'Unos' en la Biblia
Y unos hombres trajeron en una camilla a un hombre que estaba paralítico; y trataban de meterlo y ponerlo delante de Jesús.
Aconteció que un día de reposo Jesús pasaba por unos sembrados, y Sus discípulos arrancaban y comían espigas, restregándo{las} entre las manos.
Al oír {hablar} de Jesús, el centurión envió a El unos ancianos de los Judíos, pidiendo que viniera y salvara (sanara) a su siervo.
Jesús iba con ellos, pero cuando ya no estaba lejos de la casa, el centurión envió a unos amigos, diciendo: ``Señor, no te molestes más, porque no soy digno de que Tú entres bajo mi techo;
"Son semejantes a los muchachos que se sientan en la plaza y se llaman unos a otros, y dicen: `Les tocamos la flauta, y no bailaron; entonamos endechas, y no lloraron.'
`` ¿Dónde está la fe de ustedes?" les dijo. Pero ellos estaban atemorizados y asombrados, diciéndose unos a otros: `` ¿Quién, pues, es Este que aun a los vientos y al agua manda y Lo obedecen?"
Entonces ellos respondieron: ``{Unos,} Juan el Bautista, otros, Elías, y otros, que algún profeta de los antiguos ha resucitado."
Entre tanto, una multitud de miles y miles se había reunido, tanto que se atropellaban unos a otros. Jesús comenzó a hablar primero a Sus discípulos: ``Cuídense de la levadura de los Fariseos, que es la hipocresía.
En ese momento llegaron unos Fariseos y dijeron a Jesús: ``Sal y vete de aquí, porque Herodes (Antipas) Te quiere matar."
"Después dijo a otro: `Y tú, ¿cuánto debes?' Y él respondió: `Cien medidas (unos 37,000 litros) de trigo.' El mayordomo le dijo: `Toma tu factura y escribe ochenta.'
Dijo también Jesús esta parábola a unos que confiaban en sí mismos como justos, y despreciaban a los demás:
"Llamando a diez de sus siervos, les repartió diez 10 minas (salario de unos mil días) y les dijo: `Negocien {con esto} hasta que yo regrese.'
Y había allí seis tinajas de piedra, puestas para ser usadas en el rito de la purificación de los Judíos; en cada una cabían dos o tres cántaros (unos 100 litros).
" ¿Cómo pueden creer, cuando reciben gloria (honor) los unos de los otros, y no buscan la gloria que viene del Dios único?
``Hagan que la gente se siente," dijo Jesús. Y había mucha hierba en aquel lugar; así que se sentaron. El número de los hombres era de unos cinco mil.
Cuando habían remado unos cuatro o cinco kilómetros, vieron a Jesús caminando sobre el mar y que se acercaba a la barca, y se asustaron.
Y había mucha murmuración entre la gente acerca de El. Unos decían: ``El es bueno." Otros decían: ``No, al contrario, extravía a la gente."
``El es," decían unos. ``No, pero se parece a él," decían otros. El decía: ``Yo soy."
Entonces buscaban a Jesús, y estando ellos en el templo, se decían unos a otros: `` ¿Qué les parece? ¿Que vendrá a la fiesta o no?"
Entonces María, tomando unos 300 gramos de perfume de nardo puro que costaba mucho, ungió los pies de Jesús, y se los secó con los cabellos, y la casa se llenó con la fragancia del perfume.
Entonces los Fariseos se decían unos a otros: `` ¿Ven que ustedes no consiguen nada? Miren, {todo} el mundo se ha ido tras El."
Había unos Griegos entre los que subían a adorar en la fiesta;
"Pues si Yo, el Señor y el Maestro, les lavé los pies, ustedes también deben lavarse los pies unos a otros.
Los discípulos se miraban unos a otros, y estaban perplejos {sin saber} de quién hablaba.
"Un mandamiento nuevo les doy: `que se amen los unos a los otros;' que como Yo los he amado, así también se amen los unos a los otros.
"En esto conocerán todos que son Mis discípulos, si se tienen amor los unos a los otros."
"Este es Mi mandamiento: que se amen los unos a los otros, así como Yo los he amado.
"Esto les mando: que se amen los unos a los otros.
Entonces {algunos} de Sus discípulos se decían unos a otros: `` ¿Qué es esto que nos dice: `Un poco {más,} y no Me verán, y de nuevo un poco, y Me verán' y `Porque Yo voy al Padre'?"
Por tanto, se dijeron unos a otros: ``No la rompamos; sino echemos suertes sobre ella, {para ver} de quién será;" para que se cumpliera la Escritura: ``REPARTIERON ENTRE SI MIS VESTIDOS, Y SOBRE MI ROPA ECHARON SUERTES."
Pero los otros discípulos vinieron en la barca, porque no estaban lejos de tierra, sino a unos 100 metros, arrastrando la red {llena} de peces.
Todos estaban asombrados y perplejos, diciéndose unos a otros: `` ¿Qué quiere decir esto?"
~`Envía {unos hombres} a Jope, y haz llamar a Simón, que también se llama Pedro; él está hospedado en casa de Simón {el} curtidor, junto al mar.'
Y mandó que fueran bautizados en el nombre de Jesucristo. Entonces le pidieron que se quedara {con ellos} unos días.
"Y él nos contó cómo había visto al ángel de pie en su casa, el cual le dijo: `Envía {unos hombres} a Jope y haz traer a Simón, que también se llama Pedro,
Por aquellos días unos profetas descendieron de Jerusalén a Antioquía.
Esa misma noche, cuando Herodes (Agripa I) estaba a punto de venir a buscarlo, Pedro estaba durmiendo entre dos soldados, sujeto con dos cadenas; y unos guardias delante de la puerta custodiaban la cárcel.
Pero la gente de la ciudad estaba dividida, y unos estaban con los Judíos y otros con los apóstoles.
Así que unos gritaban una cosa y otros otra, porque había confusión en la asamblea, y la mayoría no sabía por qué razón se habían reunido.
"Así pues, si Demetrio y los artífices que están con él tienen queja contra alguien, los tribunales están abiertos y los procónsules (gobernadores provinciales) {dispuestos;} presenten sus acusaciones unos contra otros.
Pasados aquellos días partimos y emprendimos nuestro viaje mientras que todos ellos, con sus mujeres e hijos, nos acompañaron hasta las afueras de la ciudad. Después de arrodillarnos y orar en la playa, nos despedimos unos de otros.
Pero entre la muchedumbre unos gritaban una cosa {y} otros otra, y como él no pudo averiguar con certeza {los hechos,} debido al tumulto, ordenó que llevaran a Pablo al cuartel.
De la misma manera también los hombres, abandonando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lujuria unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos el castigo correspondiente a su extravío.
así nosotros, que somos muchos, somos un cuerpo en Cristo e individualmente miembros los unos de los otros.
{Sean} afectuosos unos con otros con amor fraternal; con honra, dándose preferencia unos a otros.
Tengan el mismo sentir (pensar) unos con otros. No sean altivos en su pensar, sino condescendiendo con los humildes. No sean sabios en su propia opinión.
No deban a nadie nada, sino el amarse unos a otros. Porque el que ama a su prójimo, ha cumplido la ley.
Por tanto, ya no nos juzguemos los unos a los otros, sino más bien decidan esto: no poner obstáculo o piedra de tropiezo al hermano.
Y que el Dios de la paciencia (perseverancia) y del consuelo les conceda tener el mismo sentir los unos para con los otros conforme a Cristo Jesús,
Por tanto, acéptense los unos a los otros, como también Cristo nos aceptó para la gloria de Dios.
En cuanto a ustedes, hermanos míos, yo mismo estoy también convencido de que ustedes están llenos de bondad, llenos de todo conocimiento y capaces también de amonestarse los unos a los otros.
Salúdense los unos a los otros con un beso santo. Todas las iglesias de Cristo los saludan.
Sin embargo, yo desearía que todos los hombres fueran como yo. No obstante, cada cual ha recibido de Dios su propio don, unos de una manera y otros de otra.
Así que, hermanos míos, cuando se reúnan para comer, espérense unos a otros.
a fin de que en el cuerpo no haya división, sino que los miembros tengan el mismo cuidado unos por otros.
Todos los hermanos los saludan. Salúdense los unos a los otros con un beso santo.
Para unos, olor de muerte para muerte, y para otros, olor de vida para vida. Y para estas cosas ¿quién está capacitado? ( ¿quién es suficiente?)
Salúdense los unos a los otros con beso santo.
Porque ustedes, hermanos, a libertad fueron llamados; sólo que no {usen} la libertad como pretexto para la carne, sino sírvanse por amor los unos a los otros.
Pero si ustedes se muerden y se devoran unos a otros, tengan cuidado, no sea que se consuman unos a otros.
No nos hagamos vanagloriosos, provocándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros.
Lleven los unos las cargas de los otros, y cumplan así la ley de Cristo (el Mesías).
Porque por medio de Cristo los unos y los otros tenemos nuestra entrada al Padre en un mismo Espíritu.
Que vivan con toda humildad y mansedumbre, con paciencia, soportándose unos a otros en amor,
Por tanto, dejando a un lado la falsedad, HABLEN VERDAD CADA CUAL CON SU PROJIMO, porque somos miembros los unos de los otros.
Sean más bien amables unos con otros, misericordiosos, perdonándose unos a otros, así como también Dios los perdonó en Cristo.
Sométanse unos a otros en el temor (la reverencia) de Cristo.
Dejen de mentirse los unos a los otros, puesto que han desechado al viejo hombre con sus {malos} hábitos,
soportándose unos a otros y perdonándose unos a otros, si alguien tiene queja contra otro. Como Cristo los perdonó, así también {háganlo} ustedes.
Que la palabra de Cristo habite en abundancia en ustedes, con toda sabiduría enseñándose y amonestándose unos a otros con salmos, himnos {y} canciones espirituales, cantando a Dios con acción de gracias en sus corazones.
Que el Señor los haga crecer y abundar en amor unos para con otros, y para con todos, como también nosotros {lo hacemos} para con ustedes;
Pero en cuanto al amor fraternal, no tienen necesidad de que {nadie} les escriba, porque ustedes mismos han sido enseñados por Dios a amarse unos a otros.
Por tanto, confórtense (aliéntense) unos a otros con estas palabras.
Por tanto, confórtense (aliéntense) los unos a los otros, y edifíquense el uno al otro, tal como lo están haciendo.
y que los tengan en muy alta estima con amor, por causa de su trabajo. Vivan en paz los unos con los otros.
Miren que ninguno devuelva a otro mal por mal, sino que procuren siempre lo bueno los unos para con los otros, y para con todos.
Ahora bien, en una casa grande no solamente hay vasos de oro y de plata, sino también de madera y de barro, y unos para honra y otros para deshonra.
Porque nosotros también en otro tiempo éramos necios, desobedientes, extraviados, esclavos de deleites y placeres diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles {y} odiándonos unos a otros.
Antes, exhórtense los unos a los otros cada día, mientras {todavía} se dice: ``Hoy;" no sea que alguno de ustedes sea endurecido por el engaño del pecado.
Consideremos cómo estimularnos unos a otros al amor y a las buenas obras,
no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos {unos a otros}, y mucho más al ver que el día se acerca.
Hermanos, no hablen mal los unos de los otros. El que habla mal de un hermano o juzga a su hermano, habla mal de la ley y juzga a la ley. Pero si tú juzgas a la ley, no eres cumplidor de la ley, sino juez {de ella.}
Hermanos, no se quejen unos contra otros, para que no sean juzgados. Ya el Juez está a las puertas.
Por tanto, confiésense sus pecados unos a otros, y oren unos por otros para que sean sanados. La oración (súplica) eficaz del justo puede lograr mucho.
Puesto que en obediencia a la verdad ustedes han purificado sus almas para un amor sincero de hermanos, ámense unos a otros entrañablemente, de corazón puro.
quienes en otro tiempo fueron desobedientes cuando la paciencia de Dios esperaba en los días de Noé durante la construcción del arca, en la cual unos pocos, es decir, ocho personas, fueron salvadas por medio {del} agua.
Sobre todo, sean fervientes en su amor los unos por los otros, pues el amor cubre multitud de pecados.
Sean hospitalarios los unos para con los otros, sin murmuraciones (sin quejas).
Según cada uno ha recibido un don {especial}, úselo sirviéndose los unos a los otros como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios.
Salúdense unos a otros con un beso de amor fraternal. Paz sea a todos ustedes que están en Cristo.
Pero si andamos en la Luz, como El está en la Luz, tenemos comunión los unos con los otros, y la sangre de Jesús Su Hijo nos limpia de todo pecado.
Porque éste es el mensaje que ustedes han oído desde el principio: que nos amemos unos a otros.
Y éste es Su mandamiento: que creamos en el nombre de Su Hijo Jesucristo, y {que} nos amemos unos a otros como El nos ha mandado.
Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios, y todo el que ama es nacido de Dios y conoce a Dios.
Amados, si Dios así nos amó, también nosotros debemos amarnos unos a otros.
A Dios nunca Lo ha visto nadie. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y Su amor se perfecciona en nosotros.
Ahora te ruego, señora, no como escribiéndote un nuevo mandamiento, sino el que hemos tenido desde el principio, que nos amemos unos a otros.
"Pero tienes unos pocos en Sardis que no han manchado sus vestiduras, y andarán conmigo {vestidos} de blanco, porque son dignos.
Entonces salió otro caballo, rojo. Al que estaba montado en él se le concedió quitar la paz de la tierra y que {los hombres} se mataran unos a otros; y se le dio una gran espada.
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