'Salud' en la Biblia
Tu salud esperé, oh SEÑOR.
Y Moisés dijo al pueblo: No temáis; estaos quietos, y ved la salud del SEÑOR, que él hará hoy con vosotros; porque los egipcios que hoy habéis visto, nunca más para siempre los veréis.
El SEÑOR es mi fortaleza, y mi canción, él me es por salud; éste es mi Dios, y a éste prepararé habitación; Dios de mi padre, y a éste ensalzaré.
Y engrosó Jesurún (el recto), y tiró coces; (te engordaste, te engrosaste, te cubriste;) y dejó al Dios que le hizo, y menospreció al Fuerte de su salud.
Y Ana oró y dijo: Mi corazón se regocija en el SEÑOR, mi cuerno es ensalzado en el SEÑOR; mi boca se ensanchó sobre mis enemigos, por cuanto me alegré en tu salud.
Entonces el pueblo dijo a Saúl: ¿Ha pues de morir Jonatán, el que ha hecho esta salud grande en Israel? No será así. Vive el SEÑOR, que no ha de caer un cabello de su cabeza en tierra, pues que ha obrado hoy con Dios. Así rescató el pueblo a Jonatán, para que no muriera.
Y cuando Urías vino a él, David le preguntó por la salud de Joab, y por la salud del pueblo, y asimismo de la guerra.
Dios es mi Fuerte, en él confiaré; mi escudo, y el cuerno de mi salud; mi defensa, y mi refugio; mi salvador, que me librarás de violencia.
Tú me diste asimismo el escudo de tu salud, y tu mansedumbre me ha multiplicado.
El que engrandece la salud de su rey, y hace misericordia a su ungido David, y a su simiente, para siempre.
¿No será así mi casa para con Dios? bien que a toda mi salud, y a toda mi voluntad no se hará producir todavía. Mas él ha hecho conmigo pacto perpetuo ordenado en todas las cosas, y será guardado;
Cantad al SEÑOR, toda la tierra; anunciad de día en día su salud.
Y decid: Sálvanos, oh Dios, salud nuestra; júntanos, y líbranos de los gentiles, para que confesemos tu santo nombre, y nos gloriemos en tu alabanza.
No habrá para qué vosotros peleéis ahora; paraos, estad quedos, y ved la salud del SEÑOR con vosotros. Oh Judá y Jerusalén, no temáis ni desmayéis; salid mañana contra ellos, que el SEÑOR estará con vosotros.
Sus hijos estarán lejos de la salud, y en la puerta serán quebrantados, y no habrá quien los libre.
Que pone a los humildes en altura, y los enlutados son levantados a salud.
Y él mismo me será salud, porque no entrará en su presencia el hipócrita.
Se han revuelto turbaciones sobre mí; combatieron como viento mi voluntad, y mi salud como nube que pasa.
Muchos dicen de mi alma: No hay para él salud en Dios. (Selah.)
Del SEÑOR es la salud: Sobre tu pueblo será tu bendición. (Selah.)
para que cuente yo todas tus alabanzas en las puertas de la hija de Sion, y me goce en tu salud.
Mas yo en tu misericordia he confiado; se alegrará mi corazón en tu salud.
¡Quién diera de Sion la salud de Israel tornando el SEÑOR la cautividad de su pueblo! Se gozará Jacob, y se alegrará Israel.
SEÑOR, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fuerte mío, en él confiaré; escudo mío, y el cuerno de mi salud, mi refugio.
Me diste asimismo el escudo de tu salud; y tu diestra me sustentará, y tu mansedumbre me multiplicará.
Viva el SEÑOR, y bendito sea mi fuerte; y sea ensalzado el Dios de mi salud.
Nosotros nos alegraremos con tu salud, y portaremos la bandera en el nombre de nuestro Dios; cumpla el SEÑOR todas tus peticiones.
Ahora he conocido que el SEÑOR ha guardado a su ungido; lo oirá desde los cielos de su santidad con las valentías de la salud de su diestra.
SEÑOR, en tu fortaleza se alegrará el Rey y en tu salud se gozará mucho.
Grande es su gloria en tu salud; honra y hermosura has puesto sobre él.
Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has dejado? ¿Por qué estás lejos de mi salud, y de las palabras de mi clamor?
El recibirá bendición del SEÑOR, y justicia del Dios de salud.
He Encamíname en tu verdad, y enséñame; porque tú eres el Dios de mi salud; a ti he esperado todo el día.
No escondas tu rostro de mí, no apartes con ira a tu siervo; mi ayuda has sido; no me dejes y no me desampares, Dios de mi salud.
Saca la lanza, cierra contra mis perseguidores; di a mi alma: Yo soy tu salud.
Y gócese mi alma en el SEÑOR; y alégrese en su salud.
¿Por qué te abates, oh alma mía, y por qué bramas contra mí? Espera a Dios; quien es la salud de mi rostro, y el Dios mío.
¿Por qué te abates, oh alma mía, y por qué bramas contra mí? Espera a Dios; porque aún tengo de alabar a quien es la salud de mi rostro, y el Dios mío.
El que sacrifica alabanza me honrará; y al que ordenare su camino, le enseñaré la salud de Dios.
Vuélveme el gozo de tu salud; y tu espíritu de libertad me sustentará.
En Dios solamente se reposa mi alma; de él es mi salud.
El solamente es mi fuerte, y mi salud; es mi refugio, no resbalaré mucho.
El solamente es mi fuerte y mi salud; mi refugio, no resbalaré.
En Dios es mi salud y mi gloria; peña de mi fortaleza; mi refugio es en Dios.
Con tremendas cosas, nos oirás en justicia, oh Dios de nuestra salud, esperanza de todos los fines de la tierra, y las lejuras del mar.
para que conozcamos en la tierra tu camino, entre todos los gentiles tu salud.
Bendito el Señor; cada día nos colma de beneficios el Dios de nuestra salud. (Selah.)
Pero yo enderezaba mi oración a ti, oh SEÑOR, al tiempo de la buena voluntad. Oh Dios, por la multitud de tu misericordia, por la verdad de tu salud, óyeme.
Y yo pobre y dolorido, tu salud, oh Dios, me defenderá.
Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan; y digan siempre los que aman tu salud: Engrandecido sea Dios.
Pero Dios es mi rey ya de antiguo; el que obra salud en medio de la tierra.
por cuanto no habían creído a Dios, ni habían confiado de su salud.
Ayúdanos, oh Dios, salud nuestra, por la honra de tu Nombre; y líbranos, y purga nuestros pecados por causa de tu Nombre.
Vuélvenos, oh Dios, salud nuestra, y haz cesar tu ira de sobre nosotros.
Ciertamente cercana está su salud a los que le temen; para que habite la gloria en nuestra tierra.
Oh SEÑOR, Dios de mi salud, día y noche clamo delante de ti.
El me llamará: Mi padre eres tú, mi Dios, y la roca de mi salud.
Lo saciaré de larga vida, y le mostraré mi salud.
Venid, alegrémonos en el SEÑOR; cantemos con júbilo a la roca de nuestra salud.
Cantad al SEÑOR, bendecid su Nombre; mostrad de día en día su salud.
El SEÑOR ha hecho notoria su salud; en ojos de los gentiles ha descubierto su justicia.
Se ha acordado de su misericordia y de su verdad para con la Casa de Israel; todos los fines de la tierra han visto la salud de nuestro Dios.
Acuérdate de mí, oh SEÑOR, en la buena voluntad para con tu pueblo; visítame con tu salud;
Olvidaron al Dios de su salud, que había hecho grandezas en Egipto;
Tomaré la copa de la salud, e invocaré el Nombre del SEÑOR.
Mi fortaleza y mi canción es JAH, y él me ha sido por salud.
Voz de júbilo y de salud hay en las tiendas de los justos, la diestra del SEÑOR hace valentías.
Te alabaré porque me has oído, y me fuiste por salud.
Mis ojos desfallecieron por tu salud, y por el dicho de tu justicia.
Lejos está de los impíos la salud; porque no buscan tus estatutos.
Tu salud he esperado, oh SEÑOR; y tus mandamientos he puesto por obra.
He deseado tu salud, oh SEÑOR; y tu ley es mi delicia.
Y a sus sacerdotes vestiré de salud, y sus misericordiosos exultarán de gozo.
Oh DIOS el Señor, fortaleza de mi salud, cubre mi cabeza el día de las armas.
Porque el SEÑOR toma contentamiento con su pueblo; hermoseará a los humildes con salud.
He aquí oh Dios, salud mía; me aseguraré, y no temeré; porque mi fortaleza y mi canción es JAH, el SEÑOR, el cual ha sido salud para mí.
Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salud.
Porque te olvidaste del Dios de tu salud; y no te acordaste de la Roca de tu fortaleza. Por tanto plantarás plantas hermosas, y sembrarás sarmiento extraño.
Y se dirá en aquel día: He aquí, éste es nuestro Dios, a quien esperamos, y nos ha salvado. Este es el SEÑOR a quien esperamos, nos gozaremos y nos alegraremos en su salud.
En aquel día cantarán este cantar en tierra de Judá: Fuerte ciudad tenemos; salud puso Dios por muros y antemuro.
Concebimos, tuvimos dolores de parto, parimos como viento; salud ninguna hicimos en la tierra, ni cayeron los moradores del mundo.
Oh SEÑOR, ten misericordia de nosotros, a ti esperamos; tú que fuiste fortaleza de su pueblo al principio, sé también nuestra salud en tiempo de la tribulación.
Desatad, cielos, de arriba, y las nubes derramarán la justicia; ábrase la tierra, y fructifíquense la salud y la justicia; háganse producir juntamente. Yo, el SEÑOR, lo he creado.
Y dijo: Poco es que tú me seas siervo para despertar las tribus de Jacob, y para que restituyas los asolamientos de Israel; también te di por luz de los gentiles, para que seas mi salud hasta lo postrero de la tierra.
Así dijo el SEÑOR: En hora de contentamiento te oí, y en el día de salud te ayudé; y te guardaré, y te daré por alianza de pueblo, para que despiertes la tierra, para que heredes asoladas heredades.
Cercana está mi justicia, ha salido mi salud, y mis brazos juzgarán a los pueblos. A mí esperarán las islas, y en mi brazo pondrán su esperanza.
Alzad a los cielos vuestros ojos, y mirad abajo a la tierra; porque los cielos serán deshechos, como humo; y la tierra se envejecerá, como ropa de vestir; y de la misma manera perecerán sus moradores; pero mi salud será para siempre, y mi justicia no perecerá.
porque como a vestidura, los comerá polilla, como a lana, los comerá gusano; mas mi justicia permanecerá perpetuamente, y mi salud por siglos de siglos.
¡Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, del que publica la paz, del que trae nuevas del bien, del que publica salud, del que dice a Sion: Reina tu Dios!
El SEÑOR desnudó el brazo de su santidad ante los ojos de todos los gentiles. Y todos los términos de la tierra verán la salud del Dios nuestro.
Así dijo el SEÑOR: Guardad derecho, y haced justicia; porque cercana está mi salud para venir, y mi justicia para manifestarse.
Aullamos, como osos todos nosotros, y gemimos lastimeramente como palomas; esperamos juicio, y no lo hay; salud, y se alejó de nosotros.
Y se vistió de justicia, como de cota, con capacete de salud en su cabeza; y se vistió de vestido de venganza por vestidura, y se cubrió de celo como de manto,
Nunca más se oirá en tu tierra violencia, destrucción y quebrantamiento en tus términos; mas a tus muros llamarás Salud, y a tus puertas Alabanza.
En gran manera me gozaré en el SEÑOR, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me vistió de vestidos de salud, me rodeó de manto de justicia, como a novio me atavió, y como a novia compuesta de sus joyas.
Por causa de Sion no callaré, y por causa de Jerusalén no reposaré, hasta que salga como resplandor su justicia, y su salud se encienda como un hacha.
No hay quien juzgue tu causa para salud; no hay para ti cura ni medicinas.
Yo empero esperaré al SEÑOR, esperaré al Dios de mi salud; el Dios mío me oirá.
¿Oh SEÑOR, contra los ríos te airaste? ¿Contra los ríos fue tu enojo? ¿Tu ira fue contra el mismo mar, Cuando subiste sobre tus caballos, y sobre tus carros de salud?
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