'Tú' en la Biblia
Porque no quieres tú sacrificio, que yo daría; No quieres holocausto.
Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.
Haz bien con tu voluntad a Sion; edifica los muros de Jerusalén.
Entonces te agradarán los sacrificios de justicia, el holocausto u ofrenda del todo quemada; entonces ofrecerán sobre tu altar becerros.
Agravios maquina tu lengua; como navaja amolada hace engaño.
Por tanto Dios te derribará para siempre; te cortará y te arrancará de tu morada, y te desarraigará de la tierra de los vivientes. (Selah.)
Te alabaré para siempre porque obraste; y esperaré a tu Nombre, porque es bueno, delante de tus misericordiosos.
{Donde antes} no había terror, allí tiemblan de espanto, porque Dios esparció los huesos del que acampaba contra ti; tú {los} avergonzaste, porque Dios los había rechazado.
Oh Dios, sálvame en tu Nombre, y con tu valentía defiéndeme.
El volverá el mal a mis enemigos; córtalos por tu verdad.
Voluntariamente sacrificaré a ti; alabaré tu Nombre, oh SEÑOR, porque es bueno.
mas tú, hombre, según mi estimación: mi señor, y mi familiar.
Echa sobre el SEÑOR tu carga, y él te sustentará; nunca permitará que resbale el justo.
Mas tú, oh Dios, los harás descender al pozo de la sepultura; los varones sanguinarios y engañadores no vivirán ni la mitad de sus días; pero yo confiaré en ti.
¿Escaparán ellos por la iniquidad? Oh Dios, derriba los pueblos con tu furor.
Mis huidas has contado tú; pon mis lágrimas en tu odre, ciertamente en tu libro.
Pues tú has librado mi alma de la muerte, y mis pies de tropiezo, para que yo pueda andar delante de Dios en la luz de la vida.
Ensálzate sobre los cielos, oh Dios; sobre toda la tierra se ensalze tu gloria.
Porque grande es hasta los cielos tu misericordia, y hasta las nubes tu verdad.
Ensálzate sobre los cielos, oh Dios; sobre toda la tierra se ensalze tu gloria.
Y tú, SEÑOR Dios de los ejércitos, Dios de Israel, despierta para visitar todos los gentiles; no hayas misericordia de todos los que se rebelan con iniquidad. (Selah.)
Mas tú, SEÑOR, te reirás de ellos, te burlarás de todos los gentiles.
No los matarás, para que mi pueblo no se olvide; hazlos vagar con tu fortaleza, y abátelos, oh SEÑOR, escudo nuestro,
Acába{los} en {tu} furor, acába{los,} para que ya no existan; para que {los hombres} sepan que Dios gobierna en Jacob, hasta los confines de la tierra. (Selah)
Y yo cantaré tu fortaleza, y loaré de mañana tu misericordia; porque has sido mi amparo y refugio en el día de mi angustia.
Oh Dios, tú nos has desechado, nos disipaste; te has airado: vuélvete a nosotros.
Has hecho ver a tu pueblo duras cosas; nos hiciste beber el vino de temblor.
Para que se libren tus amados, salva con tu diestra, y óyeme.
Ciertamente, tú, oh Dios, que nos habías desechado; y tú, oh Dios, que no salías con nuestras armadas.
porque tú has sido mi refugio, mi torre de fortaleza delante del enemigo.
Yo habitaré en tu tabernáculo para siempre; estaré seguro en el escondedero de tus alas.
Porque tú, oh Dios, has oído mis votos, has dado heredad a los que temen tu Nombre.
Tú añadirás días a los días del rey; sus años serán como muchas generaciones.
Así cantaré tu Nombre para siempre, pagando mis votos cada día.
Y tuya Señor, es la misericordia; porque tú pagas a cada uno conforme a su obra.
Dios, Dios mío eres tú; a ti madrugaré; mi alma tuvo sed de ti, mi carne te desea en tierra de sequedad y transida sin aguas.
Así te miré en santidad, cuando vi tu fortaleza y tu gloria.
Porque mejor es tu misericordia que la vida; mis labios te alabarán.
Así te bendeciré en mi vida; en tu Nombre alzaré mis manos.
Porque tú has sido mi socorro, y a la sombra de tus alas canto gozoso.
Mi alma se apegó tras de ti; tu diestra me ha sustentado.
Tú oyes la oración; a ti vendrá toda carne.
Palabras de iniquidades me sobrepujaron; mas nuestras rebeliones tú las limpiarás.
Dichoso el que tú escogieres, e hicieres llegar para que habite en tus atrios; seremos saciados del bien de tu Casa, de tu santo templo.
Con tremendas cosas, en justicia, nos responderás tú, Oh Dios de nuestra salud, Esperanza de todos los términos de la tierra, Y de los más remotos confines de la mar.
Tú, el que afirma los montes con su potencia, ceñido de valentía.
Por tanto los habitadores de los fines de la tierra temen de tus maravillas. Tú haces alegrar las salidas de la mañana y de la tarde.
Tú visitas la tierra y {la riegas} en abundancia, en gran manera la enriqueces; el río de Dios rebosa de agua; tú les preparas su grano, porque así preparas la tierra.
Tú coronas el año de tus bienes; y tus nubes destilan grosura.
Decid a Dios: ¡Cuán terrible eres en tus obras! Por lo grande de tu fortaleza se sujetarán a ti tus enemigos.
Toda la tierra te adorará, y cantará a ti; cantarán a tu Nombre. (Selah.)
Porque tú nos probaste, oh Dios; nos afinaste como se afina la plata.
Hiciste cabalgar hombres sobre nuestras cabezas; pasamos por el fuego y por el agua, pero tú nos sacaste a {un lugar de} abundancia.
Entraré en tu Casa con holo-caustos; te pagaré mis votos,
para que conozcamos en la tierra tu camino, entre todos los gentiles tu salud.
Alégrense y canten con júbilo las naciones, porque tú juzgarás a los pueblos con equidad, y guiarás a las naciones en la tierra. (Selah)
Oh Dios, cuando tú saliste delante de tu pueblo, cuando anduviste por el desierto, (Selah,)
Abundante lluvia esparciste, oh Dios, a tu heredad; y cuando se cansó, tú la recreaste.
Tu compañía estaba en ella; por tu bondad, oh Dios, has provisto al pobre.
Tú has ascendido a lo alto, has llevado en cautividad a {tus} cautivos; has recibido dones entre los hombres, y aun {entre} los rebeldes, para que el SEÑOR Dios habite {entre ellos.}
Porque tu pie se embermejecerá de sangre de tus enemigos, y de ella la lengua de tus perros.
Ellos han visto tu procesión, oh Dios, la procesión de mi Dios, mi Rey, hacia el santuario.
Tu Dios ha ordenado tu fuerza; confirma, oh Dios, lo que has obrado en nosotros.
Desde tu templo en Jerusalén; a ti ofrecerán los reyes dones.
Imponente eres, oh Dios, desde tu santuario. El Dios mismo de Israel da fortaleza y poder al pueblo. ¿Bendito sea Dios!
Dios, tú sabes mi locura; y mis delitos no te son ocultos.
Porque me consumió el celo de tu Casa; y los denuestos de los que te vituperaban, cayeron sobre mí.
Pero yo enderezaba mi oración a ti, oh SEÑOR, al tiempo de la buena voluntad. Oh Dios, por la multitud de tu misericordia, por la verdad de tu salud, óyeme.
Oyeme, SEÑOR, porque apacible es tu misericordia; mírame conforme a la multitud de tus miseraciones.
Y no escondas tu rostro de tu siervo; porque estoy angustiado; apresúrate, óyeme.
Tú sabes mi afrenta, y mi confusión, y mi oprobio; delante de ti están todos mis enemigos.
Derrama sobre ellos tu ira, y el furor de tu enojo los alcance.
Porque persiguieron al que tú heriste; y se jactan que les matas sus enemigos.
Pon iniquidad sobre su iniquidad, y no entren en tu justicia.
Y yo pobre y dolorido, tu salud, oh Dios, me defenderá.
Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan; y digan siempre los que aman tu salud: Engrandecido sea Dios.
Yo soy pobre y menesteroso; apresúrate a mí, oh Dios. Ayuda mía y mi libertador eres tú; oh SEÑOR, no te detengas.
Hazme escapar, y líbrame en tu justicia; inclina tu oído hacia mí y sálvame.
Seme por peña de fortaleza, adonde recurra yo continuamente; has mandado que yo sea salvo; porque tú eres mi roca, y mi castillo.
Porque tú eres mi esperanza, Señor DIOS; seguridad mía desde mi juventud.
Por ti he sido sustentado desde el vientre; de las entrañas de mi madre tú fuiste el que me sacó; de ti ha sido siempre mi alabanza.
Como prodigio he sido a muchos, y tú mi refugio fuerte.
Sea llena mi boca de tu alabanza, de tu gloria todo el día.
Mas yo siempre esperaré, y añadiré sobre toda tu alabanza.
Mi boca publicará tu justicia y tu salvación todo el día, aunque no sé el número de ellas.
Iré en la valentía del Señor DIOS; haré memoria de tu justicia, de la tuya solamente.
Oh Dios, tú me has enseñado desde mi juventud, y hasta ahora he anunciado tus maravillas.
Y aun hasta la vejez y las canas; oh Dios, no me desampares; hasta que denuncie tu brazo a la posteridad; tus valentías a todos los que han de venir.
Y tu justicia, oh Dios, hasta lo excelso; porque has hecho grandes cosas; Oh Dios, ¿quién como tú?
Tú, que me has hecho ver muchas angustias y males; volverás y me darás vida, y de los abismos de la tierra volverás a levantarme.
Aumenta tú mi grandeza, y vuelve {a} consolarme.
Asimismo yo te alabaré con instrumento de salterio, oh Dios mío; tu verdad cantaré yo a ti en el arpa, oh Santo de Israel.
Darán voces de júbilo mis labios, cuando te cante alabanzas, y mi alma, que tú has redimido.
Asimismo mi lengua hablará también de tu justicia cada día; por cuanto fueron avergonzados, porque fueron confundidos los que mi mal procuraban.
Oh Dios, da tus juicios al rey, y tu justicia al hijo del rey.
El juzgará tu pueblo con justicia, y tus pobres con juicio.
Ciertamente tú los pones en lugares resbaladizos; los arrojas a la destrucción.
Sin embargo, yo siempre estoy contigo; tú me has tomado de la mano derecha.
Me has guiado según tu consejo, y después me recibirás con gloria.
Porque he aquí, los que se alejan de ti perecerán; tú cortas a todo aquel que fornica de ti.
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