'De' en la Biblia
Pablo, llamado {a ser} apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y Sóstenes, nuestro hermano,
a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los que han sido santificados en Cristo Jesús, llamados {a ser} santos, con todos los que en cualquier parte invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, {Señor} de ellos y nuestro:
Gracia a vosotros y paz de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
Siempre doy gracias a mi Dios por vosotros, por la gracia de Dios que os fue dada en Cristo Jesús,
así como el testimonio acerca de Cristo fue confirmado en vosotros;
de manera que nada os falta en ningún don, esperando ansiosamente la revelación de nuestro Señor Jesucristo;
el cual también os confirmará hasta el fin, {para que seáis} irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo.
Fiel es Dios, por medio de quien fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo, Señor nuestro.
Os ruego, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que todos os pongáis de acuerdo, y que no haya divisiones entre vosotros, sino que estéis enteramente unidos en un mismo sentir y en un mismo parecer.
Porque he sido informado acerca de vosotros, hermanos míos, por {los} de Cloé, que hay contiendas entre vosotros.
Me refiero a que cada uno de vosotros dice: Yo soy de Pablo, yo de Apolos, yo de Cefas, yo de Cristo.
¿Está dividido Cristo? ¿Acaso fue Pablo crucificado por vosotros? ¿O fuisteis bautizados en el nombre de Pablo?
Doy gracias a Dios que no bauticé a ninguno de vosotros, excepto a Crispo y a Gayo,
También bauticé a los de la casa de Estéfanas; por lo demás, no sé si bauticé a algún otro.
Pues Cristo no me envió a bautizar, sino a predicar el evangelio, no con palabras elocuentes, para que no se haga vana la cruz de Cristo.
Porque la palabra de la cruz es necedad para los que se pierden, pero para nosotros los salvos es poder de Dios.
Porque está escrito: DESTRUIRE LA SABIDURIA DE LOS SABIOS, Y EL ENTENDIMIENTO DE LOS INTELIGENTES DESECHARE.
¿Dónde está el sabio? ¿Dónde el escriba? ¿Dónde el polemista de este siglo? ¿No ha hecho Dios que la sabiduría de este mundo sea necedad?
Porque ya que en la sabiduría de Dios el mundo no conoció a Dios por medio de {su propia} sabiduría, agradó a Dios, mediante la necedad de la predicación, salvar a los que creen.
pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, piedra de tropiezo para los judíos, y necedad para los gentiles;
mas para los llamados, tanto judíos como griegos, Cristo {es} poder de Dios y sabiduría de Dios.
Porque la necedad de Dios es más sabia que los hombres, y la debilidad de Dios es más fuerte que los hombres.
para que nadie se jacte delante de Dios.
Mas por obra suya estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual se hizo para nosotros sabiduría de Dios, y justificación, y santificación, y redención,
Cuando fui a vosotros, hermanos, proclamándoos el testimonio de Dios, no fui con superioridad de palabra o de sabiduría,
Y ni mi mensaje ni mi predicación fueron con palabras persuasivas de sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder,
para que vuestra fe no descanse en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.
Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; pero una sabiduría no de este siglo, ni de los gobernantes de este siglo, que van desapareciendo,
sino que hablamos sabiduría de Dios en misterio, la {sabiduría} oculta que, desde antes de los siglos, Dios predestinó para nuestra gloria;
{la sabiduría} que ninguno de los gobernantes de este siglo ha entendido, porque si la hubieran entendido no habrían crucificado al Señor de gloria;
Pero Dios nos {las} reveló por medio del Espíritu, porque el Espíritu todo lo escudriña, aun las profundidades de Dios.
Porque entre los hombres, ¿quién conoce los {pensamientos} de un hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Asimismo, nadie conoce los {pensamientos} de Dios, sino el Espíritu de Dios.
Y nosotros hemos recibido, no el espíritu del mundo, sino el Espíritu que viene de Dios, para que conozcamos lo que Dios nos ha dado gratuitamente,
de lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las enseñadas por el Espíritu, combinando {pensamientos} espirituales con {palabras} espirituales.
Pero el hombre natural no acepta las cosas del Espíritu de Dios, porque para él son necedad; y no las puede entender, porque se disciernen espiritualmente.
Porque ¿QUIEN HA CONOCIDO LA MENTE DEL SEÑOR, PARA QUE LE INSTRUYA? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.
Porque cuando uno dice: Yo soy de Pablo, y otro: Yo soy de Apolos, ¿no sois {simplemente} hombres?
Porque nosotros somos colaboradores de Dios, {y} vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios.
Conforme a la gracia de Dios que me fue dada, yo, como sabio arquitecto, puse el fundamento, y otro edifica sobre él. Pero cada uno tenga cuidado cómo edifica encima.
la obra de cada uno se hará evidente; porque el día la dará a conocer, pues con fuego {será} revelada; el fuego mismo probará la calidad de la obra de cada uno.
Si permanece la obra de alguno que ha edificado sobre {el fundamento,} recibirá recompensa.
Si la obra de alguno es consumida {por el fuego,} sufrirá pérdida; sin embargo, él será salvo, aunque así como por fuego.
¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros?
Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él, porque el templo de Dios es santo, y eso es lo que vosotros sois.
Nadie se engañe a sí mismo. Si alguno de vosotros se cree sabio según este mundo, hágase necio a fin de llegar a ser sabio.
Porque la sabiduría de este mundo es necedad ante Dios. Pues escrito está: {El es} EL QUE PRENDE A LOS SABIOS EN SU {propia} ASTUCIA.
Y también: EL SEÑOR CONOCE LOS RAZONAMIENTOS de los sabios, LOS CUALES SON INUTILES.
y vosotros de Cristo, y Cristo de Dios.
Que {todo} hombre nos considere de esta manera: como servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios.
Ahora bien, además se requiere de los administradores que {cada} uno sea hallado fiel.
En cuanto a mí, es de poca importancia que yo sea juzgado por vosotros, o por {cualquier} tribunal humano; de hecho, ni aun yo me juzgo a mí mismo.
Porque no estoy consciente de nada en contra mía; mas no por eso estoy sin culpa, pues el que me juzga es el Señor.
Por tanto, no juzguéis antes de tiempo, {sino esperad} hasta que el Señor venga, el cual sacará a la luz las cosas ocultas en las tinieblas y también pondrá de manifiesto los designios de los corazones; y entonces cada uno recibirá su alabanza de parte de Dios.
Esto, hermanos, lo he aplicado en sentido figurado a mí mismo y a Apolos por amor a vosotros, para que en nosotros aprendáis a no sobrepasar lo que está escrito, para que ninguno de vosotros se vuelva arrogante a favor del uno contra el otro.
Ya estáis saciados, ya os habéis hecho ricos, {ya} habéis llegado a reinar sin {necesidad de} nosotros; y ojalá hubierais llegado a reinar, para que nosotros reinásemos también con vosotros.
Nosotros somos necios por amor de Cristo, mas vosotros, prudentes en Cristo; nosotros somos débiles, mas vosotros, fuertes; vosotros sois distinguidos, mas nosotros, sin honra.
cuando nos difaman, tratamos de reconciliar; hemos llegado a ser, hasta ahora, la escoria del mundo, el desecho de todo.
Y algunos se han vuelto arrogantes, como si yo no hubiera de ir a vosotros.
Pero iré a vosotros pronto, si el Señor quiere, y conoceré, no las palabras de los arrogantes sino su poder.
Porque el reino de Dios no {consiste} en palabras, sino en poder.
¿Qué queréis? ¿Iré a vosotros con vara, o con amor y espíritu de mansedumbre?
En efecto, se oye que entre vosotros hay inmoralidad, y una inmoralidad tal como no existe ni siquiera entre los gentiles, al extremo de que alguno tiene la mujer de su padre.
Y os habéis vuelto arrogantes en lugar de haberos entristecido, para que el que de entre vosotros ha cometido esta acción fuera expulsado de en medio de vosotros.
En el nombre de nuestro Señor Jesús, cuando vosotros estéis reunidos, y yo con vosotros en espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesús,
entregad a ese tal a Satanás para la destrucción de su carne, a fin de que su espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús.
Vuestra jactancia no es buena. ¿No sabéis que un poco de levadura fermenta toda {la masa}?
Por tanto, celebremos la fiesta no con la levadura vieja, ni con la levadura de malicia y maldad, sino con panes sin levadura de sinceridad y de verdad.
En mi carta os escribí que no anduvierais en compañía de personas inmorales;
no {me refería a} la gente inmoral de este mundo, o a los avaros y estafadores, o a los idólatras, porque entonces tendríais que salir del mundo.
Sino que en efecto os escribí que no anduvierais en compañía de ninguno que, llamándose hermano, es una persona inmoral, o avaro, o idólatra, o difamador, o borracho, o estafador; con ése, ni siquiera comáis.
Pues ¿por qué he de juzgar yo a los de afuera? ¿No juzgáis vosotros a los que están dentro {de la iglesia}?
Pero Dios juzga a los que están fuera. EXPULSAD DE ENTRE VOSOTROS AL MALVADO.
¿Se atreve alguno de vosotros, cuando tiene algo contra su prójimo, a ir a juicio ante los incrédulos y no ante los santos?
¿O no sabéis que los santos han de juzgar al mundo? Y si el mundo es juzgado por vosotros, ¿no sois competentes para {juzgar} los casos más triviales?
¿No sabéis que hemos de juzgar a los ángeles? ¡Cuánto más asuntos de esta vida!
Entonces, si tenéis tribunales que juzgan los casos de esta vida, ¿{por qué} ponéis por jueces a los que nada son en la iglesia?
Así que, en efecto, es ya un fallo entre vosotros el hecho de que tengáis litigios entre vosotros. ¿Por qué no sufrís mejor la injusticia? ¿Por qué no ser mejor defraudados?
¿O no sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No os dejéis engañar: ni los inmorales, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales,
ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los difamadores, ni los estafadores heredarán el reino de Dios.
Y esto erais algunos de vosotros; pero fuisteis lavados, pero fuisteis santificados, pero fuisteis justificados en el nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios.
Todas las cosas me son lícitas, pero no todas son de provecho. Todas las cosas me son lícitas, pero yo no me dejaré dominar por ninguna.
¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? ¿Tomaré, acaso, los miembros de Cristo y los haré miembros de una ramera? ¡De ningún modo!
Huid de la fornicación. Todos {los demás} pecados que un hombre comete están fuera del cuerpo, pero el fornicario peca contra su propio cuerpo.
¿O no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?
Pues por precio habéis sido comprados; por tanto, glorificad a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.
En cuanto a las cosas de que me escribisteis, bueno es para el hombre no tocar mujer.
No obstante, por razón de las inmoralidades, que cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido.
No os privéis el uno del otro, excepto de común acuerdo {y} por cierto tiempo, para dedicaros a la oración; volved después a juntaros a fin de que Satanás no os tiente por causa de vuestra falta de dominio propio.
Mas esto digo por vía de concesión, no como una orden.
Sin embargo, yo desearía que todos los hombres fueran como yo. No obstante, cada cual ha recibido de Dios su propio don, uno de una manera y otro de otra.
Pero si carecen de dominio propio, cásense; que mejor es casarse que quemarse.
(pero si lo deja, quédese sin casar, o {de lo contrario} que se reconcilie con su marido), y que el marido no abandone a su mujer.
Porque el marido que no es creyente es santificado por medio de su mujer; y la mujer que no es creyente es santificada por medio de su marido creyente; de otra manera vuestros hijos serían inmundos, mas ahora son santos.
Fuera de esto, según el Señor ha asignado a cada uno, según Dios llamó a cada cual, así ande. Y esto ordeno en todas las iglesias.
La circuncisión nada es, y nada es la incircuncisión, sino el guardar los mandamientos de Dios.
Porque el que fue llamado por el Señor siendo esclavo, liberto es del Señor; de la misma manera, el que fue llamado siendo libre, esclavo es de Cristo.
Comprados fuisteis por precio; no os hagáis esclavos de los hombres.
En cuanto a las doncellas no tengo mandamiento del Señor, pero doy mi opinión como el que habiendo recibido la misericordia del Señor es digno de confianza.
Creo, pues, que esto es bueno en vista de la presente aflicción; {es decir,} que es bueno que el hombre se quede como está.
¿Estás unido a mujer? No procures separarte. ¿Estás libre de mujer? No busques mujer.
Resutados de la Búsqueda continuados...
Resultados de Búsqueda por Versiones
Resultados de Búsqueda por Libro
Artículos Relacionados
- Amor, en relaciones
- Cristo
- Dios acompañandoos
- Dios como prioridad
- La Cena del Señor.
- La falsa sabiduría
- La necedad de Dios
- La participación, en Cristo
- La sabiduría, fuente de derechos
- Los muertos se plantea?
- Pensamiento
- Compartir las cosas materiales
- Cuidar el cuerpo propio
- El abuso
- El amor del matrimonio
- El ateísmo
- El cristianismo
- El cuerpo
- El habla
- El hombre
- El hombre devoto
- El hombre y la mujer
- El idioma
- El marido y la mujer
- El matrimonio
- El matrimonio entre un hombre y una mujer
- El matrimonio homosexual
- El orden
- El pan
- El plan de Dios
- El plan de Dios
- El plan de Dios para nosotros
- El poder
- El poder de Cristo
- El poder de las palabras
- El respeto por el cuerpo de uno
- El sexo
- El sexo antes del matrimonio
- Ir a la iglesia
- Juzgar las acciones ajenas
- La Iglesia
- La Iglesia de Dios
- La competencia
- La comunión
- La conciencia
- La división
- La esclavitud y la libertad
- La esperanza y el amor
- La esperanza y la fe
- La fe, la esperanza y el amor
- La importancia
- La inmoralidad sexual
- La moral
- La mujer devota
- La pureza sexual
- La raza
- La relación entre hombres y mujeres
- La responsabilidad
- La santificación
- La verdad de Dios
- Las distracciones
- Las esposas
- Las mujeres
- Las parejas
- Los borrachos
- Los cónyuges
- Los dones espirituales
- Los dones y talentos
- Los roles de las mujeres
- Pertenecer
- Predicar
- Ser bello
- Ser diferente
- Ser soltero
- Ser una mujer de Dios
- Ser único
- Servir a la Iglesia
- Todo
- Trabajar de manera conjunta
- Trabajar por el Señor
- Un buen esposo
- Una buena mujer