'Ciudad' en la Biblia
Después de esto, el Señor designó a otros setenta, y los envió de dos en dos delante de El, a toda ciudad y lugar adonde El había de ir.
"En cualquier ciudad donde entren y los reciban, coman lo que les sirvan;
"Pero en cualquier ciudad donde entren, y no los reciban, salgan a sus calles, y digan:
`Hasta el polvo de su ciudad que se pega a nuestros pies, nos lo sacudimos {en protesta} contra ustedes; pero sepan esto: que el reino de Dios se ha acercado.'
"Les digo que en aquel día será más tolerable {el castigo} para Sodoma que para aquella ciudad.
"Cuando el siervo regresó, informó {de todo} esto a su señor. Entonces, enojado el dueño de la casa, dijo a su siervo: `Sal enseguida por las calles y callejones de la ciudad, y trae acá a los pobres, los mancos, los ciegos y los cojos.'
``Había en cierta ciudad un juez que ni temía a Dios ni respetaba a hombre alguno.
"También había en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él {constantemente,} diciendo: `Hágame usted justicia de mi adversario.'
Cuando Jesús entró en Jericó, pasaba por la ciudad.
Cuando Jesús se acercó, al ver la ciudad, lloró sobre ella,
"Entonces los que estén en Judea, huyan a los montes, y los que estén en medio de la ciudad, aléjense; y los que estén en los campos, no entren en ella.
Y El les respondió: ``Miren, al entrar en la ciudad, les saldrá al encuentro un hombre que lleva un cántaro de agua; síganlo a la casa donde entre.
Barrabás había sido echado en la cárcel por un levantamiento ocurrido en la ciudad, y por homicidio.
el cual no había estado de acuerdo con el plan y el proceder de los demás, {que era} de Arimatea, ciudad de los Judíos, {y} que esperaba el reino de Dios.
"Por tanto, Yo enviaré sobre ustedes la promesa de Mi Padre; pero ustedes, permanezcan en la ciudad hasta que sean investidos con poder de lo alto."
Entonces Jesús los condujo fuera {de la ciudad,} hasta cerca de Betania, y alzando Sus manos, los bendijo.
Este es el testimonio de Juan, cuando los Judíos enviaron sacerdotes y Levitas de Jerusalén (Ciudad de Paz) a preguntarle: `` ¿Quién eres tú?"
Felipe era de Betsaida, de la ciudad de Andrés y de Pedro.
Llegó, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, cerca de la parcela de tierra que Jacob dio a su hijo José;
Pues Sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar alimentos.
Entonces la mujer dejó su cántaro, fue a la ciudad y dijo a los hombres:
Y salieron de la ciudad y fueron adonde El estaba.
Y de aquella ciudad, muchos de los Samaritanos creyeron en El por la palabra de la mujer que daba testimonio, {diciendo:} ``El me dijo todo lo que yo he hecho."
Por eso Jesús ya no andaba públicamente entre los Judíos, sino que se fue de allí a la región cerca del desierto, a una ciudad llamada Efraín; y se quedó allí con los discípulos.
Entonces muchos Judíos leyeron esta inscripción, porque el lugar donde Jesús fue crucificado quedaba cerca de la ciudad; y estaba escrita en Hebreo, en Latín {y} en Griego.
Y reuniéndolos, les mandó que no salieran de Jerusalén (Ciudad de Paz), sino que esperaran la promesa del Padre: ``La cual," {les dijo,} ``oyeron de Mí;
Cuando hubieron entrado {en la ciudad,} subieron al aposento alto donde estaban hospedados, Pedro, Juan, Jacobo (hermano de Juan) y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Jacobo {hijo} de Alfeo, Simón el Zelote y Judas, {hijo} de Jacobo.
"Porque en verdad, en esta ciudad se unieron tanto Herodes (Antipas) como Poncio Pilato, junto con los Gentiles y los pueblos de Israel, contra Tu santo Siervo (Hijo) Jesús, a quien Tú ungiste,
Echándolo fuera de la ciudad, comenzaron a apedrearlo; y los testigos pusieron sus mantos a los pies de un joven llamado Saulo (Pablo).
Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo (el Mesías).
Y había gran regocijo en aquella ciudad.
Hacía tiempo que cierto hombre llamado Simón, estaba ejerciendo la magia en la ciudad y asombrando a la gente de Samaria, pretendiendo ser un gran {personaje};
levántate, entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer."
Al día siguiente, mientras ellos iban por el camino y se acercaban a la ciudad, Pedro subió a la azotea a orar como al mediodía.
``Estaba yo en la ciudad de Jope orando, y vi en éxtasis una visión: un objeto semejante a un gran lienzo que descendía, bajado del cielo por las cuatro puntas, y vino hasta mí.
Cuando habían pasado la primera y la segunda guardia, llegaron a la puerta de hierro que conduce a la ciudad, la cual se les abrió por sí misma. Entonces salieron y siguieron por una calle, y de repente el ángel se apartó de él.
El siguiente día de reposo casi toda la ciudad se reunió para oír la palabra del Señor.
Pero los Judíos instigaron a las mujeres piadosas (religiosas o devotas) {y} distinguidas, y a los hombres más prominentes de la ciudad, y provocaron una persecución contra Pablo y Bernabé, y los expulsaron de su región.
Pero la gente de la ciudad estaba dividida, y unos estaban con los Judíos y otros con los apóstoles.
El sacerdote de Júpiter, cuyo {templo} estaba en las afueras de la ciudad, trajo toros y guirnaldas a las puertas, y quería ofrecer sacrificios junto con la multitud.
Pero vinieron {algunos} Judíos de Antioquía y de Iconio, y habiendo persuadido a la multitud, apedrearon a Pablo y lo arrastraron fuera de la ciudad, pensando que estaba muerto.
Pero mientras los discípulos lo rodeaban, él se levantó y entró en la ciudad. Al día siguiente Pablo partió con Bernabé a Derbe.
Después de anunciar el evangelio a aquella ciudad y de hacer muchos discípulos, volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía,
"Porque Moisés desde generaciones antiguas tiene en cada ciudad quienes lo prediquen, pues todos los días de reposo es leído en las sinagogas."
De allí {fuimos} a Filipos, que es una ciudad principal de la provincia de Macedonia, una colonia {Romana}; en esta ciudad nos quedamos por varios días.
El día de reposo salimos fuera de la puerta (de la ciudad), a la orilla de un río, donde pensábamos que habría un lugar de oración. Nos sentamos y comenzamos a hablar a las mujeres que se habían reunido.
Y estaba escuchando cierta mujer llamada Lidia, de la ciudad de Tiatira, vendedora de telas de púrpura, que adoraba a Dios; y el Señor abrió su corazón para que recibiera lo que Pablo decía.
Después de haberlos presentado a los magistrados superiores, dijeron: ``Estos hombres, siendo Judíos, alborotan nuestra ciudad,
Entonces vinieron y les suplicaron, y después de sacarlos, les rogaban que salieran de la ciudad.
Pero los Judíos, llenos de envidia, llevaron algunos hombres malvados de la plaza pública, organizaron una turba y alborotaron la ciudad. Asaltando la casa de Jasón, procuraban sacarlos al pueblo.
Al no encontrarlos, arrastraron a Jasón y a algunos de los hermanos ante las autoridades de la ciudad, gritando: ``Esos que han trastornado al mundo han venido acá también;
Y alborotaron a la multitud y a las autoridades de la ciudad que oían esto.
Mientras Pablo los esperaba en Atenas, su espíritu se enardecía (se indignaba) dentro de él al contemplar la ciudad llena de ídolos.
porque Yo estoy contigo, y nadie te atacará para hacerte daño, porque Yo tengo mucha gente en esta ciudad."
La ciudad se llenó de confusión y a una se precipitaron en el teatro, arrastrando consigo a Gayo y a Aristarco, los compañeros de viaje de Pablo, {que eran} de Macedonia.
Entonces el secretario (que presidía las asambleas populares), después de calmar a la multitud, dijo: ``Ciudadanos de Efeso, ¿hay acaso algún hombre que no sepa que la ciudad de los Efesios es guardiana del templo de la gran Diana y de la {imagen} que descendió del cielo?
salvo que el Espíritu Santo solemnemente me da testimonio en cada ciudad, diciendo que me esperan cadenas y aflicciones.
Pasados aquellos días partimos y emprendimos nuestro viaje mientras que todos ellos, con sus mujeres e hijos, nos acompañaron hasta las afueras de la ciudad. Después de arrodillarnos y orar en la playa, nos despedimos unos de otros.
Pues anteriormente habían visto a Trófimo el Efesio con él en la ciudad, y pensaban que Pablo lo había traído al templo.
Se alborotó toda la ciudad, y llegó el pueblo corriendo de todas partes. Apoderándose de Pablo lo arrastraron fuera del templo, y al instante cerraron las puertas.
Pablo respondió: ``Yo soy Judío de Tarso de Cilicia, ciudadano de una ciudad no sin importancia. Te suplico que me permitas hablar al pueblo."
``Yo soy Judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero criado en esta ciudad, educado bajo Gamaliel en estricta conformidad a la ley de nuestros padres, siendo {tan} celoso de Dios como todos ustedes lo son hoy.
Así que los soldados, de acuerdo con las órdenes {que tenían,} tomaron a Pablo y lo llevaron de noche a (la ciudad de) Antípatris.
"Y ni en el templo, ni en las sinagogas, ni en la ciudad {misma} me encontraron discutiendo con nadie o provocando un tumulto.
Así que al día siguiente, cuando Agripa II y Berenice entraron al auditorio en medio de gran pompa, acompañados por los comandantes y los hombres importantes de la ciudad, por orden de Festo, fue traído Pablo.
Costeándola con dificultad, llegamos a un lugar llamado Buenos Puertos, cerca del cual estaba la ciudad de Lasea.
con el poder de señales (milagros) y prodigios, en el poder del Espíritu de Dios, De manera que desde Jerusalén (Ciudad de Paz) y por los alrededores hasta el Ilírico he predicado en toda su plenitud el evangelio de Cristo.
Gayo, hospedador mío y de toda la iglesia, los saluda. Erasto, el tesorero de la ciudad, los saluda, y el hermano Cuarto.
Con frecuencia en viajes, en peligros de ríos, peligros de salteadores, peligros de {mis} compatriotas, peligros de los Gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos;
En Damasco, el gobernador bajo el rey Aretas, vigilaba la ciudad de los Damascenos con el fin de prenderme.
ni subí a Jerusalén (Ciudad de Paz) a los que eran apóstoles antes que yo, sino que fui a Arabia, y regresé otra vez a Damasco.
Por esta causa te dejé en Creta, para que pusieras en orden lo que queda, y designaras ancianos en cada ciudad como te mandé.
porque esperaba la ciudad que tiene cimientos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.
Pero en realidad, anhelan una {patria} mejor, es decir, la celestial. Por lo cual, Dios no se avergüenza de ser llamado Dios de ellos, pues les ha preparado una ciudad.
Ustedes, en cambio, se han acercado al Monte Sion y a la ciudad del Dios vivo, la Jerusalén celestial, y a miríadas de ángeles,
Porque no tenemos aquí una ciudad permanente, sino que buscamos {la} que está por venir.
Oigan ahora, ustedes que dicen: ``Hoy o mañana iremos a tal o cual ciudad y pasaremos allá un año, haremos negocio y tendremos ganancia."
"Al vencedor le haré una columna en el templo de Mi Dios, y nunca más saldrá de allí. Escribiré sobre él el nombre de Mi Dios y el nombre de la ciudad de Mi Dios, la nueva Jerusalén, que desciende del cielo de Mi Dios, y Mi nombre nuevo.
"Pero excluye el patio (el atrio) que está fuera del templo, no lo midas, porque ha sido entregado a las naciones, y {éstas} pisotearán la ciudad santa por cuarenta y dos meses.
Sus cadáveres {estarán} en la calle de la gran ciudad, que simbólicamente se llama Sodoma y Egipto, donde también su Señor fue crucificado.
En aquella misma hora hubo un gran terremoto y la décima parte de la ciudad se derrumbó, y siete mil personas murieron en el terremoto, y los demás, aterrorizados, dieron gloria al Dios del cielo.
El lagar fue pisado fuera de la ciudad, y del lagar salió sangre {que subió} hasta los frenos de los caballos por una distancia como de 320 kilómetros.
La gran ciudad quedó dividida en tres partes, y las ciudades de las naciones cayeron. Y la gran Babilonia fue recordada delante de Dios para darle la copa del vino del furor de Su ira.
"La mujer que viste es la gran ciudad, que reina sobre los reyes de la tierra."
"Y de pie, desde lejos por causa del temor de su tormento, dirán: ` ¡Ay, ay, la gran ciudad, Babilonia, la ciudad fuerte! Porque en una hora ha llegado tu juicio.'
y diciendo: ` ¡Ay, ay, la gran ciudad, que estaba vestida de lino fino, púrpura y escarlata, y adornada de oro, piedras preciosas y perlas!
y al ver el humo de su incendio gritaban: ` ¿Qué {ciudad} es semejante a la gran ciudad?'
"Y echaron polvo sobre sus cabezas, y llorando y lamentándose, gritaban: ` ¡Ay, ay, la gran ciudad en la cual todos los que tenían naves en el mar se enriquecieron a costa de sus riquezas!, porque en una hora ha sido asolada.'
Entonces un ángel poderoso tomó una piedra, como una gran piedra de molino, y la arrojó al mar, diciendo: ``Así será derribada con violencia Babilonia, la gran ciudad, y nunca más será hallada.
Y subieron sobre la anchura de la tierra, rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada. Pero descendió fuego del cielo y los devoró.
Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios, preparada como una novia ataviada para su esposo.
Entonces me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la ciudad santa, Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios,
El muro de la ciudad tenía doce cimientos, y en ellos {estaban} los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero.
El que hablaba conmigo tenía una vara de medir de oro, para medir la ciudad, sus puertas y su muro.
La ciudad está asentada en {forma de} cuadro, y su longitud es igual que su anchura. Y midió la ciudad con la vara, 12,000 estadios (2,160 km). Su longitud, anchura, y altura son iguales.
El material del muro era jaspe, y la ciudad era {de} oro puro semejante al cristal puro.
Los cimientos del muro de la ciudad estaban adornados con toda clase de piedras preciosas: el primer cimiento, jaspe; el segundo, zafiro; el tercero, ágata; el cuarto, esmeralda;
Las doce puertas eran doce perlas; cada una de las puertas era de una sola perla. La calle de la ciudad era de oro puro, como cristal transparente.
La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que la iluminen, porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero {es} su lumbrera.
en medio de la calle de la ciudad. Y a cada lado del río estaba el árbol de la vida, que produce doce {clases de} fruto, dando su fruto cada mes; y las hojas del árbol {eran} para sanidad de las naciones.
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