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'De' en la Biblia

Y respondiendo Pilato, les dice otra vez: ¿Qué pues queréis que haga del que llamáis Rey de los Judíos?

Y ellos volvieron a dar voces: Cuélguenlo de un madero.

Mas Pilato les decía: ¿Pues qué mal ha hecho? Y ellos daban más voces: Cuélguenlo de un madero.

Entonces los soldados le llevaron dentro de la sala, es á saber al Pretorio; y convocan toda la cohorte.

Le golpeaban la cabeza con una caña y le escupían, y poniéndose de rodillas le hacían reverencias.

Y cuando le hubieron escarnecido, le desnudaron la ropa de púrpura, y le vistieron sus propios vestidos, y le sacaron para colgarle del madero.

Y cargaron a uno que pasaba, (Simón Cireneo, padre de Alejandro y de Rufo, que venía del campo), para que llevara su madero.

Y le llevaron al lugar de Gólgota, que declarado quiere decir: Lugar de la Calavera.

Y los que pasaban le denostaban, meneando sus cabezas, y diciendo: ¡Ah! Tú que derribas el Templo de Dios, y en tres días lo edificas,

Y de esta manera también los príncipes de los sacerdotes escarneciendo, decían unos a otros, con los escribas: A otros salvó, a sí mismo no se puede salvar.

Y oyéndole unos de los que estaban allí, decían: He aquí, llama a Elías.

Y el centurión que estaba delante de él, viendo que había expirado así clamando, dijo: Verdaderamente este hombre era el Hijo de Dios.

Y también estaban algunas mujeres mirando de lejos; entre las cuales estaba María Magdalena, y María la madre de Jacobo el menor y de José, y Salomé;

Ya al atardecer, como era el día de la preparación, es decir, la víspera del día de reposo,

Pilato se sorprendió de que ya hubiera muerto, y llamando al centurión, le preguntó si ya estaba muerto.

quien compró un lienzo de lino, y bajándole {de la cruz,} le envolvió en el lienzo de lino y le puso en un sepulcro que había sido excavado en la roca; e hizo rodar una piedra a la entrada del sepulcro.

Y María Magdalena, y María madre de José, miraban dónde era puesto.

Cuando pasó el sábado de la gran fiesta de la Pascua, María Magdalena, y María madre de Jacobo, y Salomé, habían comprado drogas aromáticas, para venir a ungirle.

Y decían entre sí: ¿Quién nos removerá la piedra de la puerta del sepulcro?

Y entradas en el sepulcro, vieron un joven sentado a la mano derecha, cubierto de una larga ropa blanca; y se espantaron.

Pero id, decid a sus discípulos y a Pedro, que él va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis, como os dijo.

Y saliendo ellas, huyeron del sepulcro, porque un {gran} temblor y espanto se había apoderado de ellas; y no dijeron nada a nadie porque tenían miedo.

Mas después apareció en otra forma a dos de ellos que iban caminando, yendo a la aldea.

Y ellos salieron y predicaron por todas partes, colaborando el Señor con ellos, y confirmando la palabra por medio de las señales que la seguían. {Ellas comunicaron inmediatamente a Pedro y a sus compañeros todas estas instrucciones. Y después de esto, Jesús mismo envió por medio de ellos, desde el oriente hasta el occidente, el mensaje sacrosanto e incorruptible de la salvación eterna.}

Habiendo muchos tratado de poner en orden la historia de las cosas que entre nosotros han sido ciertísimas,

tal como nos lo enseñaron los que desde el principio lo vieron por sus ojos, y fueron ministros de la palabra;

me ha parecido también a mí, después de haber entendido todas las cosas desde el principio con diligencia, escribírtelas por orden, oh buen Teófilo,

Hubo en los días de Herodes, rey de Judea, un sacerdote llamado Zacarías, de la clase de Abías; y su mujer, de las hijas de Aarón, llamada Elisabet.

Y eran ambos justos delante de Dios, andando sin reprensión en todos los mandamientos y estatutos del Señor.

Y toda la multitud del pueblo estaba fuera orando a la hora de la ofrenda de incienso.

Y se le apareció un ángel del Señor, de pie, a la derecha del altar del incienso.

Al ver{lo,} Zacarías se turbó, y el temor se apodede él.

Entonces Zacarías dijo al ángel: ¿Cómo podré saber esto? Porque yo soy anciano y mi mujer es de edad avanzada.

Y el pueblo estaba esperando a Zacarías, y se maravillaban de que él se detuviera en el Templo.

Pero cuando salió, no podía hablarles, y se dieron cuenta de que había visto una visión en el templo; y él les hablaba por señas, y permanecía mudo.

Y después de aquellos días concibió su mujer Elisabet, y se encubrió por cinco meses, diciendo:

Mas ella, cuando le vio, se turbó de sus palabras, y pensaba qué salutación sería ésta.

En aquellos días levantándose María, fue a la montaña con prisa, a una ciudad de Judá;

Porque he aquí, cuando llegó la voz de tu salutación a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre.

porque miró a la bajeza de su criada; Porque he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones.

Y a Elisabet se le cumplió el tiempo de su alumbramiento, y dio a luz un hijo.

Y le dijeron: ¿Por qué? nadie hay en tu parentela que se llame de este nombre.

Y hubo temor sobre todos los vecinos de ellos; y en todas las montañas de Judea fueron divulgadas todas estas cosas.

Bendito el Señor Dios de Israel, que ha visitado y hecho redención a su pueblo,

Y tú, niño: profeta del Altísimo serás llamado; porque irás delante de la faz del Señor, para aparejar sus caminos;

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