73 casos

'Mas' en la Biblia

Mas extiende ahora tu mano, y toca todo lo que tiene, y verás si no blasfema contra ti en tu rostro.

Mas extiende ahora tu mano, y toca su hueso y su carne, y verás si no te maldice en tu rostro.

Mas ahora que el mal ha venido sobre ti, te desalientas; y cuando ha llegado hasta ti, te turbas.

El asunto también me era a mí oculto; mas mi oído ha percibido algo de ello.

¡Cuánto más en los que habitan en casas de barro, cuyo fundamento está en el polvo, y que serán quebrantados por la polilla!

Mas Él libra de la espada al pobre, de la boca de los impíos, y de la mano violenta;

Porque pesarían ahora más que la arena del mar; por tanto, mis palabras han sido precipitadas.

Y sería aún mi consuelo, si me asaltase con dolor sin dar más tregua, que yo no he escondido las palabras del Santo.

El atribulado ha de ser consolado por su compañero; mas se ha abandonado el temor del Omnipotente.

Los ojos de los que me ven, no me verán más; fijarás en mí tus ojos, y dejaré de ser.

No volverá más a su casa, ni su lugar le conocerá más.

Se apoyará él sobre su casa, mas no permanecerá; se asirá de ella, mas no resistirá.

Entonces yo hablaría, y no le temería; mas no es así conmigo.

Mas ¡oh quién diera que Dios hablara, y abriera sus labios contra ti,

Es más alta que los cielos: ¿qué harás? Es más profunda que el infierno: ¿cómo la conocerás?

y tu existencia será más clara que el mediodía; Resplandecerás, y serás como la mañana;

Mas yo hablaría con el Todopoderoso, y querría razonar con Dios.

Para siempre serás más fuerte que él, y él se va; demudarás su rostro, y lo despedirás.

Mas su carne sobre él se dolerá, y se entristecerá en él su alma.

Entre nosotros también hay cabezas canas y hombres viejos, mucho más ancianos que tu padre.

Mas yo os alentaría con mis palabras, y la consolación de mis labios apaciguaría el dolor vuestro.

Mas he aquí que en los cielos está mi testigo, y mi testimonio en las alturas.

Mas volved todos vosotros, y venid ahora, pues no hallo sabio entre vosotros.

Mas si vosotros os engrandecéis contra mí, y contra mí invocáis mi oprobio,

Mas debierais decir: ¿Por qué lo perseguimos? Ya que la raíz del asunto se halla en mí.

El ojo que le vio, nunca más le verá; ni su lugar le contemplará ya más.

Devoró riquezas, mas las vomitará; de su vientre las sacará Dios.

Ciertamente nuestra sustancia no ha sido cortada, mas el fuego ha consumido lo que quedó de ellos.

Y tendrás más oro que tierra, y como piedras de arroyos oro de Ofir;

De la ciudad gimen los hombres, y claman las almas de los heridos de muerte; mas Dios no puso estorbo.

Se olvidará de ellos el seno materno; de ellos sentirán los gusanos dulzura; nunca más habrá de ellos memoria, y como un árbol serán quebrantados los impíos.

Son exaltados por un poco de tiempo, mas desaparecen y son abatidos como todos los demás; serán encerrados, y cortados como cabezas de espigas.

He aquí, estas cosas son sólo parte de sus caminos: ¡Mas cuán poco hemos oído de Él! Pero el estruendo de su poder, ¿quién lo puede comprender?

El rico se acostará, mas no será recogido; abrirá sus ojos, y ya no será.

Mas ¿dónde se hallará la sabiduría? ¿Y dónde está el lugar de la inteligencia?

Pero ahora se ríen de mí los más jóvenes que yo; a cuyos padres yo desdeñara poner con los perros de mi ganado.

Hijos de viles, y hombres sin nombre, más bajos que la misma tierra.

Entonces Eliú hijo de Baraquel, buzita, de la familia de Ram, se encendió en ira contra Job; se encendió en ira por cuanto él se justificaba más a sí mismo que a Dios. 567

Y Eliú había esperado a que Job terminase de hablar, porque ellos eran más viejos que él.

Se espantaron, no respondieron más; se les fueron los razonamientos.

Yo, pues, he esperado, porque no hablaban, antes pararon, y no respondieron más.

Sin embargo, en una o en dos maneras habla Dios; mas el hombre no entiende.

¿Cuánto menos a Aquel que no hace acepción de personas de príncipes, ni respeta al rico más que al pobre? Porque todos son obras de sus manos.

No carga, pues, Él al hombre más de lo justo, para que vaya con Dios a juicio.

De seguro conviene que se diga a Dios: He llevado ya castigo, no ofenderé ya más.

¿Piensas que es correcto esto que dijiste: Más justo soy yo que Dios?

que nos enseña más que a las bestias de la tierra, y nos hace sabios más que las aves del cielo?

Mas ahora, porque en su ira no visita, ni considera con rigor,

He aquí que Dios es poderoso, mas no desestima a nadie; es poderoso en fuerza y sabiduría.

Mas tú has llenado el juicio del impío, en vez de sustentar el juicio y la justicia.

Guárdate, no te vuelvas a la iniquidad; pues ésta escogiste más bien que la aflicción.

¿Será preciso contarle cuando yo hablare? Por más que el hombre razone, quedará como abismado.

Mas la luz de los impíos es quitada de ellos, y el brazo enaltecido es quebrantado.

Una vez hablé, mas no responderé: Aun dos veces, pero no añadiré más.

Las partes más flojas de su carne están apretadas: Están en él firmes, y no se mueven.

Reina Valera Gómez (© 2010)