'Las' en la Biblia
Para entender sabiduría y doctrina; para conocer las razones prudentes;
Tales son las sendas de todo el que es dado a la codicia, la cual quita la vida de sus poseedores.
La sabiduría clama en las calles, alza su voz en las plazas;
clama en los principales lugares de concurso; en las entradas de las puertas de la ciudad dice sus razones:
Él guarda las veredas del juicio, y preserva el camino de sus santos.
que dejan las sendas derechas, por andar en caminos tenebrosos;
que se alegran haciendo el mal, que se deleitan en las perversidades del vicio;
Para que andes por el camino de los buenos, y guardes las sendas de los justos.
Honra a Jehová con tu sustancia, y con las primicias de todos tus frutos;
Más preciosa es que las piedras preciosas; y todo lo que puedes desear, no se puede comparar a ella.
Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia; no te olvides ni te apartes de las palabras de mi boca:
Porque son vida a los que las hallan, y medicina a todo su cuerpo.
Ahora pues, hijos, oídme, y no os apartéis de las razones de mi boca.
¿Se han de derramar afuera tus fuentes, y tus corrientes de aguas por las calles?
Prenderán al impío sus propias iniquidades, y detenido será con las cuerdas de su pecado;
enlazado eres con las palabras de tu boca, y preso con las razones de tu boca.
Un poco de sueño, un poco de dormitar, y cruzar por un poco las manos para reposo:
Los ojos altivos, la lengua mentirosa, las manos derramadoras de sangre inocente,
Porque el mandamiento es antorcha, y la enseñanza es luz; y camino de vida las reprensiones de la instrucción;
Guarda mis mandamientos, y vivirás, y mi ley como las niñas de tus ojos.
unas veces está afuera, otras veces en las plazas, acechando por todas las esquinas.
Se fue en pos de ella luego, como va el buey al degolladero, o como el necio a las prisiones para ser castigado;
Ahora pues, hijos, oídme, y estad atentos a las palabras de mi boca.
Camino al infierno es su casa, que desciende a las cámaras de la muerte.
Está en las alturas junto al camino, a las encrucijadas de las veredas se pone de pie;
En el lugar de las puertas, a la entrada de la ciudad, a la entrada de las puertas da voces:
En justicia son todas las razones de mi boca; no hay en ellas cosa perversa ni torcida.
Porque mejor es la sabiduría que las piedras preciosas; y todas las cosas que se pueden desear, no son de comparar con ella.
Las riquezas y la honra están conmigo; riquezas duraderas, y justicia.
Antes de los abismos fui engendrada; antes que fuesen las fuentes de las muchas aguas.
cuando estableció los cielos arriba, cuando afirmó las fuentes del abismo;
cuando al mar puso sus límites, para que las aguas no pasasen su mandamiento; cuando estableció los fundamentos de la tierra;
Dejad las simplezas, y vivid; y andad por el camino de la inteligencia.
Las aguas hurtadas son dulces, y el pan comido en oculto es sabroso.
El odio despierta rencillas; pero el amor cubrirá todas las faltas.
Las riquezas del rico son su ciudad fuerte; y la ruina de los pobres es su pobreza.
En las muchas palabras no falta pecado; mas el que refrena sus labios es prudente.
No aprovecharán las riquezas en el día de la ira; mas la justicia librará de muerte.
Con ansiedad será afligido el que sale por fiador del extraño; mas el que aborreciere las fianzas vivirá confiado.
Las palabras de los impíos son para acechar la sangre; mas la boca de los rectos los librará.
El justo atiende a la vida de su bestia; mas las entrañas de los impíos son crueles.
El hombre será saciado de bien del fruto de su boca; y la paga de las manos del hombre le será dada.
Las riquezas de vanidad disminuirán; mas el que las acumula por mano laboriosa las aumentará.
Los malos se inclinarán delante de los buenos, y los impíos a las puertas del justo.
Las riquezas de los sabios son su corona; mas es infatuación la insensatez de los necios.
El testigo verdadero libra las almas; mas el engañoso hablará mentiras.
La justicia engrandece a la nación; mas el pecado es afrenta de las naciones.
En la casa del justo hay gran provisión; pero hay turbación en las ganancias del impío.
Abominación son a Jehová los pensamientos del malo; mas las palabras de los limpios son agradables.
El oído que escucha las reprensiones de vida, entre los sabios morará.
Del hombre son las disposiciones del corazón; mas de Jehová es la respuesta de la lengua.
Todas las cosas ha hecho Jehová para sí mismo, y aun al impío para el día malo.
Peso y balanzas justas son de Jehová; obra suya son todas las pesas de la bolsa.
El principio de la discordia es como cuando alguien suelta las aguas; deja, pues, la contienda, antes que se enmarañe.
El impío toma soborno del seno, para pervertir las sendas del derecho.
Aguas profundas son las palabras de la boca del hombre; y arroyo que rebosa, la fuente de la sabiduría.
Las palabras del chismoso son como estocadas, y penetran hasta lo más profundo del vientre.
Las riquezas del rico son la ciudad fortificada, y como un muro alto en su imaginación.
El hermano ofendido es más difícil de ganar que una ciudad fuerte, y las contiendas de los hermanos son como cerrojos de alcázar.
Las riquezas atraen a muchos amigos, mas el pobre es apartado de su amigo.
El hijo necio dolor es para su padre; y gotera continua las contiendas de la esposa.
La casa y las riquezas son herencia de los padres; mas la esposa prudente viene de Jehová.
Cesa, hijo mío, de oír la enseñanza que te hace divagar de las palabras de sabiduría.
Abominación son a Jehová las pesas falsas; y la balanza falsa no es buena.
Lo amoratado de las heridas purifican del mal; y las llagas llegan a lo más recóndito del vientre.
De más estima es el buen nombre que las muchas riquezas; y la buena gracia más que la plata y el oro.
Los ojos de Jehová preservan el conocimiento; mas Él trastorna las palabras de los prevaricadores.
Inclina tu oído, y oye las palabras de los sabios, y aplica tu corazón a mi sabiduría:
Porque es cosa deliciosa, si las guardares dentro de ti; y si juntamente se afirmaren en tus labios.
Para que tu confianza sea en Jehová, te las he hecho saber hoy a ti también.
para hacerte saber la certeza de las palabras de verdad, a fin de que puedas responder palabras de verdad a los que a ti envíen?
¿Has de poner tus ojos en lo que no es nada? Porque las riquezas se harán alas, como alas de águila, y volarán al cielo.
Aplica tu corazón a la enseñanza, y tus oídos a las palabras de sabiduría.
¿Para quién será el ay? ¿Para quién el dolor? ¿Para quién las rencillas? ¿Para quién las quejas? ¿Para quién las heridas en balde? ¿Para quién lo amoratado de los ojos?
y con inteligencia se llenarán las cámaras de todo bien preciado y agradable.
El que dijere al malo: Justo eres, los pueblos lo maldecirán, y le detestarán las naciones;
Quita las escorias de la plata, y saldrá vaso al fundidor.
Como el agua fría al alma sedienta, así son las buenas nuevas de lejanas tierras.
Las piernas del lisiado, penden inútiles; así el proverbio en la boca del necio.
El grande Dios que creó todas las cosas; da la paga al insensato, y da la paga a los transgresores.
Dice el perezoso: El león está en el camino; el león está en las calles.
El que pasando se deja llevar de la ira en pleito ajeno, es como el que toma al perro por las orejas.
Las palabras del chismoso son como estocadas, y penetran hasta lo más profundo del vientre.
Fieles son las heridas del que ama; pero engañosos son los besos del que aborrece.
Porque las riquezas no son para siempre; ¿acaso perdurará la corona por todas las generaciones?
Sale la grama, aparece la hierba, y siegan las hierbas de los montes.
Y habrá suficiente leche de las cabras para tu mantenimiento, y para el mantenimiento de tu casa, y para el sustento de tus criadas.
Los hombres malos no entienden el juicio; mas los que buscan a Jehová, entienden todas las cosas.
El que aumenta sus riquezas con usura y crecido interés, para el que se compadece de los pobres las aumenta.
¿Quién subió al cielo, y descendió? ¿Quién encerró los vientos en sus puños? ¿Quién ató las aguas en un paño? ¿Quién afirmó todos los términos de la tierra? ¿Cuál es su nombre, y el nombre de su Hijo, si lo sabes?
Dos cosas te he demandado. No me las niegues antes que muera.
Cuatro cosas son de las más pequeñas de la tierra, y las mismas son más sabias que los sabios:
Las hormigas, pueblo no fuerte, y en el verano preparan su comida:
Las langostas, que no tienen rey, y salen todas por cuadrillas:
La araña que atrapa con las manos, y está en palacios de rey.
No des a las mujeres tu fuerza, ni tus caminos a lo que es para destruir a los reyes.
Conocido es su marido en las puertas, cuando se sienta con los ancianos de la tierra.
Hace telas y las vende; y provee de cintos al mercader.
Muchas mujeres han sido virtuosas; pero tú las sobrepasas a todas.
Dadle del fruto de sus manos, y alábenla en las puertas sus hechos.