16124 casos

'De' en la Biblia

Que aún no me ha concedido que tome mi aliento; mas me ha llenado de amarguras.

Si habláramos de su potencia, fuerte por cierto es; si de su juicio, ¿quién me emplazará?

Si es azote, mate de presto, y no se ría de la prueba de los inocentes.

La tierra es entregada en manos de los impíos, y él cubre el rostro de sus jueces. Si no es él el que lo hace , ¿quién es? ¿Dónde está?

Pasaron con los navíos de Ebeh; o como el águila que se arroja a la presa.

¿Te parece bien que oprimas, y que deseches la obra de tus manos, y que resplandezcas sobre el consejo de los impíos?

sobre saber tú que no soy impío, y que no hay quien de tu mano me libre?

Y estas cosas tienes guardadas en tu corazón; yo sé que esto está cerca de ti.

Si fuere malo, ¡ay de mí! Y si fuere justo, no levantaré mi cabeza, estando hastiado de deshonra, y de verme afligido.

Antes que vaya para no volver, a la tierra de tinieblas y de sombra de muerte;

tierra de oscuridad, y tenebrosa sombra de muerte, donde no hay orden, y que resplandece como la misma oscuridad.

¿Las muchas palabras no han de tener respuesta? ¿Y el hombre parlero será justificado?

Tú dices: Mi manera de vivir es pura, y yo soy limpio delante de tus ojos.

y que te declarara los secretos de la sabiduría! Porque mereces dos tantos según la ley; y sabe que Dios te ha olvidado por tu iniquidad.

si alguna iniquidad hubiere en tu mano, y la echares de ti, y no consintieres que more maldad en tus habitaciones;

entonces levantarás tu rostro limpio de mancha, y serás fuerte y no temerás;

y en mitad de la siesta se levantará bonanza; resplandecerás, y serás como la misma mañana;

La antorcha es tenida en poco en el pensamiento del próspero; la cual se aparejó contra las caídas de los pies.

Las tiendas de los ladrones están en paz; y los que provocan a Dios, y los que traen dioses en sus manos viven seguros.

Y en efecto, pregunta ahora a las bestias, que ellas te enseñarán; y a las aves de los cielos, que ellas te lo mostrarán;

¿Qué cosa de todas éstas no entiende que la mano del SEÑOR la hizo?

El hace andar a los consejeros desnudos de consejo, y hace enloquecer a los jueces.

El suelta la atadura de los tiranos, y les ata el cinto a sus lomos.

El derrama menosprecio sobre los príncipes, y enflaquece la fuerza de los esforzados.

El quita el seso de las cabezas del pueblo de la tierra, y les hace que se pierdan vagando sin camino;

Que ciertamente vosotros sois fraguadores de mentira; sois todos vosotros médicos nulos.

Ojalá callarais del todo, porque os fuera en lugar de sabiduría.

Oíd, pues, ahora mi disputa, y estad atentos a los argumentos de mis labios.

¿Habéis de hablar iniquidad por Dios? ¿Habéis de hablar por él engaño?

¿Habéis vosotros de hacerle honra? ¿Habéis de pleitear vosotros por Dios?

¿Sería bueno que él os escudriñase? ¿Os burlaréis de él como quien se burla de algún hombre?

De cierto su alteza os había de espantar, y su pavor había de caer sobre vosotros.

Vuestras memorias serán comparadas a la ceniza, y vuestros cuerpos como cuerpos de lodo.

A lo menos dos cosas no hagas conmigo; y entonces no me escondede tu rostro:

¿A la hoja arrebatada has de quebrantar? ¿Y a una arista seca has de perseguir?

¿Por qué escribes contra mí amarguras, y me haces cargo de los pecados de mi juventud?

Pones además mis pies en el cepo, y guardas todos mis caminos, imprimiéndolo a las raíces de mis pies.

Si tú lo dejares, él dejará de ser ; entre tanto deseará, como el jornalero, su día.

Porque si el árbol fuere cortado, aún queda de él esperanza; retoñecerá aún, y sus renuevos no faltarán.

Así el hombre yace, y no se tornará a levantar; hasta que no haya cielo no despertarán, ni recordarán de su sueño.

¡Oh quién me diera que me escondieses en la sepultura, que me encubrieras hasta apaciguarse tu ira, que me pusieses plazo, y de mí te acordaras!

Entonces llamarás, y yo te responderé, a la obra de tus manos desearás.

Y ciertamente el monte que cae se deshace, y las peñas son traspasadas de su lugar;

las piedras son quebrantadas con el agua impetuosa, que se lleva el polvo de la tierra, de tal manera haces perder al hombre la esperanza.

Sus hijos serán honrados, y él no lo sabrá; o serán afligidos, y no entendede ellos.

¿Por ventura el sabio responderá sabiduría ventosa, y llenará su vientre de viento solano?

Tú también disipas el temor, y menoscabas la oración delante de Dios.

Porque tu boca declaró tu iniquidad, pues has escogido el hablar de los astutos.

¿Oíste tú por ventura el secreto de Dios, que detienes en ti solo la sabiduría?

¿En tan poco tienes las consolaciones de Dios? ¿Tienes acaso alguna cosa oculta cerca de ti?

que respondas a Dios con tu espíritu, y sacas tales palabras de tu boca?

He aquí que en sus santos no confía, y ni los cielos son limpios delante de sus ojos,

lo que los sabios nos contaron de sus padres, y no lo encubrieron;

a los cuales fue dada la tierra a ellos sólos, y no pasó extraño por medio de ellos.

Todos los días del impío, él es atormentado de dolor, y el número de años es escondido al violento.

El no creerá que ha de volver de las tinieblas, y siempre está mirando al cuchillo.

él le acometerá en la cerviz, en lo grueso de las hombreras de sus escudos;

El será cortado antes de su tiempo, y sus renuevos no reverdecerán.

Porque la congregación de los hipócritas será asolada, y fuego consumirá las tiendas de soborno.

Concibieron dolor, y dieron a luz iniquidad; y las entrañas de ellos meditan engaño.

También yo hablaría como vosotros. Deseo que vuestra alma estuviera en lugar de la mía, que yo os tendría compañía en las palabras, y sobre vosotros movería mi cabeza.

Pero yo os alentaría con mis palabras, y la consolación de mis labios detendría el dolor .

Mas si hablo, mi dolor no cesa; y si dejo de hablar , no se aparta de mí.

Me ha entregado Dios al mentiroso, y en las manos de los impíos me hizo temblar.

Me quebrantó de quebranto sobre quebranto; corrió contra mí como un gigante.

Yo cosí saco sobre mi piel, y cargué mi cabeza de polvo.

a pesar de no haber iniquidad en mis manos, y de haber sido limpia mi oración.

Porque a éstos has tú escondido su corazón de entendimiento; por tanto, no los ensalzarás.

El que denuncia lisonjas a su prójimo, los ojos de sus hijos desfallezcan.

El me ha puesto por parábola de pueblos, y delante de ellos he sido como tamboril.

Los rectos se maravillarán de esto, y el inocente se despertará contra el hipócrita.

A los rincones de la huesa descenderán, y juntamente descansarán en el polvo.

Oh tú, que despedazas tu alma con tu furor, ¿será dejada la tierra por tu causa, y serán traspasadas de su lugar las peñas?

Sagradas Escrituras (1569)