12341 casos

'La' en la Biblia

Y Eliú había esperado a Job en la disputa, porque todos eran más viejos de días que él.

Pero viendo Eliú que no había respuesta en la boca de aquellos tres varones, su furor se encendió.

Mis razones declararán la rectitud de mi corazón, y mis labios proferirán pura sabiduría.

De cierto tú dijiste a oídos míos, y yo oí la voz de tus palabras que decían :

para quitar al hombre de la mala obra, y apartar del varón la soberbia.

que le hace que su vida aborrezca el pan, y su alma la comida suave.

para apartar su alma del sepulcro, y para ilustrarlo con la luz de los vivientes.

Por tanto, varones de entendimiento, oídme: Lejos esté de Dios la impiedad, y del Omnipotente la iniquidad.

¿Quién visitó por él la tierra? ¿Y quién puso en orden todo el mundo?

Si pues hay en ti entendimiento, oye esto: Escucha la voz de mis palabras.

A causa de la multitud de las violencias clamarán, y darán voces por la fuerza de los muchos.

Que nos enseña más que a las bestias de la tierra, y nos hace sabios más que las aves del cielo.

Tomaré mi sabiduría de lejos, y daré la justicia a mi hacedor.

Y si estuvieren presos en grillos, y cautivos en las cuerdas de la bajeza,

él les anunciará la obra de ellos, y que sus rebeliones prevalecieron.

Y despierta el oído de ellos para castigo, y les dice que se conviertan de la iniquidad.

Asimismo te apartaría de la boca de la angustia a lugar espacioso, libre de todo apuro; y te asentará mesa llena de grosura.

Mas tú has llenado el juicio del impío, contra la justicia y el juicio que lo sustentan todo .

¿Por ventura estimará él tus riquezas, ni del oro, ni de todas las fuerzas de la potencia?

No anheles la noche, en la cual él corta los pueblos de su lugar.

Guárdate, no mires a la iniquidad; teniéndola por mejor que la pobreza.

Acuérdate de engrandecer su obra, la cual contemplan los hombres.

La cual vieron todos los hombres; y el hombre la ve de lejos.

Porque él detiene las goteras de las aguas, cuando la lluvia se derrama de su vapor;

Con ellas castiga a los pueblos, y da comida a la multitud.

Con las nubes encubre la luz, y les manda que vayan contra ella.

La una da nuevas de la otra; la una adquiere ira contra la que viene.

Oíd atentamente su voz terrible, y la palabra que sale de su boca.

Debajo de todos los cielos lo enderezará, y su luz se extenderá hasta los fines de la tierra.

Con la vehemencia de la lluvia encierra a todo hombre; para que todos los hombres conozcan su voz.

Además de esto con la claridad fatiga las nubes, y las esparce con su luz.

Y ellas se revuelven en derredor por sus designios, para hacer sobre la faz del mundo, en la tierra, lo que él les mandó.

¿Supiste tú por ventura, cuando Dios las ponía en concierto, y hacía levantar la luz de su nube?

¿Y eran calientes tus vestidos cuando él daba el reposo a la tierra del mediodía?

También alguna vez no se ve la luz clara en los cielos, y pasa un viento y los limpia.

De la parte del norte vendrá la serenidad por el Dios terrible de alabanza.

y dije: Hasta aquí vendrás, y no pasarás adelante, y allí parará la hinchazón de tus ondas.

¿Has mandado tú a la mañana en tus días? ¿Has mostrado al alba su lugar,

para que ocupe los fines de la tierra, y que sean sacudidos de ella los impíos?

mas la luz de los impíos es quitada de ellos, y el brazo enaltecido es quebrantado.

¿Por ventura te han sido descubiertas las puertas de la muerte o has visto las puertas de la sombra de muerte?

¿Has considerado tú hasta las anchuras de la tierra? Declara si sabes todo esto.

¿Por dónde va el camino a la habitación de la luz, y dónde está el lugar de las tinieblas?

¿Si la tomarás tú en sus términos, y si entendieras las sendas de su casa?

¿Has entrado tú en los tesoros de la nieve, y has visto los tesoros del granizo,

lo cual tengo yo reservado para el tiempo de la angustia, para el día de la guerra y de la batalla?

¿Cuál sea el camino por donde se reparte la luz; por donde se esparce el viento solano sobre la tierra?

haciendo llover sobre la tierra deshabitada, sobre el desierto, donde no hay hombre,

para saciar la tierra desierta e inculta, y para hacer producir de verdura renuevos?

¿Por ventura la lluvia tiene padre? ¿O quién engendró las gotas del rocío?

¿Del vientre de quién salió el hielo? Y la helada del cielo, ¿quién la engendró?

Las aguas se endurecen a manera de piedra, y se congela la faz del abismo.

¿Supiste tú las ordenanzas de los cielos? ¿Dispondrás tú de su potestad en la tierra?

¿Quién puso la sabiduría en el corazón? ¿O quién dio al entendimiento la inteligencia?

¿Cazarás tú la presa para el león? ¿Y saciarás el hambre de los leoncillos,

Al cual yo puse casa en la soledad, y sus moradas en la tierra salada.

Se ríe de la multitud de la ciudad; no oye las voces del que demanda los peajes.

¿Fiarás de él que te tornará tu simiente, y que la allegará en tu era?

El cual desampara en la tierra sus huevos, y sobre el polvo los calienta,

¿Diste tú al caballo la fortaleza? ¿Vestiste tú su cerviz de relincho?

escarba la tierra, se alegra en su fuerza, sale al encuentro de las armas;

hace burla del espanto, y no teme, ni vuelve el rostro delante de la espada.

Contra él suena la aljaba, el hierro de la lanza y de la pica;

y él con ímpetu y furor escarba la tierra, sin importarle el sonido de la trompeta;

antes los toques de trompeta le infunden ánimo; y desde lejos huele la batalla, el estruendo de los príncipes, y el clamor.

Ella habita y está en la piedra, en la cumbre del peñasco y de la roca.

Desde allí acecha la comida; sus ojos observan de muy lejos.

Sus polluelos chupan la sangre; y donde hubiere muertos, allí está.

Entonces respondió el SEÑOR a Job desde la oscuridad, y dijo:

El es la cabeza de los caminos de Dios; el que lo hizo, acercará de él su cuchillo.

¿Sacarás tú al leviatán con el anzuelo, o con la cuerda que le echares en su lengua?

Pon tu mano sobre él; te acordarás de la batalla, y nunca más tornarás.

Yo no callaré sus miembros, ni lo de sus fuerzas y la gracia de su disposición.

¿Quién descubrirá la delantera de su vestidura? ¿Quién se llegará a él con freno doble?

La gloria de su vestido son escudos fuertes, cerrados entre sí estrechamente.

En su cerviz mora la fortaleza, y delante de él es deshecho el trabajo.

Su corazón es firme como una piedra, y fuerte como la muela de abajo.

Tiene toda arma por hojarascas, y del blandir de la pica se burla.

En pos de sí hace resplandecer la senda, que parece que el mar es cano.

Y el SEÑOR bendijo a la postrimería de Job más que a su principio; porque tuvo catorce mil ovejas, y seis mil camellos, y mil yuntas de bueyes, y mil asnas.

Y llamó el nombre de la una, Jemima, y el nombre de la segunda, Cesia, y el nombre de la tercera, Keren-hapuc.

Y después de esto vivió Job ciento cuarenta años, y vio a sus hijos, y a los hijos de sus hijos, hasta la cuarta generación.

Por tanto no se levantarán los malos en el juicio; ni los pecadores en la congregación de los justos.

Resultados de Búsqueda por Versiones

Resultados de Búsqueda por Libro

Todos los Libros

Sagradas Escrituras (1569)