'Casa' en la Biblia
- 1.Gé 7:1-Éx 22:2
- 2.Éx 22:7-Josué 6:17
- 3.Josué 6:22-1 Samuel 7:1
- 4.1 Samuel 7:2-2 Samuel 15:16
- 5.2 Samuel 15:35-1 Reyes 10:4
- 6.1 Reyes 10:5-2 Reyes 12:11
- 7.2 Reyes 12:12-1 Crónicas 23:28
- 8.1 Crónicas 23:32-2 Crónicas 20:5
- 9.2 Crónicas 20:9-Esdras 5:2
- 10.Esdras 5:3-Ester 8:1
- 11.Ester 8:2-Proverbios 31:27
- 12.Eclesiastés 2:7-Jeremías 23:8
- 13.Jeremías 23:11-Ezequiel 12:24
- 14.Ezequiel 12:25-Daniel 3:29
- 15.Daniel 4:4-Mateo 5:32
- 16.Mateo 7:24-Lucas 15:25
- 17.Lucas 16:18-2 Juan 1:10
Cualquiera, pues, que oye estas mis palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.
Y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca.
Y todo el que oye estas mis palabras y no las hace, será comparado al hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena;
y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó; y fue grande su ruina.
y diciendo: Señor, mi siervo está postrado en casa, paralítico, gravemente atormentado.
Y vino Jesús a casa de Pedro, y vio a la suegra de éste, postrada, y con fiebre.
Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra de perdonar pecados (dijo entonces al paralítico): Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa.
Entonces él se levantó y se fue a su casa.
Y aconteció que estando Él sentado a la mesa en la casa, he aquí muchos publicanos y pecadores, que habían venido, se sentaron a la mesa con Jesús y sus discípulos.
Y cuando Jesús llegó a casa del principal, y vio los tañedores de flautas, y la gente que hacía bullicio,
Y llegado a casa, los ciegos vinieron a Él; y Jesús les dijo: ¿Creéis que puedo hacer esto? Ellos le dijeron: Sí, Señor.
sino id antes a las ovejas perdidas de la casa de Israel.
Y cuando entréis en una casa, saludadla.
Y si la casa fuere digna, vuestra paz vendrá sobre ella; mas si no fuere digna, vuestra paz se volverá a vosotros.
Y si alguno no os recibiere, ni oyere vuestras palabras, salid de aquella casa o ciudad, y sacudid el polvo de vuestros pies.
Bástale al discípulo ser como su maestro, y al siervo como su señor. Si al padre de familia llamaron Belcebú, ¿cuánto más a los de su casa?
Y los enemigos del hombre serán los de su propia casa.
cómo entró en la casa de Dios, y comió del pan de la proposición, que no le era lícito comer, ni a los que estaban con él, sino sólo a los sacerdotes?
Y conociendo Jesús los pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado; y toda ciudad o casa dividida contra sí misma, no permanecerá.
De otra manera, ¿cómo puede uno entrar a la casa del hombre fuerte y saquear sus bienes, si primero no ata al hombre fuerte? Y entonces podrá saquear su casa.
Entonces dice: Volveré a mi casa de donde salí; y cuando llega, la halla desocupada, barrida y adornada.
Y aquel día salió Jesús de casa y se sentó junto al mar.
Entonces Jesús despidió a la multitud, y se fue a casa, y sus discípulos vinieron a Él, y le dijeron: Decláranos la parábola de la cizaña del campo.
Y se escandalizaban en Él. Mas Jesús les dijo: No hay profeta sin honra, sino en su propia tierra y en su casa.
Y Él respondiendo, dijo: No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel.
Él dijo: Sí. Y entrando él en casa, Jesús le habló antes, diciendo: ¿Qué te parece, Simón? Los reyes de la tierra, ¿de quién cobran los impuestos o tributos? ¿De sus hijos, o de los extranjeros?
y les dijo: Escrito está: Mi casa, casa de oración será llamada, mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.
He aquí vuestra casa os es dejada desierta.
El que esté en la azotea, no descienda a tomar algo de su casa;
Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese en qué vela el ladrón habría de venir, velaría, y no dejaría minar su casa.
Y Él dijo: Id a la ciudad, a cierto hombre, y decidle: El Maestro dice: Mi tiempo está cerca; en tu casa celebraré la pascua con mis discípulos.
Y en seguida, saliendo de la sinagoga, vinieron a casa de Simón y Andrés, con Jacobo y Juan.
Y después de algunos días entró otra vez en Capernaúm, y se oyó que estaba en casa.
A ti te digo: Levántate, toma tu lecho y vete a tu casa.
Y aconteció que estando Jesús a la mesa en su casa, muchos publicanos y pecadores estaban también a la mesa con Jesús y sus discípulos; porque eran muchos, y le seguían.
cómo entró en la casa de Dios, en los días de Abiatar el sumo sacerdote, y comió los panes de la proposición, de los cuales no es lícito comer sino a los sacerdotes, y dio aun a los que con él estaban?
y a Judas Iscariote, el que le entregó. Y vinieron a casa.
Y si una casa está dividida contra sí misma, tal casa no puede permanecer.
Nadie puede entrar en la casa del hombre fuerte y saquear sus bienes, si primero no ata al hombre fuerte, y entonces podrá saquear su casa.
Mas Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti.
Mientras Él aún hablaba, vinieron unos de la casa del príncipe de la sinagoga, diciendo: Tu hija ha muerto; ¿para qué molestas más al Maestro?
Y vino a casa del príncipe de la sinagoga, y vio el alboroto y a los que lloraban y lamentaban mucho.
Mas Jesús les dijo: No hay profeta sin honra sino en su tierra, y entre sus parientes, y en su casa.
Y les dijo: Dondequiera que entréis en una casa, posad en ella hasta que salgáis de allí.
Y apartado de la multitud, habiendo entrado en casa, sus discípulos le preguntaron acerca de la parábola.
Y levantándose de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón; y entrando en una casa, quiso que nadie lo supiese; pero no pudo esconderse.
Y cuando ella llegó a su casa, halló que el demonio había salido, y a su hija acostada sobre la cama.
Y lo envió a su casa, diciendo: No entres en la aldea, ni lo digas a nadie en la aldea.
Y cuando Él entró en casa, sus discípulos le preguntaron aparte: ¿Por qué nosotros no pudimos echarle fuera?
Y llegó a Capernaúm; y estando ya en casa, les preguntó: ¿Qué disputabais entre vosotros en el camino?
Y en casa sus discípulos volvieron a preguntarle de lo mismo.
Y Él les dijo: Cualquiera que se divorcia de su esposa y se casa con otra, comete adulterio contra ella;
y si la mujer se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio.
Y respondiendo Jesús, dijo: De cierto os digo, que ninguno hay que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o esposa, o hijos, o tierras, por causa de mí y del evangelio,
Y les enseñaba, diciendo: ¿No está escrito: Mi casa, casa de oración será llamada por todas las naciones? Pero vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.
y el que esté sobre el terrado, no descienda a la casa, ni entre para tomar algo de su casa;
Porque el Hijo del Hombre es como el hombre que partió lejos, el cual dejó su casa, y dio autoridad a sus siervos, y a cada uno su obra, y al portero mandó que velase.
Velad, pues, porque no sabéis cuándo el señor de la casa ha de venir; si a la tarde, o a la media noche, o al canto del gallo, o al amanecer;
Y estando Él en Betania, en casa de Simón el leproso, y sentado Él a la mesa, vino una mujer trayendo un frasco de alabastro de ungüento de nardo puro, de mucho precio, y quebrando el frasco de alabastro, se lo derramó sobre su cabeza.
y donde él entrare, decid al señor de la casa: El Maestro dice: ¿Dónde está el aposento donde he de comer la pascua con mis discípulos?
Y aconteció que cumpliéndose los días de su ministerio, se fue a su casa.
a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David; y el nombre de la virgen era María.
y reinará sobre la casa de Jacob por siempre; y de su reino no habrá fin.
y entró en casa de Zacarías, y saludó a Elisabet.
Y se quedó María con ella como tres meses, y se regresó a su casa.
y nos alzó cuerno de salvación en la casa de David su siervo,
Y José también subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David;
Y levantándose, salió de la sinagoga, y entró en casa de Simón. Y la suegra de Simón estaba con una gran fiebre; y le rogaron por ella.
Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra de perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti digo, levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa.
Y al instante, se levantó en presencia de ellos, y tomando el lecho en que había estado acostado, se fue a su casa, glorificando a Dios.
Y Leví le hizo un gran banquete en su casa; y había mucha compañía de publicanos y de otros que estaban sentados a la mesa con ellos.
cómo entró en la casa de Dios, y tomó los panes de la proposición, de los cuales no es lícito comer sino sólo a los sacerdotes, y comió, y dio también a los que estaban con él?
Semejante es al hombre que edificó una casa, y cavó profundo, y puso el fundamento sobre la roca; y cuando vino un torrente, el río dio con ímpetu contra aquella casa, mas no la pudo mover; porque estaba fundada sobre la roca.
Mas el que oye y no hace, es semejante al hombre que edificó su casa sobre tierra, sin fundamento; contra la cual el río dio con ímpetu, y cayó luego; y fue grande la ruina de aquella casa.
Entonces Jesús fue con ellos. Y cuando ya no estaban lejos de su casa, el centurión le envió unos amigos, diciéndole: Señor, no te molestes, pues no soy digno de que entres bajo mi techo;
Y volviendo a casa los que habían sido enviados, hallaron sano al siervo que había estado enfermo.
Y uno de los fariseos le rogó que comiese con él. Y entrado en casa del fariseo, se sentó a la mesa.
Y he aquí, una mujer de la ciudad que era pecadora, cuando supo que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con ungüento,
Y vuelto a la mujer, dijo a Simón: ¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, no me diste agua para mis pies; mas ésta ha lavado mis pies con lágrimas, y los ha enjugado con los cabellos de su cabeza.
Y llegando Él a tierra, le salió al encuentro un hombre de la ciudad que tenía demonios por ya mucho tiempo; y no vestía ropa, ni moraba en casa, sino en los sepulcros.
Vuélvete a tu casa, y cuenta cuán grandes cosas ha hecho Dios contigo. Y él se fue, publicando por toda la ciudad cuán grandes cosas había hecho Jesús con él.
Y he aquí un varón llamado Jairo, que era príncipe de la sinagoga, vino, y postrándose a los pies de Jesús, le rogaba que entrase en su casa;
Y entrado en casa, no dejó entrar a nadie, sino a Pedro, y a Jacobo, y a Juan, y al padre y a la madre de la muchacha.
Y en cualquier casa en que entrareis, quedad allí, y de allí salid.
Entonces también dijo otro: Te seguiré, Señor; mas déjame que me despida primero de los que están en mi casa.
En cualquier casa donde entréis, primeramente decid: Paz sea a esta casa.
Y posad en aquella misma casa, comiendo y bebiendo lo que os dieren; porque el obrero digno es de su salario. No os paséis de casa en casa.
Y aconteció que yendo ellos, entró Él en una aldea; y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa.
Mas Él, conociendo los pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado; y una casa dividida contra sí misma, cae.
Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo; y no hallándolo, dice: Regresaré a mi casa de donde salí.
Y esto sabed, que si supiese el padre de familia a qué hora había de venir el ladrón, velaría ciertamente, y no dejaría minar su casa.
Porque de aquí en adelante cinco en una casa estarán divididos; tres contra dos, y dos contra tres.
He aquí, vuestra casa os es dejada desierta; y de cierto os digo que no me veréis, hasta que venga el tiempo en que digáis: Bendito el que viene en el nombre del Señor.
Y aconteció un día sábado, que yendo a comer pan en casa de un príncipe de los fariseos, ellos le acechaban.
Y dijo el señor al siervo: Ve por los caminos y por los vallados, y fuérzalos a entrar, para que se llene mi casa.
y viniendo a casa, reúne a sus amigos y a sus vecinos, diciéndoles: Regocijaos conmigo, porque he hallado mi oveja que se había perdido.
¿O qué mujer que tiene diez dracmas, si perdiere una dracma, no enciende el candil, y barre la casa, y busca con diligencia hasta encontrarla?
Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre!
Y su hijo mayor estaba en el campo; el cual cuando vino, y llegó cerca de la casa, oyó la música y las danzas;
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- 1.Gé 7:1-Éx 22:2
- 2.Éx 22:7-Josué 6:17
- 3.Josué 6:22-1 Samuel 7:1
- 4.1 Samuel 7:2-2 Samuel 15:16
- 5.2 Samuel 15:35-1 Reyes 10:4
- 6.1 Reyes 10:5-2 Reyes 12:11
- 7.2 Reyes 12:12-1 Crónicas 23:28
- 8.1 Crónicas 23:32-2 Crónicas 20:5
- 9.2 Crónicas 20:9-Esdras 5:2
- 10.Esdras 5:3-Ester 8:1
- 11.Ester 8:2-Proverbios 31:27
- 12.Eclesiastés 2:7-Jeremías 23:8
- 13.Jeremías 23:11-Ezequiel 12:24
- 14.Ezequiel 12:25-Daniel 3:29
- 15.Daniel 4:4-Mateo 5:32
- 16.Mateo 7:24-Lucas 15:25
- 17.Lucas 16:18-2 Juan 1:10