'Los' en la Biblia
Porque mis enemigos han tratado de mí; y los que acechan mi alma, consultaron juntamente.
Sean avergonzados, perezcan los adversarios de mi alma; sean cubiertos de vergüenza y de confusión los que buscan mi mal.
Vendré con los hechos poderosos de DIOS el Señor; haré mención de tu justicia, de la tuya sola.
Y aun hasta la vejez y las canas; oh Dios, no me desampares; hasta que denuncie tu brazo a la posteridad; tus valentías a todos los que han de venir.
Porque tu justicia, oh Dios, {alcanza} hasta los cielos, tú que has hecho grandes cosas; oh Dios, ¿quién como tú?
Tú, que me has hecho ver muchas angustias y males; volverás y me darás vida, y de los abismos de la tierra volverás a levantarme.
Asimismo mi lengua hablará también de tu justicia cada día; por cuanto fueron avergonzados, porque fueron confundidos los que mi mal procuraban.
Los montes llevarán paz al pueblo, y los collados, por justicia.
Juzgará los pobres del pueblo, salvará los hijos del menesteroso, y quebrantará al violento.
Y dominará de mar a mar, y desde el río hasta los confines de la tierra.
Delante de él se postrarán los etíopes; y sus enemigos lamerán la tierra.
Los reyes de Tarsis y de las islas traerán presentes; los reyes de Sabá y de Seba ofrecerán dones.
Y se arrodillarán a él todos los reyes; le servirán todos los gentiles.
Tendrá misericordia del pobre y del menesteroso, y salvará las almas de los pobres en espíritu.
Será echado un puño de grano en tierra, en las cumbres de los montes; su fruto hará estruendo como el Líbano, y desde la ciudad reverdecerán como la hierba de la tierra.
Será su Nombre para siempre, delante del sol será propagado su Nombre; y bendecirán en él todos los gentiles; lo llamarán bienaventurado.
Ciertamente bueno es Dios a Israel, a los limpios de corazón.
Porque me enojé contra los locos, viendo la paz de los impíos.
No pasan trabajos como otros seres humanos; ni son azotados con los hombres.
Por tanto, la soberbia los corona; se cubren de vestido de violencia.
Sus ojos están salidos de gruesos; logran con creces los antojos del corazón.
He aquí, estos son los impíos, y, siempre desahogados, han aumentado {sus} riquezas.
Ciertamente los has puesto en deslizaderos; en asolamientos los harás caer.
¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra.
Porque he aquí, los que se alejan de ti perecerán; tú cortas a todo aquel que fornica de ti.
Acuérdate de tu congregación, la que adquiriste desde los tiempos antiguos, la que redimiste para que sea la tribu de tu heredad, {y} de este monte Sion donde has habitado.
Levanta tus pies a los asolamientos eternos; a todo enemigo que ha hecho mal en el santuario.
Cualquiera se hacía famoso según que había levantado El hacha sobre los gruesos maderos.
Han quemado tu santuario hasta los cimientos; han profanado la morada de tu nombre.
Dijeron en su corazón: Destruyámoslos de una vez; quemaron todos los lugares de ayuntamiento del pueblo de Dios en la tierra.
¿Por qué retiras tu mano, tu diestra? ¿{Sácala} de dentro de tu seno, destrúye{los}!
Tú hendiste el mar con tu fortaleza; quebrantaste las cabezas de los dragones en las aguas.
Tú magullaste las cabezas del leviatán; lo diste por comida al pueblo de los desiertos.
Tú estableciste todos los términos de la tierra; el verano y el invierno tú los formaste.
Mira el pacto, {S{EÑOR}}, porque los lugares tenebrosos de la tierra están llenos de moradas de violencia.
No olvides las voces de tus enemigos; el alboroto de los que se levantan contra ti sube continuamente.
Para el director del coro; {según tonada de} No destruyas. Salmo de Asaf. Cántico.Te damos gracias, oh Dios, {te} damos gracias, pues cercano está tu nombre; {los hombres} declaran tus maravillas.
Dije a los locos: No os infatuéis; y a los impíos: No levantéis el cuerno.
Que la copa está en la mano del SEÑOR, y el vino es bermejo, lleno de mistura; y él derrama del mismo; ciertamente sus heces chuparán y tragarán todos los impíos de la tierra.
Y quebraré todos los cuernos de los pecadores; los cuernos del justo serán ensalzados.
Ilustre eres tú; y fuerte, más que los montes de caza.
Los fuertes de corazón fueron despojados; durmieron su sueño, y nada hallaron en sus manos todos los varones fuertes.
Desde los cielos hiciste oír juicio; la tierra tuvo temor y quedó quieta,
Cuando te levantaste, oh Dios, al juicio, para salvar a todos los mansos de la tierra. (Selah.)
Prometed, y pagad al SEÑOR vuestro Dios todos los que estáis alrededor de él; traed presentes al que merece temor.
Cortará él el espíritu de los príncipes; terrible es a los reyes de la tierra.
Tenías los párpados de mis ojos abiertos; estaba yo quebrantado, y no hablaba.
Consideraba los días desde el principio, los años de los siglos.
Y dije: Enfermedad mía es ésta; me acordaré de los años de la diestra del Altísimo,
Tú eres el Dios que hace maravillas; tú hiciste notoria en los pueblos tu fortaleza.
Con tu brazo redimiste a tu pueblo, a los hijos de Jacob y de José. (Selah.)
Te vieron las aguas, oh Dios; te vieron las aguas, temieron; y temblaron los abismos.
Las nubes echaron inundaciones de aguas; tronaron los cielos, y discurrieron tus rayos.
Anduvo en derredor el sonido de tus truenos; los relámpagos alumbraron el mundo; la tierra se estremeció y tembló.
para que lo sepa la generación venidera, y los hijos que nacerán; y los que se levantarán, lo cuenten a sus hijos
Los hijos de Efraín armados, flecheros, volvieron las espaldas en el día de la batalla.
olvidaron sus obras, y los milagros que les había mostrado.
Rompió el mar, y los hizo pasar; e hizo estar las aguas como en un montón.
Y los llevó con nube de día, y toda la noche con resplandor de fuego.
Y mandó a las nubes de arriba, y abrió las puertas de los cielos,
e hizo llover sobre ellos maná para comer, y les dio trigo de los cielos.
El hizo llover sobre ellos carne como polvo, aladas aves como la arena de los mares,
cuando vino sobre ellos el furor de Dios, y mató los más robustos de ellos, y derribó los escogidos de Israel.
Si los mataba, entonces le buscaban; y se convertían, y buscaban a Dios de mañana.
Pero él, misericordioso, perdonaba su iniquidad, y no los destruyó; y abundó su misericordia para apartar su ira, y no despertó toda su ira.
No se acordaron de su mano, del día que los rescató de angustia;
Envió entre ellos enjambres de moscas que los comían, y ranas que los destruyeron.
Entregó también al granizo sus ganados, y sus rebaños a los rayos.
e hirió a todos los primogénitos en Egipto, las primicias de su virilidad en las tiendas de Cam.
Hizo salir a su pueblo como ovejas, y los llevó por el desierto, como un rebaño.
Y los pastoreó con seguridad, que no tuvieron miedo; y el mar cubrió a sus enemigos.
Los metió después en los términos de su santidad, en este monte que ganó su mano derecha.
Y echó los gentiles de delante de ellos, y les repartió una herencia con cuerdas; e hizo habitar en sus moradas a las tribus de Israel.
Por esta causa dejó el tabernáculo de Silo, la tienda en que habitó entre los hombres;
Escogió también a David su siervo, lo tomó de entre los apriscos de las ovejas;
Y los apacentó con entereza de su corazón; y los pastoreó con la inteligencia de sus manos.
Oh Dios, vinieron los gentiles a tu heredad; contaminaron el templo de tu santidad; pusieron a Jerusalén en montones.
Dieron los cuerpos de tus siervos por comida a las aves de los cielos; la carne de los tuyos a las bestias de la tierra.
Derramaron su sangre como agua en los alrededores de Jerusalén; y no hubo quién los enterrara.
Somos afrentados de nuestros vecinos, escarnecidos y burlados de los que están en nuestros alrededores.
Derrama tu ira sobre los gentiles que no te conocen, y sobre los reinos que no invocan tu Nombre.
Porque dirán los gentiles: ¿Dónde está su Dios? Sea notorio en los gentiles, delante de nuestros ojos, la venganza de la sangre de tus siervos, que se ha derramado.
Entre delante de ti el gemido de los presos; conforme a la grandeza de tu brazo preserva a los sentenciados a muerte.
Para el director del coro; {según la tonada} a los Lirios; Testimonio. Salmo de Asaf.Presta oído, oh Pastor de Israel; tú que guías a José como un rebaño; tú que estás sentado {más alto que} los querubines; ¡resplandece!
SEÑOR, Dios de los ejércitos, ¿Hasta cuándo humearás tú contra la oración de tu pueblo?
Oh Dios de los ejércitos, haznos tornar; y haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos.
Hiciste venir una vid desde Egipto; echaste los gentiles, y la plantaste.
Los montes fueron cubiertos de su sombra; y sus ramas como cedros de Dios.
¿Por qué aportillaste sus vallados, y la vendimian todos los que pasan por el camino?
Oh Dios de los ejércitos, vuelve ahora; mira desde el cielo, y ve, y visita esta vid,
Oh SEÑOR, Dios de los ejércitos, haznos tornar; haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos.
Aparté su hombro de debajo de la carga; sus manos fueron liberadas de los cestos.
Los dejé por tanto a la dureza de su corazón; caminaron en sus consejos.
Los aborrecedores del SEÑOR se le hubieran sometido; y el tiempo de ellos fuera para siempre.
Él los hubiera sostenido con lo mejor del trigo; y de miel de la roca te hubiera saciado.
Dios está en la congregación de los poderosos; en medio de los dioses juzga.
¿Hasta cuándo juzgaréis injustamente, y aceptaréis las personas de los impíos? (Selah.)
Librad al pobre y al menesteroso; libradlo de mano de los impíos.
No saben, no entienden, andan en tinieblas; vacilan todos los cimientos de la tierra.
Pero como hombres moriréis. Y caeréis como cualquiera de los tiranos.
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