97 casos

'Sabio' en la Biblia

Por tanto, provéase ahora Faraón de un varón prudente y sabio, y póngalo sobre la tierra de Egipto.

Y he aquí que yo he puesto con él á Aholiab, hijo de Ahisamac, de la tribu de Dan: y he puesto sabiduría en el ánimo de todo sabio de corazón, para que hagan todo lo que te he mandado:

Y todo sabio de corazón de entre vosotros, vendrá y hará todas las cosas que Jehová ha mandado:

HIZO, pues, Bezaleel y Aholiab, y todo hombre sabio de corazón, á quien Jehová dió sabiduría é inteligencia para que supiesen hacer toda la obra del servicio del santuario, todas las cosas que había mandado Jehová.

Y Moisés llamó á Bezaleel y á Aholiab, y á todo varón sabio de corazón, en cuyo corazón había dado Jehová sabiduría, y á todo hombre á quien su corazón le movió á llegarse á la obra, para trabajar en ella;

Guardadlos, pues, y ponedlos por obra: porque esta es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia en ojos de los pueblos, los cuales oirán todos estos estatutos, y dirán: Ciertamente pueblo sabio y entendido, gente grande es ésta.

Y que trocara la forma de las palabras, Joab tu siervo lo ha hecho: mas mi señor es sabio, conforme á la sabiduría de un ángel de Dios, para conocer lo que hay en la tierra.

Empero ahora no lo absolverás: que hombre sabio eres, y sabes cómo te has de haber con él: y harás descender sus canas con sangre á la sepultura.

He aquí lo he hecho conforme á tus palabras: he aquí que te he dado corazón sabio y entendido, tanto que no haya habido antes de ti otro como tú, ni después de ti se levantará otro como tú.

Y aun fué más sabio que todos los hombres; más que Ethán Ezrahita, y que Emán y Calchôl y Darda, hijos de Mahol: y fué nombrado entre todas las naciones de alrededor.

Y como Hiram oyó las palabras de Salomón, holgóse en gran manera, y dijo: Bendito sea hoy Jehová, que dió hijo sabio á David sobre este pueblo tan grande.

Y además decía Hiram: Bendito sea Jehová el Dios de Israel, que hizo los cielos y la tierra, y que dió al rey David hijo sabio, entendido, cuerdo y prudente, que edifique casa á Jehová, y casa para su reino.

¿Si proferirá el sabio vana sabiduría, Y henchirá su vientre de viento solano?

Mas volved todos vosotros, y venid ahora, Que no hallaré entre vosotros sabio.

¿Traerá el hombre provecho á Dios, Porque el sabio sea provechoso á sí mismo?

Los hombres de seso dirán conmigo, Y el hombre sabio me oirá:

Me has hecho más sabio que mis enemigos con tus mandamientos; Porque me son eternos.

La ira del rey es mensajero de muerte: Mas el hombre sabio la evitará.

Aun el necio cuando calla, es contado por sabio: El que cierra sus labios es entendido.

Oye tú, hijo mío, y sé sabio, Y endereza tu corazón al camino.

Responde al necio según su necedad, Porque no se estime sabio en su opinión.

Si el hombre sabio contendiere con el necio, Que se enoje ó que se ría, no tendrá reposo.

El sabio tiene sus ojos en su cabeza, mas el necio anda en tinieblas: empero también entendí yo que un mismo suceso acaecerá al uno que al otro.

Entonces dije yo en mi corazón: Como sucederá al necio me sucederá también á mí: ¿para qué pues he trabajado hasta ahora por hacerme más sabio? Y dije en mi corazón, que también esto era vanidad.

Porque ni del sabio ni del necio habrá memoria para siempre; pues en los días venideros ya todo será olvidado, y también morirá el sabio como el necio.

¿Y quién sabe si será sabio, ó necio, el que se enseñoreará de todo mi trabajo en que yo me afané, y en que ocupé debajo del sol mi sabiduría? Esto también es vanidad.

Porque ¿qué más tiene el sabio que el necio? ¿qué más tiene el pobre que supo caminar entre los vivos?

Todas estas cosas probé con sabiduría, diciendo: Hacerme he sabio: mas ella se alejó de mí.

¿Quién como el sabio? ¿y quién como el que sabe la declaración de las cosas? La sabiduría del hombre hará relucir su rostro, y mudaráse la tosquedad de su semblante.

El que guarda el mandamiento no experimentará mal; y el tiempo y el juicio conoce el corazón del sabio.

Y hállase en ella un hombre pobre, sabio, el cual libra la ciudad con su sabiduría; y nadie se acordaba de aquel pobre hombre.

Las palabras del sabio con reposo son oídas, más que el clamor del señor entre los necios.

Las palabras de la boca del sabio son gracia; mas los labios del necio causan su propia ruina.

Y cuanto más sabio fué el Predicador, tanto más enseñó sabiduría al pueblo; é hizo escuchar, é hizo escudriñar, y compuso muchos proverbios.

Mas él también es sabio, y traerá el mal, y no retirará sus palabras. Levantaráse pues contra la casa de los malignos, y contra el auxilio de los obradores de iniquidad.

El pobre escoge, para ofrecerle, madera que no se corrompa; búscase un maestro sabio, que le haga una imagen de talla que no se mueva.

¿Quién es varón sabio que entienda esto? ¿y á quién habló la boca de Jehová, para que pueda declararlo? ¿Por qué causa la tierra ha perecido, ha sido asolada como desierto, que no hay quien pase?

Y dijeron: Venid, y tracemos maquinaciones contra Jeremías; porque la ley no faltará del sacerdote, ni consejo del sabio, ni palabra del profeta. Venid é hirámoslo de lengua, y no miremos á todas sus palabras.

He aquí que tú eres más sabio que Daniel; no hay secreto que te sea oculto;

¿Quién es sabio para que entienda esto, y prudente para que los sepa? Porque los caminos del Jehová son derechos, y los justos andarán por ellos: mas los rebeldes en ellos caerán.

Para avergonzaros lo digo. ¿Pues qué, no hay entre vosotros sabio, ni aun uno que pueda juzgar entre sus hermanos;

Al Dios solo sabio, nuestro Salvador, sea gloria y magnificencia, imperio y potencia, ahora y en todos los siglos. Amén.

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