'Tú' en la Biblia
Mas tú desechaste y menospreciaste a tu Ungido; y te has airado con él.
Rompiste el pacto de tu siervo; has profanado su corona hasta la tierra.
Tú has exaltado la diestra de sus adversarios; has hecho regocijarse a todos sus enemigos.
¿Hasta cuándo, oh SEÑOR? ¿Te esconderás para siempre? ¿Arderá para siempre tu ira como el fuego?
Señor, ¿dónde están tus antiguas misericordias? Has jurado a David por tu verdad.
Porque tus enemigos, oh SEÑOR, han deshonrado, porque tus enemigos han deshonrado los pasos de tu Ungido.
Señor, tú nos has sido refugio de generación en generación.
Antes que nacieran los montes y formaran la tierra y el mundo, y desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios.
Tú los has barrido como un torrente, son como un sueño; son como la hierba que por la mañana reverdece;
Porque con tu furor somos consumidos, y con tu ira somos conturbados.
Pusiste nuestras iniquidades delante de ti, nuestros yerros a la lumbre de tu rostro.
Porque todos nuestros días declinan a causa de tu ira; acabamos nuestros años según la palabra.
¿Quién conoce la fortaleza de tu ira? Que tu ira no es menor que nuestro temor.
Sácianos de mañana de tu misericordia; y cantaremos, y nos alegraremos todos nuestros días.
Aparezca en tus siervos tu obra, y tu gloria sobre sus hijos.
Caerán a tu lado millares, y diez millares a tu diestra; pero a ti no llegará.
Porque has puesto al SEÑOR, quien es mi esperanza; al Altísimo por tu habitación,
no se ordenará para ti mal, ni plaga tocará tu morada.
En las manos te llevarán, para que tu pie no tropiece en piedra.
Bueno es alabar al SEÑOR, y cantar salmos a tu Nombre, oh Altísimo;
anunciar por la mañana tu misericordia, y tu fidelidad en las noches,
Porque tú, oh SEÑOR, me has alegrado con tus obras, cantaré con gozo ante las obras de tus manos.
Mas tú, SEÑOR, para siempre eres Altísimo.
Y tú ensalzaste mi cuerno como de unicornio; fue ungido con óleo verde.
Firme es tu trono desde entonces; tú eres eternalmente.
Tus testimonios son muy firmes; tu Casa, oh SEÑOR, tiene hermosa santidad para largos días.
A tu pueblo, oh SEÑOR, quebrantan, y a tu heredad afligen.
Bienaventurado el varón a quien tú, JAH, corriges, y en tu ley lo instruyeres;
Cuando yo decía: Mi pie resbala; tu misericordia, oh SEÑOR, me sustentaba.
Porque tú, SEÑOR, eres alto sobre toda la tierra; eres muy ensalzado sobre todos los dioses.
Alaben tu Nombre, grande y tremendo y santo.
Y la fortaleza del Rey, que ama el juicio; tú confirmas la rectitud; tú has hecho en Jacob juicio y justicia.
SEÑOR Dios nuestro, tú les respondías; Dios, tú eras perdonador a ellos, y vengador por sus obras.
No escondas de mí tu rostro; en el día de mi angustia inclina a mí tu oído; el día que te invocare, apresúrate a responderme.
a causa de tu enojo y de tu ira; porque me alzaste, y me arrojaste.
Mas tú, SEÑOR, para siempre permanecerás, y tu memoria de generación y generación.
Tú levantándote, tendrás misericordia de Sion; porque es tiempo de tener misericordia de ella, porque el plazo es llegado.
Entonces temerán los gentiles el Nombre del SEÑOR, y todos los reyes de la tierra tu gloria;
Tú fundaste la tierra antiguamente, y los cielos son obra de tus manos.
Ellos perecerán, y tú permanecerás; y todos ellos como un vestido se envejecerán; como una ropa de vestir los mudarás, y serán mudados;
mas tú eres el mismo, y tus años no se acabarán.
el que rescata del hoyo tu vida, el que te corona de favores y misericordia;
el que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila.
A tu reprensión huyeron; por el sonido de tu trueno se apresuraron;
salieron los montes, descendieron por los valles a este lugar que tú les fundaste.
Tú eres el que envías las fuentes por los arroyos; van entre los montes.
Tú ordenas la oscuridad y se hace de noche, en ella andan todas las bestias del bosque.
¡Cuán innumerables son tus obras, oh SEÑOR! Hiciste todas ellas con sabiduría; la tierra está llena de tu posesión.
Les das, recogen; abres tu mano, se sacian de bien.
Escondes tu rostro, se turban; les quitas el espíritu, dejan de ser, y se tornan en su polvo.
Envías tu espíritu, se crean; y renuevas la faz de la tierra.
Acuérdate de mí, oh SEÑOR, en la buena voluntad para con tu pueblo; visítame con tu salud;
para que yo vea el bien de tus escogidos, para que me goce en la alegría de tu nación, y me gloríe con tu heredad.
Nuestros padres en Egipto no entendieron tus maravillas; no se acordaron de tu infinito amor, sino que se rebelaron junto al mar, en el mar Rojo.
Sálvanos, SEÑOR Dios nuestro, y júntanos de entre los gentiles, para que loemos tu santo Nombre, para que nos gloriemos de tus alabanzas.
Porque grande más que los cielos es tu misericordia, y hasta los cielos tu verdad.
Ensálzate sobre los cielos, oh Dios; sobre toda la tierra sea ensalzada tu gloria.
Para que sean librados tus amados; salva con tu diestra, y respóndeme.
Ciertamente tú, oh Dios, que nos habías desechado; y no salías, oh Dios, con nuestros ejércitos.
Y tú, oh DIOS el Señor, haz conmigo por amor de tu Nombre: Líbrame, porque tu misericordia es buena.
Ayúdame, SEÑOR Dios mío; sálvame conforme a tu misericordia.
Y entiendan que ésta es tu mano; que tú, el SEÑOR, has hecho esto.
Maldigan ellos, y bendice tú; levántense, mas sean avergonzados; y tu siervo sea alegrado.
La vara de tu fortaleza enviará el SEÑOR desde Sion; domina en medio de tus enemigos.
Tu pueblo será voluntario en el día de tu poder, en la hermosura de la santidad; como el rocío que cae de la matriz del alba, así te nacerán los tuyos.
Juró el SEÑOR, y no se arrepentirá. Tú eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec.
El Señor a tu diestra herirá a los reyes en el día de su furor:
¿Qué tuviste, oh mar, que huiste? ¿Y tú, oh Jordán, que te volviste atrás?
No a nosotros, oh SEÑOR, no a nosotros, sino a tu Nombre da gloria; por tu misericordia, por tu verdad.
Oh Israel, confía en el SEÑOR; El es tu ayuda y tu escudo.
Vuelve, oh alma mía, a tu reposo; porque el SEÑOR te ha hecho bien.
Pues tú has librado mi alma de la muerte, Mis ojos de lágrimas, Y mis pies de desbarrar.
Así es oh SEÑOR, porque yo soy tu siervo, yo soy tu siervo, hijo de tu sierva; tú rompiste mis prisiones.
Mi Dios eres tú, y a ti alabaré; Dios mío, a ti ensalzaré.
Tú encargaste tus mandamientos, que sean muy guardados.
Te alabaré con rectitud de corazón, cuando aprendiere los juicios de tu justicia.
BET ¿Con qué limpiará el joven su camino? Cuando guardare tu palabra.
En mi corazón he atesorado tu palabra, para no pecar contra ti.
Bendito tú, oh SEÑOR, enséñame tus estatutos.
Con mis labios he contado todos los juicios de tu boca.
8 Se anticiparon mis ojos a las vigilias de la noche, para meditar en tu palabra.
Me deleitaré en tus estatutos, y no olvidaré tu palabra.
GUIMEL Haz este bien a tu siervo que viva, y guarde tu palabra.
Destapa mis ojos, y miraré las maravillas de tu ley.
Tú reprendes a los soberbios, los malditos, que se desvían de tus mandamientos.
Príncipes también se sentaron y hablaron contra mí, hablando tu siervo según tus estatutos.
DALET Se apegó con el polvo mi alma, vivifícame según tu palabra.
De mis caminos {te} conté, y tú me has respondido; enséñame tus estatutos.
Se deshace mi alma de ansiedad, confírmame según tu palabra.
Aparta de mí, camino de mentira; y de tu ley hazme misericordia.
Por el camino de tus mandamientos correré, porque tú ensancharás mi corazón.
Dame entendimiento, y guardaré tu ley; y la cumpliré de todo corazón.
Aparta mis ojos, que no vean la vanidad; avívame en tu camino.
Confirma tu palabra a tu siervo, que te teme.
He aquí yo he codiciado tus mandamientos, vivifícame en tu justicia.
VAU Y venga a mí tu misericordia, oh SEÑOR; tu salvación, conforme a tu dicho.
Y daré por respuesta a mi avergonzador, que en tu palabra he confiado.
Y no quites de mi boca en ningún tiempo la palabra de verdad; porque a tu juicio espero.
Y guardaré tu ley siempre, de siglo a siglo.
ZAIN Acuérdate de la palabra dada a tu siervo, en la cual me has hecho esperar.
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