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'De' en la Biblia

Porque yo sé que después de mi muerte, ciertamente os corromperéis y os apartaréis del camino que os he mandado; y que os ha de venir mal en los postreros días, por haber hecho mal en ojos del SEÑOR, enojándole con la obra de vuestras manos.

Entonces habló Moisés en oídos de toda la congregación de Israel las palabras de este cántico hasta acabarlo.

Escuchad, cielos, y hablaré; y oiga la tierra los dichos de mi boca.

Acuérdate de los tiempos antiguos; considerad los años de generación y generación; pregunta a tu padre, que él te declarará; a tus viejos, y ellos te dirán;

Lo hizo subir sobre las alturas de la tierra, y comió los frutos del campo, e hizo que chupara miel de la peña, y aceite del pedernal fuerte;

manteca de vacas y leche de ovejas, con grosura de corderos, y carneros de los hijos de Basán (fructificación); también machos cabríos, con grosura de riñones de trigo; y sangre de la uva bebiste, vino puro.

Sacrificaron a los diablos, no a Dios; a los dioses que no conocieron; nuevos dioses, venidos de cerca, que no habían temido vuestros padres.

Y dijo: Escondede ellos mi rostro, veré cuál será su postrimería; que son generación de perversidades, hijos sin fe.

Consumidos serán de hambre, y comidos de fiebre ardiente y de talamiento amargo; diente de bestias enviaré también sobre ellos, con veneno de serpientes de la tierra.

Por fuera desolará la espada, y dentro de las cámaras el espanto; así al joven como a la doncella, al que mama como al hombre cano.

Que el fuerte de ellos no es como nuestro Fuerte; y aun nuestros enemigos son de ello jueces.

Por tanto de la vid de Sodoma es la vid de ellos, y de los campos de Gomorra; las uvas de ellos son uvas ponzoñosas, racimos muy amargos tienen.

Mía es la venganza y el pago, al tiempo que su pie vacilará; porque el día de su aflicción está cercano, y lo que les está determinado se apresura.

Porque Jehová juzgará á su pueblo, Y por amor de sus siervos se arrepentirá, Cuando viere que la fuerza pereció, Y que no hay guardado, mas desamparado.

Y dirá: ¿Dónde están sus dioses, el fuerte de quien se ampararon;

que comían el sebo de sus sacrificios, bebían el vino de sus libaciones? Levántense, que os ayuden y os amparen.

si amolare el resplandor de mi espada, y mi mano arrebatare el juicio, yo volveré la venganza a mis enemigos, y daré el pago a los que me aborrecen.

Embriagaré de sangre mis saetas, y mi espada devorará carne; en la sangre de los muertos y de los cautivos de los reyes y las cabezas, con venganzas de enemigo.

Alabad, gentiles, con su pueblo, porque él vengará la sangre de sus siervos, y volverá la venganza a sus enemigos, y reconciliará su tierra, a su pueblo.

Y vino Moisés, y recitó todas las palabras de este cántico a oídos del pueblo, él, y Oseas hijo de Nun.

y les dijo: Poned vuestro corazón a todas las palabras que yo protesto hoy contra vosotros, para que las mandéis a vuestros hijos, y guarden y cumplan todas las palabras de esta ley.

Porque no es palabra inútil para vosotros; ciertamente es vuestra vida. Por esta palabra prolongaréis vuestros días en la tierra adonde vosotros {vais,} cruzando el Jordán a fin de poseerla.

Sube a este monte de Abarim, al monte Nebo, que está en la tierra de Moab, que está frente a Jericó, y mira la tierra de Canaán, que yo doy por heredad a los hijos de Israel;

y muere en el monte al cual subes, y sé reunido a tu pueblo; de la manera que murió Aarón tu hermano en el monte de Hor, y fue reunido a su pueblo;

por cuanto prevaricasteis contra mí en medio de los hijos de Israel en las aguas de Meriba de Cades, en el desierto de Zin; porque no me santificasteis en medio de los hijos de Israel.

Verás, por tanto, delante de ti la tierra; mas no entrarás allá, a la tierra que doy a los hijos de Israel.

Y ésta es la bendición con la cual bendijo Moisés varón de Dios a los hijos de Israel, antes que muriera.

Y dijo: el SEÑOR vino de Sinaí, y de Seir les esclareció; resplandeció del monte de Parán, y vino con diez millares de santidad; a su diestra la ley de fuego para ellos.

Aun amó los pueblos; todos sus santos están en tu mano; ellos también se unieron a tus pies; recibieron de tus dichos.

Y fue rey en Jesurún, cuando se congregaron las cabezas del pueblo, las tribus de Israel en uno.

Y esta bendición para Judá. Dijo así: Oye, oh SEÑOR, la voz de Judá, y llévalo a su tierra; sus manos le basten, y tú seas ayuda contra sus enemigos.

Y a Leví dijo: Tu Tumim y tu Urim sean con tu buen varón, al cual probaste en Masah; y le hiciste reñir en las aguas de Meriba.

el que dijo de su padre y de su madre: ``No los conozco"; y no reconoció a sus hermanos, ni consideró a sus propios hijos, porque obedecieron tu palabra, y guardaron tu pacto.

Ellos enseñarán tus juicios á Jacob, Y tu ley á Israel; Pondrán el perfume delante de ti, Y el holocausto sobre tu altar.

Bendice, oh SEÑOR, su ministerio, y en la obra de sus manos toma contentamiento; hiere los lomos de los que se levantan contra él, y de los que le aborrecieren; para que nunca se levanten.

Y a Benjamín dijo: El amado del SEÑOR habitará confiado cerca de él; lo cubrirá siempre, y entre sus hombros morará.

Y a José dijo: Bendita sea del SEÑOR su tierra, por los regalos de los cielos, por el rocío, y por el abismo que abajo yace,

y por la cumbre de los montes antiguos; y por los regalos de los collados eternos,

y por los regalos de la tierra y su plenitud; y la gracia del que habitó en la zarza venga sobre la cabeza de José, y sobre la coronilla del apartado de sus hermanos.

El es hermoso como el primogénito de su toro, y sus cuernos, cuernos de unicornio; con ellos acorneará a los pueblos juntos hasta los fines de la tierra; y éstos son los diez millares de Efraín, y éstos los millares de Manasés.

Y de Zabulón, dijo: Alégrate, Zabulón, en tus salidas e Isacar, en tus tiendas.

Llamarán los pueblos al monte; allí sacrificarán sacrificios de justicia; por lo cual chuparán la abundancia de los mares, y los tesoros escondidos de la arena.

Y de Gad, dijo: Bendito el que ensancha a Gad; se echa como león, y desgarra el brazo y también la coronilla.

Y él se ha provisto de la parte primera, Porque allí una porción del legislador fuéle reservada, Y vino en la delantera del pueblo; La justicia de Jehová ejecutará, Y sus juicios con Israel.

Y a Neftalí dijo: Neftalí, saciado de gracia, y lleno de la bendición del SEÑOR, hereda el occidente y el mediodía,

Y de Aser, dijo: Más bendito que hijos es Aser; sea favorecido por sus hermanos, y moje su pie en aceite.

E Israel, la fuente de Jacob, habitará confiado solo en tierra de grano y de vino; también sus cielos destilarán rocío.

Bienaventurado tú, oh Israel, ¿Quién como tú, pueblo salvo por el SEÑOR, escudo de tu socorro, y espada de tu excelencia? Así que tus enemigos serán hallados mentirosos ante ti, y tú hollarás sobre sus alturas.

Y subió Moisés de los campos de Moab al monte de Nebo, a la cumbre de Pisga, que está enfrente de Jericó; y le mostró el SEÑOR toda la tierra de Galaad hasta Dan,

y a todo Neftalí, y la tierra de Efraín y de Manasés, toda la tierra de Judá hasta el mar postrero;

y el mediodía, y la campiña, la vega de Jericó, ciudad de las palmas, hasta Zoar.

Y le dijo el SEÑOR: Esta es la tierra de que juré a Abraham, a Isaac, y a Jacob, diciendo: A tu simiente la daré. Te la he hecho ver con tus ojos, mas no pasarás allá.

Y lo enterró en el valle, en tierra de Moab, enfrente de Bet-peor; y ninguno sabe su sepulcro hasta hoy.

Y Josué hijo de Nun fue lleno del Espíritu de sabiduría, porque Moisés había puesto sus manos sobre él; y los hijos de Israel le escucharon, e hicieron como el SEÑOR mandó a Moisés.

en todas las señales y los milagros que le envió el SEÑOR a hacer en tierra de Egipto a Faraón, y a todos sus siervos, y a toda su tierra;

y en toda la mano fuerte, y en todo el espanto grande que hizo Moisés a ojos de todo Israel.

Y aconteció después de la muerte de Moisés siervo del SEÑOR, que El SEÑOR habló a Josué hijo de Nun, criado de Moisés, diciendo:

Mi siervo Moisés ha muerto; levántate pues ahora, y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel.

Yo os he entregado, como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de vuestro pie.

Desde el desierto y este Líbano hasta el gran río Eufrates, toda la tierra de los heteos hasta el gran mar del poniente del sol, será vuestro término.

Esfuérzate y sé valiente; porque tú harás heredar a este pueblo la tierra por herencia, de la cual juré a sus padres que la daría a ellos.

Solamente esfuérzate, y sé muy valiente, para que guardes y hagas conforme a toda mi ley, que Moisés, mi siervo, te mandó; que no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendieres.

Pasad por en medio del campamento, y mandad al pueblo, diciendo: Preparaos de comida; porque dentro de tres días pasaréis el Jordán, para que entréis a heredar la tierra que el SEÑOR vuestro Dios os da para que la heredéis.

También habló Josué a los rubenitas y gaditas, y a la media tribu de Manasés, diciendo:

Acordaos de la palabra que Moisés, siervo del SEÑOR, os mandó diciendo: El SEÑOR vuestro Dios os ha dado reposo, y os ha dado esta tierra.

Vuestras mujeres y vuestros niños y vuestras bestias, quedarán en la tierra que Moisés os ha dado de este lado del Jordán; mas vosotros, todos los valientes de proeza, pasaréis armados delante de vuestros hermanos, y les ayudaréis;

hasta tanto que el SEÑOR haya dado reposo a vuestros hermanos como a vosotros, y que ellos también hereden la tierra que el SEÑOR vuestro Dios les da; y después volveréis vosotros a la tierra de vuestra herencia, y la heredaréis; la cual Moisés, siervo del SEÑOR, os ha dado, de este lado del Jordán hacia donde nace el sol.

De la manera que escuchábamos a Moisés en todas las cosas, así te escucharemos a ti; solamente el SEÑOR tu Dios esté contigo, como estuvo con Moisés.

Y Josué, hijo de Nun, envió desde Sitim dos varones espías secretamente, diciéndoles: Andad, considerad la tierra, y a Jericó. Los cuales fueron, y entraron en casa de una mujer ramera que se llamaba Rahab, y posaron allí.

Y fue dado aviso al rey de Jericó, diciendo: He aquí que hombres de los hijos de Israel han venido aquí esta noche a espiar la tierra.

Entonces el rey de Jericó, envió a Rahab diciendo: Saca fuera los hombres que han venido a ti, y han entrado en tu casa; porque han venido a espiar toda la tierra.

Pero la mujer había tomado a los dos hombres, y los había escondido; y dijo: Es verdad que unos hombres vinieron a mí, pero no supe de dónde eran.

Y al tiempo de cerrarse la puerta, siendo ya oscuro, esos hombres salieron, y no sé a dónde se han ido; seguidlos aprisa, que los alcanzaréis.

Mas ella los había hecho subir al terrado, y los había escondido entre manojos de lino que tenía puestos en aquel terrado.

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