'No' en la Biblia
- 1.Gé 2:5-Gé 26:24
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- 7.Levítico 21:7-Números 9:22
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- 9.Números 27:9-Deuteronomio 8:9
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- 14.Jueces 11:7-Rut 4:4
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- 17.1 Samuel 30:15-2 Samuel 18:20
- 18.2 Samuel 18:22-1 Reyes 11:34
- 19.1 Reyes 11:39-2 Reyes 2:18
- 20.2 Reyes 2:21-2 Reyes 15:28
- 21.2 Reyes 15:35-1 Crónicas 22:16
- 22.1 Crónicas 22:18-2 Crónicas 24:6
- 23.2 Crónicas 24:19-Nehemías 6:8
- 24.Nehemías 6:9-Job 7:1
- 25.Job 7:7-Job 21:16
- 26.Job 21:29-Job 36:6
- 27.Job 36:7-Salmos 26:4
- 28.Salmos 26:5-Salmos 54:1
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- 30.Salmos 89:30-Salmos 119:155
- 31.Salmos 119:157-Proverbios 8:1
- 32.Proverbios 8:8-Proverbios 24:28
- 33.Proverbios 24:29-Eclesiastés 8:3
- 34.Eclesiastés 8:5-Isaías 16:3
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- 39.Jeremías 12:13-Jeremías 23:17
- 40.Jeremías 23:20-Jeremías 36:29
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- 42.Jeremías 50:42-Ezequiel 9:6
- 43.Ezequiel 9:9-Ezequiel 20:48
- 44.Ezequiel 20:49-Ezequiel 46:2
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- 47.Amós 9:4-Zacarías 7:7
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- 61.Romanos 8:26-1 Corintios 4:4
- 62.1 Corintios 4:5-1 Corintios 12:1
- 63.1 Corintios 12:14-2 Corintios 7:7
- 64.2 Corintios 7:8-Gálatas 6:1
- 65.Gálatas 6:3-2 Tesalonicenses 3:7
- 66.2 Tesalonicenses 3:8-Hebreos 6:13
- 67.Hebreos 7:6-Santiago 4:1
- 68.Santiago 4:2-2 Juan 1:5
- 69.2 Juan 1:7-Apocalipsis 22:10
Porque el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos.
Si dijere el pie: Porque no soy mano, no soy del cuerpo; ¿por eso no será del cuerpo?
Y si dijere la oreja: Porque no soy ojo, no soy del cuerpo; ¿por eso no será del cuerpo?
Y el ojo no puede decir a la mano: No te necesito: Ni tampoco la cabeza a los pies: No tengo necesidad de vosotros.
Porque los miembros que en nosotros son más decorosos, no tienen necesidad; pero Dios ordenó el cuerpo, dando más abundante honor al que le faltaba;
para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros.
Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo caridad, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe.
Y si tuviese el don de profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia; y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo caridad, nada soy.
Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo caridad, de nada me sirve.
La caridad es sufrida, es benigna; La caridad no tiene envidia, la caridad no es jactanciosa, no se envanece;
no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no piensa el mal;
no se goza en la injusticia, mas se goza en la verdad;
Porque el que habla en lengua desconocida, no habla a los hombres, sino a Dios; pues nadie le entiende, aunque en espíritu hable misterios.
Yo quisiera que todos vosotros hablaseis en lenguas, pero más que profetizaseis; porque mayor es el que profetiza que el que habla en lenguas, a no ser que las interprete para que la iglesia reciba edificación.
Ahora pues, hermanos, si yo vengo a vosotros hablando en lenguas, ¿qué os aprovechará, si no os hablo, o con revelación, o con ciencia, o con profecía, o con doctrina?
Y aun las cosas inanimadas que hacen sonidos, ya sea la flauta, o el arpa; si no dan distinción de sonidos, ¿cómo se sabrá lo que se toca con la flauta o con el arpa?
Así también vosotros, si por la lengua no habláis palabra bien entendible, ¿cómo se sabrá lo que se dice? Pues hablaréis al aire.
De otra manera, si bendices sólo con el espíritu, el que ocupa el lugar de un simple oyente, ¿cómo dirá amén a tu acción de gracias? pues no sabe lo que has dicho.
Porque tú, a la verdad, bien das gracias; pero el otro no es edificado.
Hermanos, no seáis niños en el entendimiento; sino sed niños en la malicia, pero hombres en el entendimiento.
Así que, las lenguas son por señal, no a los creyentes, sino a los incrédulos; pero la profecía, no a los incrédulos, sino a los creyentes.
De manera que, si toda la iglesia se reúne en un lugar, y todos hablan en lenguas, y entran indoctos o incrédulos, ¿no dirán que estáis locos?
Pero si no hay intérprete, calle en la iglesia, y hable a sí mismo y a Dios.
porque Dios no es autor de confusión, sino de paz; como en todas las iglesias de los santos.
Vuestras mujeres callen en las iglesias; porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas, como también la ley lo dice.
Así que, hermanos, procurad profetizar, y no impidáis el hablar lenguas.
por el cual asimismo sois salvos, si retenéis la palabra que os he predicado, si no habéis creído en vano.
Porque yo soy el más pequeño de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol, porque perseguí la iglesia de Dios.
Mas por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo; antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios que ha sido conmigo.
Y si se predica que Cristo resucitó de los muertos, ¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos?
Porque si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó.
Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe.
Y además somos hallados falsos testigos de Dios; porque hemos testificado de Dios, que Él resucitó a Cristo; al cual no resucitó, si en verdad los muertos no resucitan.
Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó.
Y si Cristo no resucitó, vana es vuestra fe; aún estáis en vuestros pecados.
Si como hombre batallé en Éfeso contra bestias, ¿qué me aprovecha? Si los muertos no resucitan, comamos y bebamos, que mañana moriremos.
No os engañéis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres.
Despertad a justicia, y no pequéis; porque algunos no conocen a Dios; para vergüenza vuestra lo digo.
Necio, lo que tú siembras no revive, si antes no muere.
Y lo que siembras, no siembras el cuerpo que ha de ser, sino el grano desnudo, ya sea de trigo o de otro grano;
No toda carne es la misma carne; pues una carne es la de los hombres, y otra carne la de los animales, y otra la de los peces, y otra la de las aves.
Mas lo espiritual no es primero, sino lo natural; luego lo espiritual.
Mas esto digo, hermanos; que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios; ni la corrupción hereda la incorrupción.
He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos, pero todos seremos transformados.
Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.
Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, atesorándolo, conforme Dios le haya prosperado; para que cuando yo llegue, no se recojan entonces ofrendas.
Porque no quiero ahora veros de paso; pues espero estar con vosotros algún tiempo, si el Señor lo permite.
El que no amare al Señor Jesucristo, sea anatema. Maranata.
Porque hermanos, no queremos que ignoréis acerca de nuestra tribulación que nos aconteció en Asia; que en sobremanera fuimos cargados sobre nuestras fuerzas, de tal manera que perdimos la esperanza aun de seguir con vida.
Pero tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte, para que no confiásemos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos;
Porque ésta es nuestra gloria; el testimonio de nuestra conciencia, que con simplicidad y sinceridad de Dios, no con sabiduría carnal, sino por la gracia de Dios, nos hemos conducido en el mundo, y más abundantemente con vosotros.
Porque no os escribimos otras cosas de las que leéis, o también reconocéis; y espero que aun hasta el fin las reconoceréis;
Así que, cuando me propuse esto, ¿usé quizá de ligereza? ¿O lo que me propongo, me propongo según la carne, para que haya en mí Sí, Sí, y No, No?
Pero como Dios es fiel, nuestra palabra para con vosotros no fue Sí y No.
Porque el Hijo de Dios, Jesucristo, que entre vosotros ha sido predicado por nosotros, por mí y Silvano y Timoteo, no ha sido Sí y No; mas ha sido Sí en Él.
Mas yo invoco a Dios por testigo sobre mi alma, que por ser indulgente con vosotros no he pasado todavía a Corinto.
No que tengamos dominio sobre vuestra fe, mas somos ayudadores de vuestro gozo; porque por la fe estáis firmes.
Esto, pues, determiné para conmigo, no venir otra vez a vosotros con tristeza.
Y esto mismo os escribí, para que cuando viniere no tenga tristeza de aquellos de quienes me debiera alegrar; confiando en vosotros todos que mi gozo es el de todos vosotros.
Porque por la mucha tribulación y angustia del corazón os escribí con muchas lágrimas; no para que fueseis contristados, sino para que supieseis cuán grande amor tengo para con vosotros.
Que si alguno ha causado tristeza, no me ha entristecido a mí sino en parte; para no sobrecargaros a todos vosotros.
así que, al contrario, vosotros más bien debierais perdonarle y consolarle, para que el tal no sea consumido de demasiada tristeza.
para que no nos gane Satanás; pues no ignoramos sus maquinaciones.
no tuve reposo en mi espíritu, por no haber hallado a Tito mi hermano; mas despidiéndome de ellos, partí para Macedonia.
Porque no somos como muchos que adulteran la palabra de Dios; antes con sinceridad, como de parte de Dios, delante de Dios hablamos en Cristo.
siendo manifiesto que sois carta de Cristo ministrada por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón.
no que seamos suficientes de nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra suficiencia viene de Dios;
el cual también nos ha hecho ministros suficientes del nuevo testamento; no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica.
Y si el ministerio de muerte escrito y grabado en piedras fue glorioso, tanto que los hijos de Israel no podían fijar los ojos en el rostro de Moisés a causa de la gloria de su parecer, la cual había de fenecer,
¿cómo no será más glorioso el ministerio del espíritu?
Porque aun lo que fue glorioso, no es glorioso en este respecto, en comparación a la gloria más excelente.
y no como Moisés, que ponía un velo sobre su rostro, para que los hijos de Israel no pusiesen los ojos en el fin de aquello que había de ser abolido.
Por tanto, teniendo nosotros este ministerio según la misericordia que hemos recibido, no desmayamos;
antes bien hemos renunciado a lo oculto y deshonesto, no andando con astucia, ni usando la palabra de Dios con engaño, sino que por la manifestación de la verdad, nos recomendamos a la conciencia de todo hombre delante de Dios.
en los cuales el dios de este mundo cegó la mente de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del glorioso evangelio de Cristo, el cual es la imagen de Dios.
Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo el Señor; y nosotros vuestros siervos por Jesús.
Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros;
Que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados;
perseguidos, mas no desamparados; derribados, mas no destruidos;
Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día.
no mirando nosotros a las cosas que se ven, sino a las que no se ven; porque las cosas que se ven son temporales, mas las que no se ven son eternas.
Porque sabemos que si nuestra casa terrenal, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en el cielo.
y si así estamos vestidos, no seremos hallados desnudos.
Porque nosotros que estamos en este tabernáculo gemimos con angustia; porque no quisiéramos ser desnudados, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida.
(porque por fe andamos, no por vista):
Pues no nos recomendamos otra vez a vosotros, sino os damos ocasión de gloriaros por nosotros, para que tengáis qué responder a los que se glorían en la apariencia y no en el corazón.
y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para Aquél que murió y resucitó por ellos.
De manera que nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según la carne; y aun si a Cristo conocimos según la carne, ahora ya no le conocemos así.
De manera que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no imputándole sus pecados, y nos encomendó a nosotros la palabra de la reconciliación.
Al que no conoció pecado, lo hizo pecado por nosotros, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en Él.
Así, pues, nosotros, como sus colaboradores, os exhortamos también a que no recibáis en vano la gracia de Dios.
No dando a nadie ninguna ocasión de tropiezo, para que el ministerio no sea vituperado;
en pureza, en ciencia, en longanimidad, en bondad, en el Espíritu Santo, en amor no fingido;
como desconocidos, pero bien conocidos; como moribundos, mas he aquí vivimos; como castigados, mas no muertos;
como entristecidos, mas siempre gozosos; como pobres, mas enriqueciendo a muchos; como no teniendo nada, mas poseyéndolo todo.
No estáis estrechos en nosotros, mas estáis estrechos en vuestras propias entrañas.
No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?
Por lo cual salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré,
No lo digo para condenaros; porque ya he dicho antes, que estáis en nuestros corazones, para morir y para vivir juntamente.
y no sólo con su venida, sino también con la consolación con que él fue consolado de vosotros, haciéndonos saber vuestro gran deseo, vuestro llanto, vuestro celo por mí, para que así yo más me regocijara.
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- 19.1 Reyes 11:39-2 Reyes 2:18
- 20.2 Reyes 2:21-2 Reyes 15:28
- 21.2 Reyes 15:35-1 Crónicas 22:16
- 22.1 Crónicas 22:18-2 Crónicas 24:6
- 23.2 Crónicas 24:19-Nehemías 6:8
- 24.Nehemías 6:9-Job 7:1
- 25.Job 7:7-Job 21:16
- 26.Job 21:29-Job 36:6
- 27.Job 36:7-Salmos 26:4
- 28.Salmos 26:5-Salmos 54:1
- 29.Salmos 54:3-Salmos 89:22
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- 32.Proverbios 8:8-Proverbios 24:28
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