estuvieron juntos, les dijo: Yo, varones hermanos, no habiendo hecho nada contra el pueblo, ni contra los ritos de la patria, he sido entregado preso
Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, Y de los oídos oyeron pesadamente, Y sus ojos taparon; Porque no vean con los ojos, Y oigan con los oídos, Y entiendan de corazón, Y se conviertan, Y yo los sane.
Empero si la verdad de Dios por mi mentira creció á gloria suya, ¿por qué aun así yo soy juzgado como pecador?
¿Qué pues diremos? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Empero yo no conocí el pecado sino por la ley: porque tampoco conociera la concupiscencia, si la ley no dijera: No codiciarás.
Así que, yo sin la ley vivía por algún tiempo: mas venido el mandamiento, el pecado revivió, y yo morí.
Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido á sujeción del pecado.
Y yo sé que en mí (es á saber, en mi carne) no mora el bien: porque tengo el querer, mas efectuar el bien no lo alcanzo.
Y si hago lo que no quiero, ya no obro yo, sino el mal que mora en mí.
Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: Que el mal está en mí.
Gracias doy á Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo á la ley de Dios, mas con la carne á la ley del pecado.
Porque deseara yo mismo ser apartado de Cristo por mis hermanos, los que son mis parientes según la carne;
Porque yo les doy testimonio que tienen celo de Dios, mas no conforme á ciencia.
Mas digo: ¿No ha conocido esto Israel? Primeramente Moisés dice: Yo os provocaré á celos con gente que no es mía; Con gente insensata os provocaré á ira.
DIGO pues: ¿Ha desechado Dios á su pueblo? En ninguna manera. Porque también yo soy Israelita, de la simiente de Abraham, de la tribu de Benjamín.
Señor, á tus profetas han muerto, y tus altares han derruído; y yo he quedado solo, y procuran matarme.
Porque á vosotros hablo, Gentiles. Por cuanto pues, yo soy apóstol de los Gentiles, mi ministerio honro.
Pues las ramas, dirás, fueron quebradas para que yo fuese ingerido.
No os venguéis vosotros mismos, amados míos; antes dad lugar á la ira; porque escrito está: Mía es la venganza: yo pagaré, dice el Señor.
Porque escrito está: Vivo yo, dice el Señor, que á mí se doblará toda rodilla, Y toda lengua confesará á Dios.
Yo sé, y confío en el Señor Jesús, que de suyo nada hay inmundo: mas á aquel que piensa alguna cosa ser inmunda, para él es inmunda.
Y para que los Gentiles glorifiquen á Dios por la misericordia; como está escrito: Por tanto yo te confesaré entre los Gentiles, Y cantaré á tu nombre.
Empero cierto estoy yo de vosotros, hermanos míos, que aun vosotros mismos estáis llenos de bodad, llenos de todo conocimiento, de tal manera que podáis amonestaros los unos á los otros.
(Que pusieron sus cuellos por mi vida: á los cuales no doy gracias yo sólo, mas aun todas las iglesias de los Gentiles;)
Yo Tercio, que escribí la epístola, os saludo en el Señor.
Quiero decir, que cada uno de vosotros dice: Yo cierto soy de Pablo; pues yo de Apolos; y yo de Cefas; y yo de Cristo.
Y estuve yo con vosotros con flaqueza, y mucho temor y temblor;
DE manera que yo, hermanos, no pude hablaros como á espirituales, sino como á carnales, como á niños en Cristo.
Porque diciendo el uno: Yo cierto soy de Pablo; y el otro: Yo de Apolos; ¿no sois carnales?
Yo planté, Apolos regó: mas Dios ha dado el crecimiento.
Conforme á la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima: empero cada uno vea cómo sobreedifica.
Yo en muy poco tengo el ser juzgado de vosotros, ó de juicio humano; y ni aun yo me juzgo.
Porque aunque tengáis diez mil ayos en Cristo, no tendréis muchos padres; que en Cristo Jesús yo os engendré por el evangelio.
Mas algunos están envanecidos, como si nunca hubiese yo de ir á vosotros.
Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen: todas las cosas me son lícitas, mas yo no me meteré debajo de potestad de nada.
Quisiera más bien que todos los hombres fuesen como yo: empero cada uno tiene su propio don de Dios; uno á la verdad así, y otro así.
Digo pues á los solteros y á las viudas, que bueno les es si se quedaren como yo.
Mas á los que están juntos en matrimonio, denuncio, no yo, sino el Señor: Que la mujer no se aparte del marido;
Y á los demás yo digo, no el Señor: si algún hermano tiene mujer infiel, y ella consiente en habitar con él, no la despida.
Mas también si tomares mujer, no pecaste; y si la doncella se casare, no pecó: pero aflicción de carne tendrán los tales; mas yo os dejo.
Empero más venturosa será si se quedare así, según mi consejo; y pienso que también yo tengo Espíritu de Dios.
¿O sólo yo y Bernabé no tenemos potestad de no trabajar?
Mas yo de nada de esto me aproveché: ni tampoco he escrito esto para que se haga así conmigo; porque tengo por mejor morir, antes que nadie haga vana esta mi gloria.
Heme hecho á los Judíos como Judío, por ganar á los Judíos; á los que están sujetos á la ley (aunque yo no sea sujeto á la ley) como sujeto á la ley, por ganar á los que están sujetos á la ley;
A los que son sin ley, como si yo fuera sin ley, (no estando yo sin ley de Dios, mas en la ley de Cristo) por ganar á los que estaban sin ley.
Así que, yo de esta manera corro, no como á cosa incierta; de esta manera peleo, no como quien hiere el aire:
Antes hiero mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre; no sea que, habiendo predicado á otros, yo mismo venga á ser reprobado.
Y si yo con agradecimiento participo, ¿por qué he de ser blasfemado por lo que doy gracias?
Como también yo en todas las cosas complazco á todos, no procurando mi propio beneficio, sino el de muchos, para que sean salvos.
SED imitadores de mí, así como yo de Cristo.
Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fué entregado, tomó pan;
Empero procurad los mejores dones; mas aun yo os muestro un camino más excelente.
SI yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo caridad, vengo á ser como metal que resuena, ó címbalo que retiñe.
Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño, mas cuando ya fuí hombre hecho, dejé lo que era de niño.
Ahora pues, hermanos, si yo fuere á vosotros hablando lenguas, ¿qué os aprovecharé, si no os hablare, ó con revelación, ó con ciencia, ó con profecía, ó con doctrina?
Mas si yo ignorare el valor de la voz, seré bárbaro al que habla, y el que habla será bárbaro para mí.
Porque si yo orare en lengua desconocida, mi espíritu ora; mas mi entendimiento es sin fruto.
Porque yo soy el más pequeño de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol, porque perseguí la iglesia de Dios.
Empero por la gracia de Dios soy lo que soy: y su gracia no ha sido en vano para conmigo; antes he trabajado más que todos ellos: pero no yo, sino la gracia de Dios que fué conmigo.
Porque, ó sea yo ó sean ellos, así predicamos, y así habéis creído.
Cada primer día de la semana cada uno de vosotros aparte en su casa, guardando lo que por la bondad de Dios pudiere; para que cuando yo llegare, no se hagan entonces colectas.
Y si fuere digno el negocio de que yo también vaya, irán conmigo.
Y si llegare Timoteo, mirad que esté con vosotros seguramente; porque la obra del Señor hace también como yo.
Mas yo llamo á Dios por testigo sobre mi alma, que por ser indulgente con vosotros no he pasado todavía á Corinto.
Resutados de la Búsqueda continuados...
- 1.Gé 3:11-Gé 39:9
- 2.Gé 39:14-Éx 11:4
- 3.Éx 11:8-Levítico 19:37
- 4.Levítico 20:3-Números 22:35
- 5.Números 22:37-Deuteronomio 31:18
- 6.Deuteronomio 31:20-Jueces 17:2
- 7.Jueces 17:3-1 Samuel 22:9
- 8.1 Samuel 22:15-2 Samuel 18:13
- 9.2 Samuel 18:14-1 Reyes 18:23
- 10.1 Reyes 18:24-1 Crónicas 19:12
- 11.1 Crónicas 21:2-Job 4:16
- 12.Job 5:3-Job 38:4
- 13.Job 38:9-Salmos 77:4
- 14.Salmos 77:11-Eclesiastés 4:7
- 15.Eclesiastés 4:8-Isaías 45:2
- 16.Isaías 45:3-Jeremías 9:16
- 17.Jeremías 9:24-Jeremías 31:37
- 18.Jeremías 32:3-Ezequiel 8:18
- 19.Ezequiel 9:8-Ezequiel 23:49
- 20.Ezequiel 24:8-Ezequiel 37:6
- 21.Ezequiel 37:7-Oseas 8:4
- 22.Oseas 8:14-Malaquías 2:3
- 23.Malaquías 2:4-Lucas 11:20
- 24.Lucas 15:17-Juan 11:25
- 25.Juan 11:27-Hechos 17:23
- 26.Hechos 18:6-2 Corintios 1:23
- 27.2 Corintios 2:2-Apocalipsis 2:25
- 28.Apocalipsis 2:26-Apocalipsis 22:18
Resultados de Búsqueda por Versiones
- J2000 (2761)
- LBDA (2217)
- NBLH (2264)
- RV (2810)
- SEV (2766)
- RV1909 (2735)
Resultados de Búsqueda por Libro
- Génesis (145)
- Éxodo (121)
- Levítico (86)
- Números (64)
- Deuteronomio (98)
- Josué (29)
- Jueces (66)
- Rut (15)
- 1 Samuel (100)
- 2 Samuel (106)
- 1 Reyes (102)
- 2 Reyes (59)
- 1 Crónicas (27)
- 2 Crónicas (40)
- Esdras (4)
- Nehemías (22)
- Ester (6)
- Job (121)
- Salmos (154)
- Proverbios (17)
- Eclesiastés (28)
- Cantares (16)
- Isaías (143)
- Jeremías (192)
- Lamentaciones (6)
- Ezequiel (261)
- Daniel (50)
- Oseas (38)
- Joel (5)
- Amós (14)
- Jonás (6)
- Miqueas (9)
- Habacuc (2)
- Sofonías (7)
- Hageo (5)
- Zacarías (30)
- Malaquías (16)
- Mateo (51)
- Marcos (22)
- Lucas (35)
- Juan (159)
- Hechos (62)
- Romanos (22)
- 1 Corintios (38)
- 2 Corintios (20)
- Gálatas (12)
- Efesios (5)
- Filipenses (8)
- Colosenses (1)
- 1 Tesalonicenses (3)
- 1 Timoteo (2)
- 2 Timoteo (4)
- Tito (1)
- Filemón (3)
- Hebreos (7)
- Santiago (1)
- 1 Pedro (4)
- 2 Pedro (4)
- 1 Juan (3)
- 2 Juan (1)
- 3 Juan (6)
- Apocalipsis (51)