'Ojos' en la Biblia
¿Acaso tienes tú ojos de carne? ¿Ves tú como ve el hombre?
Tú dices: Mi doctrina es pura, y yo soy limpio delante de tus ojos.
Pero los ojos de los malos se consumirán, y no tendrán refugio; y su esperanza será como el dar el último suspiro.
He aquí que todas estas cosas han visto mis ojos, y oído y entendido mis oídos.
¿Por qué te aleja tu corazón, y por qué guiñan tus ojos,
He aquí que en sus santos no confía, y ni aun los cielos son limpios delante de sus ojos:
Su furor me despedazó, y me ha sido contrario: Crujió sus dientes contra mí; contra mí aguzó sus ojos mi enemigo.
No hay conmigo sino escarnecedores, en cuya amargura se detienen mis ojos.
El que habla lisonjas a sus amigos, aun los ojos de sus hijos desfallecerán.
Y mis ojos se oscurecieron por causa del dolor, y mis pensamientos todos son como sombra.
¿Por qué somos tenidos por bestias, y a vuestros ojos somos viles?
Los moradores de mi casa y mis criadas me tuvieron por extraño; forastero fui yo a sus ojos.
Al cual he de ver por mí mismo, y mis ojos lo verán, y no otro, aunque mis entrañas se consuman dentro de mí.
Su simiente es establecida delante de ellos; y sus renuevos delante de sus ojos.
Verán sus ojos su quebranto, y beberá de la ira del Todopoderoso.
Cuando fueren abatidos, dirás tú: Ensalzamiento habrá; y Dios salvará al humilde de ojos.
Les da seguridad en que se apoyen, y sus ojos están sobre los caminos de ellos.
He aquí que ni aun la misma luna será resplandeciente, ni las estrellas son limpias delante de sus ojos.
El rico se acostará, mas no será recogido; abrirá sus ojos, y ya no será.
De los peñascos cortó ríos, y sus ojos vieron todo lo preciado.
Porque encubierta está a los ojos de todo viviente, y a toda ave del cielo es oculta.
Cuando los oídos que me oían, me llamaban bienaventurado, y los ojos que me veían, me daban testimonio:
Hice pacto con mis ojos: ¿Cómo, pues, había yo de pensar en virgen?
Si mis pasos se apartaron del camino, y si mi corazón se fue tras mis ojos, y si algo sucio se apegó a mis manos,
Si estorbé el contento de los pobres, e hice desfallecer los ojos de la viuda;
Y cesaron estos tres varones de responder a Job, por cuanto él era justo a sus propios ojos.
Porque sus ojos están sobre los caminos del hombre, y ve todos sus pasos.
No quitará sus ojos del justo; antes bien con los reyes los pondrá en trono para siempre, y serán exaltados.
Lo toma con sus ojos; su nariz atraviesa el lazo.
Con sus estornudos encienden lumbre, y sus ojos son como los párpados del alba.
De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven.
Los insensatos no estarán delante de tus ojos; aborreces a todos los que obran iniquidad.
Mis ojos están consumidos de sufrir; se han envejecido a causa de todos mis angustiadores.
Se sienta al acecho en las aldeas; en los escondrijos mata al inocente; sus ojos están acechando al pobre.
Jehová está en su santo templo: El trono de Jehová está en el cielo: Sus ojos ven, sus párpados examinan a los hijos de los hombres.
Mira, óyeme, Jehová Dios mío; alumbra mis ojos, para que no duerma en muerte;
Aquel a cuyos ojos es menospreciado el vil; mas honra a los que temen a Jehová; el que aun jurando en daño suyo, no cambia;
De delante de tu rostro salga mi juicio; vean tus ojos la rectitud.
Ahora han cercado nuestros pasos; tienen puestos sus ojos para echarnos por tierra.
Por tanto Jehová me pagó conforme a mi justicia; conforme a la limpieza de mis manos delante de sus ojos.
Y tú salvarás al pueblo afligido, y humillarás los ojos altivos.
Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón; el precepto de Jehová, es puro, que alumbra los ojos.
Mis ojos están siempre hacia Jehová; porque Él sacará mis pies de la red.
Porque tu misericordia está delante de mis ojos, y camino en tu verdad.
Ten misericordia de mí, oh Jehová, que estoy en angustia; de pesar se han consumido mis ojos, mi alma, y mis entrañas.
Y decía yo en mi premura: Cortado soy de delante de tus ojos; mas tú oíste la voz de mis súplicas, cuando a ti clamé.
Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar: Sobre ti fijaré mis ojos.
Los ojos de Jehová están sobre los justos, y atentos sus oídos al clamor de ellos.
Y ensancharon sobre mí su boca; dijeron: ¡Ea, ea, nuestros ojos lo han visto!
«Al Músico principal: Salmo de David, siervo del Señor» La iniquidad del impío me dice al corazón: No hay temor de Dios delante de sus ojos.
Se lisonjea, por tanto, en sus propios ojos, hasta que su iniquidad sea hallada aborrecible.
Mi corazón está acongojado, me ha dejado mi vigor; y aun la misma luz de mis ojos se ha ido de mí.
Estas cosas hiciste, y yo he callado; pensabas que de cierto sería yo como tú; pero yo te reprenderé, y las pondré delante de tus ojos.
Contra ti, contra ti sólo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos: Para que seas reconocido justo en tu palabra, y tenido por puro en tu juicio.
Porque me ha librado de toda angustia, y en mis enemigos vieron mis ojos mi deseo.
Él señorea con su poder para siempre; sus ojos atalayan sobre las naciones; los rebeldes no serán exaltados. (Selah)
Cansado estoy de llamar; mi garganta se ha enronquecido; han desfallecido mis ojos esperando a mi Dios.
Sean oscurecidos sus ojos para que no vean, y haz vacilar continuamente sus lomos.
De engaño y de violencia redimirá sus almas; y la sangre de ellos será preciosa en sus ojos.
Sus ojos se les saltan de gordura; logran con creces los antojos del corazón.
Detenías los párpados de mis ojos: Estaba yo quebrantado, y no hablaba.
Porque dirán las gentes: ¿Dónde está su Dios? Sea notoria en las gentes, delante de nuestros ojos, la venganza de la sangre de tus siervos que fue derramada.
Mira, oh Dios, escudo nuestro, y pon los ojos en el rostro de tu ungido.
Mis ojos enfermaron a causa de mi aflicción; te he llamado, oh Jehová, cada día; he extendido a ti mis manos.
Porque mil años delante de tus ojos, son como el día de ayer, que pasó, y como una de las vigilias de la noche.
Ciertamente con tus ojos mirarás, y verás la recompensa de los impíos.
Y mis ojos mirarán mi deseo sobre mis enemigos; oirán mis oídos de los que se levantaron contra mí, de los malignos.
No pondré delante de mis ojos cosa inicua; aborrezco la obra de los que se desvían; no se acercarán a mí.
Al que solapadamente infama a su prójimo, yo le cortaré; no sufriré al de ojos altaneros, y de corazón vanidoso.
Mis ojos pondré en los fieles de la tierra, para que estén conmigo; el que anduviere en el camino de la perfección, éste me servirá.
No habitará dentro de mi casa el que hace fraude; el que habla mentiras no se afirmará delante de mis ojos.
Tienen boca, mas no hablan; tienen ojos, mas no ven;
Pues tú has librado mi alma de la muerte, mis ojos de lágrimas, y mis pies de resbalar.
Estimada es a los ojos de Jehová la muerte de sus santos.
De parte de Jehová es esto; es maravilloso a nuestros ojos.
8 Se anticiparon mis ojos a las vigilias de la noche, para meditar en tu palabra.
Abre mis ojos, y miraré las maravillas de tu ley.
Aparta mis ojos, que no vean la vanidad; avívame en tu camino.
Desfallecieron mis ojos por tu palabra, diciendo: ¿Cuándo me consolarás?
Mis ojos desfallecieron por tu salvación, y por el dicho de tu justicia.
Ríos de agua descendieron de mis ojos, porque no guardaban tu ley.
Se anticiparon mis ojos a las vigilias de la noche, para meditar en tu palabra.
«Cántico gradual» Alzaré mis ojos a los montes, de donde vendrá mi socorro.
«Cántico gradual» A ti levanto mis ojos, a ti que habitas en los cielos.
He aquí, como los ojos de los siervos miran a la mano de sus señores, y como los ojos de la sierva a la mano de su señora; así nuestros ojos miran a Jehová nuestro Dios; hasta que tenga misericordia de nosotros.
«Cántico gradual: de David» Jehová, no se ha envanecido mi corazón, ni mis ojos se enaltecieron; ni anduve en grandezas, ni en cosas demasiado sublimes para mí.
no daré sueño a mis ojos, ni a mis párpados adormecimiento,
tienen boca, mas no hablan; tienen ojos, mas no ven;
Mi embrión vieron tus ojos, siendo aún imperfecto; y en tu libro estaban escritos todos mis miembros, que fueron luego formados, cuando aún no existía ni uno de ellos.
Por tanto a ti, oh Jehová Señor, miran mis ojos: En ti he confiado, no desampares mi alma.
Los ojos de todos esperan en ti, y tú les das su comida a su tiempo.
Jehová abre los ojos a los ciegos; Jehová levanta a los caídos; Jehová ama a los justos.
Porque en vano se tenderá la red ante los ojos de toda ave;
y hallarás gracia y buena opinión ante los ojos de Dios y de los hombres.
Hijo mío, no se aparten estas cosas de tus ojos; guarda la sabiduría y el consejo;
Porque yo fui hijo para mi padre, delicado y único a los ojos de mi madre.