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'De' en la Biblia

Estaban armados de arcos, y usaban de ambas manos en tirar piedras con honda, y saetas con arco, de los hermanos de Saúl de Benjamín.

El principal era Ahiezer, después Joás, hijos de Semaa, el gabaatita; Jeziel, y Pelet, hijos de Azmavet, Beraca, y Jehú, el anatotita;

Ismaías gabaonita, hombre valiente entre los treinta, y jefe de los treinta. Después Jeremías, Jahaziel, Johanán, Jozabad gederatita,

Elcana, Isías, Azareel, Joezer, y Jasobeam, de Coré;

y Joela, y Zebadías, hijos de Jeroham de Gedor.

También de los de Gad huyeron a David, estando en la fortaleza en el desierto, muy valientes hombres de guerra para pelear, puestos en orden con escudo y pavés; sus rostros como rostros de leones, y ligeros como las cabras monteses.

Estos fueron capitanes del ejército de los hijos de Gad. El menor de ellos tenía a cargo cien hombres, y el mayor de mil.

Estos pasaron el Jordán en el mes primero, cuando se había desbordado sobre todas sus riberas; e hicieron huir a todos los de los valles al oriente y al poniente.

Asimismo algunos de los hijos de Benjamín y de Judá vinieron a David a la fortaleza.

Y David salió a ellos, y les habló diciendo: Si habéis venido a mí para paz y para ayudarme, mi corazón será unido con vosotros; mas si para engañarme en pro de mis enemigos, siendo mis manos sin violencia, véalo el Dios de nuestros padres, y demándelo.

Entonces se envistió el espíritu en Amasai, príncipe de treinta, y dijo: Por ti, oh David, y contigo, oh hijo de Jessé. Paz, paz contigo, y paz con tus ayudadores; pues que también tu Dios te ayuda. Y David los recibió, y los puso entre los capitanes de la cuadrilla.

También se pasaron a David algunos de Manasés, cuando vino con los filisteos a la batalla contra Saúl, aunque no les ayudaron; porque los cardinales de los filisteos, habido consejo, le despidieron, diciendo: Con nuestras cabezas se pasará a su señor Saúl.

Así que viniendo él a Siclag, se pasaron a él de los de Manasés, Adnas, Jozabad, Jediaiel, Micael, Jozabad, Eliú, y Ziletai, cabezas de millares de los de Manasés.

Ellos ayudaron a David contra la banda de merodeadores, pues todos eran hombres fuertes y valientes, y fueron capitanes en el ejército.

Porque entonces todos los días venía ayuda a David, hasta hacerse un gran campamento, como el campamento de Dios.

Y éste es el número de las cabezas de los que estaban a punto de guerra, y vinieron a David en Hebrón, para traspasarle el reino de Saúl, conforme a la palabra del SEÑOR.

De los hijos de Judá que traían escudo y lanza, seis mil ochocientos, a punto de guerra.

De los hijos de Simeón, hombres valientes de gran valor para la guerra, siete mil cien.

asimismo Joiada, príncipe de los del linaje de Aarón, y con él tres mil setecientos;

y Sadoc, joven valiente de valor, y de la casa de su padre veintidós príncipes.

De los hijos de Benjamín hermanos de Saúl, tres mil; porque aun en aquel tiempo muchos de ellos tenían la guardia de la casa de Saúl.

Y de los hijos de Efraín, veinte mil ochocientos, valientes de gran valor, varones ilustres en las casas de sus padres.

De la media tribu de Manasés, dieciocho mil, los cuales fueron designados por sus nombres para venir a poner a David por rey.

Y de los hijos de Isacar, doscientos príncipes, entendidos en los tiempos, y sabios de lo que Israel debía hacer, cuyo dicho seguían todos sus hermanos.

Y de Zabulón cincuenta mil, que salían a batalla en orden a la guerra, con toda clase de armas de guerra, dispuestos a pelear sin doblez de corazón.

Y de Neftalí mil príncipes, y con ellos treinta y siete mil con escudo y lanza.

Y de Aser, a punto de guerra y aparejados a pelear, cuarenta mil.

Y del otro lado del Jordán, de los de Rubén y de los de Gad y de la media tribu de Manasés, ciento veinte mil con toda suerte de armas de guerra.

Todos estos hombres de guerra, ordenados para guerrear, vinieron con corazón perfecto a Hebrón, para poner a David por rey sobre todo Israel; y asimismo todos los demás de Israel tenían un mismo corazón para poner a David por rey.

Y asimismo los que les eran vecinos, hasta Isacar y Zabulón y Neftalí, trajeron pan en asnos, camellos, mulos, y bueyes; comida, y harina, masas de higos, y pasas, vino, y aceite, bueyes y ovejas en abundancia, porque en Israel había alegría.

Entonces David tomó consejo con los capitanes de los millares y de los cientos, y con todos los príncipes.

Y dijo David a todo la congregación de Israel: Si os parece bien y del SEÑOR nuestro Dios, enviaremos a todas partes a llamar nuestros hermanos que han quedado en todas las tierras de Israel, y a los sacerdotes y levitas que están con ellos en sus ciudades y ejidos que se junten con nosotros;

y traigamos el arca de nuestro Dios a nosotros, porque desde el tiempo de Saúl no hemos hecho caso de ella.

Entonces juntó David a todo Israel, desde Sihor de Egipto hasta entrar en Hamat, para que trajeran el arca de Dios de Quiriat-jearim.

Y subió David con todo Israel a Baala de Quiriat-jearim, que es en Judá, para pasar de allí el arca del SEÑOR Dios que habita entre los querubines, sobre la cual su nombre es invocado.

Y llevaron el arca sobre un carro nuevo de la casa de Abinadab, y Uza y su hermano guiaban el carro.

Y David y todo Israel se regocijaban delante de Dios con todas sus fuerzas, con canciones, arpas, salterios, tamboriles, címbalos y trompetas.

Y cuando llegaron a la era de Quidón, Uza extendió su mano al arca para tenerla, porque los bueyes se apartaban.

Y el furor del SEÑOR se encendió contra Uza, y le hirió, porque había extendido su mano al arca; y murió allí delante de Dios.

Y David tuvo pesar, porque el SEÑOR había hecho rotura en Uza; por lo que llamó aquel lugar Pérez-uza (división o rotura de Uza), hasta hoy.

Y David temió a Dios aquel día, y dijo: ¿Cómo he de traer a casa conmigo el arca de Dios?

Y no trajo David el arca a su casa en la ciudad de David, sino la llevó a casa de Obed-edom geteo.

Y el arca estuvo en casa de Obed-edom, en su casa, tres meses; y bendijo el SEÑOR la casa de Obed-edom, y todas las cosas que tenía.

E Hiram rey de Tiro envió embajadores a David, y madera de cedro, y albañiles y carpinteros, que le edificaran una casa.

Y éstos son los nombres de los que le nacieron en Jerusalén: Samúa, Sobab, Natán, Salomón,

Y oyendo los filisteos que David había sido ungido por rey sobre todo Israel, subieron todos los filisteos en busca de David. Y cuando David lo oyó, salió contra ellos.

Y vinieron los filisteos y se extendieron por el valle de Refaim.

Entonces subieron a Baal-perazim, y allí los hirió David. Dijo luego David: Dios ha partido mis enemigos por mi mano, como se parten las aguas. Por esto llamaron el nombre de aquel lugar Baal-perazim.

Después los filisteos hicieron de nuevo otra incursión en el valle.

David volvió a consultar a Dios, y Dios le dijo: No subas tras ellos, sino rodéalos, para venir a ellos por delante de los morales;

y cuando oyeres venir un estruendo por las copas de los morales, sal luego a la batalla; porque Dios saldrá delante de ti, y herirá el campamento de los filisteos.

Hizo, pues, David como Dios le mandó, e hirieron al ejército de los filisteos desde Gabaón hasta Gezer.

Y el nombre de David fue divulgado por todas aquellas tierras; y puso el SEÑOR el temor de David sobre todos los gentiles.

Hizo también casas para sí en la ciudad de David, y labró un lugar para el arca de Dios, y le tendió una tienda.

Entonces dijo David: El arca de Dios no debe ser traída sino por los levitas; porque a ellos ha elegido el SEÑOR para que lleven el arca del SEÑOR, y le sirvan perpetuamente.

Y juntó David á todo Israel en Jerusalem, para que pasasen el arca de Jehová á su lugar, el cual le había él preparado.

Juntó también David a los hijos de Aarón y a los levitas;

de los hijos de Coat, Uriel el principal, y sus hermanos, ciento veinte;

de los hijos de Merari, Asaías el principal, y sus hermanos, doscientos veinte;

de los hijos de Gersón, Joel el principal, y sus hermanos, ciento treinta;

de los hijos de Elizafán, Semaías el principal, y sus hermanos, doscientos;

de los hijos de Hebrón, Eliel el principal, y sus hermanos, ochenta;

de los hijos de Uziel, Aminadab el principal, y sus hermanos, ciento doce.

y les dijo: Vosotros que sois los principales padres entre los levitas, santificaos a vosotros y a vuestros hermanos, y pasad el arca del SEÑOR Dios de Israel al lugar que le he preparado;

Así los sacerdotes y los levitas se santificaron para traer el arca del SEÑOR Dios de Israel.

Y los hijos de los levitas trajeron el arca de Dios puesta sobre sus hombros en las barras, como lo había mandado Moisés conforme a la palabra del SEÑOR.

Asimismo dijo David a los principales de los levitas, que constituyeran de sus hermanos cantores, con instrumentos de música, con salterios, arpas, y címbalos, que resonaran, y alzaran la voz en alegría.

Y los levitas constituyeron a Hemán hijo de Joel; y de sus hermanos, a Asaf hijo de Berequías; y de los hijos de Merari y de sus hermanos, a Etán hijo de Cusaías;

Así Hemán, Asaf, y Etán, que eran cantores, alzaban su voz con címbalos de bronce.

Matatías, Elifelehu, Micnías, Obed Edom, Jeiel y Azazías, para dirigir con liras templadas para el seminit (arpas de ocho cuerdas).

Y Quenanías, príncipe de los levitas en la profecía, porque él presidía en la profecía, porque era entendido.

Y Sebanías, Josafat, Natanael, Amasai, Zacarías, Benaía, y Eliezer, los sacerdotes, tocaban las trompetas delante del arca de Dios; Obed-edom y Jehías eran también porteros del arca.

David pues y los ancianos de Israel, y los capitanes de los millares fueron a traer el arca del pacto del SEÑOR de casa de Obed-edom, con alegría.

Y ayudando Dios á los Levitas que llevaban el arca del pacto de Jehová, sacrificaban siete novillos y siete carneros.

Y David iba vestido de lino fino y también todos los levitas que llevaban el arca, y asimismo los cantores; y Quenanías era príncipe de la profecía de los cantores. Y llevaba David sobre sí un efod de lino.

De esta manera todo Israel llevaba el arca del pacto del SEÑOR, con gritos y sonido de shofar, y trompetas, címbalos, salterios, y arpas, haciendo sonido.

Y cuando el arca del pacto del SEÑOR llegó a la ciudad de David, Mical, hija de Saúl, mirando por una ventana, vio al rey David que saltaba y bailaba; y le menospreció en su corazón.

Así trajeron el arca de Dios, y la asentaron en medio de la tienda que David había tendido para ella; y ofrecieron holocaustos y pacíficos delante de Dios.

Y cuando David hubo acabado de ofrecer el holocausto y los pacíficos, bendijo al pueblo en el nombre del SEÑOR.

Y repartió a todo Israel, así a hombres como a mujeres, a cada uno una torta de pan, y una pieza de carne, y un frasco de vino.

Asaf era el primero, el segundo después de él Zacarías, Jeiel, Semiramot, Jeiel, Matatías, Eliab, Benaía, Obed-edom, y Jehiel, con sus instrumentos de salterios y arpas; y Asaf resonaba con címbalos;

y Benaía y Jahaziel, sacerdotes, continuamente con trompetas delante del arca del pacto de Dios.

Entonces, en aquel día, dio David principio a confesar al SEÑOR por mano de Asaf y de sus hermanos:

Haced memoria de sus maravillas que ha obrado, de sus prodigios, y de los juicios de su boca,

El pacto que cortó con Abraham, y de su juramento a Isaac;

diciendo: A ti daré la tierra de Canaán, cuerda de vuestra herencia;

Y anduvieron de nación en nación, y de un reino a otro pueblo.

No permitió que nadie los oprimiera; antes por amor de ellos castigó a los reyes.

Cantad al SEÑOR, toda la tierra; anunciad de día en día su salud.

Porque todos los dioses de los pueblos no son nada; mas el SEÑOR hizo los cielos.

Atribuid al SEÑOR, oh familias de los pueblos, atribuid al SEÑOR gloria y potencia.

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