'Es' en la Biblia
- 1.Gé 2:11-Gé 41:28
- 2.Gé 41:32-Levítico 5:12
- 3.Levítico 5:17-Números 5:18
- 4.Números 5:29-Deuteronomio 22:26
- 5.Deuteronomio 23:7-Jueces 13:18
- 6.Jueces 15:2-2 Samuel 14:13
- 7.2 Samuel 14:15-2 Reyes 18:19
- 8.2 Reyes 18:21-Nehemías 5:9
- 9.Nehemías 8:9-Job 40:2
- 10.Job 40:19-Salmos 68:5
- 11.Salmos 68:15-Salmos 129:4
- 12.Salmos 132:14-Proverbios 12:1
- 13.Proverbios 12:4-Proverbios 21:19
- 14.Proverbios 21:24-Eclesiastés 7:10
- 15.Eclesiastés 7:11-Isaías 40:26
- 16.Isaías 40:27-Jeremías 33:2
- 17.Jeremías 33:11-Ezequiel 41:4
- 18.Ezequiel 41:22-Nahúm 2:11
- 19.Nahúm 3:7-Mateo 12:33
- 20.Mateo 12:48-Mateo 27:42
- 21.Mateo 27:46-Lucas 6:9
- 22.Lucas 6:20-Lucas 23:2
- 23.Lucas 23:35-Juan 11:39
- 24.Juan 12:31-Hechos 23:19
- 25.Hechos 24:5-Romanos 14:17
- 26.Romanos 14:18-1 Corintios 15:39
- 27.1 Corintios 15:40-Filipenses 1:18
- 28.Filipenses 1:21-Hebreos 2:9
- 29.Hebreos 2:14-1 Pedro 1:24
- 30.1 Pedro 1:25-Apocalipsis 13:18
- 31.Apocalipsis 14:7-Apocalipsis 22:11
Soberbio y presuntuoso escarnecedor es el nombre Del que obra con orgullosa saña.
El sacrificio de los impíos es abominación: Cuánto más ofreciéndolo con maldad!
El caballo se apareja para el día de la batalla: Mas de Jehová es el salvar.
DE más estima es la buena fama que las muchas riquezas; Y la buena gracia más que la plata y el oro.
El rico se enseñoreará de los pobres; Y el que toma prestado, siervo es del que empresta.
Sima profunda es la boca de las extrañas: Aquel contra el cual estuviere Jehová airado, caerá en ella.
Porque es cosa deleitable, si las guardares en tus entrañas; Y que juntamente sean ordenadas en tus labios.
No robes al pobre, porque es pobre, Ni quebrantes en la puerta al afligido:
No codicies sus manjares delicados, Porque es pan engañoso
Porque cual es su pensamiento en su alma, tal es él. Come y bebe, te dirá; Mas su corazón no está contigo.
Porque el defensor de ellos es el Fuerte, El cual juzgará la causa de ellos contra ti.
Porque sima profunda es la ramera, Y pozo angosto la extraña.
El hombre sabio es fuerte; Y de pujante vigor el hombre docto.
El pensamiento del necio es pecado: Y abominación á los hombres el escarnecedor.
Come, hijo mío, de la miel, porque es buena, Y del panal dulce á tu paladar:
También estas cosas pertenecen á los sabios. Tener respeto á personas en el juicio no es bueno.
Gloria de Dios es encubrir la palabra; Mas honra del rey es escudriñar la palabra.
Porque mejor es que se te diga, Sube acá, Que no que seas humillado delante del príncipe Que miraron tus ojos.
Manzana de oro con figuras de plata Es la palabra dicha como conviene.
Como zarcillo de oro y joyel de oro fino, Es el que reprende al sabio que tiene oído dócil.
Como frío de nieve en tiempo de la siega, Así es el mensajero fiel á los que lo envían: Pues al alma de su señor da refrigerio.
Como nubes y vientos sin lluvia, Así es el hombre que se jacta de vana liberalidad.
Martillo y cuchillo y saeta aguda, Es el hombre que habla contra su prójimo falso testimonio.
Diente quebrado y pie resbalador, Es la confianza en el prevaricador en tiempo de angustia.
El que canta canciones al corazón afligido, Es como el que quita la ropa en tiempo de frío, ó el que sobre el jabón echa vinagre.
Mejor es estar en un rincón de casa, Que con la mujer rencillosa en espaciosa casa.
Como fuente turbia y manantial corrompido, Es el justo que cae delante del impío.
Comer mucha miel no es bueno: Ni el buscar la propia gloria es gloria.
Como ciudad derribada y sin muro, Es el hombre cuyo espíritu no tiene rienda.
Como el que se corta los pies y bebe su daño, Así es el que envía algo por mano de un necio.
Alzar las piernas del cojo. Así es el proverbio en la boca del necio.
Espinas hincadas en mano del embriagado, Tal es el proverbio en la boca de los necios.
A su ver es el perezoso más sabio Que siete que le den consejo.
El que pasando se deja llevar de la ira en pleito ajeno, Es como el que toma al perro por las orejas.
Tal es el hombre que daña á su amigo, Y dice: Ciertamente me chanceaba.
Pesada es la piedra, y la arena pesa; Mas la ira del necio es más pesada que ambas cosas.
Cruel es la ira, é impetuoso el furor; Mas ¿quién parará delante de la envidia?
Mejor es reprensión manifiesta Que amor oculto.
El alma harta huella el panal de miel; Mas al alma hambrienta todo lo amargo es dulce.
Cual ave que se va de su nido, Tal es el hombre que se va de su lugar.
No dejes á tu amigo, ni al amigo de tu padre; Ni entres en casa de tu hermano el día de tu aflicción. Mejor es el vecino cerca que el hermano lejano.
El hombre pobre y robador de los pobres, Es lluvia de avenida y sin pan.
Mejor es el pobre que camina en su integridad, Que el de perversos caminos, y rico.
El que guarda la ley es hijo prudente: Mas el que es compañero de glotones, avergüenza á su padre.
El que aparta su oído para no oir la ley, Su oración también es abominable.
El hombre rico es sabio en su opinión: Mas el pobre entendido lo examinará.
Cuando los justos se alegran, grande es la gloria; Mas cuando los impíos son levantados, es buscado el hombre.
León rugiente y oso hambriento, Es el príncipe impío sobre el pueblo pobre.
Tener acepción de personas, no es bueno: Hasta por un bocado de pan prevaricará el hombre.
El que roba á su padre ó á su madre, y dice que no es maldad, Compañero es del hombre destruidor.
El que confía en su corazón es necio; Mas el que camina en sabiduría, será salvo.
Cuando los impíos son muchos, mucha es la prevaricación; Mas los justos verán la ruina de ellos.
Abominación es á los justos el hombre inicuo; Y abominación es al impío el de rectos caminos.
¿Quién subió al cielo, y descendió? ¿Quién encerró los vientos en sus puños? ¿Quién ató las aguas en un paño? ¿Quién afirmó todos los términos de la tierra? ¿Cuál es su nombre, y el nombre de su hijo, si sabes?
Toda palabra de Dios es limpia: Es escudo á los que en él esperan.
No sea que me harte, y te niegue, y diga, ¿Quién es Jehová? O no sea que siendo pobre, hurte, Y blasfeme el nombre de mi Dios.
Tal es el rastro de la mujer adúltera: Come, y limpia su boca, Y dice: No he hecho maldad.
No des á las mujeres tu fuerza, Ni tus caminos á lo que es para destruir los reyes.
No es de los reyes, oh Lemuel, no es de los reyes beber vino, Ni de los príncipes la cerveza.
Ella se hizo tapices; De lino fino y púrpura es su vestido.
Conocido es su marido en las puertas, Cuando se sienta con los ancianos de la tierra.
Engañosa es la gracia, y vana la hermosura: La mujer que teme á Jehová, ésa será alabada.
¿Qué es lo que fué? Lo mismo que será. ¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará: y nada hay nuevo debajo del sol.
¿Hay algo de que se pueda decir: He aquí esto es nuevo? Ya fué en los siglos que nos han precedido.
Yo miré todas las obras que se hacen debajo del sol; y he aquí, todo ello es vanidad y aflicción de espíritu.
Aborrecí por tanto la vida, porque la obra que se hace debajo del sol me era fastidiosa; por cuanto todo es vanidad y aflicción de espíritu.
¿Y quién sabe si será sabio, ó necio, el que se enseñoreará de todo mi trabajo en que yo me afané, y en que ocupé debajo del sol mi sabiduría? Esto también es vanidad.
Que el hombre trabaje con sabiduría, y con ciencia, y con rectitud, y que haya de dar su hacienda á hombre que nunca trabajó en ello! También es esto vanidad y mal grande.
Porque todos sus días no son sino dolores, y sus trabajos molestias: aun de noche su corazón no reposa. Esto también es vanidad.
No hay cosa mejor para el hombre sino que coma y beba, y que su alma vea el bien de su trabajo. También tengo yo visto que esto es de la mano de Dios.
Porque al hombre que le agrada, Dios le da sabiduría y ciencia y gozo, mas al pecador da trabajo, el que allegue y amontone, para que dé al que agrada á Dios. También esto es vanidad y aflicción de espíritu.
Y también que es don de Dios que todo hombre coma y beba, y goce el bien de toda su labor.
Aquello que fué, ya es: y lo que ha de ser, fué ya; y Dios restaura lo que pasó.
Porque el suceso de los hijos de los hombres, y el suceso del animal, el mismo suceso es: como mueren los unos, así mueren los otros; y una misma respiración tienen todos; ni tiene más el hombre que la bestia: porque todo es vanidad.
Todo va á un lugar: todo es hecho del polvo, y todo se tornará en el mismo polvo.
Así que he visto que no hay cosa mejor que alegrarse el hombre con lo que hiciere; porque esta es su parte: porque ¿quién lo llevará para que vea lo que ha de ser después de él?
Visto he asimismo que todo trabajo y toda excelencia de obras mueve la envidia del hombre contra su prójimo. También esto es vanidad y aflicción de espíritu.
Está un hombre solo y sin sucesor; que ni tiene hijo ni hermano; mas nunca cesa de trabajar, ni sus ojos se hartan de sus riquezas, ni se pregunta: ¿Para quién trabajo yo, y defraudo mi alma del bien? También esto es vanidad, y duro trabajo.
Mejor es el muchacho pobre y sabio, que el rey viejo y fatuo que no sabe ser aconsejado.
No tiene fin todo el pueblo que fué antes de ellos: tampoco los que vendrán después estarán con él contentos. Y esto es también vanidad y aflicción de espíritu.
Mejor es que no prometas, que no que prometas y no pagues.
Además el provecho de la tierra es para todos: el rey mismo está sujeto á los campos.
El que ama el dinero, no se hartará de dinero; y el que ama el mucho tener, no sacará fruto. También esto es vanidad.
Dulce es el sueño del trabajador, ora coma mucho ó poco; mas al rico no le deja dormir la hartura.
Este también es un gran mal, que como vino, así haya de volver. ¿Y de qué le aprovechó trabajar al viento?
He aquí pues el bien que yo he visto: Que lo bueno es comer y beber, y gozar uno del bien de todo su trabajo con que se fatiga debajo del sol, todos los días de su vida que Dios le ha dado; porque esta es su parte.
Asimismo, á todo hombre á quien Dios dió riquezas y hacienda, y le dió también facultad para que coma de ellas, y tome su parte, y goce su trabajo; esto es don de Dios.
Hombre á quien Dios dió riquezas, y hacienda, y honra, y nada le falta de todo lo que su alma desea; mas Dios no le dió facultad de comer de ello, sino que los extraños se lo comen. Esto vanidad es, y enfermedad trabajosa.
Si el hombre engendrare ciento, y viviere muchos años, y los días de su edad fueren numerosos; si su alma no se hartó del bien, y también careció de sepultura, yo digo que el abortivo es mejor que él.
Todo el trabajo del hombre es para su boca, y con todo eso su alma no se harta.
Más vale vista de ojos que deseo que pasa. Y también esto es vanidad y aflicción de espíritu.
El que es, ya su nombre ha sido nombrado; y se sabe que es hombre, y que no podrá contender con el que es más fuerte que él.
Porque ¿quién sabe cuál es el bien del hombre en la vida, todos los días de la vida de su vanidad, los cuales él pasa como sombra? Porque ¿quién enseñará al hombre qué será después de él debajo del sol?
MEJOR es la buena fama que el buen ungüento; y el día de la muerte que el día del nacimiento.
Mejor es ir á la casa del luto que á la casa del convite: porque aquello es el fin de todos los hombres; y el que vive parará mientes.
Mejor es el enojo que la risa: porque con la tristeza del rostro se enmendará el corazón.
Mejor es oir la reprensión del sabio, que la canción de los necios.
Porque la risa del necio es como el estrépito de las espinas debajo de la olla. Y también esto es vanidad.
Mejor es el fin del negocio que su principio: mejor es el sufrido de espíritu que el altivo de espíritu.
Nunca digas: ¿Qué es la causa que los tiempos pasados fueron mejores que éstos? Porque nunca de esto preguntarás con sabiduría.
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