1243 casos

'Tus' en la Biblia

Mi celo me ha consumido; porque mis enemigos se olvidaron de tus palabras.

Pequeño soy yo y desechado; mas no me he olvidado de tus mandamientos.

Se anticiparon mis ojos a las vigilias de la noche, para meditar en tus dichos.

Hace ya mucho que he entendido de tus testimonios, que para siempre los fundaste.

Muchas son tus misericordias, oh SEÑOR; vivifícame conforme a tus juicios.

Muchos son mis perseguidores y mis enemigos; mas de tus testimonios no me he apartado.

Mira, oh SEÑOR, que amo tus mandamientos; vivifícame conforme a tu misericordia.

Tu salud he esperado, oh SEÑOR; y tus mandamientos he puesto por obra.

He guardado tus mandamientos, y tus testimonios; porque todos mis caminos están delante de ti.

Sea tu mano en mi socorro; porque tus mandamientos he escogido.

Nuestros pies estuvieron en tus puertas, oh Jerusalén;

Señor, oye mi voz; estén atentos tus oídos a la voz de mi oración.

Tus sacerdotes se vistan de justicia, y se regocijen tus misericordiosos.

Si tus hijos guardaren mi alianza, y mi testimonio que yo les enseñaré; sus hijos también se sentarán sobre tu trono para siempre.

que te dicen blasfemias; se ensoberbecen en vano tus enemigos.

¿No tuve en odio, oh SEÑOR, a los que te aborrecen, y peleo contra tus enemigos?

Oh SEÑOR, abaja tus cielos y desciende; toca los montes, y humeen.

He De la hermosura de la gloria de tu magnificencia, y tus hechos maravillosos, hablaré.

Vau Y la terribilidad de tus valentías dirán los hombres; y yo recontaré tu grandeza.

Yod Alábente, oh SEÑOR, todas tus obras; y tus misericordiosos te bendigan.

Porque fortificó los cerrojos de tus puertas; bendijo a tus hijos dentro de ti.

Hijo mío, no se aparten de tus ojos; guarda la sabiduría y el consejo;

Cuando anduvieres por ellas no se estrecharán tus pasos; y si corrieres, no tropezarás.

No se aparten de tus ojos; guárdalas en medio de tu corazón.

para que guardes consejo, y tus labios conserven la ciencia.

Como cierva de amores y graciosa gacela, sus pechos te satisfagan en todo tiempo; y en su amor andarás ciego de continuo, sin fijar tus ojos en nadie más .

No des sueño a tus ojos, ni a tus párpados adormecimiento.

porque es cosa deleitable, si las guardares en tus entrañas; y que juntamente sean ordenadas en tus labios.

¿Comiste tu parte? La vomitarás; y perderás tus suaves palabras.

mis entrañas también se alegrarán, cuando tus labios hablaren cosas rectas.

porque mejor es que se te diga: Sube acá, que no que seas abajado delante del príncipe a quien han mirado tus ojos.

Los corderos son para tus vestidos, y los cabritos son para el precio del campo;

y abundancia de leche de las cabras para tu mantenimiento, y para mantenimiento de tu casa, y para sustento de tus criadas.

No te des prisa con tu boca, ni tu corazón se apresure a proferir palabra delante de Dios; porque Dios está en el cielo, y tú sobre la tierra; por tanto, sean pocas tus palabras.

No sueltes tu boca para hacer pecar a tu carne; ni digas delante del ángel, que fue ignorancia. ¿Por qué harás que Dios se aíre a causa de tu voz, y que destruya la obra de tus manos?

No seas muy listo a condenar, ni seas loco; ¿por qué morirás en medio del hilo de tus empresas?

¡Bienaventurada, tú, tierra, cuando tu rey es hijo de nobles, y tus príncipes comen a su hora, para reponer sus fuerzas, y no por el beber!

¡Oh!, si él me besara con besos de su boca! Porque mejores son tus amores que el vino.

Por el olor de tus suaves ungüentos (Ungüento derramado es tu nombre), por eso las doncellas te amaron.

Atráeme en pos de ti, correremos. El rey me ha metido en sus cámaras; nos gozaremos y alegraremos en ti; acordarémonos de tus amores más que del vino. Los rectos te aman.

Hazme saber, o tú a quien ama mi alma, dónde apacientas, dónde sesteas tu rebaño al medio día; pues, ¿por qué había yo de estar como vagueando tras los rebaños de tus compañeros?

Si tú no lo sabes, oh hermosa entre las mujeres, sal, yéndote por las huellas del rebaño, y apacienta tus cabritas junto a las cabañas de los pastores.

Hermosas son tus mejillas entre los zarcillos, tu cuello entre los collares.

He aquí que tú eres hermosa, oh compañera mía; he aquí que eres hermosa; tus ojos de paloma.

Resultados de Búsqueda por Versiones

Resultados de Búsqueda por Libro

Todos los Libros

Sagradas Escrituras (1569)