'Los' en la Biblia

Junto a los ríos de Babilonia, allí nos sentábamos, y aun llorábamos, acordándonos de Sion.

Sobre los sauces que están en medio de ella colgamos nuestras arpas;

cuando nos pedían allí, los que nos cautivaron, las palabras de la canción, (colgadas nuestras arpas de alegría) diciendo: Cantadnos de las canciones de Sion.

Acuérdate, oh SEÑOR, de los hijos de Edom en el día de Jerusalén; quienes decían: Arrasadla, arrasadla hasta los cimientos.

Te Alabaré con todo mi corazón; delante de los dioses te cantaré salmos.

Te confesarán, oh SEÑOR, todos los reyes de la tierra, cuando oigan los dichos de tu boca.

Y cantarán en los caminos del SEÑOR, que la gloria del SEÑOR es grande.

Si subiere a los cielos, allí estás tú; y si hiciere mi estrado en el Seol, hete allí.

Si los cuento, se multiplican más que la arena; despierto, y aún estoy contigo.

De cierto, oh Dios, matarás al impío; apartaos, pues, de mí, los varones sanguinarios,

¿No tuve en odio, oh SEÑOR, a los que te aborrecen, y peleo contra tus enemigos?

De entero odio los aborrecí; los tuve por enemigos.

Los cuales pensaron males en el corazón, cada día urden contiendas.

Me han escondido lazo y cuerdas los soberbios; han tendido red; en el lugar de la senda me han puesto lazos. (Selah.)

En cuanto a la cabeza de los que me cercan, la perversidad de sus labios la cubra.

Caigan sobre ellos brasas; en el fuego los haga caer, en profundos hoyos de donde no salgan.

Yo sé que hará el SEÑOR el juicio del pobre, el juicio de los menesterosos.

Ciertamente los justos alabarán tu Nombre; los rectos morarán en tu presencia.

No inclines mi corazón a cosa mala, a hacer obras con impiedad con los varones que obran iniquidad; y no coma yo de sus deleites.

Guárdame de las manos del lazo que me han tendido, y de los lazos de los que obran iniquidad.

Caigan los impíos a una en sus redes, mientras yo pasaré adelante para siempre.

Clamé a ti, oh SEÑOR, Dije: Tú eres mi esperanza, y mi porción en la tierra de los vivientes.

Escucha mi clamor, que estoy muy afligido; líbrame de los que me persiguen, porque son más fuertes que yo.

Saca mi alma de la cárcel para que alabe tu Nombre; conmigo harán fiesta los justos, cuando me hubieras destetado.

Porque ha perseguido el enemigo mi alma; ha quebrantado en tierra mi vida; me ha hecho habitar en tinieblas como los ya muertos.

Me acordé de los días antiguos; meditaba en todas tus obras, meditaba en las obras de tus manos.

Respóndeme pronto, oh SEÑOR que desmaya mi espíritu; no escondas de mí tu rostro, y venga yo a ser semejante a los que descienden a la sepultura.

Y por tu misericordia disiparás mis enemigos, y destruirás todos los adversarios de mi alma; porque yo soy tu siervo.

Oh SEÑOR, abaja tus cielos y desciende; toca los montes, y humeen.

Envía tu mano desde lo alto; redímeme, y sácame de las muchas aguas, de la mano de los hijos extraños;

Tú, el que da salvación a los reyes, el que redime a David su siervo de maligna espada.

Redímeme, y sálvame de mano de los hijos extraños, cuya boca habla vanidad, y su diestra es diestra de mentira.

Vau Y la terribilidad de tus valentías dirán los hombres; y yo recontaré tu grandeza.

Lámed para notificar a los hijos de Adán sus valentías, y la gloria de la magnificencia de su reino.

Mem Tu reino es reino de todos los siglos, y tu señorío en todas las generaciones.

Sámec Sostiene el SEÑOR a todos los que caen, y levanta a todos los oprimidos.

Ayin Los ojos de todas las cosas esperan a ti, y tú les das su comida en su tiempo.

Cof Cercano está el SEÑOR a todos los que le invocan, a todos los que le invocan con verdad.

Resh Cumplirá el deseo de los que le temen; y su clamor oirá, y los salvará.

Sin El SEÑOR guarda a todos los que le aman; pero destruirá a todos los impíos.

No confiéis en los príncipes, ni en hijo de hombre, porque no hay en él salvación.

el cual hizo los cielos y la tierra, el mar, y todo lo que en ellos hay; el que guarda verdad para siempre;

el que hace derecho a los agraviados; el que da pan a los hambrientos; el SEÑOR, el que suelta a los aprisionados;

el SEÑOR es el que abre los ojos a los ciegos; el SEÑOR, el que endereza a los agobiados; el SEÑOR, el que ama a los justos.

El SEÑOR, el que guarda a los extranjeros; al huérfano y a la viuda levanta; y el camino de los impíos trastorna.

El SEÑOR, el que edifica a Jerusalén; a los echados de Israel recogerá.

El que sana a los quebrantados de corazón, y el que liga sus heridas.

El SEÑOR, el que ensalza a los humildes; el que humilla a los impíos hasta la tierra.

El que cubre los cielos de nubes, el que prepara la lluvia para la tierra, el que hace a los montes producir hierba.

El que da a la bestia su mantenimiento, y a los hijos de los cuervos que claman a él.

El SEÑOR ama a los que le temen; a los que esperan en su misericordia.

Porque fortificó los cerrojos de tus puertas; bendijo a tus hijos dentro de ti.

Enviará su palabra, y los derretirá; soplará su viento, y fluirán las aguas.

Alabad a Dios desde los cielos; alabadle en las alturas.

Alabadle, los cielos de los cielos; y las aguas que están sobre los cielos.

Y los hizo ser para siempre por el siglo; les puso ley que no será quebrantada.

Alabad al SEÑOR, desde la tierra, los dragones y todos los abismos;

los montes y todos los collados; el árbol de fruto, y todos los cedros;

los reyes de la tierra, y todos los pueblos; los príncipes, y todos los jueces de la tierra;

los jóvenes, y también las doncellas; los viejos con los niños,

El ensalzó el cuerno de su pueblo; alábenle todos sus misericordiosos, los hijos de Israel, el pueblo a él cercano. Alelu-JAH.

Cantad al SEÑOR canción nueva; su alabanza sea en la congregación de los misericordiosos.

Alégrese Israel con su Hacedor; los hijos de Sion se gocen con su Rey.

Porque el SEÑOR toma contentamiento con su pueblo; hermoseará a los humildes con salud.

Se gozarán los misericordiosos con gloria; cantarán sobre sus camas.

para hacer venganza de los gentiles, castigos en los pueblos;

Los proverbios de Salomón, hijo de David, rey de Israel:

para dar prudencia a los simples, y a los jóvenes inteligencia y consejo.

Si el sabio los oyere, aumentará la doctrina; y el entendido adquirirá consejo;

El principio del conocimiento es el temor del SEÑOR; los locos despreciaron la sabiduría y el castigo.

Hijo mío, si los pecadores te quisieren engañar, no consientas.

los tragaremos vivos como el Seol, y enteros, como los que caen en un abismo;

Porque en vano se tenderá la red ante los ojos de toda ave;

clama en los principales lugares de concurso; en las entradas de las puertas de la ciudad dice sus razones:

¿Hasta cuándo, oh simples, amaréis la simpleza, y los burladores desearán el burlar, y los locos aborrecerán la ciencia?

Porque el reposo de los ignorantes los matará, y la prosperidad de los locos los echará a perder.

El guarda el ser a los rectos; es escudo a los que caminan perfectamente,

Por lo cual su casa está inclinada a la muerte, y sus veredas van hacia los muertos.

Todos los que a ella entraren, no volverán, ni tomarán las veredas de la vida.

Para que andes por el camino de los buenos, y guardes las veredas de los justos.

Porque los rectos habitarán la tierra, y los perfectos permanecerán en ella;

mas los impíos serán cortados de la tierra, y los prevaricadores serán de ella desarraigados.

y hallarás gracia y buena opinión en los ojos de Dios y de los hombres.

Ella es árbol de vida a los que de ella echan mano; y bienaventurados son los que la mantienen.

El SEÑOR con sabiduría fundó la tierra; afirmó los cielos con inteligencia.

Con su ciencia se partieron los abismos, y destilan el rocío los cielos.

No tendrás temor del pavor repentino, ni de la ruina de los impíos cuando viniere;

Porque el perverso es abominado del SEÑOR; mas su secreto es con los rectos.

La maldición del SEÑOR está en la casa del impío; mas él bendecirá la morada de los justos.

Ciertamente él escarnecerá a los escarnecedores, y a los humildes dará gracia.

Los sabios heredarán la honra; mas los locos sostendrán deshonra.

No entres por la vereda de los impíos, ni vayas por el camino de los malos.

Mas la vereda de los justos es como la luz del lucero, que va en aumento hasta que el día es perfecto.

El camino de los impíos es como la oscuridad; no saben en qué tropiezan.

Porque son vida a los que las hallan, y medicina a toda su carne.

Aparta de ti la perversidad de la boca, y aleja de ti la desviación de los labios.

Porque los labios de la mujer extraña destilan miel, y su paladar es más blando que el aceite;

si no pesares el camino de vida, sus caminos son inestables; no los conocerás.

para que no des a los extraños tu honor, y tus años al cruel;

para que no se harten los extraños de tu fuerza, y tus trabajos estén en casa del extraño;