'Guarda' en la Biblia
Y Jehová dijo á Caín: ¿Dónde está Abel tu hermano? Y él respondió: No sé; ¿soy yo guarda de mi hermano?
Que guarda la misericordia en millares, que perdona la iniquidad, la rebelión, y el pecado, y que de ningún modo justificará al malvado; que visita la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos, sobre los terceros, y sobre los
Guarda lo que yo te mando hoy; he aquí que yo echo de delante de tu presencia al Amorrheo, y al Cananeo, y al Hetheo, y al Pherezeo, y al Heveo, y al Jebuseo.
Mas los Levitas asentarán las suyas alrededor del tabernáculo del testimonio, y no habrá ira sobre la congregacíon de los hijos de Israel: y los Levitas tendrán la guarda del tabernáculo del testimonio.
Por la cuenta de todos los varones de un mes arriba, eran ocho mil y seiscientos, que tenían la guarda del santuario.
Y el principal de los jefes de los Levitas será Eleazar, hijo de Aarón el sacerdote, prepósito de los que tienen la guarda del santuario.
Y los que acamparán delante del tabernáculo al oriente, delante del tabernáculo del testimonio al levante, serán Moisés, y Aarón y sus hijos, teniendo la guarda del santuario en lugar de los hijos de Israel: y el extraño que se acercare, morirá.
Según la orden de Aarón y de sus hijos será todo el ministerio de los hijos de Gersón en todos sus cargos, y en todo su servicio: y les encomendaréis en guarda todos sus cargos.
Y las columnas del atrio alrededor, y sus basas, y sus estacas, y sus cuerdas con todos sus instrumentos, y todo su servicio; y contaréis por sus nombres todos los vasos de la guarda de su cargo.
Pero servirán con sus hermanos en el tabernáculo del testimonio, para hacer la guarda, bien que no servirán en el ministerio. Así harás de los Levitas cuanto á sus oficios.
Y tendréis la guarda del santuario, y la guarda del altar, para que no sea más la ira sobre los hijos de Israel.
Dijo más Jehová á Aarón: He aquí yo te he dado también la guarda de mis ofrendas: todas las cosas consagradas de los hijos de Israel te he dado por razón de la unción, y á tus hijos, por estatuto perpetuo.
Y de la mitad perteneciente á los hijos de Israel tomarás uno de cincuenta, de las personas, de los bueyes, de los asnos, y de las ovejas, de todo animal; y los darás á los Levitas, que tienen la guarda del tabernáculo de Jehová.
De la mitad, pues, para los hijos de Israel tomó Moisés uno de cada cincuenta, así de las personas como de los animales, y diólos á los Levitas, que tenían la guarda del tabernáculo de Jehová; como Jehová lo había mandado á Moisés.
Por tanto, guárdate, y guarda tu alma con diligencia, que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, ni se aparten de tu corazón todos los días de tu vida: y enseñarlas has á tus hijos, y á los hijos de tus hijos;
Y guarda sus estatutos y sus mandamientos, que yo te mando hoy, para que te vaya bien á ti y á tus hijos después de ti, y prolongues tus días sobre la tierra que Jehová tu Dios te da para siempre.
Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia á los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta las mil generaciones;
Guarda por tanto los mandamientos, y estatutos, y derechos que yo te mando hoy que cumplas.
Guarda y escucha todas estas palabras que yo te mando, porque te vaya bien á ti y á tus hijos después de ti para siempre, cuando hicieres lo bueno y lo recto en los ojos de Jehová tu Dios.
El guarda los pies de sus santos, Mas los impíos perecen en tinieblas; Porque nadie será fuerte por su fuerza.
Mas vosotros habéis desechado hoy á vuestro Dios, que os guarda de todas vuestras aflicciones y angustias, y dijisteis: No, sino pon rey sobre nosotros. Ahora pues, poneos delante de Jehová por vuestras tribus y por vuestros millares.
Levantóse pues David de mañana, y dejando las ovejas al cuidado de un guarda, fuése con su carga, como Isaí le había mandado; y llegó al atrincheramiento del ejército, el cual había salido en ordenanza, y tocaba alarma para la pelea.
Y David respondió á Achîs: Sabrás pues lo que hará tu siervo. Y Achîs dijo á David: Por tanto te haré guarda de mi cabeza todos los días.
Y luego que llegó David á su casa en Jerusalem, tomó el rey las diez mujeres concubinas que había dejado para guardar la casa, y púsolas en una casa en guarda, y dióles de comer: pero nunca más entró á ellas, sino que quedaron encerradas hasta que muriero
Guarda la ordenanza de Jehová tu Dios, andando en sus caminos, y observando sus estatutos y mandamientos, y sus derechos y sus testimonios, de la manera que está escrito en la ley de Moisés, para que seas dichoso en todo lo que hicieres, y en todo aquello
Así se acabó toda la obra que dispuso hacer el rey Salomón para la casa de Jehová. Y metió Salomón lo que David su padre había dedicado, es á saber, plata, y oro, y vasos, y púsolo todo en guarda en las tesorerías de la casa de Jehová.
Y como el rey pasaba, él dió voces al rey, y dijo: Tu siervo salió entre la tropa: y he aquí apartándose uno, trájome un hombre, diciendo: Guarda á este hombre, y si llegare á faltar, tu vida será por la suya, ó pagarás un talento de plata.
Y las dos partes de vosotros, es á saber, todos los que salen el sábado, tendréis la guarda de la casa de Jehová junto al rey.
Entonces fué Hilcías el sacerdote, y Ahicam y Achbor y Saphán y Asaía, á Hulda profetisa, mujer de Sallum hijo de Ticva hijo de Araas, guarda de las vestiduras, la cual moraba en Jerusalem en la segunda parte de la ciudad, y hablaron con ella.
Y para que tuviesen la guarda del tabernáculo del testimonio, y la guarda del santuario, y las órdenes de los hijos de Aarón sus hermanos, en el ministerio de la casa de Jehová.
Ahora pues, Jehová Dios de Israel, guarda á tu siervo David mi padre lo que le has prometido, diciendo: No faltará de ti varón delante de mí, que se siente en el trono de Israel, á condición que tus hijos guarden su camino, andando en mi ley, como tú dela
Entonces Hilcías y los del rey fueron á Hulda profetisa, mujer de Sallum, hijo de Tikvath, hijo de Hasra, guarda de las vestimentas, la cual moraba en Jerusalem en la casa de la doctrina; y dijéronle las palabras dichas.
Y dije: Ruégote, oh Jehová, Dios de los cielos, fuerte, grande, y terrible, que guarda el pacto y la misericordia á los que le aman y guardan sus mandamientos;
Y carta para Asaph, guarda del bosque del rey, á fin que me dé madera para enmaderar los portales del palacio de la casa, y para el muro de la ciudad, y la casa donde entraré. Y otorgóme lo el rey, según la benéfica mano de Jehová sobre mí.
Después de ellos resturó Sadoc hijo de Immer, enfrente de su casa: y después de él restauró Semaías hijo de Sechânías, guarda de la puerta oriental.
Entonces oramos á nuestro Dios, y por causa de ellos pusimos guarda contra ellos de día y de noche.
Y ponga el rey personas en todas las provincias de su reino, que junte todas las mozas vírgenes de buen parecer en Susán residencia regia, en la casa de las mujeres, al cuidado de Hegai, eunuco del rey, guarda de las mujeres, dándoles sus atavíos;
Sucedió pues, que como se divulgó el mandamiento del rey y su acuerdo, y siendo reunidas muchas mozas en Susán residencia regia, á cargo de Hegai, fué tomada también Esther para casa del rey, al cuidado de Hegai, guarda de las mujeres.
Ella venía á la tarde, y á la mañana se volvía á la casa segunda de las mujeres, al cargo de Saasgaz eunuco del rey, guarda de las concubinas: no venía más al rey, salvo si el rey la quería, y era llamada por nombre.
Y llegado que fué el tiempo de Esther, hija de Abihail tío de Mardochêo, que él se había tomado por hija, para venir al rey, ninguna cosa procuró sino lo que dijo Hegai eunuco del rey, guarda de las mujeres: y ganaba Esther la gracia de todos los que la v
Y hallóse escrito que Mardochêo había denunciado de Bigthan y de Teres, dos eunucos del rey, de la guarda de la puerta, que habían procurado meter mano en el rey Assuero.
Y Jehová dijo á Satán: He aquí, él está en tu mano; mas guarda su vida.
¿Soy yo la mar, ó ballena, Que me pongas guarda?
Pequé, ¿qué te haré, oh Guarda de los hombres? ¿Por qué me has puesto contrario á ti, Y que á mí mismo sea pesado?
Edificó su casa como la polilla, Y cual cabaña que el guarda hizo.
Ahora echo de ver que Jehová guarda á su ungido: Oirálo desde los cielos de su santidad, Con la fuerza de la salvación de su diestra.
Guarda mi alma, y líbrame: No sea yo avergonzado, porque en ti confié.
Amad á Jehová todos vosotros sus santos: A los fieles guarda Jehová, Y paga abundantemente al que obra con soberbia.
Guarda tu lengua de mal, Y tus labios de hablar engaño.
El guarda todos sus huesos; Ni uno de ellos será quebrantado.
Espera en Jehová, y guarda su camino, Y él te ensalzará para heredar la tierra: Cuando serán talados los pecadores, lo verás.
Al Músico principal: Salmo de David. ESCUCHA, oh Dios, mi voz en mi oración: Guarda mi vida del miedo del enemigo.
Guarda mi alma, porque soy pío: Salva tú, oh Dios mío, á tu siervo que en ti confía.
Mírame, y ten misericordia de mí: Da tu fortaleza á tu siervo, Y guarda al hijo de tu sierva.
Los que á Jehová amáis, aborreced el mal: Guarda él las almas de sus santos; De mano de los impíos los libra.
Jehová guarda á los sinceros: Estaba yo postrado, y salvóme.
No dará tu pie al resbaladero; Ni se dormirá el que te guarda.
He aquí, no se adormecerá ni dormirá El que guarda á Israel.
Cántico gradual: para Salomón. SI Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican: Si Jehová no guardare la ciudad, En vano vela la guarda.
Pon, oh Jehová, guarda á mi boca: Guarda la puerta de mis labios.
Jehová guarda á todos los que le aman; Empero destruirá á todos los impíos.
El cual hizo los cielos y la tierra, La mar, y todo lo que en ellos hay; Que guarda verdad para siempre;
Jehová guarda á los extranjeros; Al huérfano y á la viuda levanta; Y el camino de los impíos trastorna.
Es el que guarda las veredas del juicio, Y preserva el camino de sus santos.
Hijo mío, no se aparten estas cosas de tus ojos; Guarda la ley y el consejo;
Y él me enseñaba, y me decía: Mantenga tu corazón mis razones, Guarda mis mandamientos, y vivirás:
Sobre toda cosa guardada guarda tu corazón; Porque de él mana la vida.
Guarda, hijo mío, el mandamiento de tu padre, Y no dejes la enseñanza de tu madre:
HIJO mío, guarda mis razones, Y encierra contigo mis mandamientos.
Guarda mis mandamientos, y vivirás; Y mi ley como las niñas de tus ojos.
El que guarda su boca guarda su alma: Mas el que mucho abre sus labios tendrá calamidad.
La justicia guarda al de perfecto camino: Mas la impiedad trastornará al pecador.
Pobreza y vergüenza tendrá el que menosprecia el consejo: Mas el que guarda la corrección, será honrado.
El necio menosprecia el consejo de su padre: Mas el que guarda la corrección, vendrá á ser cuerdo.
El camino de los rectos es apartarse del mal: Su alma guarda el que guarda su camino.
El que posee entendimiento, ama su alma: El que guarda la inteligencia, hallará el bien.
El que guarda el mandamiento, guarda su alma: Mas el que menospreciare sus caminos, morirá.
El que guarda su boca y su lengua, Su alma guarda de angustias.
Espinas y lazos hay en el camino del perverso: El que guarda su alma se alejará de ellos.
El que guarda la higuera, comerá su fruto; Y el que guarda á su señor, será honrado.
El que guarda la ley es hijo prudente: Mas el que es compañero de glotones, avergüenza á su padre.
Sin profecía el pueblo será disipado: Mas el que guarda la ley, bienaventurado él.
CUANDO fueres á la casa de Dios, guarda tu pie; y acércate más para oir que para dar el sacrificio de los necios: porque no saben que hacen mal.
El que guarda el mandamiento no experimentará mal; y el tiempo y el juicio conoce el corazón del sabio.
El fin de todo el discurso oído es este: Teme á Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre.
No miréis en que soy morena, Porque el sol me miró. Los hijos de mi madre se airaron contra mí, Hiciéronme guarda de viñas; Y mi viña, que era mía, no guardé.
Y dile: Guarda, y repósate; no temas, ni se enternezca tu corazón á causa de estos dos cabos de tizón que humean, por el furor de la ira de Rezín y del Siro, y del hijo de Remalías.
Y gritó como un león: Señor, sobre la atalaya estoy yo continuamente de día, y las noches enteras sobre mi guarda:
Carga de Duma. Danme voces de Seir: Guarda, ¿qué de la noche? Guarda, ¿qué de la noche?
El guarda respondió: La mañana viene, y después la noche: si preguntareis, preguntad; volved, venid.
Bienaventurado el hombre que esto hiciere, y el hijo del hombre que esto abrazare: que guarda el sábado de profanarlo, y que guarda su mano de hacer todo mal.
Y no dijeron en su corazón: Temamos ahora á Jehová Dios nuestro, que da lluvia temprana y tardía en su tiempo; los tiempos establecidos de la siega nos guarda.
Y metílos en la casa de Jehová, en la cámara de los hijos de Hanán, hijo de Igdalías, varón de Dios, la cual estaba junto á la cámara de los príncipes, que estaba sobre la cámara de Maasías hijo de Sallum, guarda de los vasos.
Aparéjate, y apercíbete, tú, y toda tu multitud que se ha reunido á ti, y séles por guarda.
Y díjome: Esta cámara que mira hacia el mediodía es de los sacerdotes que tienen la guarda del templo.
Y la cámara que mira hacia el norte es de los sacerdotes que tienen la guarda del altar: estos son los hijos de Sadoc, los cuales son llamados de los hijos de Leví al Señor, para ministrarle.
Pondrélos, pues, por guardas de la guarda de la casa en todo su servicio, y en todo lo que en ella hubiere de hacerse.
Entonces Daniel habló avisada y prudentemente á Arioch, capitán de los de la guarda del rey, que había salido para matar los sabios de Babilonia.
Y la visión de la tarde y la mañana que está dicha, es verdadera: y tú guarda la visión, porque es para muchos días.
Tú pues, conviértete á tu Dios: guarda misericordia y juicio, y en tu Dios espera siempre.
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