1909 casos en 6 traducciones

'Me' en la Biblia

¿Por qué me he de quitar la carne con mis dientes, y poner mi vida en mis manos?

Y él mismo me será salud, porque no entrará en su presencia el hipócrita.

He aquí ahora, si yo me apercibiere a juicio, sé que seré justificado.

¿Quién contenderá conmigo?, porque entonces me callaría y moriría.

Concédame por lo menos éstas dos cosas; y entonces no me esconderé de tu rostro:

¿Y sobre éste abres tus ojos, y me traes a juicio contigo?

¡Oh quién me diera que me escondieras en el Seol, que me encubrieras hasta apaciguarse tu ira, que me pusieras plazo, y de mí te acordaras!

Pero ahora me ha fatigado; tú has asolado toda mi compañía.

me has arrugado; el testigo es mi delgadez, que se levanta contra mí para testificar en mi rostro.

Su furor me arrebató, y me ha sido contrario; crujió sus dientes contra mí; contra mí aguzó sus ojos mi enemigo.

Han abierto contra mí su boca, con injurias me han abofeteado; a una se aglutinan contra mí.

Me ha entregado Dios al mentiroso, y en las manos de los impíos me hizo temblar.

Próspero estaba, y me desmenuzó; me arrebató por la cerviz, y me despedazó, y me puso por blanco suyo.

Me cercaron sus flecheros, partió mis riñones, y no perdonó; mi hiel derramó por tierra.

Me quebrantó de quebranto sobre quebranto; corrió contra mí como un gigante.

Mis amigos me escarnecen; mis ojos derramarán lágrimas ante Dios.

El me ha puesto por refrán de los pueblos, y delante de ellos he sido como tamboril.

Ya me habéis vituperado diez veces; ¿no os avergonzáis de descomediros delante de mí?

sabed ahora que Dios me ha derribado, y me ha envuelto en su red.

E hizo inflamar contra mí su furor, y me contó para sí entre sus enemigos.

Los moradores de mi casa y mis criadas me tuvieron por extraño; forastero fui yo en sus ojos.

¿Por qué me perseguís como Dios, y no os saciáis de mis carnes?

Por cierto mis pensamientos me hacen responder, y por tanto me apresuro.

La reprensión de mi censura he oído, y me hace responder el espíritu de mi inteligencia.

En cuanto a mí, ¿me quejo yo al hombre? ¿Y por qué no he de ser impaciente?

Aun yo mismo, cuando me acuerdo, me asombro, y toma temblor mi carne.

¿Cómo, pues, me consoláis en vano, dado que vuestras respuestas quedan por mentira?

¡Quién me diera el saber dónde hallar a Dios! Yo iría hasta su silla.

Yo sabría lo que él me respondería, y entendería lo que me dijere.

¿Contendería El conmigo con la grandeza de {su} poder? No, ciertamente me prestaría atención.

Allí el recto disputaría con él; y escaparía para siempre del que me condena.

He aquí, me adelanto, y El no está {allí,} retrocedo, pero no le puedo percibir;

Mis pies tomaron su rastro; guardé su camino, y no me aparté.

Por tanto él acabará lo que me es necesario; y muchas cosas como éstas hay en él.

Por lo cual yo me espantaré delante de su rostro; consideraré, y lo temeré.

Dios ha enternecido mi corazón, y el Omnipotente me ha espantado.

pero no me hacen callar las tinieblas, ni la densa oscuridad {que} me cubre.

El ojo del adúltero está aguardando la noche, diciendo: No me verá nadie; y esconde su rostro.

Y si no es así, ¿quién me desmentirá ahora, o reducirá a nada mis palabras?

Vive el Dios que me quitó mi derecho, y el Omnipotente, que amargó mi alma,

Nunca tal me acontezca que yo os justifique; hasta morir no quitaré de mí mi integridad.

¡Quién me volviera como en los meses pasados, como en los días cuando Dios me guardaba,

cuando lavaba yo mis caminos con manteca, y la piedra me derramaba ríos de aceite!

cuando los oídos que me oían, me llamaban bienaventurado, y los ojos que me veían, me daban testimonio.

Si me reía a ellos, no lo creían; y no abatían la luz de mi rostro.

Aprobaba el camino de ellos, y me sentaba en cabecera; y moraba como rey en el ejército, como el que consuela llorosos.

En verdad, la fuerza de sus manos ¿de qué me servía? Había desaparecido de ellos el vigor.

Porque Dios desató mi cuerda, y me afligió, por eso se desenfrenaron delante de mi rostro.

Y ahora mi alma está derramada en mí; Días de aflicción me han aprehendido.

De noche El traspasa mis huesos dentro de mí, y los {dolores} que me corroen no descansan.

Con la grandeza de la fuerza del dolor mi vestidura es mudada; me ciñe como el cuello de mi ropa.

Me derribó en el lodo, y soy semejante al polvo, y a la ceniza.

Te has vuelto cruel para mí; con la fortaleza de tu mano me odias.

Me levantaste, y me hiciste cabalgar sobre el viento, y derretiste en mí el ser.

Mis entrañas hierven, y no reposan; días de aflicción me han sobrecogido.

Porque ¿qué galardón me daría de arriba Dios, y qué heredad el Omnipotente de las alturas?

¿qué haré cuando Dios se levante? Y cuando El me pida cuentas, ¿qué le responderé?

si no me bendijeron sus lomos, y del vellón de mis ovejas se calentaron;

si alcé contra el huérfano mi mano, aunque viere que todos me ayudarían en la puerta;

si me alegré de que mi hacienda se multiplicare, y de que mi mano hallare mucho;

Ciertamente yo lo llevaría sobre mi hombro, y me lo ceñiría como una corona.

Si me alegré en el quebrantamiento del que me aborrecía, y me regocijé cuando le halló el mal;

si temí a la gran multitud, y el menosprecio de las familias me atemorizó, y callé, y no salí de mi puerta,

¡quién me diera quien me oyere! He aquí mi señal es que el Omnipotente testificará por mí, aunque mi adversario me hubiera escrito los cargos.

Ciertamente yo lo llevaría sobre mi hombro, y me lo ataría en lugar de corona.

Yo le contaría el número de mis pasos, y como príncipe me llegaría a él.

en lugar de trigo me nazcan espinos, y abrojos en lugar de cebada. Se acaban las palabras de Job.

Y respondió Eliú, hijo de Baraquel buzita, y dijo: Yo soy joven, y vosotros ancianos; por eso tenía timidez y me atemorizaba declararos lo que pienso.

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